martes, 29 de septiembre de 2020

Juan Manuel de Prada: la «verdadera naturaleza» de lo que está sucediendo es «preternatural»

En «Cartas del sobrino a su diablo», Juan Manuel de Prada afronta las vicisitudes de la pandemia con una mirada teológica. 

por  Pablo Cervera

  Desde que arrancó la crisis del coronavirus y su secuela de muertes, confinamientos y manipulaciones de toda índole, el escritor Juan Manuel de Prada tomó la pluma y empezó a llevar un diario de la pandemia.

Tomando a los protagonistas de las Cartas del diablo a su sobrino de C.S. Lewis, pero invirtiendo sus papeles, dio a luz unas crónicas que arrojan luz sobre lo acontecido y donde es clave la perspectiva teológica.

Se recogen ahora en un volumen clarificador: Cartas del sobrino a su diablo (Homo Legens).

-¿Emulando a Lewis? ¿Un homenaje al gran literato inglés?

-Un homenaje devoto y explícito desde el mismo título, desde luego. Y en la elección del género epistolar también, y hasta en el número de cartas, treinta y una. Pero debo avisar también que no he pretendido emular a Lewis (cosa que, por otro lado, sería ridículo, pues imitando a los maestros uno siempre lleva las de perder), ni en el estilo ni en las intenciones.

-¿Estamos ante una obra de teología?

-Cartas del diablo a su sobrino es, eminentemente, una obra de apologética; y estas Cartas del sobrino a su diablo es una sátira, creo que bastante vitriólica y punzante, de la crisis política, social, económica (pero también religiosa) que la plaga coronavírica ha desatado en España. O tal vez no la haya desatado, sino que simplemente la haya delatado. Ahora bien, todas las cuestiones que en estas cartas se tratan (aunque, desde luego, no intente imitar el estilo ni la intención de aquellas soberbias piezas), como Donoso Cortés, considero que en toda cuestión política va envuelta una cuestión teológica.

»Y esta quizá sea la gran originalidad del libro, en este tiempo en el que el ascenso del «termómetro político» ha hecho bajar el «termómetro religioso» hasta temperaturas glaciales: que todas las cuestiones de actualidad son analizadas desde una perspectiva teológica. No olvidamos que el demonio es un gran teólogo, porque conoce a Dios y conoce sus planes de salvación para los hombres. No necesita tener fe en Dios, como tampoco nosotros lo necesitaremos después de muertos. Y utiliza sus conocimientos teológicos para atacar a los españoles, para aprovechar sus debilidades, para enviscarlos de odios y resentimientos.

-Actualidad y teología...

-El libro, ante todo, es una condena del sistema liberal, y de su hija putilla, doña partitocracia, que ha arruinado y envilecido por completo a los españoles. Creo que a los lectores les sorprenderá el análisis que hace Orugario en estas cartas de todos los problemas de actualidad, profundizando siempre en sus raíces teológicas. Porque se me olvidaba decir que estas cartas las escribe Orugario, el joven diablo bisoño de la obra de Lewis, a su tío Escrutopo, al que por cierto trata con muy poco respecto.

-Orugario es el protagonista que quiere destruir España. ¿Cómo lo describe?

-Celebro que me haga esa pregunta, porque la gran novedad de estas cartas es, precisamente, la psicología del personaje que escribe las cartas, el demonio Orugario. En la obra maestra de Lewis, Escrutopo era muy sibilino y solapado, porque instruía a su sobrino novato en los métodos que debía emplear para que sus maldades pareciesen, por el contrario, obras bondadosas y altruistas a los ojos de su «paciente» (la víctima cuya alma tenía que ganar; o sea, perder). Pero el Orugario que escribe estas cartas ya no es un novato apocado e inexperto. Por el contrario, aunque todavía jovenzuelo, es un chulángano de la peor ralea, un tipejo procaz, vanidoso y sinvergüenza, que desprecia altaneramente a su tío, al que constantemente llama carcamal, y al que trata sin reverencia alguna, llamándolo «tito», y otras cosas peores, pues con su nombre y con su vínculo familiar hace constantes retruécanos y juegos de palabras, a veces muy osados, incluso soeces.

-¿Una «brecha generacional»?

-Orugario es un demonio propio de esta época sórdida, en la que se han roto todos los frenos, en los que el mal puede actuar desinhibidamente, sin subterfugios ni disimulos ni coartadas, a plena luz del día. Una época que ha hecho del mal el «bien coyuntural», que se abraza a él sin recato, creyendo que es su bien. De manera que Orugario puede desarrollar estrategias para la perdición de los españoles  mucho más vastas y descaradas, utilizando además como «paciente» a todo el pueblo español. Y las puede exhibir sin recato alguno, y presumir de ellas, sabiendo además que una porción muy importante del pueblo español (convertido en «masa cretinizada») las aplaudirá, demandando a sus políticos que las apliquen de inmediato. Así que Orugario no vacila en recurrir a las malignidades más estridentes, sabiendo que nuestra época ha consumado aquella  sobrecogedora inversión de la conciencia moral señalada por el profeta Isaías: «¡Ay de los que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!».

-Más allá de la crónica de una actualidad hiriente se descubre una lectura teológico-filosófica de esa realidad. Por tanto, el relato de lo cotidiano (enfrentamiento izquierdas-derechas, la idolatría de la ciencia, el drama de las residencias de ancianos, la biopolítica, la debacle económica en favor de «plutocracias») no es solo crónica de contingencias. En esta situación la fe parece apagarse... ¿Triunfa el mal?

-Indudablemente, las cimas de perversidad que ha alcanzado nuestra época son superiores a las de ninguna otra. Porque se ha entronizado una libertad hegeliana, esa «libertad del querer» —la pura autodeterminación— que promete al hombre actuar según sea su voluntad. Esta libertad de perdición ha convertido a los hombres de nuestro tiempo en amasijos de pulsiones aberrantes, que puedan asesinar a sus hijos gestantes y dejar morir a sus viejos en los modernos morideros llamados residencias, o incluso darles matarile con una inyección, creyendo además que actúan piadosamente. Y una vez que has convertido a los hombres en esclavos de sus pulsiones, puedes hacer con ellos lo que quieras.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo, ponerlos al servicio del Dinero (entendido como Mamonna iniquitatis, como ídolo de iniquidad contrapuesto a Dios, tal como lo nombra Cristo en el Evangelio), destruyendo toda forma de vida virtuosa, en todos los planos de la vida.

El amor al dinero en el cuadro "Las caricias de un prestamista de éxito". Imagen: Finartamerica, Mary Evans Picture Library.

»Así se puede desestructurar su vida moral, pero también arrasar las economías nacionales, como están haciendo los caniches de la plutocracia que nos gobiernan. Chesterton nos anunció que el sexo y la propiedad eran dos ámbitos aparentemente diversos sobre los que actúa el Dinero: los derechos de bragueta (o sea, el antinatalismo en todas sus diversas expresiones, desde la anticoncepción  hasta la barra libre penevulvar) y el capitalismo globalista son el anverso y el reverso de la misma moneda, la cara A y la cara B de la destrucción antropológica diseñada por el «padre de la mentira».

»Y para que la gente no lo advierta, Orugario los envilece con la calamidad del fanatismo ideológico, que impide a la gente entender que los negociados de izquierdas y derechas concurren en una misma estrategia destructiva. De este modo, enzarzadas en esa demogresca aturdidora, los españoles no entienden la verdadera naturaleza preternatural de lo que está sucediendo ante sus ojos. Pero al diablo siempre se le olvida poner la tapadera en su guiso; quiero decir que Dios siempre se las arregla para abrir una rendija por la que el hombre puede salvar su alma, aun cuando ya parece que está atrapado y perdido.

-¿Y cuáles son las rendijas abiertas en este caso?

-En este sentido, he querido hacer en el desenlace del libro un homenaje a Reig Pla, el «obispo complutense», a quien Orugario, rabioso, llama «joputérrimo». En la figura del obispo complutense he querido homenajear a los pastores que durante esta plaga coronavírica han acompañado a los fieles, con valor y sensatez, con prudencia y fervor apostólico, desoyendo los llamamientos de Orugario. Esos pastores (en contraste con los dimisionarios, que también se han retratado en estos meses) han demostrado que el mal no triunfa. Yo, sin esos pastores esforzados, habría perdido hace mucho tiempo la fe: pero tuve la suerte de conocer a algunos, como mi párroco y confesor don Rogelio, que se conoce mis pecados desde los catorce años; o mismamente mi cura de cabecera, tan generoso y abnegado, cuyo nombre no mencionaré para que no se lo crea demasiado.

-Dice en el prólogo: «Juzgué una ocasión pintipirada para que el mal se quitase la careta y se exhibiese en todo su acongojante esplendor». Más que tratadito apologético creo descubrir que su obra es un «manual» de discernimiento aderezado de humor sutil. Quizá lo que más necesitamos en un mundo confuso y triste. Discernimiento espiritual, discernimiento racional, sentido común aplicado...

-En efecto, el experimento de biopolítica que se está desarrollando ante nuestros ojos es analizado en estas cartas desde una óptica humorística, aunque tengo que advertir al lector desprevenido que se trata de un humorismo muy negro (más que sutil, diría yo, pues Orugario no lo es demasiado), que puede incluso ofender a esa «la inmensa parroquia de la moralina y de la ortodoxia infantil», que diría el gran Castellani. Creo que, en efecto, el humor debe reírse también de las cosas graves, o sobre todo de las cosas graves, y ayudarnos a relativizarlas, mostrándonos lo que verdaderamente es importante. El humor desnuda las apariencias y nos confronta con la realidad de las cosas. También con las realidades últimas, que son las que un creyente deben importarle sobre todo. Pues la vida es un juego en el que siempre está en juego nuestra alma. Creo que, de una manera misteriosa, estas cartas son un modesto manual para salvar el alma, en medio de la peste.

-Me ha llegado que estuvo en un tris de interrumpir la serie. ¿No había interés? ¿No era periodismo de actualidad? Sin embargo, en los tiempos que corremos, una editorial se ha lanzado enseguida a recoger toda la serie de artículos en un libro...

-La serie, en efecto, tuvo muchos problemas para completarse. Su publicación en el periódico fue bastante problemática; prueba inequívoca de que la posición del escritor en los medios de comunicación se está volviendo insostenible. Desgraciadamente, se está imponiendo un público zafio, de auténticos zoquetes, que no admite el estilo irónico o elusivo, que quiere que te limites a «darle caña» al negociado partitocrático que le repele, o bien que transmitas «mansajes positivos», o sea, dulzones y fofos. A cierto tipo de lector aburguesado las cartas se le hacían demasiado incómodas, y la charca de ranas de interné, donde se amontonan los zoquetes de ambos bandos, tampoco favorecía un proyecto de estas características.

»Tenga, además, en cuenta, que la inmensa mayoría de la población española no entiende las cuestiones filosóficas y teológicas que se abordan en estos artículos. Incluso había botarates que pensaban que las burradas que suelta Orugario eran la «opinión» del autor. Afortunadamente, en medio de las presiones, recibí el apoyo de Luis Enríquez, el consejero delegado de Vocento, que me animó a proseguir la serie, cuando más difícil se iba haciendo su publicación. Por ello he querido dedicarle este libro. También estoy muy agradecido a la editorial Homo Legens por animarse a publicar estas cartas tan a contracorriente de la burricie ambiental... que a veces también alcanza los despachos directivos.

-¿Nos propondrá un «Brindis» como lo hizo Lewis?

-Mi gran amigo Miguel Ayuso me decía: «Después de las cartas tienes que escribir un Brindis, como hizo Lewis». Pero Lewis escribió ese Brindis muchos años después. Así que yo haré lo mismo, si Dios me da salud. Aunque, se lo confieso, ahora mismo me preocupa mucho más la salud de mi alma que la de mi cuerpo. Tenga en cuenta que, al estar tan gordo, el coronavirus no logra taladrar mi capa protectora de grasa. En cambio, mi alma es muy delicada y esbelta, y debo protegerla contra las arremetidas de Orugario. ¿Se atreve a confesarme? Ahora, con el confinamiento que nos espera, me temo que no voy a poder recurrir a don Rogelio, que se ha quedado en Zamora y la confesión por teléfono no sirve todavía, ¿verdad? Tenga en cuenta que nada hace más feliz a Orugario que la perversión de los sacramentos.

Una entrevista de Pablo Cervera Barranco.

 / ReL  28 septiembre 2020

sábado, 26 de septiembre de 2020

EEUU: Expertos explican qué es el Reino de Dios para jueza católica Amy Barret

 


Juramentación de Amy Barrett como jueza federal en 2017.

La jueza Amy Coney Barrett ha sido blanco de las críticas por su fe católica luego de que se informara que podría ser nominada por el presidente Donald Trump para integrar la Corte Suprema de los Estados Unidos en reemplazo de la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg.

Algunas de las críticas giran en torno a un comentario que Barrett, jueza del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito de los Estados Unidos, hizo en 2006 como parte de su discurso de graduación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame.

En el discurso, la ex catedrática exhortó a los graduados a no hacer de su profesión de abogado un fin en sí mismo, sino más bien “un medio para un fin”, para “construir el Reino de Dios”.

No es la primera vez que Barret es el centro de las críticas por su fe. En 2018, cuando se especuló sobre su nombre como posible reemplazo del juez Anthony Kennedy, también la criticaron por su discurso de graduación.

