“No hay autor más citado que Gilbert K. Chesterton”, afirmó el doctor Angel Daniel Vergara del Carril en una conferencia sobre “Paradójica actualidad de Chesterton. Una pluma de estos tiempos”, que dio en la Corporación de Abogados Católicos, avenida Santa Fe 1206, el jueves 14 de abril de 2011.
Hizo notar que este gran escritor inglés (1874-1936) ingresó en la Iglesia Católica en 1922 y que ello no fue obstáculo para que la emisora radial BBC le encargara una charla semanal pese a que “más antiestablishment no podía ser”.
El disertante señaló que así como hay traducciones de sus obras al castellano hechas por personalidades católicas, como Mario Amadeo (que tradujo “Lo que está mal en el mundo”) y Ernesto Palacio (que tradujo “Lo que es”), también tradujeron a Chesterton un escritor argentino no vinculado a la fe como Julio Cortázar (tradujo la novela policial “El hombre que fue jueves”) y un político español republicano de izquierdas y agnóstico como Manuel Azaña (que tradujo “La esfera y la cruz”). El insigne literato mexicano Alfonso Reyes, poeta, ensayista, crítico y narrador, tradujo “Ortodoxia”, “El candor del padre Brown” y otros libros de Chesterton, y Jorge Luis Borges tradujo al castellano “Lepanto”, obra que el orador consideró “su poema más valioso”.
Vergara del Carril comentó cómo a Borges le producía felicidad la lectura de Chesterton y consideró “conmovedor” el artículo que el autor de “El Aleph” escribió en la revista Sur, de Victoria Ocampo, un mes después de la muerte de Chesterton. También destacó como lo han citado otros escritores, entre ellos, Marcos Aguinis.
De hecho, si se busca en Google la voz Chesterton, en segundos aparecen 7.290.000 menciones.
Se trató de una charla coloquial, en la cual Vergara del Carril citó de memoria anécdotas, sucedidos, escritos y frases del escritor británico, con argumentos de sentido común “tan convincentes que convencían realmente”. Comentó que encontró citas de Chesterton en carteles en vagones de subte en Nueva York y en una cerámica en un bar de Granada, con la frase “Si el vino perturba tu trabajo, tienes que dejar de trabajar”.
Entre otras cosas, dijo que escuchó en un cassette que recibió hará diez años de una universidad de Canadá la escenificación de un debate mantenido por Chesterton con su permanente contrincante y a la vez amigo George Bernard Shaw (1856-1950), que moderó un gran intelectual católico, Hilaire Belloc (1870-1953). Ese debate fue tomado en taquigrafía y muchos años después, imitando las voces de los tres participantes (cuyo registro se conservaba), fue grabado por tres locutores en esa universidad, en una versión que transmitía la viveza de aquel diálogo. Mientras Shaw era socialista y abogaba por la propiedad estatal, Chesterton sostenía el “distribucionismo” y bregaba por expandir la propiedad privada en la mayor cantidad de gente posible, que alcanzara a todos y no quedara en manos de unos pocos capitalistas ni del Estado. Pensaba que no tenía sentido social ni distributivo que la propiedad quedara en poder del Estado.
Presentó al orador el presidente de la Corporación, doctor Eduardo Bieule.+ (Jorge Rouillon).
Buenos Aires, 18 Abr. 11 (AICA)
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