sábado, 31 de octubre de 2020

El caballo de Troya: Los chinos en Argentina y Uruguay

por César Augusto Lerena

La Argentina es incapaz de controlar la pesca ilegal con buques chinos en el Atlántico Sur y favorece sus inversiones para que se lleven los recursos naturales, económicos y el trabajo del país. El Uruguay, por su parte, facilita las operaciones de esas embarcaciones ilegales en sus puertos y, promueve, la radicación de capitales chinos en ese país, entendiendo, que esta República -dice el presidente Luis Lacalle Pou- puede ofrecerle a China ser el “HUB” (Centro Regional) de «entrada de sus productos y servicios a la región y su acercamiento al Mercosur».

Un ofrecimiento que debe resultar muy atractiva a Xi Jinping. Una propuesta de colonización encubierta -esta vez China- con inversiones que dejan al descubierto, como en la Argentina, la indefensión nacional aprendida. Estamos inertes ante la necesidad de capital y nos entregamos con los brazos atados a estas nuevas formas de dominación y de destrucción de las industrias locales que, suenan como métodos más sofisticados, pero son igualmente invasivos, tanto como los británicos y franceses subiendo el río Paraná en 1845 para hacerse de nuestro comercio. Como la savia que se extrae por la hidrovía, que oficia de arteria regional, para llevarse impunemente el esfuerzo laborioso de nuestras materias primas sin valor agregado de la mano de navieras, peajes y dragados extranjeros.

Los chinos no vienen por nuestro desarrollo regional, vienen por nuestros recursos.

¡Argentinos a las cosas y uruguayos a las suyas!, pero, ambos juntos, con políticas concertadas de interés común, para poder enfrentar los grandes desafíos del comercio internacional y alcanzar el bienestar de sus pueblos y, la armonía y defensa inteligente de la región, frente al sostenido avance de las grandes potencias mundiales que han transformado la invasión militar en colonización económica y financiera. Ni Argentina ni Uruguay pueden ofrecerle el “HUB” a China; a no ser, que estén resignados a transformarse en meras colonias para la extracción de sus recursos sin valor agregado, en lugar de países industriales de productos de excelencia, de transferencia de tecnología y conocimiento, en ambientes sostenibles y seguros.

¿Seguiremos los rioplatenses vendiendo productos baratos con mano de obra esclava como en los siglos XVIII y XIX? O se decidirán nuestros países empobrecidos a unir voluntades para defender sus intereses culturales, económicos y sociales, como los concibieron Artigas y San Martín.

A qué desactivado MERCOSUR se refiere Lacalle Pou, cuando no podemos siquiera ponernos de acuerdo entre los rioplatenses en el uso de las aguas comunes; la utilización de los puertos y el diseño de los canales de navegación; el comercio común marítimo y fluvial; el aprovechamiento de los recursos pesqueros en la Zona Común que ambos países acordaron inteligentemente en 1973; la exportación de productos de calidad certificada rioplatense en lugar de seguir dependiendo de certificadoras internacionales (una nueva forma de colonización); el intercambio de bienes y servicios; el combate de la pesca ilegal china, española, coreana, taiwanesa y británica en el Atlántico Sur, en Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur que le quita, no sólo importantísimos recursos a ambos países, sino que enajena la soberanía de Uruguay y Argentina en este amplio territorio marítimo que ya era una estrategia central en el Virreinato del Rio de la Plata. ¿Qué hemos hecho en común en la Antártida latinoamericana que soñara el General Jorge Edgar Leal, fundador de la Base Esperanza en 1952?

¿Qué se hace la Muy fiel y Reconquistadora Montevideo que le permitió a Buenos Aires deshacerse de los ingleses en 1806 y qué, la Muy noble y muy leal, ciudad de Buenos Aires, ambas controladas por capitales chinos?