El sitio web Bustle señaló que las palabras de la jueza sobre “la construcción del Reino de Dios” eran una muestra de “por qué muchos liberales están preocupados por su posible nominación”.

La senadora demócrata de California, Dianne Feinstein, cuestionó a la jueza sobre su fe católica durante su audiencia de confirmación ante el comité judicial en septiembre de 2017. “El dogma vive fuertemente en usted. Y eso es algo preocupante”, dijo.

La críticas han resurgido en diferentes medios de comunicación y por eso CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, preguntó a los expertos qué significa para los católicos “construir el Reino de Dios”.

El martes 22 de septiembre, Matthew Franck, experto en política de la Universidad de Princeton y miembro principal del Witherspoon Institute, dijo a CNA que la referencia de Barrett al “Reino de Dios” en su discurso de graduación no tenía nada que ver con la construcción de una teocracia o el proselitismo.

“Cualquiera que lea en esto [el discurso] que la jueza Barrett, entonces catedrática, quiere que ellos busquen ‘el reino de Dios’ en el sentido de algún proyecto político, simplemente no está interesado en lo absoluto en lo que ella realmente dijo”, explicó Franck.

El texto completo del discurso tuvo como fin comunicar que los graduados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame son distintos. Precisamente, al inicio del discurso, Barrett preguntó a los graduados “¿Qué significa ser un distinto tipo de abogado en la tradición de Notre Dame?”.

Una forma en que estos graduados se podrían distinguir es “teniendo siempre presente que su carrera legal no es más que un medio para lograr un fin” y “ese fin es la construcción del reino de Dios”, indicó la jueza.

Barret aconsejó a los graduados que no permitan que sus carreras sean un fin en sí mismo, dejando que la “ambición” o “satisfacción, prestigio o dinero” guíen sus decisiones profesionales. Ella aconsejó a los graduados que disciernan en oración las oportunidades de trabajo, sean caritativos y traten de hacer amigos con una fe similar a donde sea que vayan.

Por su parte, Jacob Wood, profesor de teología de la Universidad Franciscana de Steubenville dijo que Amy Barrett no dijo nada sobre ningún proyecto político teocrático, sino que “simplemente estaba reafirmando la enseñanza del Concilio Vaticano II”.

Este Concilio enseña que “el Reino de Dios se construye cada vez que los católicos se unen a conciudadanos de cualquier credo o de ninguno para trabajar por el bien común de nuestra sociedad”.

Tal esfuerzo, “está en el corazón de lo que significa ser un católico laico”, pero también es “lo primero que una nueva justicia promete defender cuando ella o él prestan juramento a un cargo”, aseguró.

Wood subrayó que las palabras de Barrett hablan del poder de la gracia de Dios en los asuntos humanos y de la “tragedia” de los católicos que no llevan su fe a la esfera pública.

La gracia “presupone, perfecciona y empodera lo que hacemos como individuos y como sociedad, al curar todos nuestros esfuerzos culturales y políticos de los pecados que los hacen menos que humanos, menos que justos y menos que equitativos; y los restaura a la bondad fundamental que Dios quiso para ellos desde el principio”, destacó Wood.

Sin embargo, precisó el experto, muchos católicos pasan por alto esto y están “abdicando” de su vocación a la santidad.

Para los que llevan su fe a la esfera pública, “la política y la cultura no tienen nada que temer de la fe, y mucho que ganar”, pues la gracia facultaría a un juez para servir “con una justicia y equidad que es más poderosa que una ideología o partido político”. “Nuestra nación necesita desesperadamente ahora esa justicia y la paz que trae”, subrayó.

Wood señaló que los magistrados que ingresan a la Corte Suprema juran respetar la Constitución y “administrar justicia imparcialmente, y hacer igual derecho a los pobres y a los ricos”. Este compromiso de defender la justicia también es parte del llamado de los católicos que trabajan por el bien común, resaltó.

Aquellos que argumentan que Barrett podría promover algún tipo de teocracia o de proselitismo “suelen estar intentando distraernos del problema real en cuestión”. Este problema es la imposición “por mandato judicial de creencias sobre la vida humana, el género y el matrimonio en nuestra nación, que son contrarias a la ley moral natural que está presente en el corazón de cada persona”.

“Es por eso que algunas personas están preocupadas por una fiel jueza católica como Amy Barrett: no porque imponga sus creencias religiosas en nuestra nación, sino porque saben que se opondría a la presión política que busca imponer las suyas”, concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.

Redacción ACI Prensa  24  9  20

jueves, 24 de septiembre de 2020

Capitalismo y antropología

 


James Cagney, empresario de éxito, acicala para el capitalismo al novio comunista de su hija, en la comedia «Un, dos, tres» de Billy Wilder (1961).

por Juan Manuel de Prada

  Advertíamos en un artículo anterior contra los muchos intentos desfiguradores de la obra de G. K. Chesterton. Tales intentos se han producido tanto desde ámbitos ‘culturetas’ –donde se odia al Chesterton apologeta de la fe católica– como desde las posiciones de lo que nosotros hemos denominado jocosamente ‘catolicismo pompier’. Y casi todos los intentos de manipulación de este catolicismo pompier se han centrado en distorsionar el pensamiento económico de Chesterton, a veces mediante la pura y simple elusión, a veces mediante la tergiversación más descarada.

Como es bien sabido, Chesterton promovió el distributismo, que el catolicismo pompier presenta condescendientemente como una ‘doctrina económica’ insatisfactoria. Pero lo cierto es que Chesterton nunca pretendió formular una doctrina económica; sino que, simplemente, designó de esta manera al modo de organización económica basado en el reparto de la propiedad privada (frente a la concentración en la que se funda el capitalismo), que siempre había preconizado el pensamiento tradicional. Chesterton no se adentra en formulaciones técnicas, ni pretende elaborar un sistema al modo –pongamos por caso– de Friedman o Keynes; sino que se esfuerza por devolver a sus lectores el sentido de la cordura cristiana, señalando que el capitalismo «crea una atmósfera y forma una mentalidad»; es decir, que no se limita a organizar la economía, impone una agenda antropológica arrasadora.

A veces, para distorsionar las intenciones del pensamiento económico de Chesterton, se pretende que sus propuestas distributistas batallan por igual contra el capitalismo y el comunismo. Pero esto no es completamente cierto. Chesterton nos advierte que, con frecuencia, quienes más claman contra el comunismo son los mismos que aplauden las calamidades que nos ha traído el capitalismo: «Mientras ese viejo caballero ha estado gritando contra ladrones imaginarios a quienes llama socialistas –escribe en Los límites de la cordura–, ha sido atrapado y arrebatado realmente por verdaderos ladrones que no podía ni siquiera imaginar». Chesterton es consciente del error histórico que están cometiendo muchos católicos al defender el capitalismo, que está dispuesto –exactamente igual que el comunismo– a crear «una civilización centralizada, impersonal y monótona», capaz de destruir las más numantinas resistencias humanas. Y no se cansa de proclamar que «el capitalismo ha hecho todo lo que amenazaba con hacer el socialismo». Incluso se atreve a precisar que los «placeres permisivos» que ofrece el capitalismo son mucho más corruptores que los que ofrece el socialismo. El tiempo no ha hecho sino darle la razón: sin duda, el comunismo ha matado más cuerpos que el capitalismo, pero ni de lejos ha matado tantas almas.

Chesterton sabe bien que el capitalismo no es sólo una fórmula económica nefasta –consistente en «forzar a la gente para que compre lo que no quiere comprar, y en fabricar tan torpemente como para que lo fabricado se pueda romper, suponiendo que lo querrán comprar de nuevo, manteniendo la bazofia en una rápida circulación»–, sino también una antropología destructiva que, para lograr sus fines, necesita destruir las comunidades humanas, tanto en el aspecto material –forzándolas a la emigración– como espiritual –desbaratando su vida moral y las estructuras que la sostienen, empezando por la familia–. De ahí que capitalismo y antinatalismo sean, para Chesterton, el anverso y el reverso de una misma moneda; pues el capitalismo necesita estimular todas las modalidades de ‘religión erótica’ que impiden o dificultan la fecundidad. Por supuesto, esta labor de destrucción antropológica la hará de forma taimada, mediante coartadas emotivistas y presuntamente humanitarias, presentándose como paladín de aquellos movimientos sociales e ideologías que interesen a su fin primordial; pero todas estas coartadas buscan siempre el mismo fin: «Se impiden los nacimientos –escribe sin paños calientes en El manantial y la ciénaga– porque la gente desea estar libre para ir al cine o comprar un tocadiscos o una radio. Lo que me hace desear pisotear a esas gentes como si fueran felpudos es que usen la palabra ‘libre’, cuando con cada uno de esos actos se encadenan al más servil y mecánico sistema que haya sido tolerado por los hombres».

Pues ese sistema ‘servil y mecánico’ no se limita únicamente a organizar la economía, sino que es fundamentalmente un sistema de ingeniería social que ha destruido las comunidades humanas. Sospechen siempre de los católicos que se proclaman defensores del capitalismo.

Publicado en XL Semanal.

ReL   24 septiembre 2020

martes, 22 de septiembre de 2020

BEATRIZ SARLO: "PENSÉ QUE ALBERTO FERNÁNDEZ NO IBA A RIFAR SU DESTINO POLÍTICO POR LA OBEDIENCIA A CRISTINA KIRCHNER, PERO ME EQUIVOQUÉ.

 



 Por infobae.- La ensayista analizó la relación política entre el Presidente y la vicepresidenta. 

“A lo mejor, en algún momento, sobre todo si las cosas van mal, Alberto hace movimientos de mayor independencia”, sostuvo. 

La ensayista Beatriz Sarlo aseguró este domingo que se “equivocó” al pensar que el presidente Alberto Fernández “no iba a poner su destino político en manos de Cristina (Kirchner)" y cuestionó la forma en la que se desenvolvió el jefe de Estado en los últimos meses durante la gestión política y sanitaria de la pandemia.

“Pensé que Alberto no iba a rifar su destino político a la obediencia de Cristina. Pensé que era un hombre ambicioso. Es un hombre inteligente. Me equivoqué”, sostuvo en una entrevista con TN.

 En esa línea, agregó: “Tenía que haber pensado que el 20% de los votos que hicieron la diferencia eran de Cristina y eso en política se paga”.Según explicó Sarlo “la diferencia de los votos la terminó haciendo el votante peronista” que logró atraer el actual mandatario pero que “Cristina reforzaba con una fuerza cultural peronista que es fundamental en la política. 

En ese sentido, explicó que el Presidente “puso en alto riesgo su capital político” en el momento en que nombró a su Gabinete, al que la ensayista definió como “cristinista” salvo por la aparición en al jefatura de Gabinete de Santiago Cafiero, un dirigente estrechamente ligado a Fernández. “La primera pulseada la ganó  ella. ¿La segunda y la tercera, también? No hablo con esa seguridad sobre el futuro”, sostuvo, al tiempo que destacó que “a lo mejor, en algún momento, sobre todo si las cosas van mal, Alberto hace movimientos de mayor independencia”. 

Acto seguido relató una idea que, según comentó, fue “una fantasía de un amigo". “Un amigo mio tiene una fantasía, que sería el movimiento de independencia máximo. Que es que le renuncie. 'Bueno, Cristina es así hasta el momento, hacete cargo de la presidencia´. En plena crisis cuando la Argentina no consigue ni créditos nacionales, cuando los empresarios no invierten, cuando tenemos casi un 50% de pobres, ‘hacete cargo, yo renuncio’”, detalló. 

Luego, explicó cuál es su posición con respecto a ese posible escenario. “Hay que tener mucha audacia. Es un gesto casi de retiro de la política. Porque lo que le quedaría, en el medio de la crisis que está viviendo la Argentina, que es muy grave, que lo dicen todos los economistas, desde Melconian a Lavagna, sería visto como alguien que, aunque no sea el capitán visto por todos, es el que conduce el barco, el que tiene el timón”, advirtió. 

En otro tramo de la entrevista, Sarlo señaló que “los últimos meses fueron catastróficos. Las cifras de desocupación, pobreza y falta de inversiones. Es un país que está muy cerca de la catástrofe”. Por otra parte, también hizo referencia al concepto de meritocracia que Fernández cuestionó en un acto que protagonizó en San Juan durante la última semana. 

“Hay un elemento que el Presidente no nombra pero que es tan importante como el mérito, y que es la herencia. La herencia te coloca en lugares diferentes de la sociedad y la economía”, afirmó. “La herencia marca los caminos que el posible mérito puede recorrer”, explicó. Además, sostuvo que “la cultura del esfuerzo se aprende” y que “el capitalismo fue una gigantesca máquina de entrenarnos en la cultura del esfuerzo”. “No le puede decir a un pibe que nació en las peores condiciones y vio fracasar a su padre una y otra vez, que despliegue la cultura del esfuerzo. Porque nadie se la enseño. La cultura del esfuerzo se aprende en la escuela", indicó. 

Y, luego, explicó que lo que se debe hacer es “reforzar la idea del aprendizaje y garantizar el acceso de todos a la educación”.


en septiembre 21, 2020. Noticias verdaderas en la época.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Duhalde anticipa un nuevo peronismo disidente

por Carlos Tórtora
Eduardo Duhalde y su esposa Chiche acompañaron con entusiasmo el inicio de gestión de Alberto Fernández. Pero ambos se corrieron del oficialismo casi simultáneamente. El ex presidente lo hizo hablando de que están dadas las condiciones para un golpe de estado y ella renunciando a la comisión de notables que convocó el gobierno para la lucha contra el hambre, con el argumento de que la misma no funciona.

En una segunda andanada, Duhalde evocó el fantasma del 2001 señalando que Alberto Fernández está como Fernando de la Rúa. Alberto no respondió a estas críticas pero Santiago Cafiero intentó la vía de la descalificación diciendo que “Duhalde está mal, su familia lo tiene que cuidar”. Lo cierto es que éste, objetivamente, salió a ocupar un espacio hasta hoy sin líderes: la oposición peronista.

Con el pase de Sergio Massa al Frente de Todos, el Peronismo Federal quedó desarticulado y se redujo a Consenso Federal, con Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey. Fiel a su estilo, Lavagna encabeza hoy una oposición sumamente moderada y que mantiene buenos lazos con el gobierno. En cuanto a Massa, su diferenciación existe a duras penas -por ejemplo, llama dictadura al régimen de Nicolás Maduro- pero no se atreve a disentir con la política económica. La realidad es que el espacio del Peronismo Federal quedó prácticamente vacante y allí es adonde parece apuntar Duhalde. Como es comprensible, el giro cristinista de Alberto debilita al massismo porque le quita margen al pluralismo en el Frente de Todos. Los que especularon con que Alberto haría equilibrio entre el cristinismo y los independientes se equivocaron. El presidente se ocupa ahora de complacer sin demora los deseos de su vicepresidenta y el kirchnerismo vuelve a ser monolítico como en otras épocas.

Pensando en Buenos Aires

Como es tradicional, el espejo de la crisis peronista es la provincia de Buenos Aires. Allí el aparato de La Cámpora se prepara para hacer ganar el año que viene sus listas en una veintena de municipios, dejando en minoría en los consejos deliberantes a los alcaldes del PJ. Éste sería el paso previo para desplazar masivamente a los intendentes del PJ en el 2023, consiguiendo así el kirchnerismo el objetivo que persigue desde el 2003: sustituir al principal aparato peronista del país. Si lo logra, Cristina Kirchner podrá adueñarse finalmente del PJ, ya que ninguno de los caudillos del interior, empezando por los históricos Rodriguez Saá, estaría en condiciones de frenar el avance K. En cuanto a Alberto Fernández, que podría construir su propia línea en el PJ, parece resignado a no hacerlo.

Entre líneas, las profecías apocalípticas de Duhalde parecen abrir el camino para un peronismo anti K, que encontraría su razón de ser en el fracaso, hasta hoy real, de la política económica de Alberto. La irrupción de una protesta activa que se expresa en un nuevo “que se vayan todos” le da un marco de viabilidad al peronismo disidente. Lo cierto es que por el momento, la voz solitaria de Duhalde es la única en el peronismo que presagia un rumbo económico de colisión.

Carlos Tórtora
InformadorPúblico.com   • 20/09/2020 • 

viernes, 18 de septiembre de 2020

¿La independencia de Malvinas está en la agenda?

 

por César Augusto Lerena 

Días pasados en el Diario Los Andes de Mendoza se publicó “Malvinas, antes que sea tarde”, de autoría de un diplomático retirado argentino. Puedo coincidir, que la hipótesis independentista de Malvinas que formula es una probabilidad, y entiendo, que -seguramente- está siendo evaluada por la Cancillería Argentina; pero, estoy sorprendido -tratándose de un exfuncionario argentino- de sus afirmaciones.

Nos dice, que en pocos años se habrán de “cumplir dos siglos de ejercicio efectivo de soberanía británica sobre Malvinas” (sic) y, no es así, en 2033 se cumplirán 200 años de la invasión británica del territorio argentino, en una ocupación y explotación que mantiene, contrariando varias resoluciones de las Naciones Unidas y, muy especialmente la Res. 2065 donde se dejó en claro «la existencia de una disputa entre la Argentina y del Reino Unido (…) acerca de la soberanía sobre dichas Islas» e invitó a ambos países a negociar y, el propio Acuerdo de Madrid de 1989 que indicó: «Nada (…) será interpretado como: a) Un cambio en la posición de Argentina acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes (…) Ningún acto o actividad que lleven a cabo la Argentina, el Reino Unido o terceras partes como consecuencia y en ejecución de lo convenido podrá constituir fundamento para afirmar, apoyar o denegar la posición de la Argentina o del Reino Unido acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las Islas Malvinas (…) y los espacios marítimos circundantes». Es decir que, de ninguna manera, puede afirmarse, que el Reino Unido ha cumplido dos siglos de ejercicio efectivo de soberanía sobre las Islas Malvinas. Por razones de espacio no detallo la larga lista de derechos soberanos argentinos sobre las Islas, pero, agrego, que el Reino Unido, contradiciendo la Res. ONU 31/49 avanzó ocupando 1.639.000 Km2 del Atlántico Sur más que los 11.410 km2 originales del archipiélago en disputa.

Las tropas argentinas, no “ocuparon las Islas” -como dice- sino que recuperaron el territorio “ocupado” por el Reino Unido. Y en esa línea, el diplomático, entiende, que «es imprescindible incorporar a la mesa negociadora (…) a los isleños». Estos, no son parte, porque son habitantes británicos; no son una población originaria, sino implantada y, en muchos casos, transitoria. Ello quedó reafirmado por dos hechos incontrastables: el estatus británico adquirido por los habitantes luego de 1982 y el referéndum de 2013 donde éstos aprobaron seguir perteneciendo al Reino Unido. No son un pueblo autónomo. Crear -como propone- una “Casa Argentina en Malvinas” para mejorar el diálogo, sería inviable (no se permiten banderas argentinas) y, se daría el absurdo, de tener una “Casa Argentina en Argentina”.

Amén de ello, en su artículo el diplomático manifiesta tener conocimiento directo con los habitantes de Malvinas, quienes le habrían manifestado su deseo de independizare; opinión -dice-que también estaría instalada en la British Commonwealth of Nations, pero, de lo que se trata, conforme la Disposición Transitoria primera de la Constitución Nacional, es que la Argentina ratificó “su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas (…) por ser parte integrante del territorio nacional” y, que la recuperación de estos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía debe hacerse “respetando el modo de vida de sus habitantes”, no de su interés o deseo, sino el de la Nación Argentina y de los argentinos. Por ello -y otras razones que no detallo para no sobreabundar- no comparto las herramientas que propone; aunque, su hipótesis independentista está dentro de las probabilidades que debería estar atendiendo la Cancillería.

Vayamos, entonces, al escenario que vislumbra: «la Corona británica otorgándole la independencia a Malvinas (refiere a las Falklands Islands) e integrándolos a la Comunidad Británica de las Naciones». ¿Cómo se compadece frente a la emergencia que plantea, tener «…mucha paciencia, diplomacia profesional y tiempo»? Les estaríamos dándole los años necesarios para seguir fortaleciéndose económicamente, es decir, lo mismo que ha hecho -salvo excepciones- la Cancillería en los últimos 55 años.

Pero, efectivamente, ¿está evaluando la Cancillería Argentina esta hipótesis? No quisiera estar en el pellejo de los funcionarios responsables si esta ocurriese. Me dirán que toda Latinoamérica nos acompañaría y me pregunto ¿qué fuerza cierta tendría ello? Nos han acompañado en todos los fueros internacionales respecto a discutir soberanía y a reconocer nuestros derechos. ¿lo harían frente a una supuesta autodeterminación, aunque sepamos que esta sería absolutamente amañada? ¿Cómo contrarrestar el apoyo que, esa hipotética “independencia”, tendría del British Commonwealth of Nations y de otros países afines? Entiendo que en lugar de llorar sobre la leche derramada y, lamentarnos por lo que dejamos hacer ¿Por qué no empezamos por conseguir que Uruguay nos apoye y cierre sus puertos a los buques que operan ilegalmente en el Atlántico Sur y Malvinas? ¿Cómo acordamos con España para que sus buques pesqueros no operen en Malvinas, no constituyan joint Venture en las Islas y no adquieran productos de ese origen? etc.

El Reino Unido -a no ser que lo coloquemos en el peor escenario- no va a negociar, como no lo ha hecho en estos casi 200 años. La reciente presentación de Johnson respecto al Brexit, violando los acuerdos preexistentes con la U.E. (La Nación, 10/9/20) son una muestra acabada de quienes son.

Teniendo muy en cuenta la hipótesis que este diplomático retirado enuncia (suelen hacerlo más los jubilados que los activos, por una cuestión de verticalidad que opera en esos ámbitos) entiendo, que la Argentina debería crear un Ministerio del Atlántico Sur; actuar sobre la Unión Europea para que Malvinas quede afuera del libre comercio post Brexit; dar por finalizadas las “Declaraciones (el Acuerdo) de Madrid” y el Pacto Foradori-Duncan terminando con la Comisión de Pesca y cancelando los vuelos a Santiago y San Pablo que facilitan su comercio; reclamar el lucro cesante por la explotación de los recursos pesqueros (28 mil millones de dólares); iniciar acciones respecto a los Recursos Migratorios y la pesca ilegal (INDNR) de las especies originarias de Argentina; llamar a Concurso para la pesca en la Alta Mar; rechazar el Acuerdo de Nueva York y con ello las Organizaciones Regionales (OROP) contrarias a la Constitución Nacional y, que profundizarían la ocupación británica; Sudamericanizar el Atlántico Sur a través de un Protocolo Adicional al MERCOSUR; revitalizar el Tratado del Río de la Plata; fortalecer el Tratado con Chile y acordar respecto al corredor bioceánico; establecer como delito penal la pesca ilegal; declarar zona de emergencia pesquera y ambiental en el área de Malvinas para impedir la pesca ilegal de los británicos; pescar con la flota argentina fuera de las 200 millas y los recursos que migran a Malvinas; dotar a la Armada y a la Prefectura de los elementos de persuasión; apoyar a la flota mercante y fluvial y la industria Naval Pesquera; modificar la toponimia en Malvinas, etc. todas cuestiones que fortalecerían la posición de Argentina.

Dar a los habitantes de Malvinas el peor escenario para ser independientes y, ayudar al Reino Unido, a cumplir con la Res. 2065/65: discutir con la Argentina la soberanía de los Archipiélagos.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam.

Dr. César Augusto Lerena*

*Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, autor de 25 libros (entre ellos “Atlántico Sur, Malvinas y Reforma Federal Pesquera”, 2019).

(Publicado en el Diario Los Andes (Mendoza) 17.9.20)
• 18/09/2020 InformadorPúblico.com

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Defendiendo abueletes

por Juan Manuel de Prada  

Una asociación de abueletes que imaginamos bastante sistémica (puesto que se autotitulan «abuelas y abuelos», con sometimiento al lenguaje del régimen) dirige al doctor Sánchez una carta solicitando ayuda ante el coronavirus. La carta, de una ingenuidad conmovedora (como lo sería la carta de Caperucita Roja solicitando ayuda al lobo feroz), contiene pasajes de un humorismo insuperable: «¿Podría usted hacer algo? -lo interpelan, angustiados-. ¡Por favor, presidente, defiéndanos!».


¡Almas de cántaro! ¿Es que no os ha bastado toda la ayuda que hasta el momento os ha prestado? ¿Todavía queréis más? Pues no os preocupéis, queridos abueletes, que el doctor Sánchez ha escuchado vuestras súplicas y ya está aliñando a toda prisa un remedio de rechupete, capaz de derrotar al coronavirus de forma eficacísima, más eficaz todavía que la vacuna gamusina que la ciencia no acaba de hallar. Mientras los abueletes caían como moscas, el doctor Sánchez repetía como un papagayo que la ciencia acabaría resolviendo el problema. Pero como hasta el momento la ciencia no ha logrado eliminar el coronavirus, al menos podrá eliminar a los abueletes, ahorrándoles a ellos las angustias y al mundo el espectáculo deprimente de sus lamentos solitarios. ¡Si la ciencia no puede procurar una cura a los abueletes, que por lo menos les procure la muerte! ¡Si la ciencia no puede eliminar su sufrimiento, que por lo menos elimine a los sufrientes! Antaño, la compasión exigía acompañar y auxiliar al enfermo; pero en esta democracia de buten la compasión exige eliminar el sufrimiento, aunque sea apiolando al sufriente. Y, para garantizar que la compasión democrática pueda ejercerse con entera libertad, el doctor Sánchez garantiza a los abueletes una eutanasia que los libere benéficamente de todos sus miedos y angustias.

No faltará algún tiquismiquis que, por aguar esta democrática fiesta de la compasión, alegue que la prisa que se está dando el doctor Sánchez en garantizar la eutanasia a los abueletes podría ser interpretada como falta de sensibilidad o empatía, incluso como un evidente rasgo psicopático. Pero el doctor Sánchez desea, ante todo, el bien de los españoles, a los que no ha podido socorrer con el dinero que pretendía birlar a los ayuntamientos; así que, por lo menos, podrá ayudarlos con el dinero que dejen de cobrar los abueletes que renuncien a vivir. Que, sin duda, serán muchos, cada vez más, como revela -por ejemplo- un estudio que acaba de hacerse en Canadá, donde se demuestra que las cifras de abueletes que solicitan que los apiolen son cada año mayores; y que uno de cada tres abueletes que solicitan que los apiolen alegan «la percepción de ser una carga para la familia, los amigos o los cuidadores», a los que debe sumarse un 13 por ciento que piden que los apiolen porque padecen «aislamiento o soledad». Así que la democrática compasión del doctor Sánchez, además de aliviar el problema de las pensiones, va a liberar de remordimientos a los hijos que no cuidan de sus padres, procurando además a los abueletes el remedio infalible contra su aislamiento y soledad, así como contra la percepción de ser una carga. Y todo ello recurriendo a la ciencia, que así vuelve a ser todopoderosa; pues, aunque no tenga recursos para eliminar el coronavirus, los tiene sobrados para apiolar abueletes.