Somos buenísimos las autoridades de ambos países con discursos altisonantes sobre América para los americanos en los Foros Internacionales, aunque incapaces de unir voluntades para hacer de este mensaje una realidad palpable que demuestre la vocación cierta de desarrollarnos con autonomía. No es con un “HUB” chino. Es con un “HUB” Rioplatense que habremos de cambiar nuestro destino y transformarnos en países soberanos, dejando el vuelo bajo de los chismes y celos de conventillo. Unidos o Dominados no diría el General Juan Perón.

Los gobiernos de Sudamérica ya han dado muestras sobradas de incapacidad para diseñar y llevar adelante un proyecto regional que nos fortalezca con equidad y nos permita aprovechar al máximo nuestras capacidades individuales. Una acción sinérgica que destaque las potencialidades de cada uno y que nos ayude a competir en el mundo, alcanzando un desarrollo equilibrado que haga sustentable a ambas Naciones, facilitando la actividad de las pequeñas y medianas empresas nacionales, el pleno empleo, el bienestar de la gente y robustecer una identidad y tradición común que nos hermana.

Desde hace años que los gobiernos uruguayos de distinto signo político (Tabaré Vázquez ayer y hoy Lacalle Pou) vienen insistiendo en la construcción de un puerto chino en Uruguay y, ahora, es el propio Estados Unidos que expresa su preocupación por la penetración china. Ahora, ¿es razonable que sean otros intereses ajenos a la región los que deban señalarnos el problema y diseñar nuestro futuro? y, por el contrario, sea el propio Uruguay con la Argentina y viceversa, quienes armen sus proyectos de Nación Independiente y complementarias, fuera o dentro del MERCOSUR y, no sea necesario, que, bajo el pretexto de recibir recursos económicos chinos, enajenen sus destinos de grandeza.

Siento un profundo amor por los orientales, pero lo del “HUB” chino, excede el proyecto de país y avanza en la pretensión China de constituirse en el epicentro económico de la región. No será inocuo para Uruguay ni tampoco para la Argentina. Ya hemos sido colonia española, portuguesa, brasileña, nos ocupan y explotan los británicos, no queremos ser colonia de China.

¿Qué es esto -por otra parte- que por un minúsculo negocio con Malvinas se promueva el turismo en esos territorios nacionales de Argentina ocupado en forma prepotente por una nación extranjera? ¿Tal vez una nueva forma de dependencia? No se merecen estos pueblos grandes una mirada tan pequeña de nuestros gobernantes.

Según Búsqueda (Nº 2094, 22-28/10/20) «La posibilidad de que la empresa china Shandong Baoma Fishery Group construyera un puerto para proveer servicios de mantenimiento a barcos pesqueros ya se negoció durante el gobierno pasado (…) El consejero económico comercial de la embajada china en Montevideo, Zhou Quan, dijo que “se ha realizado suficiente intercambio de opiniones en el nivel técnico de la comisión mixta”. Imaginamos que Uruguay, como país, está abierto a las inversiones (…) que, como quedó claro en el diálogo que mantuvieron Lacalle Pou y Jinping, Uruguay y China comparten la visión de que no hay que ir “por el camino del proteccionismo”, sino “seguir con los mercados abiertos». Habría que analizar que hace hoy Estados Unidos, a la Unión Europea y la propia China al respecto, que aplican aranceles y restricciones para arancelarias a nuestros productos con valor agregado.

Nos queda muy claro a quién beneficiará esta iniciativa: adquisición de materia prima barata; compra de plantas a bajo costo; explotación de los recursos de bajo valor agregado; exportación de commodities agropecuarios y pesqueros; transferencia de la mano de obra uruguaya (como ya ocurre en la Argentina) a China y otros países desarrollados.

Fueros de artificio que no pueden engañar a dos pueblos inteligentes y a gobernantes informados.