«¡Ocúpese de nosotros, por favor, porque es su responsabilidad!», concluyen la carta al doctor Sánchez los abueletes de esa asociación de nombre sistémico. Y vaya si se va a ocupar de vosotros, cuitadas y cuitados. El doctor Sánchez nunca declina su responsabilidad. Poneos, pues, cómodos y cómodas, que enseguida os atienden.

Publicado en ABC.

ReL   13 septiembre 2020

domingo, 13 de septiembre de 2020

Picada de noticias

por Hernán Andrés Kruse 

 
Alberto y el megaplan de seguridad

Este mediodía (viernes 4) el presidente de la nación anunció su megaplan para combatir la inseguridad en el conurbano bonaerense y cuyo costo asciende a 38.000 millones de pesos. El plan prevé un importante incremento de policías (10.000) cuya formación tendrá un carácter descentralizado, lo que significa que estará a cargo de los diferentes municipios durante un año y medio. A su vez, se adquirirán 2200 móviles policiales y se construirán 4000 paradas policiales y 12 unidades carcelarias. También se prevé que 3957 nuevos efectivos de las Fuerzas Federales actúen en el Gran Buenos Aires. Se destinarán 10.000 millones de pesos para mejorar el equipamiento de la policía bonaerense, que incluye chalecos antibalas, cámaras de seguridad, armamento, municiones, tecnología analítica aplicada y móviles policiales. Habrá un incremento del 100% de las Fuerzas Federales en operativos de seguridad en el territorio del Gran Buenos aires. Como se expresó precedentemente se construirán 12 unidades carcelarias-5000 nuevas plazas-en la provincia de Buenos Aires, lo que implica una inversión de 12.800 millones de pesos. También se edificarán dos unidades carcelarias de 1000 plazas cada una y 10 Unidades Carcelarias (las históricas alcaidías) de 300 plazas cada una. Se destinarán 3.234 millones de pesos para la construcción de la primera etapa del Complejo Federal de Agote en el Municipio de Mercedes, con capacidad para albergar 1.148 internos. Otros 3.370 millones de pesos se utilizarán para construir 4 mil paradas seguras distribuidas en los principales corredores (fuente: Ámbito, 4/9/020).

No recuerdo un plan de seguridad de semejante magnitud para la provincia de Buenos Aires. Habrá quienes consideren que este plan forma parte de la campaña electoral lanzada por el gobierno nacional teniendo en mente las elecciones de medio término. Es probable que así sea pero también hay que reconocer que algo había que hacer frente al desafío que significa para la paz social el auge del accionar delictivo. Pero una vez más las autoridades políticas han puesto su atención sobre los efectos y no sobre las causas de la inseguridad. En efecto, el gobierno de Alberto Fernández optó por la solución más rápida y que tantas veces fue exigida por los ciudadanos del conurbano. Construir cárceles y equipar a la policía con armamento de guerra suena a música de Mozart para los oídos de los sufridos bonaerenses quienes todos los días están merced de la delincuencia. Pero esa no es la solución de fondo. La única manera, si pensamos en el largo plazo, de ir eliminando paulatinamente semejante flagelo es a través de una también paulatina disminución de la brecha entre ricos y pobres. Pero el presidente necesita imperiosamente demostrar a los bonaerenses resultados perentorios y con este megaplan cree poder logarlo.

En el acto celebrado en Olivos el presidente cerró la lista de oradores. Dijo que “si este plan tiene éxito puede ser que mis palabras a algunos los disuada de seguir cometiendo delitos, y puede ser que otros digan “yo voy a ser más vivo que el Estado”. A esos vivos les digo que vamos a ser implacables con ellos, con el Derecho en la mano, con el código Penal en la mano, respetando todas las garantías procesales, pero seremos implacables”. Recordó que “las víctimas de la inseguridad esperan respuestas de la justicia, no buscan odio ni rencor”. “Espero que algún día la justicia deje de ser una justicia selectiva y castigue a todos, porque como dijo Mayra Mendoza (intendenta de Quilmes) el delito no es patrimonio de los pobres, eso es un mecanismo para estigmatizar la pobreza. La mayoría de la gente es honesta. Algunos se dejan llevar por el delito pero la Justicia debe llegar a todos, porque no sólo delinquen los pobres”. Y agregó: “La primera reacción del delito es la desigualdad y en las sociedades más desiguales es donde más prosperan. Muchas veces el que delinque no encuentra un mejor futuro” (fuente: ámbito, 4/9/020). Alberto Fernández está, qué duda cabe, en campaña electoral.

Un preciado botín político

La justicia fue siempre en nuestro país un preciado botín político. El sagrado principio de la división de poderes, sistematizado primero por John Locke y luego por Montesquieu, ha sido siempre una entelequia. Todos y cada uno de los gobiernos que supimos conseguir coincidieron siempre en la imperiosa necesidad de contar con un Poder Judicial dócil, sensible a sus deseos y, muchas veces, a sus caprichos. El 10 de diciembre de 2019, el flamante presidente prometió una justicia independiente. Como sucedió tantas veces tal promesa quedó en una mera expresión de deseos o, lo que es mucho peor, en una obscena manifestación de hipocresía.

En el peor momento de la pandemia el presidente de la nación dio a conocer públicamente su proyecto de reforma de la justicia. Existe acuerdo unánime en la necesidad de mejorar el Poder Judicial, de contar con jueces probos e independientes, que sean capaces de cumplir con su deber. Lamentablemente, todo indica que se trata de un nuevo intento de domesticación de la justicia.

Veamos lo que sucedió en las últimas horas. El viernes 4 la Comisión de Acuerdos del Senado convocó a una audiencia pública por video conferencia a diez jueces y juezas para revisar sus designaciones, consideradas irregulares por el Consejo de la Magistratura por no contar con acuerdo senatorial. Estuvieron presentes 7 magistrados que expusieron y respondieron todas las preguntas que les fueron formuladas. Los tres restantes, los doctores Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi que integran la Cámara Federal de Comodoro Py, y el doctor Germán Castelli quien está en el Tribunal Oral Federal 7, no se hicieron presentes. Como la Comisión decidió rechazar sus traslados Bruglia y Bertuzzi deberán retornar al Tribunal Oral Federal 4 mientras que Castelli deberá volver a un tribunal oral de San Martín. Lo que pretenden estos magistrados es que sea finalmente la Corte Suprema la que tome la decisión de última instancia. Resulta por demás evidente que estos tres magistrados no quieren saber nada con sus inminentes traslados, desentendiéndose del hecho de que están donde están pura y exclusivamente por una decisión del ex presidente Macri, lo que significa que ni concursaron y ni obtuvieron acuerdo del Senado. Sin embargo, los jueces consideran que sus nombramientos ahora están firmes y pertenecen a la categoría de derechos adquiridos.

Este párrafo constituye una síntesis del artículo publicado el sábado 5 por Irina Hauser en Página/12. Es el reflejo del punto de vista del gobierno sobre un tema por demás urticante. Pero el mismo día La Nación publicó un artículo de Hernán Capiello sobre este tema. Su enfoque es, obviamente, diferente al de Hauser.

Los jueces que están la picota, Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli, dictaron fallos que perjudicaron al kirchnerismo. Los dos primeros, ahora miembros de la Cámara Federal, confirmaron los procesamientos de Cristina Kirchner y varios funcionarios que la acompañaron mientras ejerció la presidencia. Mientras que Castelli fue sorteado para impartir justicia en la causa de los cuadernos de Centeno. Lo que hizo el kirchnerismo en el Consejo de la Magistratura el viernes 4 fue destacar la inexistencia de acuerdo senatorial para sus nuevos cargos. De ahí la decisión del Senado de realizar una audiencia para darles o no un nuevo acuerdo. Pero como los camaristas consideran que esa audiencia es innecesaria porque no necesitan otro acuerdo (para ellos continúa vigente el acuerdo del Senado para los cargos que ocupaban con anterioridad), decidieron no asistir a la audiencia. Y al no hacerlo, la Comisión de Acuerdos del Senado resolvió desconocer los traslados de estos magistrados dispuestos por Macri. La reacción de los damnificados fue la previsible: fueron a la justicia pero sus pedidos fueron rechazados. Lo único que les queda es la Corte Suprema.

Emerge en toda su magnitud la profundidad de la grieta en esta delicada cuestión. ¿A quién creer, a Hauser o a Cappiello? El cariz de la respuesta dependerá fundamentalmente de la ideología que profesa quien la responde. En otros términos: para un macrista Capiello tiene razón y para un kirchnerista Hauser la tiene. El kirchnerista dirá con vehemencia que es vital purificar la Justicia, expulsar de su seno a los jueces amigos de Macri, corruptos y venales. El macrista dirá que lo decidido por la Comisión de Acuerdos del Senado responde al deseo del gobierno nacional de garantizar la impunidad de la ex presidenta y de los funcionarios involucrados en escandalosos hechos de corrupción.

Ante semejante dilema me parece que no queda más remedio que acudir a nuestra historia política e institucional para analizar con la mayor objetividad posible cómo fue la relación entre el gobierno de turno y el Poder Judicial. Quien lo haga seguramente concluirá que siempre hubo una obscena connivencia entre ambos poderes, que el gobierno de turno consideró al Poder Judicial un apéndice suyo, que el sagrado principio de la independencia del Poder Judicial jamás estuvo vigente. En consecuencia, tendrá todo el derecho del mundo a dudar de las buenas intenciones del actual presidente de la nación. ¿Es objetivo de Alberto Fernández garantizar la independencia de la justicia? Si se atiene a lo que enseña nuestra historia política y constitucional su respuesta será harto evidente.

Cristina, como siempre, redobla la apuesta

En las últimas horas (domingo 6) la vicepresidente de la nación expresó en Twitter lo siguiente: “Si leés este hilo de Leopoldo Moreau te vas a enterar por qué los camaristas Bruglia y Bertuzzi no asistieron a la audiencia pública de la comisión de Acuerdos del Senado de la Nación. Sencillo: no podían responder las preguntas que los Senadores y las Senadoras les iban a hacer”. En la red social el diputado del Frente de Todos expresó que “un periodista imputado de integrar una banda dedicada al espionaje en complicidad con el fiscal Stornelli y D´Alessio escribe hoy una nota en Clarín anunciando que la Corte va a provocar un conflicto de poderes con el Congreso para defender a Bruglia y Bertuzzi”. Se trata, obviamente, del periodista Daniel Santoro. Más adelante Moreau manifestó que “ambos jueces no solo fueron puestos a dedo en los cargos que hoy ostentan sino que un fallo de ellos referido a la causa de las fotocopias aparece 6 días antes de ser publicado en el celular ¿de quién?. De D´Alessio. ¿Quién es el fiscal de la causa de las fotocopias? Stornelli. Todo queda en la banda D´Alessio, Stornelli, Santoro, Bruglia y Bertuzzi. La preguntas es: ¿la Corte se va a dejar arrastrar a un conflicto de poderes para defender esta asociación ilícita?”. El legislador recordó que “para colmo Bruglia y Bertuzzi se alzaron contra la Constitución y se negaron a presentarse en la Comisión de Acuerdos del Senado”. Es de desear que “algunos afiebrados no estén tratando de provocar un conflicto institucional agregando el intento de frenar la actividad parlamentaria”, sentenció.

Destacó por último que la Corte “debe rechazar de plano el per saltum y dejar de jugar a las escondidas con todas las ilegalidades que impuso el lawfare en Argentina apoyándose, además, en el sistema de espionaje ilegal más grande de la historia democrática de nuestra patria” /fuente: Página/12, 6/9/020).

Como se desarrollará más abajo el viernes 5 la Comisión de Acuerdos del Senado resolvió frenar el traslado dispuesto en su momento por Mauricio Macri de los jueces Bertuzzi y Bruglia a la Cámara Federal de comodoro Py, con lo cual deberán regresar al TOF 4, donde se desempeñaban hasta el traslado dispuesto por el ex presidente. El otro afectado por la decisión del Senado es el juez Germán Castelli, miembro del TOF 7, que deberá retornar a un tribunal oral de San Martín.