¿Un centro regional chino en Uruguay? Puerto franco, depósitos y muelles para la logística, insumos importados, evasión de impuestos, recambio de tripulación, etc. con extensión al área portuaria de Montevideo; astillero para la reparación de barcos; depósitos de petróleo para pesca subsidiada, trabajo esclavo, etc. ¿Quién y con qué se controlarán estas capturas que se desembarquen en un puerto privado chino?, ¿y el transporte, con bodegas y contenedores llenos de capturas ilegales en la ZEE o adyacente a ésta, o con licencias ilegales británicas de Malvinas? Todo el Atlántico Sur, el Río de la Plata, los ríos y territorios continentales, mantenidos con nuestro escaso patrimonio al servicio de la extracción y depredación China. ¡Un negocio chino!

Ya los grupos chinos Hesheng Group y Fores Group se quedaron con el Frigorífico Nacional Lorsinal de carnes rojas y China «se hará de soberanía en el Río de la Plata si construye un Puerto con zona franca pesquera en Uruguay». Con la instalación del puerto, comenzaremos a ver frente a las costas de Uruguay y la Provincia de Buenos Aires -en la Zona Común- cientos de buques pesqueros chinos de los 16 mil que depredan en el Pacífico y Atlántico; que despacharán y operarán sin intromisión alguna; destruyendo los recursos, pero también los mercados de nuestros países.

Todo ello en un marco de fragilidad y dependencia absoluta: «el primer ministro australiano Scott Morrison puso en duda la transparencia china en la pandemia y como respuesta relámpago los chinos -nuestro principal importador- retiraron la habilitación de las cuatro plantas exportadoras de carnes a ese país y decretaron para la cebada australiana un arancel del 80%» (El Observador, 21/8/20) ¿A esto se llama socio confiable, imperecedero, capaz de contribuir al desarrollo de la región?

Ya lo dije, China no viene a desarrollar Uruguay o Argentina ¿por qué lo haría? vienen por nuestros recursos naturales, por las materias primas de bajo valor agregado o simplemente -en el caso de la pesca- a la exportación de commodities o harinas de pescado (1.212 U$S/tonelada) -devaluando aminoácidos de la mejor calidad biológica para transformarlas en la alimentación animal y, aún más grave, a instalar una base de operaciones del gigante asiático en la cabecera del Atlántico Sur. Tan inocente, como la compra de plantas de procesamiento de alimentos, mineras o campos de explotación agraria en Argentina o la instalación de una Estación Espacial de China en Neuquén, que depende de los altos mandos del Ejército Popular, un territorio de soberanía china, a cargo de funcionarios chinos e inaccesible a los argentinos. Con la misma inmunidad de hecho o derecho que tendría un Puerto en Uruguay.

La fama de China en la actividad pesquera es reconocidamente mala y se le atribuye pesca ilegal en innumerables Estados ribereños. Una docena de países han protestado contra la pesca ilegal de los buques chinos subsidiados: Ecuador, Chile, Perú, Colombia, México, Costa Rica, Corea del Sur, Vietnam, Mauritana, Senegal, Guinea, Sierra Leona, son solo algunos y, este país, ha dejado claro su interés en el Pacífico y el Atlántico Sur, después de haber depredado el mundo. A China no se le puede abrir el mar por su asimetría económica y, porque sus embarcaciones no respetan el derecho del mar y las demás normas internacionales vigentes.

El “HUB” chino en Uruguay habría de transformar ese país en una gran factoría para el ingreso de sus productos y, la explotación y exportación de materias uruguayas sin valor agregado a través en unas pocas empresas chinas que monopolizarán y establecerán el valor de las pequeñas y medianas empresas nacionales para luego exportarlas desde empresas chinas a China sin arancel alguno, al contrario de lo que ocurre con los productos uruguayos y argentinos. Será progresivo y sostenido y, los pequeños y medianos empresarios locales no podrán competir con los bajos precios chinos y serán irremediablemente absorbidos por éstos para que junto a sus capturas ilegales ingresen como de origen chino en sus puertos de destino.