Atrapado sin salida

El gobierno nacional está, respecto a la pandemia, atrapado sin salida. Se muestra desorientado, sobrepasado por la situación. Evidentemente el grupo de expertos que lo viene asesorando desde marzo no previó un aumento de semejante magnitud del número de contagios y fallecimientos para septiembre. Frente a semejante cambio de escenario el presidente adoptó, me parece, la peor de las actitudes: desentenderse del problema. O, mejor dicho, reemplazarlo, en la cima de sus prioridades, por problemas también acuciantes como la economía, la inseguridad y la justicia. Porque no resulta casual-en política, conviene siempre remarcarlo, no existen casualidades sino causalidades-que desde hace algunas semanas Alberto Fernández dedique todo su tiempo a aparecer en televisión para tocar temas vinculados con las áreas mencionadas precedentemente y guarde un sonoro silencio sobre la pandemia. El problema es que el Covid-19 no sólo existe sino que no da tregua. La semana pasada hubo un récord de 12000 infectados en un día (jueces) y no sería extraño que en la semana que comienza esa cifra ascienda. Mientras tanto, un buen porcentaje de la sociedad adopta comportamientos que merecen un análisis psiquiátrico. ¿Qué les pasa a esos argentinos y a esas argentinas que salen en manada llenando bares y paseos públicos, sin barbijo y sin respetar el distanciamiento social? ¿No son conscientes de la gravedad de lo que está pasando a nivel sanitario? ¿No les importa que el sistema de salud colapse? ¿Creen que el Covid-19 es un invento o una simple “gripecita”? Las próximas semanas serán muy complicadas. Sin ser experto en la cuestión me atrevo a pronosticar un incremento muy fuerte tanto de contagios como de muertes que provocarán desastres en las salas de terapia intensiva.

A continuación paso a transcribir parte de una muy interesante entrevista efectuada por Nora Veiras, directora de Página/12, y Pablo Esteban al investigador principal del Conicet Alberto Kornblihtt, quien hace unos días publicó un artículo en “El cohete a la luna” en el que pronostica, si las autoridades no reaccionan, al igual que la sociedad, que para fin de año los muertos por el Covid-19 ascenderán a 360.000.

Expresó Kornblihtt: “Hace poco escribí un artículo en el que proponía un número (de muertos) exagerado: si uno realiza una progresión geométrica podríamos tener unos 364 mil fallecidos para Navidad. Es cierto, seguramente, que el país no llegue a ese número porque en el medio hay acciones y políticas que así lo impedirán. Lo que sí es real es que estamos en crecimiento exponencial de muertes: el 17 de mayo teníamos 375, el 11 de junio 865, el 5 de julio 1500, el 27 de julio 3 mil, el 19 de agosto 6 mil. Ahora estamos en más de 9 mil y la proyección indica que para el 15/16 de septiembre llegaremos a 12 mil. Si el 11 de junio (cuando teníamos menos de mil) nos hubieran dicho que en septiembre tendríamos estas cifras, de seguro, también nos habría parecido una exageración” (…) “Desde el 15 de febrero hasta el 3 de septiembre, las curvas en Francia, Italia y Alemania tuvieron un pico y después bajaron; mientras que aquí continúa subiendo con una pendiente pareja y en forma exponencial. Es una irresponsabilidad haber hablado tanto del pico cuando nunca existió en Argentina” (…) La propagación del virus “debe atacarse por dos vías: hacer un rastreo efectivo de contactos y el aislamiento. El rastreo no debe hacerse con los contactos de los que ya fueron determinados positivos por PCR, sino de los que tienen síntomas compatibles con el Covid-19. Es decir, ni bien se detectan personas con sintomatología vinculada al coronavirus, se deben rastrear los vínculos y aislarlos. Si luego el test indica que la persona no estaba infectada, los contactos son liberados. En paralelo, lamentablemente, para que esto baje tendremos que tener cierres intermitentes. Tal vez tengamos meses con dos semanas de cierre y dos de apertura. El objetivo es llegar a la vacuna con un número más chico de fallecidos” (…) Ya tenemos más de 9 mil fallecidos y en apenas unos días tendremos 13 mil. Además del rastreo de contactos y del aislamiento, la tercera condición es que aquellos que circulen sean un poco más respetuosos de la vida ajena. Para ser rigurosos, hoy está todo un poco desmadrado: hay gente que deambula por las calles directamente sin barbijo. El gobierno tiene que poner un freno a esto” (…) “Estamos viviendo una guerra, una de las peores catástrofes que ocurrieron en el mundo” (…) Cada vez que escucho el reporte vespertino y me entero de más de 200 nuevos muertos pienso en un Jumbo que se cae. Si un avión cayera y fallecieran 250 argentinos sería la tapa de todos los diarios y se escribirían ríos de tinta. Bueno, ahora es un Jumbo que se estrella por día. Son personas que están muriendo por el Covid. Es un número frío, no es alarmismo, no lo estoy inventando”.

Dramática confesión

El lunes 7 los muertos por el Covid-19 superaron la barrera de los 10 mil. Una cifra que estremece ya que pone dramáticamente en evidencia el fracaso de la estrategia adoptada por el gobierno nacional para hacer frente a la pandemia. Evidentemente hubo errores de cálculo porque a fines de mayo, cuando la cuarentena funcionaba a pleno y Alberto Fernández gozaba de un increíble nivel de popularidad, nadie se hubiera imaginado que en septiembre el sistema de salud estaría al borde del colapso. Lo digo con gran pesadumbre porque al comienzo creí que el gobierno había acertado al imponer la cuarentena. Luego algo falló. Pero en aquel momento nadie osaba criticar a los expertos que rodeaban al presidente. Ahora, con el diario del lunes, muchos alzan su voz en señal de protesta. ¡Por Dios, cuánta hipocresía!

Los números de contagios y fallecimientos aumentan a diario y todo indica que la tendencia seguirá por bastante tiempo. En las últimas horas Sandra Maiorano, secretaria de la Asociación de Médicos de la República Argentina seccional Rosario, advirtió que el personal sanitario está en una situación límite. “Desde hace meses que venimos con el nivel de estrés: primero porque estamos enfrentando algo desconocido; segundo por la llegada de los insumos hasta que se consiguieron; tercero la persecución pública diciendo que éramos los responsables de los contagios; cuarto la falta de descanso y todas las complicaciones”, se explayó. “Ahora se suma el nivel de desmoralización y hartazgo, y es tan grande que nadie quiere hacer una hora más, nadie se anota para hacer un reemplazo, nadie se anota para contratarlo porque es en negro y a cifras que realmente uno dice ¿voy a arriesgar mi vida por esto?”. “El grupo humano está agotado y no da más”. “La muerte de personal de salud a partir de ahora va a ser una noticia frecuente”. “Esta situación no es joda. Acá hay gente que va a morir sin atención”. “La recarga de atención en esta zona de la provincia es crítica. A nosotros (por Rosario) nos van a tocar 20 mil casos largos. Y la gente del Conicet calcula que el pico de contagios llegará a fines de octubre, o seas que esto recién empieza”. “Para lo único que sirve la cama es para acostar al paciente. Ahora, hay que hablar de unidades de internación. No tienen con qué habilitar las camas que han armado. Las clínicas están igual porque son los mismos médicos que están trabajando entonos lados”. “En la historia de este gremio nunca tuvimos cuatro paros en un año y ahora tuvimos cuatro paros en un mes para que se vea el nivel de hartazgo de los médicos. Les estoy pidiendo la cantidad de contagiados entre el personal de salud y no me lo quieren dar. Los médicos están agotados y hartos. No quieren saber más nada” (fuente: Pagina/12, 8/9/020).

La bonaerense en estado deliberativo. Respuesta presidencial. Anuncio de Kicillof

La policía de la provincia de Buenos Aires es la más numerosa (casi 100 mil efectivos) y poderosa del país. Está en condiciones, si se lo propone, de sacudir con fuerza los cimientos institucionales del país. Para muchos bonaerenses es el emblema de la seguridad, el escudo protector contra los ataques de la delincuencia. Muchos argentinos consideran, por el contrario, que es el emblema de la corrupción y el peculado. Esta fuerza, por razones salariales, ha puesto al país en vilo dese hace unos días. El principio fundamental de su organización, la verticalidad, ha sido reemplazado por un estado deliberativo que no hace más que desnaturalizar la esencia de la fuerza policial.

Resulta por demás evidente que la tropa no tomó una decisión de semejante magnitud sin contar con el visto bueno de las más altas autoridades de la fuerza. El epicentro de la protesta es Puente 12, situado en el corazón de La Matanza. Ahí se dirigió Daniel Alberto “El Fino” García, jefe de la bonaerense, para expresarles a los sublevados su total respaldo. “Yo estoy con ustedes. ¿Qué problema tienen?”, expresó. Ante el cariz que estaba tomando la protesta el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, un dirigente con ambiciones políticas, les propuso el martes 8 a los uniformados que estaban en el lugar que constituyeran una comisión para enhebrar un diálogo ordenado y, de esa manera, estar en consideraciones de efectuar una correcta evaluación de sus demandas. Los policías no lograron ponerse de acuerdo en las horas posteriores con lo cual no hubo ni grupo representativo ni petitorio. Cuando se asomaba la noche Juntos por el Cambio, a través de un comunicado, le reclamó al gobernador bonaerense atender las demandas de los policías, demostrando de esa manera su apoyo a la fuerza policial.

En un artículo publicado en Página/12 el miércoles 9 Raúl Kollmann (“Policía bonaerense: ¿de dónde sale la protesta?”) analiza las causas que habrían provocado semejante polvareda. A nadie se le escapa el hecho de que desde hace un tiempo los ingresos de los policías viene sufriendo un severo deterioro. Sin embargo, había “negocios” que les permitían hacer frente a ese hecho. La ayuda” brindada por esos “negocios” se desmoronó con la pandemia. Al no haber fútbol, se evaporaron los “negocios” con las barras bravas, tales como los estacionamientos, los puestos de comidas e. incluso, la protección ante eventuales hechos reñidos con la ley. El Covid-19 terminó también con la prostitución, los curanderos y las ferias de productos falsos. Mermaron el juego clandestino y, al venirse a pique la demanda de repuestos, la actividad de los desarmaderos. Al bajar la actividad gastronómica quedó afectada otra importante fuente de financiación e incluso de alimentación. Si a todos estos “perjuicios” se le agrega un notorio atraso en los últimos años en materia de salarios, capacitación y jerarquización, surge un cóctel altamente explosivo.

¿Hay un trasfondo político detrás de esta protesta? Es altamente probable. Para la muestra basta un botón. Florencia Arietto, quien trabajó en el área de seguridad durante la presidencia de Cantero en independiente y asesoró a Patricia Bullrich cuando tenía a su cargo el Ministerio de Seguridad, dijo en un set de televisión en las horas previas a la revuelta que la bonaerense “está viendo de hacer algún tipo de movilización para pedir mejoras salariales”. Y agregó: la policía bonaerense “está llamando a una situación de reclamo general, vamos a decirlo así porque yo no puedo hablar de sublevación. No hay sindicalización policial en la Argentina como para hacer un reclamo por una vía legal pero hay malestar

En las bases de la policía, porque falta conducción, falta escucha” (fuente: Página/12, 9/9/020).

En la mañana del miércoles 9 un grupo de policías se habían apostado sobre la avenida Maipú, a escasos metros de la Residencia de Olivos. Antes de subirse al helicóptero que lo llevaría a Quilmes, le ordenó a un colaborador que hablara con los uniformados para invitarlos a que ingresaran a la residencia para hablar sobre el tema salarial y una mejora en las condiciones profesionales. A los pocos minutos el colaborador regresó y le dijo al presidente que rechazaban la invitación presidencial. Además, remarcaron que se habían acercado a Olivos para protestar y que temían por represalias. Pero en las últimas horas algunos medios televisivos dijeron que los policías le habían mandado a decir al presidente que si quería hablar con ellos que lo hiciera en la calle. Al arribar a Quilmes para celebrar los 130 años de la empresa Quilmes, el presidente, visiblemente ofuscado por lo que había sucedido en Olivos, dijo: “Esto no se resuelve escondidos en patrulleros tocando sirenas. El gobierno nacional no se va a hacer el distraído, va a afrontar el problema como lo hacemos siempre junto al gobernador, Axel Kicillof. Somos dos amigos en la misma causa y estamos comprometidos con lo mismo”. Como bien señala Román Lejtman en la edición de hoy (miércoles 9) del portal Infobae (“Un grupo de policías que protestaba frente a la Quinta de Olivos rechazó una oferta de diálogo con el Presidente”) el objetivo del presidente, consciente de que en ese momento había reclamos policiales en Chaco, Jujuy, Río Negro, Chubut y Santa Fe) es evitar que la ofensiva policial bonaerense funcione como un efecto dominó, es decir que otras policías provinciales se plieguen a sus reclamos.

Al cierre de una tensa jornada el presidente de la nación, flanqueado por el gobernador y la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, expresó que no todo estaba permitido, en relación con los efectivos policiales que se habían acercado por la mañana de manera amenazante a la Quinta de Olivos. “Puedo entender cualquier reclamo y cualquier demanda, lo que no estoy dispuesto es a aceptar ciertas formas de la demanda que no tienen que ver con la vida democrática”. “Todos queremos ir resolviendo los problemas que la Argentina tiene, pero vamos a hacerlo cumpliendo las reglas de la democracia y respetando la institucionalidad”. “Les pido democráticamente que depongan esa actitud” (fuente: Página/12, 1079/020). Durante la noche continuó la rebelión policial cuyo epicentro es La Matanza.

Las escenas que registraron las cámaras de televisión en Olivos me hicieron acordar en cierta medida a la sublevación de la policía boliviana que dio origen al proceso destituyente que terminó con la caída de Evo Morales. Como estamos en la Argentina, conviene estar alertas. En principio todo aparenta circunscribirse a un reclamo salarial pero como hace unos días el ex presidente Eduardo Duhalde habló de la posibilidad de un golpe de estado, la rebelión policial lejos está de tratarse de un mero hecho gremial. Desde que quedó demostrada la incapacidad del gobierno de frenar la pandemia comenzaron una serie de ataques contra la estabilidad institucional. El comienzo fue, qué duda cabe, la manifestación del 17 de agosto fogoneada por los medios de comunicación contrarios a Alberto Fernández, luego la aparición pública del ex hombre fuerte del conurbano y ahora la rebelión policial.