Durante 2019 las exportaciones desde Argentina a China de los filetes de merluza se pagaron 1.500 U$S/tonelada, a Uruguay U$S 3.805 U$S; el calamar U$S 2.345, a España U$S 3397; la corvina U$S 1.526, a Estados Unidos U$S 2.331; la merluza negra U$S 14.800, a Rusia U$S 25.098; la pescadilla U$S 1.143, a Italia U$S 2.753; la anchoita salada U$S 2.700, a Brasil U$S 6.422; el mero U$S 1.600, a Alemania U$S 10.500. Son pruebas irrefutables del bajo valor agregado chino, a lo que se agrega el ingreso sin aranceles a la República Popular China, el trabajo esclavo y la pesca ilegal subvencionada.

Yo pronostico el trabajo devaluado a fasón para las empresas uruguayas y la concentración y la fijación del precio por parte de las chinas. Como en la Argentina, donde el sector pesquero nacional en 1970, cincuenta años después, está manos de chinas, americanas, españolas, etc. que exportan commodities y, les regalamos a sus transformadoras en destino el empleo nacional.

Fuera de ello, ¿cómo se supone que afectará el trabajo esclavo, el desprecio por el cuidado ambiental y los hábitos culturales chinos en nuestros trabajadores; en el medio marino; en el Río de la Plata y fluvial y en las costumbres rioplatenses? Los chinos «operan sin ningún control ambiental, laboral ni sanitario, utilizando mano de obra esclava, depredando el ecosistema marino y contaminando» nos refiere desde hace años el experto en pesca ilegal Milko Schvartzman.

No dejemos embaucarnos con las luces de la ciudad, el tránsito fácil de recibir inversiones chinas que no se destinan al desarrollo cierto de las nacionales, sino a satisfacer sus necesidades, no son más que espejitos de colores, ¿por qué no habrían de serlos? si nuestros países en lugar de fortalecer sus potencialidades se transforman en grandes supermercados de exposición de productos extranjeros en vez de promover nuestro productos nacionales, destinándolos al consumo de la región y la exportación al mundo. Los salarios de nuestros empleados públicos y privados, argentinos y uruguayos, se van en la adquisición de bienes y servicios extranjeros en lugar generar desarrollo regional y, con este mejorar, la calidad de vida de los rioplatenses.

Obviamente, que este modelo requiere decisión y una vocación unívoca de ambos presidentes Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández para avanzar sin fisuras hacia un destino común. Nada mucho cuesta poco, orientales y argentinos. Marcos Mundstock (1942/2020) en la película “el cuento de la comadreja” al aplicar su estrategia en el juego del billar le dice a su contendiente: «¿sabe cuál es su problema? Que a usted le gustan los tiros fáciles y ¡nada bueno es fácil! En este juego para ganar hay que mirar al rival, pensar como el rival, sentir como el rival ¡no es nada fácil! Cuando parece que todos los caminos están cerrados, ¡siempre se encuentra una manera!»

En la «Convención Preliminar de Paz» el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Reino del Brasil acordaron en 1828 terminar con la disputa por la Banda Oriental; al tiempo que establecieron por quince años, asegurar la libre navegación para ambas naciones; sin embargo, no se fijó el mar territorial y, ello generó diferencias, a punto de provocar algún conflicto armado. 145 años después (¡!) la firma del Tratado del Río de la Plata, en Montevideo en 1973, ratificado en Argentina por Ley 20.645 y, en Uruguay por Ley 14.145, dando fin a los graves desentendimientos entre dos países, original y, culturalmente hermanos.