El gobernador acaba de anunciar que a partir de ahora todo efectivo de la policía bonaerense cobrará un mínimo de 44 mil pesos. Habrá que ver cómo reaccionan los efectivos. Si, como ellos dicen, se trata de una demanda salarial con lo anunciado por Kicillof deberían dar por terminada la rebelión. Si con el correr de las horas los policías continúan con el estado deliberativo entonces sus objetivos son otros.

La quita a la Capital Federal

El miércoles 9 fue, desde el punto de vista político, sumamente “entretenido”. Al mediodía la policía bonaerense, afortunadamente, aceptó la propuesta salarial del gobernador bonaerense y retornó a sus actividades habituales. Atrás quedaron varios días de angustia y zozobra a raíz del estado deliberativo en que había caído la fuerza policial más poderosa del país. Horas más tarde el presidente de la nación se dirigió a los argentinos desde la Quinta de Olivos para expresar su beneplácito por la actitud de la policía bonaerense y destacar, por enésima vez, la importancia del diálogo en democracia. Pero ante la sorpresa de la audiencia y, aparentemente, del propio Rodríguez Larreta, el presidente anunció su decisión de recortar en más del 1% lo que recibe la CABA en concepto de coparticipación-unos 30 mil millones de pesos-para permitir a Kicillof hacer frente al reclamo salarial de la bonaerense. Esta madrugada (viernes 11) salió publicado en el boletín Oficial el Decreto 735/2020 que formaliza la decisión. Según un especialista en materia fiscal de Juntos por el Cambio, “con el DNU, el gobierno le quitó 1,18% de coparticipación a la ciudad, que pasó de tener 3,5 a 2,32 por ciento. De ese 2,32%, 1,4% corresponde al nivel histórico que regía antes del traspaso de la Policía. Entonces, el Poder ejecutivo entiende que una vez que se termine de aprobar la ley que transfiere todas las competencias vinculadas a la seguridad, la Capital Federal volverá a tener el mismo porcentaje de recursos que estaba vigente hasta el inicio del gobierno de Mauricio Macri” (Fuente: Infobae, 11/9/020).

La reacción de Rodríguez Larreta no se hizo esperar. El jueves al anochecer anunció su intención de llevar a la Corte la decisión del presidente. Actuando como el virtual jefe de la oposición el jefe de Gobierno de la CABA expresó: “Lo que vivimos ayer es exactamente lo contrario al diálogo. Para lograr la seguridad en la provincia de Buenos Aires se eligió la división. Nos encontramos con una medida intempestiva, inconsulta, que le saca fondos de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires para dárselos a la Provincia”. “Nos sacaron los fondos, de un día para el otro, en el medio de la pandemia”. “Toda mi vida elegí el camino del diálogo. Dejando de lado toda diferencia política me senté y trabajé codo a codo con el presidente y el gobernador. Acompañé al gobierno en todo el proceso de la negociación de la deuda. En la situación difícil que se presentó con la Policía de la Provincia de Buenos Aires, tuvimos una posición clarísima de apoyo a las instituciones”. “Frente a decisiones arbitrarias como la de ayer, los argentinos estamos acostumbrados a responder con peleas, más agresiones, ese camino no nos llevó a ningún lado. No voy a contestar con la misma moneda, no voy a hacer una disputa personal, no voy a hacer un conflicto personal. No voy a cambiar mis convicciones por decisiones como estas, que considero erradas e inapropiadas”. “Obviamente estoy enojado. Ante una decisión improvisada, intempestiva, que atenta contra la unidad de los argentinos ¿cómo no me voy a enojar?”. “El Presidente me mandó un mensaje a las 19.29. La conferencia de prensa empezó a las 19.30. No lo contesté” (Fuente: Página/12, 11/9/020).

Hoy, viernes 11, el Presidente participó desde la Quinta de Olivos de un acto en el que anunció obras públicas para varias provincias que, oh casualidad, respaldaron la controvertida decisión. Nos estamos refiriendo a Chubut, Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán y Tierra del Fuego. “Lo que estamos haciendo no es sembrar discordias sino igualdad”, remarcó. “Vamos a seguir dialogando” porque “ningún diálogo se rompe”. Sucede que “a veces, a algunos les duele renunciar a algunos privilegios”, pero “el diálogo es el modo de resolver las diferencias, no conozco otra manera”, enfatizó. “No hay una Argentina central y otras Argentinas periféricas. Hay una sola Argentina y punto”. “Al país se lo tranquiliza con acciones equilibradas para que allí donde la desigualdad aparece, aparezcan acciones que igualen” y para que “allí donde los recursos abundan, se distribuyan de otro modo para quienes lo están necesitando”, remarcó (Fuente: Página/12, 11/9/020).

Ha quedado demostrado una vez más una clásica ley de la política: “los amigos de hoy pueden llegar a ser los enemigos de mañana según cómo se dé la lucha por el poder”. Hace apenas un par de meses Alberto Fernández dijo públicamente que Rodríguez Larreta era su amigo. Era la época de la buena vecindad, de los buenos modales. Ambos se mostraban unidos para hacer frente a la pandemia. ¿Qué pasó para que en tan poco tiempo Larreta pase a ser el enemigo público núm. 1? Creo no equivocarme si afirmo que lo que explica el fin de la política de buena vecindad es el fracaso del gobierno nacional en su lucha contra el Covid-19. Hasta julio los números de contagios y fallecimientos le sonreían a Alberto Fernández. A tal punto era así que se daba el lujo de comparar al país con naciones mucho más desarrolladas como Suecia, por ejemplo, y afirmar que en Argentina se hacían mejor las cosas que en el país nórdico. Fue el momento de mayor popularidad del presidente. Su imagen positiva superaba el 80% y el nivel de aprobación popular de la cuarentena era altísimo.

Fue entonces cuando, me parece, se enamoró de la cuarentena, aunque el propio Alberto Fernández se encargaba de afirmar lo contrario. Era tan favorable el clima político que se permitía dejar para más adelante los efectos deletéreos de la otra pandemia, la económica. Su famoso slogan “si tengo que elegir entre la economía y la salud, me quedo con la salud” orientó su accionar de gobierno luego de imponer la cuarentena el 20 de marzo. Pero surgió un problema: la gente comenzó a cansarse de estar encerrada. Paralelamente, creció de manera exponencial la angustia por la situación económica. Pero Alberto permanecía imperturbable porque los números en materia de contagios y fallecimientos continuaban siendo bajos en comparación con los números de Brasil y Chile, por ejemplo. Seguramente creyó, al igual que el equipo de expertos que lo viene asesorando, que para fines de julio o principios de agosto a más tardar, la pandemia comenzaría a ceder. Sucedió exactamente lo contrario. Pese a intentar imponer una nueva cuarentena durante la primera quincena de julio los contagios y los fallecimientos, lamentablemente, comenzaron a crecer sin solución de continuidad. En un típico manotazo de ahogado el presidente intentó penalizar a quienes participaran de reuniones familiares en domicilios particulares, porque ello no haría más que incrementar el número de contagios y decesos. Su intento, como era de esperar, naufragó.

Mientras tanto, el coronavirus continuaba haciendo estragos. A tal punto que, promediando septiembre, tenemos más de 500 mil contagios y en pocas horas llegaremos a las 11 mil muertes. Esto significa, lisa y llanamente, el fracaso de la cuarentena. Alberto ya no podía basar el éxito de su gestión en la eficacia de su lucha contra el coronavirus. Su imagen positiva, obviamente, comenzó a descender a pasos agigantados. Algo debía hacer para recuperar la iniciativa política. Ello explica su decisión de hacer ingresar al campo de juego a la polémica reforma electoral, cuyo destino en Diputados es, cuanto menos, incierto. No conforme con la reforma judicial, no tuvo mejor idea que meterle la mano en el bolsillo a los porteños. Y ya se sabe desde tiempo inmemorial que el bolsillo es la víscera más sensible del ser humano. De esa forma se desmoronó como un castillo de naipes la apuesta del presidente por el diálogo y las buenas costumbres. Al mejor estilo kirchnerista, el presidente ahora optó por la confrontación para demostrarle a la opinión pública que sigue en carrera.

Lo interesante es que eligió como enemigo no a Mauricio Macri sino a su “antiguo amigo” Horacio Rodríguez Larreta. ¿Por qué? La respuesta se cae de maduro. Larreta mide muy bien en las encuestas, lo que lo transforma en un duro adversario para las presidenciales de 2023. Su imagen de hombre dialoguista y educado está cayendo muy bien en amplios sectores de la sociedad. Para Alberto es vital torpedear esa imagen, obligarlo a luchar en el barro. Necesita que Larreta se “cristinice”, en suma. Es una estrategia que, seguramente, es muy bien vista tanto por Cristina como por… Mauricio Macri. En efecto, seguramente Macri no ve con buenos ojos la intención de Larreta de competir en 2023. Qué mejor para que su imagen quede dañada que una decisión como la de Alberto Fernández. Mientras tanto el Covid-19 sigue sin dar tregua, pero este “pequeño problema” los tiene sin cuidado a todos los nombrados.

Larreta sólo piensa en la Rosada

El jefe de gobierno porteño tiene una obsesión: ser presidente en 2023. Es legítima su aspiración. Todo político que se precie de tal sueña con el premio mayor, con el día en que su antecesor le coloca la banda presidencial. De esa forma pasará a la historia, para bien o para mal. Además, es lógica ya que, al menos hasta hoy, las encuestas le sonríen. Poniendo cara de bueno y enarbolando las banderas del diálogo y la tolerancia democrática su objetivo no sólo es conservar el caudal electoral de Macri (41%) sino también aumentarlo “robándole” votos al Frente de Todos, especialmente los del espacio político que conduce Sergio Massa. Lo que acaba de acontecer con la decisión del presidente de la nación de quitar por decreto a la CABA más del 1% en concepto de coparticipación para ayudar a Kicillof a pagar el aumento prometido a los bonaerenses, le vino como anillo al dedo. Adoptó una típica estrategia de quien está en campaña: victimizarse. En efecto, al hablar el jueves luego de conocerse la decisión del presidente asumió el rol del “bueno” de la película, del político idealista que confió en Alberto Fernández y que fue traicionado.

Pero en política nadie es inocente. Menos cuando está en juego la presidencia de la nación. Es entonces cuando emerge en toda su magnitud la sentencia de Groucho Marx: “estos son mis principios; si no le gustan tengo otros”. Hoy Larreta se siente ofendido por el decreto de Alberto Fernández. Sin embargo, cuando Macri era presidente fueron sancionados decretos similares que no merecieron crítica alguna del jefe de gobierno porteño. En su edición del día de la fecha (sábado 12) Página/12 recuerda cuando el entonces jefe de Gabinete Marcos Peña defendía los decretos que modifican los fondos coparticipables. Apenas asumió Mauricio Macri dispuso a través del decreto 194/016 el incremento del porcentaje de los fondos coparticipables que le correspondían a la CABA de 1,4% a 3,75%, poniendo como excusa el traspaso de la Policía Federal. Lo que hizo el presidente fue ayudar financieramente a su “amigo” porteño en perjuicio de las provincias del interior. Al exponer por primera vez ante los legisladores nacionales Marcos Peña defendió la legalidad del decreto argumentando que “la ciudad de Buenos Aires no tiene aún un porcentaje de coparticipación propio que surja expresamente de la Ley de Coparticipación Federal, sino que el mismo es fijado discrecionalmente por el Poder ejecutivo”. Recordó que aún “se mantiene vigente” la Ley de Coparticipación Federal, sancionada en 1988. Como en aquel momento la Ciudad Autónoma de Buenos Aires era inexistente, el distrito porteño nunca ingresó al régimen de coparticipación del cual forman parte las provincias. De ahí que hasta que la ley no sea modificada por el Congreso de la Nación, el gobierno está obligado a “sujetarse a los criterios de porcentajes fijos de distribución que ella establece”. En buen romance: en su momento el decreto de Macri estuvo bien para Larreta, pero cuatro años después el mismo decreto pero firmado por Alberto Fernández está mal. En consecuencia Larreta, que hace cuatro años aplaudió el decreto de Macri, ahora toma la decisión de llevar a la Corte Suprema el mismo decreto pero firmado por su flamante enemigo.

Hernán Andrés Kruse

INFORMADORPÚBLICO.COM  13..9  20


jueves, 10 de septiembre de 2020

La policía logró lo que no pudieron gobernadores: modificar la coparticipación bonaerense

    Por Sebastián Dumont

“Habrá que elegir qué es lo que queremos que explote, pero va a explotar”, sostiene a este medio un alcalde experimentado. Se refiere a la salud, la economía, y la tensión social. Es la teoría de poder atemperar los daños indefectibles de lo que va a ocurrir. Y que no los tome por sorpresa. Es aquí donde la experiencia es clave. Algo que, muchas veces, se rehusa a creer “la nueva política”.

El final de la nota de la semana pasada sirve de comienzo de esta. La explosión llegó con el conflicto de la policía bonaerense y nadie puede aventurar que sea el último. Las múltiples especulaciones que se tejieron y tejerán en torno a este inédito episodio, no deberían nublar un contexto donde se agrupan tres elementos precisos: falta de política, subestimación, y desconocimiento de lo que se gobierna. Para ir aún más lejos, el sesgo ideológico de quienes pregonan desde la pureza lleva a que no se pueda conducir lo que se aborrece. Y para muchos, todo lo que tenga uniforme es motivo de repudio y desconfianza.