Ese Tratado que fue el resultado de una política de Estado iniciada en 1910 por Roque Sanz Peña, quien luego sería presidente argentino, continuada en 1964 por el Canciller Miguel Angel Zavala Ortiz y firmada en 1973 por los Cancilleres uruguayo Juan Carlos Blanco y argentino Alberto Vignes, pretendió, ir mucho más allá de una cuestión de límites, peces y ambiente, sino «sentar las bases de una más amplia cooperación entre los dos Países y estrechar los arraigados vínculos de tradicional amistad y hondo afecto que unía a sus Pueblos» y, como refirió el Presidente Juan Domingo Perón el 19 de noviembre de 1973: «Este será el instrumento más eficaz en la defensa de intereses comunes a los dos pueblos, una acción ejemplar en el orden internacional. Suscribir el protocolo de la fraternidad uruguaya y argentina -decía Sáenz Peña- no es crear una política distinta de la que nos viene impuesta por nuestra tradición; es consagrar para siempre, la fraternidad uruguaya y argentina. Un mismo cielo cubre nuestras aguas, su azul se refleja en el y en nuestras banderas. Aceptemos ese simbólico abrazo de la naturaleza como un signo de fraternidad que nos convoca a la paz, al trabajo en común, a la prosperidad y a la felicidad de nuestros dos pueblos».

A casi cincuenta años, de ese trascendente acto de alianza estratégica y cooperación, los resultados de uno de los más importantes tratados de integración suramericana son verdaderamente escasos, limitándose, a una discutida administración del Río y la Zona Común. El delimitar las jurisdicciones de los países en el río y los alcances de las actividades, no debiera operar como una suerte de muro separador, sino por el contrario, consolidar una gran puerta de acceso y de unión indisoluble de vecinos fraternos, con una historia y cultura común y, con la necesidad, de actuar en forma sinérgica en las cuestiones económicas y geopolíticas, de cara al mundo, de ocupación del Atlántico Sudoccidental, de tránsito al Pacífico y vínculo antártico.

No se efectuaron mutuas resignaciones y se estableció una Zona Común de Pesca en la ZEE. uruguaya y en la aún más extensa y rica ZEE Argentina para entregar a terceros países nuestros recursos sino para «asentar las bases de la más amplia cooperación entre los dos países» en su explotación, el transporte, la tecnología, el desarrollo portuario y general; en el que ambas Naciones pueden y deben complementarse, no olvidando que el Tratado refiere a la «prohibición de acciones contaminantes, a la protección del medio marino y a la conservación de las especies» (art. 47-52, 54-56, 66, 73-76, 78, 80-82) y, en el concepto más amplio de estas acciones, se encuentra la prohibición de la explotación irracional y sin control; la depredación; el descarte de especies; la captura de juveniles, etc. todas prácticas que son realizadas por los buques ilegales chinos y, que, siendo perpetradas dentro o no de la Z.E.E. atentan contra el ecosistema y a ambos países.

En esa lucha de intereses del siglo XIX, dejamos de lado un territorio indivisible y a sus habitantes, genéticamente y, culturalmente unidos. Más aún, perdimos de vista, lo que ya el Virreinato conocía perfectamente: la posición estratégica de los puertos de Montevideo y Buenos Aires en cada extremo del Plata, y su operación asociada con relación al control del Río de la Plata, el Atlántico sur y, al mar austral de las Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, para controlar la Antártida y el acceso al Pacífico. ¿Por qué desde el año 1494 Portugal y luego los brasileños tenían interés en quedarse con la Banda Oriental?, sino era, por su posición estratégica sobre el Atlántico Sur, el Río de la Plata y el acceso a los ríos Uruguay y Paraná, permitiéndole, una libre navegación en la cuenca superior, y, ¿por qué España creó en 1776 el Apostadero Naval de Montevideo, su más importante autoridad naval en el Río de la Plata y el Atlántico Sur hasta el Cabo de Hornos?, sino era con el objeto de controlar el acceso al Pacífico, el estrecho de Magallanes y el paso de Drake y, ¿por qué en San Ildefonso, se dispone la presencia permanente de dos fragatas en el Río de la Plata, una en las islas Malvinas y, otra en Montevideo? Dos Estados marítimos que han perdido de vista sus potencialidades.

Es notable que durante la etapa fundacional de los siglos XVIII y XIX, se pudo entender más claramente la importancia del Río de la Plata, la cuenca del Paraná-Uruguay, el Atlántico Sur y su integración geopolítica, que, todos estos años transcurridos desde la gestación del Tratado. ¿Qué están haciendo Uruguay y Argentina en pleno siglo XXI, con un MERCOSUR deprimido, tratando de dar manotones de ahogado convocando a la injerencia de terceros países (a modo de Caballo de Troya) para que nos resuelvan nuestros problemas inconclusos y recidivantes?

En ese Río de la Plata, de 30.212 Km2 de superficie y 290 km de longitud, por el que ingresan el 95% de las importaciones argentinas y uruguayas y egresa el 80% de sus exportaciones, ya habían entendido los portugueses en el siglo XV y, luego los ingleses, los brasileños y rioplatenses, que la Banda Oriental y la Cuenca del Plata eran estratégicamente fundamentales por su proyección al Atlántico Sur y su acceso a la hidrovía. Ahora, países independientes, sería bueno esperar una asociación estratégica, generosa y amplia, que potencie los intereses binacionales, derivados de esta esta extraordinaria «puerta de entrada y salida al mundo».

Se avanzó en esta integración, cuando se creó en 1960 en Montevideo la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), luego ALADI; con el Tratado de Límites del Río Uruguay aprobado por ley 15.868 durante la gestión de Frondizi en 1961; con el Estatuto del Río Uruguay de 1976 ratificatorio y complementario del Tratado; y, en 1964 cuando se firmó el Convenio entre YPF y la ANCAP del Uruguay y, también, cuando ambos países acordaron el monitoreo conjunto del río Uruguay con motivo de la instalación de pasteras.

Esta relación se ratificó cuando por la Res. del UNASUR dada en Asunción el 17 de marzo de 2012 todos los Cancilleres de Sudamérica rechazaron la explotación por parte del Reino Unido de los recursos naturales del Atlántico Sur y decidieron prohibir el ingreso a los puertos de buques con bandera ilegal de Malvinas. Es decir, compromisos, que hacen inaceptable el uso de los puertos uruguayos a los buques extranjeros que pescan ilegalmente recursos argentinos y uruguayos en el Atlántico Sudoccidental y, también, la irresponsabilidad (¿o corrupción?) de funcionarios argentinos que toleran la carga directa o indirecta de combustible a buques tanques y otros insumos que sostendrían a las embarcaciones depredadoras.

Nos une un interés común que debiéramos potenciar con un protocolo adicional al MERCOSUR que dé nacimiento a un Mercado Común Pesquero y otros proyectos entre ambos países, que nos permita explotar inteligentemente más de un millón de toneladas pesqueras del Atlántico Sur que en la actualidad depredan chinos, españoles, coreanos, taiwanes y británicos.

En ningún caso debiéramos avanzar en proyectos sin el consenso necesario ya que lo que es malo para los uruguayos debiera ser malo para los argentinos y viceversa y, no debiéramos olvidar que Montevideo y Buenos Aires han servido de refugio a los emigrados políticos desde la época de la colonia y la independencia, hasta los tiempos de los gobiernos militares.

Yo también quiero tener mi ciudadanía uruguaya, pero, para hermanarme un poco más a los Orientales educados, con esa bonhomía e inteligencia que los hace singular, no para huir del fracaso de las políticas argentinas y, encontrar del otro lado del charco, el mismo sentimiento de entrega nacional.

¿Dónde está la cooperación argentino-uruguayo que debió potenciar el desarrollo de nuestros países en lugar de abrir las puertas a una nueva colonización que destruya las empresas locales, el empleo y nuestra cultura creativa?