Si se parte de esas premisas, la conflictividad podría escalar a otros rubros. Y luego habrá tiempo para especular si detrás de la movida policial estuvieron ciertos intendentes peronistas enemistados cansados de Sergio Berni, pero sobre con la idea de dar un mensaje al cristinismo cuyas ideas de conquistas territoriales están siempre presentes. Cristina Kirchner suele pedirle a los jefes comunales que apoyen al gobernador. Esos mismos intendentes van a ponerse a disposición del gobernador, pero no encuentran respuestas políticas. Y, al mismo tiempo, ven recorrer a Sergio Berni sus distritos y entienden que es una avanzada de lo que pretenderán hacer en sus terruños más adelante. Por esa razón, es cada vez más sólida la idea generalizada de interpretar la ley sobre imposibilidad de ser electos por más de dos mandatos. O los paramos ahora, o luego será muy difícil.

“La verdad, no hay mucha diferencia entre los anteriores y estos. Ambos son de la Capital Federal y desembarcaron en la provincia de Buenos Aires creyendo que tenían la fórmula para cambiar todo. La diferencia entre Vidal y Kicillof es que Vidal se dio cuenta a los dos años que sin política no se podría cambiar el sistema bonaerense. En cambio, Kicillof le pasa a menos de un año”, confía a este medio un alcalde del conurbano. Es de los que, por lo bajo, le reclama gran parte de la política bonaerense. Sobre todo el oficialismo.

La decisión de Alberto Fernández de transferir un punto de la coparticipación de la ciudad de Buenos Aires a la Provincia es la explicación que, para Cristina Kirchner es vital sostener a su elegido. Ya ha dado muestras suficientes de ello. Y nadie podrá decir que no lo adelantó. El 11 de diciembre cuando participó de la asunción de Fernando Espinoza en La Matanza ya lo advirtió. Era cuestión de tiempo y circunstancias.

De todos modos, el conflicto desnudó internas descarnadas en el oficialismo a partir de un pedido genuino desvirtuado al rodear la quinta de Olivos. Esa actitud al borde de la sedición agrupó al arco político argentino e hizo olvidar, por un rato, el mar de fondo que persistirá.

Interesante es saber que un reclamo policial logró lo que muchos gobernadores bonaerenses no pudieron: recuperar parte de la coparticipación que cedió durante el gobierno de Raúl Alfonsin, el admirado le Alberto Fernández.

De todas maneras, ahora llegará el tiempo del control de daños. La figura del ministro Sergio Berni quedó lesionada. ¿No pudo anticipar la situación? ¿La subestimaron? ¿O la dejaron correr por algún enojo al no ser tenido en cuenta cuando se elaboró el plan para el conurbano? Cualquiera sea la respuesta, todas son graves.

Mientras tanto, se espera la decisión final de Axel Kicillof sobre cuánto le pagará a los efectivos. Los de menor rango ya venían con tanta bronca acumulada que no respetaban más mandos superiores y buscaban hacer su caja.

La imagen del oficialismo y la oposición juntos en Olivos ya generó los primeros chispazos. Los intendentes quieren saber si ese dinero extra que recibirá la provincia se va a cooparcipar con los municipios. Este jueves, se reunirán en Olivos. Hay una pausa. Más tensiones no terminaron  

La Prensa  10.09.2020

lunes, 7 de septiembre de 2020

Nuevo orden mundial y pandemias.

Por P. Bernardo Olivera   

La semana pasada, la directora de la nueva editorial Talitakum nos hizo llegar personalmente algunos excelentes libros que ahora estamos disfrutando; uno de ellos es el del P. Bernardo Olivera, monje trapense y ex-superior general de esa orden, autor del libro «Perspectiva e ideología de género«, Talitakum, Buenos Aires 2019, 124 pp.

Casi al mismo tiempo en que lo estábamos disfrutando, un lector nos acercó este artículo que ahora presentamos y que, a grandes rasgos, puede servirle al lector conocer la línea de su pensamiento.

Nos alegramos de que alguien, luego de la desaparición del Padre Sanahuja, haya todavía sacerdotes que sigan alzando la voz sobre estos temas y por estos lares para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

NUEVO ORDEN MUNDIAL Y PANDEMIAS

Meditación monástica en tiempos de clausura universal.

Fidelidad creativa en un eventual cambio de época

P. Bernardo Olivera[1]

Fuente: Cuadernos monásticos 214

        Los cristianos y, por lo mismo, los monjes, no somos “del” mundo, pero vivimos “en” el mundo. Por eso, no somos ajenos a las alegrías y dolores que embargan a nuestro mundo contemporáneo. Vamos, entonces a reflexionar sobre una “nueva” y compleja realidad socio política con incidencia a escala mundial denominada “Nuevo Orden Mundial”. Conocemos, en parte, la variada literatura que existe al respecto. No es fácil encontrar estudios serios hechos por personas competentes. Pero, evidentemente, los hay, y muchos. No se trata de buscar y encontrar “conspiradores” a escala planetaria, sino de discernir un signo en nuestros tiempos que no puede ser ignorado para comprender el presente y futuro de la vida monástica.

1. Un poco de historia reciente
        Al concluir la “guerra fría”, con la disolución de la URSS y la caída del muro de Berlín (1990), cambió la estructura bipolar vigente desde la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. El vencedor fue el sistema capitalista con su ideología liberal. EE.UU. y sus aliados europeos son los agentes que elaboran e imponen el nuevo orden.
        Comenzó al mismo tiempo una revolución cultural laicista y marxista en sus aspectos más radicales. Se establece un nuevo diseño ético, se suprimen presupuestos antropológicos fundamentales y se domestica a las mayorías culturalmente indefensas. Esta realidad, en parte, es conocida hoy como la “Ideología de género”.
        El Cardenal Joseph Ratzinger compuso en el año 1997 un Prefacio para un libro de M. Schooyans, miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y consultor de Consejo Pontificio para la Familia. El libro tiene este sugestivo título: El Evangelio frente al Desorden Mundial (Publicado originalmente en francés en el año 1997). El entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe constató el fracaso de la ideología marxista y denuncia un intento liberal de establecer un “nuevo orden mundial” que traiga la felicidad en este mundo. Dice el Cardenal Ratzinger:

Hay, tentativas de construir el futuro que se inspiran, en forma más o menos profunda, en las fuentes de las tradiciones liberales. Estas tentativas están asumiendo una configuración cada vez más definida, la cual está presente bajo el nombre de Nuevo orden mundial, y encuentran expresión cada vez más evidente en la ONU y en sus Conferencias internacionales, en particular en las de El Cairo y de Beijing (Pekín), que en sus propuestas de caminos para arribar a condiciones de una vida distinta traslucen una auténtica y propia filosofía del hombre nuevo y del mundo nuevo. Una filosofía de este tipo no tiene ya la carga utópica que caracterizaba al sueño marxista. Por el contrario, ella es muy realista sobre los límites del bienestar, solicitado a partir de los límites de los medios disponibles para alcanzarlo, y recomienda, por ejemplo, sin por esto buscar justificarse, no preocuparse del cuidado de aquéllos que ya no son productivos o que no pueden esperar más una determinada calidad de vida. Además, esta filosofía ya no espera que los hombres, habituados ahora a la riqueza y al bienestar, estén dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para alcanzar un bienestar general, sino que propone las estrategias para reducir el número de los comensales a la mesa de la humanidad, para que no se resquebraje la felicidad pretendida que algunos han alcanzado. La peculiaridad de esta nueva antropología, que debería constituir la base del Nuevo orden mundial, se torna evidente sobre todo en la imagen de la mujer, en la ideología del “empoderamiento de las mujeres”, nacida en la Conferencia de Beijing. El fin de esta ideología es la autorrealización de la mujer, pero los principales obstáculos que se interponen entre ella y su autorrealización son la familia y la maternidad. Es por eso que la mujer debe ser liberada, en forma particular, de aquello que la caracteriza, es decir, de su especificidad femenina. Ésta última está llamada a anularse frente a una “equidad e igualdad de género”, frente a un ser humano indistinto y uniforme, en cuya vida la sexualidad no tiene otro sentido que el de una droga voluptuosa de la que se puede hacer uso sin ningún criterio. En el temor a la maternidad que se apodera de gran parte de nuestros contemporáneos entra seguramente en juego también algo todavía más profundo: el otro es siempre, a fin de cuentas, un adversario que nos priva de una parte de la vida, una amenaza para nuestro yo y para nuestro libre desarrollo. Al día de hoy, ya no existe una “filosofía del amor”, sino solamente una “filosofía del egoísmo”.

        Pronto se cumplirán los 25 años de esta profética afirmación del Cardenal Ratzinger; nos asombra la claridad de su discernimiento. El paso del tiempo le ha ido dando la razón.

2. Acercándonos al presente
        El Papa emérito Benedicto XVI, en su Encíclica social, Caritas in veritate, fechada el 29 de Junio del 2009, hizo una relectura de la carta Populorum progressio para celebrar los cuarenta años de su publicación. El Papa emérito deseaba ofrecer unas orientaciones pastorales para el desarrollo integral de la humanidad en una época cuya novedad principal ha sido el estallido de la interdependencia planetaria, ya comúnmente llamada globalización (CV, 33).
        La “globalización”, en palabras de Benedicto XVI y citando a Juan Pablo II: “no es a priori, ni buena ni mala. Será lo que la gente haga de ella” (CV, 42).
        Podría referirse a una integración planetaria de la humanidad entendida como una gran familia, pero esto tendría que verificarse según ciertos criterios: “La verdad de la globalización como proceso y su criterio ético fundamental vienen dados por la unidad de la familia humana y su crecimiento en el bien. Por tanto, hay que esforzarse incesantemente para favorecer una orientación cultural personalista y comunitaria, abierta a la trascendencia, del proceso de integración planetaria” (CV, 42).
        Pero también podría tratarse de una “ideología de la tecnocracia”. Es decir, puede ser vista como vehículo del primado de la técnica planetaria como forma dominante de pensamiento (Cf. CV, 14).

“El proceso de globalización podría sustituir las ideologías por la técnica, transformándose ella misma en un poder ideológico, que expondría a la humanidad al riesgo de encontrarse encerrada dentro de un a priori del cual no podría salir para encontrar el ser y la verdad” (CV, 70).

“Pero la racionalidad del quehacer técnico centrada sólo en sí misma se revela como irracional, porque comporta un rechazo firme del sentido y del valor” (CV, 74).

        Llegados a este punto nos podemos preguntar: ¿es necesaria una autoridad planetaria que rectifique rumbos y lleve a la humanidad al bien común? Nadie ignora las ventajas y riesgos que esta eventual autoridad traería consigo.
        El mismo Benedicto XVI, ya reconocía que la Organización de las Naciones Unidas en su actual estructura “necesita con urgencia una reforma”, pues carece de la imparcialidad y solidaridad requerida para una autoridad política mundial, dado que en ella gobiernan los fuertes en desmedro de los más débiles (CV, 67).
        Además de lo recién dicho, la supuesta autoridad mundial debería disponer de poder efectivo y no sólo moral. Y aquí aparece un segundo y serio riesgo: se debilitaría la autonomía de los estados y otros cuerpos intermedios. La subsidiariedad y división de poderes podría ser un remedio, pero… (cf. CV, 57). A pesar de todos los riesgos, pareciera ser que la familia humana requiere “un grado superior de ordenamiento internacional de tipo subsidiario para el gobierno de la globalización” (CV, 67), dando así concreción real al concepto de familia de naciones (cf. CV, 67).
        Benedito XVI ha dejado planteada una inquietud. El reinado de Dios como Padre Nuestro podría ser el único camino adecuado para la fraternidad universal de todos en Jesucristo. Estamos en el ámbito de la utopía, entendida como deseo y aspiración de una plenitud, que sólo Dios puede colmar. ¿Acaso la Iglesia no está llamada a ser como “un sacramento o signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano (…) y constituye en la tierra el germen y el principio del Reino de Cristo y de Dios?” (Lumen Gentium, 1 y 5).
        Por el momento, en el mundo de hoy, la eficiencia y la utilidad son los únicos criterios de acción y verdad. Está sucediendo lo que temía el Papa emérito: “Sin la guía de la caridad en la verdad, este impulso planetario (de la globalización) puede contribuir a crear riesgo de daños hasta ahora desconocidos y nuevas divisiones en la familia humana” (CV, 33).