Es hora de los funcionarios de ambos gobiernos: los Cancilleres Felipe Solá (Ar) y Francisco Bustillo (Uy), los embajadores Alberto Juan B. Iribarne (Ar) y Carlos Fernando Enciso Christiansen (Uy), de los Ministros de Agricultura, Ganadería y Pesca Luis Basterra (Ar) y Carlos Uriarte (Uy); los delegados de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) embajador Diego Tettamanti (Ar) y Alem García (Uy); los Presidentes de las delegaciones de la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo (CTMFM) Embajadora Mariana Inés Llorente (Ar) y CN Julio Suárez Bonorino (Uy); las autoridades de la hidrovía Paraguay-Paraná Ministro Mariano Vergara (Ar) y Juan José Olaizola (Uy); las autoridades de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) José E. Lauritto (Ar) y Mario D. Ayala Barros (Uy) y los Ministros y Secretarios temáticos de industria, producción, pesca, puertos, transporte, energía, comunicaciones, turismo, etc. con la aprobación de ambos Congresos, revitalicen y redireccionar este importantísimo Tratado de Cooperación, que significó grandes esfuerzos para su concreción a ambas Naciones, en busca de potenciar el desarrollo equilibrado de ambos pueblos, integración económica, social y ambiental.

Ya sea “bo” o “che”, todas estas cuestiones deberían estar “pronto” o “hechas”. Uruguay-Argentina o Argentina-Uruguay debieron ser un único y gran país, pero no siéndolo, es necesario que trabajemos para consolidar el espíritu de la Federación que quiso Artigas, sabiendo que, como dijera San Martín, «para los hombres de coraje se han hecho las empresas». Un modelo para Sudamérica y el mundo. El lenguaje y la comunión debiera servirnos para reencontrarnos y caminar juntos hacia un destino mejor. Tomémonos un buen mate oriental o argentino y encaminémonos hacia un proyecto rioplatense creador, teniendo en cuenta aquellos versos del Martín Fierro «si los hermanos se pelean nos devoran los de afuera».

Señor presidente de la República Oriental del Uruguay Dr. Luis Lacalle Pou y de la República Argentina Dr. Alberto Fernández en sus manos está el destino de esta patria grande.

Dr. César Augusto Lerena*

*Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, autor de 25 libros (entre ellos “Atlántico Sur, Malvinas y Reforma Federal Pesquera”, 2019).


Informador Público    • 28/10/2020 •

viernes, 30 de octubre de 2020

Jaroslaw Kaczynski, viceprimer ministro polaco, pide a los ciudadanos que defiendan las iglesias de los proabortistas

 

Líder del PiS y viceprimer ministro
Jaroslaw Kaczynski, viceprimer ministro polaco, pide a los ciudadanos que defiendan las iglesias de los proabortistas.

El líder del partido Ley y Justicia (PiS) y viceprimer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, ha llamado a «defender las iglesias» ante la nueva jornada de protesta convocada contra el veto del Tribunal Constitucional de Polonia al aborto por malformación del feto.

La sentencia del Tribunal Constitucional polaco por la que se declaraba inconstitucional la interrupción del embarazo en esos casos, «es legítima», afirmó Kaczynski. Los seguidores y simpatizantes del gubernamental PiS deben «proteger» los templos frente a «agresiones» y «hostilidades», prosiguió el líder del partido y hombre fuerte del país.

A la declaración de Kaczynski reaccionó de inmediato la oposición liberal de la Plataforma Ciudadana (PO). Su líder, Borys Budka, expresó en su cuenta en twitter su rechazo a lo que calificó de «instigación a la guerra civil» y recordó que eso es delito.

Para este miércoles está convocada una jornada de protesta o huelga de mujeres en todo el país, a la que se invita a participar a los hombres y a la que se han adherido representantes de la principal formación opositora.