3. Discerniendo poderes
        Ahora bien, hay diferentes entidades, grupos y organizaciones que intentan darle un rumbo u orientación al fenómeno de la globalización; aparecen así lo que podemos llamar “globalismos”. Se trata ahora de discernir qué grupo está utilizando la globalización para su propio proyecto.
        De hecho, existe una estructura de poder, compleja en su composición, cuya finalidad es imponer un Nuevo Orden Mundial, y que utiliza la globalización a fin de establecer sus planes.
        Constatamos en la actualidad un par de estructuras de poder, una de derecha y otra de izquierda, aparentemente antagónicas, pero coincidentes en algunos puntos comunes, aunque por diferentes motivos.
        Una de ellas, de índole liberal, lleva la iniciativa temporal porque se organizó más tempranamente –hablaremos enseguida de ella–; la otra, el “Foro de San Pablo”, se reorganizó más tardíamente, aglutinando todos los partidos políticos de la izquierda latinoamericana, desde reformistas hasta revolucionarios. Además, a las reuniones de esta última suelen asistir también representantes de movimientos sociales de izquierda de Europa y Asia. Desde hace un par de años, el “Foro” se ha convertido en el “Grupo de Puebla” y opera desde México y por medio de video conferencias.
        Las Izquierdas comunistas o “populistas” y las Derechas liberales juegan continuamente una pulseada midiendo fuerzas en el ejercicio del poder mundial o, y aquí está la paradoja, estrechando manos y aunando esfuerzos en objetivos momentáneamente comunes, para volver luego a poner todos los medios para desestabilizarse mutuamente.
        Veamos ahora los componentes de la Derecha liberal en cuanto estructura de poder mundial. Nos interesa identificar sus principales actores. Su acción conjunta va poniendo en cuestión la soberanía de los Estados, los cuales se van convirtiendo en simples mecanismos para adoctrinar y someter a la propia población. Estos agentes intervienen en todos los países a escala mundial. Ahora bien, ¿quiénes son estos actores? En forma sintética, podemos nombrar los siguientes:

–Órganos de propaganda: Hollywood, Cadena Nacional de Noticias…
–Organismos de Crédito: Fondo Monetario Internacional, Banca Mundial, Banco Internacional de Desarrollo…
–Usinas del pensamiento único: Universidades de prestigio internacional, como Harvard, John Hopkins y otras que dependen de ellas.
–Familias hegemónicas y banqueras: Morgan, Roschild, Rockefeller, Monsanto…
–Centros de holocausto prenatal: International Planned Parenthood Federation (IPPF)…
–Entidades “benéficas”: Ford Foundation, Soros y Open Society, Bill y Melinda Gates Foundation…
–Otras Asociaciones: Council of Foreign Relations, Trilateral Commission, Club Bilderberg, Federal Reserve o Banco Privado Mundial…
–Centro diseñador e impulsor de agendas demográficas y educativas universales: la Organización de Naciones Unidas y sus Agencias (Organización Mundial de la Salud, Fondo de Naciones Unidas para la Infancia…)

        Vamos constatando que cada una de estas entidades y organizaciones (integradas por muchos “masones” y por personas política y socialmente de “derecha” y de “izquierda”…) cumple un cometido particular en beneficio de un objetivo común: reducir la población mundial en provecho de los países más desarrollados y ricos, modificar la institución familiar y el “código binario” (varón y mujer), asumir el poder político, integrar lobbies (LGTBIQ+) al servicio de la propia causa, revolucionar la cultura occidental de cuño cristiano, destruir la Iglesia Católica, baluarte de la Tradición…
        La historia va demostrando que la Organización de Naciones Unidas (ONU), aunque su mismo “logo” pretenda mostrar a todos los Estados en un plano igualitario, está controlada por un comité muy particular, el Consejo de Seguridad con poder de veto, la igualdad no es más que una ilusión. Basta analizar su composición y financiamiento para darse cuenta de cuál es la realidad administrativa y las políticas que se van imponiendo. Desde hace ya varios años la ONU ha disfrazado su política antinatalista con el ropaje de “derechos humanos”.
        Un importante organismo de la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS), incorporó plenamente en sus programas los conceptos impuestos en las Conferencias de El Cairo (1994) y Pekín (1995), conceptos ambivalentes contra los que combatió el Papa Juan Pablo II. La OMS está sujeta a otras esferas de poder, entre los que la respaldan y colaboran con ella está la International Planned Parenthood Federation (IPPF, la institución anticonceptiva y abortiva más grande del mundo), el Population Council de la familia Rockefeller y más recientemente, el Partido Comunista de la República Popular de China. En la actual “pandemia” del “corona-virus”, la OMS mostró su verdadero rostro ideológico, volveremos enseguida sobre este tema.
        Aunque resulte irónico, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), importante agencia de la ONU, que pasa su “alcancía” en los vuelos internacionales de las grandes compañías aéreas, promueve el aborto desde hace más de cincuenta años.
        Todos los “nuevos actores” mencionados precedentemente tienen sus portales en la WWW y son de fácil consulta. Aunque algunos de ellos guardan la debida reserva sobre sus deliberaciones y decisiones, tal como el Club o Grupo Bilderberg.
        Todo esto, que podría ser considerado “ciencia ficción” o caer dentro de la llamada “teoría conspiracionista”, ha sido una constante en la historia de la humanidad. Siempre han existido “grupos de poder” que han intentado dominar a la humanidad. La Sagrada Escritura nos habla de los “poderes de este mundo” y da sobrado testimonio de su obrar. Desde el Faraón de Egipto que procuró controlar a Israel mediante el infanticidio, hasta el libro del Apocalipsis que delata la hegemonía de un imperio que se impuso en toda la cuenca del Mediterráneo y más allá de estos confines.
        Sin caer en fundamentalismos simplistas y evitando gnosticismos ajenos a la historia, hemos de tener en cuenta estas realidades a fin de afrontar el futuro con realismo y esperanza. Nuestro servicio a la Iglesia y al mundo consiste en orar y vigilar a fin de no caer en la tentación, incluida la del temor a ser encadenado en la cárcel de la “teoría de la conspiración”.
        Estos “amos del mundo” ignoran algo que enseña la fe y demuestra la historia de la humanidad. Puede ser oportuno recordárselos a fin de que se conviertan y vivan: el Poderoso, cuyo nombre es Santo, dispersa con su brazo a los soberbios de corazón, derriba a los potentados de sus tronos y despide a los ricos con las manos vacías; al mismo tiempo que: exalta a los humildes y colma de bienes a los hambrientos…[2]. Finalmente, nos lo asegura un auténtico profeta, la Bestia y el Dragón serán arrojados a un lago de fuego en donde serán atormentados eternamente[3]. Habrá, entonces, un cielo nuevo y una tierra nueva, y el mundo viejo habrá pasado[4].

4. Pandemias
        Agrego un último y reciente dato, tan reciente que todavía no ha concluido y nos encontramos aún sumergidos en él. Esta “inmersión” hace que abunden opiniones y lecturas de todo tipo que nublan la realidad e impiden un mínimo de objetividad. Si en el desvelamiento del Nuevo Orden Mundial había que ser cautos, en el presente que estamos viviendo hay que serlo aún más. Me estoy refiriendo a la Pandemia del Covid-19 que estamos todos sufriendo.
        Es un dato fácilmente comprobable que varias “pandemias” han castigado, parcial o totalmente, a la humanidad en los años recientes. Baste recordar las siguientes:

-2002: Síndrome respiratorio agudo severo “Sars-CoV” que afecta a 26 países en 2003 y origina más de 8000 casos, con una tasa de mortalidad global de alrededor del 13 %.
-2009-2010: La pandemia de “Gripe A” con una mortandad aproximada entre 150.000 y 575.000 personas en el mundo.
-2014: La epidemia de “Ébola” del año 2014, la cual comienza en Guinea, en el mes de Marzo y se extiende en los meses siguientes a Liberia y Sierra Leona. Posteriormente llega a Nigeria, Senegal, Reino Unido y Estados Unidos. Su alta tasa de mortalidad fue de 4500 personas en medio año y no se conocen medidas curativas.
-2014: El virus “Zika” afecta a varios millones de personas y miles de bebés nacidos con microcefalia, aunque aún parece no haber certeza científica de la relación entre la microcefalia y el virus. La cifra de muertos se calcula en 4030 casos.
-2019-2020: La actual pandemia de “Covid-19”. Nuevo tipo de coronavirus (Sars-CoV2) detectado en el continente asiático a finales de 2019. Fue declarado pandemia el 11 de marzo de 2020. Hasta la fecha (9 de junio 2020), habría afectado a más de 7.000.000 de personas y ocasionado 410.000 muertes. La tasa de letalidad es 5,7% y la tasa de recuperación es 48,2%.
        Las estadísticas, si son ciertas, mostrarían con claridad la severidad del “Covid-19”, su extensa propagación, el alto índice de contagios y una relativa mortandad.
        Es verdad que entre las muchas voces que se han alzado, hay algunas que merecen crédito por su cientificidad, desinterés y virtud probada de los portavoces. Se habla así de: un virus modificado en laboratorio, manipulación de las estadísticas, confusión creada por las directivas de la OMS, prolongación innecesaria de cuarentenas que van destruyendo a los pequeños emprendedores, a las economías domésticas y nacionales, todo acompañado por un creciente desempleo… Además de: miedos inducidos por la prensa y autoridades sanitarias, expectativas de “la vacuna” (la cual será objeto de fabulosos negociados) como única tabla de salvación. Más allá de la veracidad, parcial o total de estas voces, subsiste el interrogante: ¿pandemia o falsemia y plandemia? Lo más probable es que se trate de las tres realidades a la vez. Alguien se ha referido al covid-19 como una “pum”, es decir: una pandemia universal mediática.
        Obviamente, los países pobres (“sub-desarrollados”) serán aún más pobres y necesitados de ayuda, lo cual los hará aún más dependientes y a merced de quienes manejan la economía y el poder.
        Otras voces anuncian que el “mundo post-industrial”, con su tecnología digital, bancos, finanzas, petróleo, gas natural… pertenece al pasado, aunque siga sobreviviendo en algunos ámbitos y regiones del mundo. Un modelo mundial y planetario va muriendo y otro va emergiendo. Un nuevo “tecno-paradigma trans-industrial” ha comenzado, sus principales elementos son: el hombre “post-humano”, la robótica, la inteligencia artificial, la “virtualidad” que va superando a la “realidad”, la tecnología tridimensional, la educación a distancia, la creciente emergencia de las redes sociales y el intento de controlarlas, la creación de nuevos bloques sociopolíticos…
        Constatamos el empeño de grupos nacionales e internacionales por ganar a la juventud actual, promesa del mañana, mediante sistemas educativos ideologizados. Se trata de una prioridad, dado que los jóvenes de hoy serán los nuevos consumidores y agentes del nuevo paradigma emergente. El principal obstáculo que se opone a este propósito es la familia biparental y abierta a la prole. La solución es simple: hay que destruir a la familia mediante nuevos modelos “familiares” sin código binario ni prole natural. Esta destrucción es también algo fácilmente comprobable.
        Si pasamos todo lo precedente por la criba del discernimiento, algo y, quizás, mucho va quedando. Es decir, tiene consistencia y volumen. Todo lleva a pensar que las pandemias son uno de los tantos medios que utilizan los agentes del Nuevo Orden Mundial para imponer su agenda y dominar a la humanidad. La globalización es el caballo de batalla, la Ideología de género es el arma cultural y las pandemias dan el golpe letal.
        La Iglesia y, claro está, nuestros monasterios se encuentran en este nuevo contexto: no somos “del mundo”, pero vivimos “en el mundo”. Muchas “recetas” o soluciones precedentes, puede que ya estén caducadas. Se impone abrirse a Aquél que hace nuevas todas las cosas y prometió estar con nosotros hasta el fin de los tiempos.

5. Don a Entregar

       La forma de vida cristiana y monástica que explicita la Regla de San Benito tiene ya quince siglos de existencia. Este carisma que suscitó el Espíritu Santo ha atravesado las vicisitudes de los tiempos y se ha encarnado en diversas geografías. Es responsabilidad de los monjes de hoy cooperar con el Espíritu Santo a fin de custodiar y enriquecer este don para comunicarlo a nuevas generaciones. Las circunstancias que vivimos en nuestros días son una oportunidad para volver, si fuera necesario, a lo esencial y entregarlo a otras manos que sabrán hacerlo fructificar.
        Lo esencial del programa monástico según la Regla de San Benito, recibido para ser vivido y entregado, consiste en unos pocos elementos claves; ellos configuran una identidad al servicio de la Iglesia y del mundo. Concretamente:

-La finalidad de la vida monástica es la búsqueda de Dios (RB 58:7).
-A Dios se lo encuentra en Cristo (RB 4:21; 72:11).
-El cenobita lo busca bajo una Regla y un Abad (RB 1:2).
-El Opus Dei ocupa un lugar prioritario (RB 43:1-3).
-La oración privada es preparación y prolongación del Opus Dei (RB 4:56; 52:1-5).
-La lectura y meditación alternando con el trabajo equilibran la jornada (RB 48).
-La obediencia, taciturnidad, humildad son los pilares de la vida ascética (RB 5-7).
-La caridad fraterna bajo forma de buen celo domina la moral de la Regla (RB 72).
-El monasterio es un taller en donde el monje ejercita el arte espiritual (RB 4:78).
-La discreción es virtud esencial para que haya paz en la Casa de Dios (RB 64:17-19).
-La estabilidad es requisito para la fecundidad de esta vida (RB 4:78; 58:9,17).

        Si es voluntad de Dios, y parece así serlo, la vida monástica continuará su andadura en el Occidente post cristiano. El Señor prometió su presencia y hacerse presente allí donde dos o tres se reúnen en su Nombre.
        La Iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz del Señor hasta que Él venga. Y, nosotros, también.

P. BERNARDO OLIVERA
Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles
C.C.34 – B7300WAAAzul – Pcia. Bs.As.
ARGENTINA

[1] Abad emérito del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles, Azul, Argentina.

[2] Cf. Lc 1,51-53.

[3] Cf. Ap 20,10.

[4] Cf. Ap 21,1.



septiembre 2, 2020 Que No Te La Cuenten