El veredicto del pasado jueves del Tribunal Constitucional ha activado movilizaciones en todo el país. Se han sucedido a diario las concentraciones ante las sedes de esa Corte, del PiS y también del domicilio privado de Kaczynski, que ha tenido que ser protegido por la policía. El lunes, el centro de Varsovia quedó colapsado durante horas por las concentraciones de protesta.

El fin de semana pasado se produjeron asimismo acciones de protesta ante algunos templos, mientras que un grupo de activistas proaborto irrumpieron el domingo en la catedral de Poznan (oeste de Polonia). Asimismo resultó dañado el monumento al papa polaco Karol Wojtyla, San Juan Pablo II, en Stalowa Wola.

La propia conferencia episcopal ha llamado al diálogo, mientras el PiS aparece dividido. Un sector del partido trata de organizar una mesa de diálogo, mientras otro sector defiende la decisión del Constitucional, que respondía a una demanda presentada hace tres años por un centenar de parlamentarios del partido conservador.

La decisión del Constitucional implica que las posibilidades de acceder al aborto legal quedan reducidas a casos de violación, incesto o grave riesgo para la salud de la madre. Para los grupos proaborto, se trata de una prohibición, de facto, del aborto.

Polonia es uno de los países de la Unión Europea (UE) más restrictivos en materia de legilasción sobre aborto. Según los datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 se practicaron en Polonia (con casi 38 millones de habitantes) apenas 1.110 abortos legales.

La decisión sobre el aborto incide además en la polémica en torno a la reforma del poder judicial impulsada por el PiS, que tanto la oposición polaca como la Comisión Europea (CE) consideran atentatoria contra la separación de poderes.

 
28/10/20 8:30 PM  (EFE/InfoCatólica)

miércoles, 28 de octubre de 2020

Exorcista Luis Escobar denuncia "ritual satánico" en el contexto de los ataques a Iglesias en Chile

"Satanás y sus seguidores se sirven de los incautos estimulando la euforia del odio, la violencia y la soberbia, como condimento de este ritual dedicado al demonio que pretende dejar una huella como mensaje: Muerte al Nazareno; pretensiosa frase que suele utilizar el demonio para dirigirse a Jesús."

    Quienes desde hace varios años vienen desplegando en Chile actos de extrema violencia, volvieron a ensañarse el pasado 18 de octubre de 2020 con la comunidad cristiana de ese país, mediante el ataque incendiario que destruyó dos importantes iglesias patrimoniales en la capital, Santiago de Chile. A saber, la Parroquia de la Asunción y a pocas cuadras de ésta, la Iglesia San Francisco de Borja.
 
¿Quiénes son los autores de estos “ataques”? La policía chilena los califica como “antisociales” y los medios de comunicación al referir estos hechos informan que sus responsables fueron “Manifestantes”, “Encapuchados”, “Grupo de Desconocidos”, “Anarquistas”.
 
Sobre este particular el sacerdote y exorcista chileno Luis Escobar hizo llegar a Portaluz un texto en el cual analiza los hechos y concluye que existen abundantes “signos satánicos” como para afirmar un vínculo identitario satanista en estos individuos que la policía chilena califica como antisociales y los medios internacionales perfilan de “anarquistas”.
 
El exorcista Escobar es activo usuario de Internet y le “llamaron la atención”, dice, fotos y videos que circulan “en las redes sociales como en los medios de comunicación”. Algunos hechos acaecidos durante las manifestaciones en Chile le llevan a concluir que existe una auténtica “catequesis satánica” que se expresa y busca validarse en estas instancias.
 
A continuación, publicamos el texto enviado por padre Luis Escobar.
 
La reflexión del exorcista
“No es al azar que al inicio de los festejos en la Plaza Baquedano pintaran de rojo la estatua del General Baquedano. No olvidar que este lugar es una tumba histórica, porque ahí están sepultados los restos de Un Soldado de identidad desconocida que defendió a Chile durante la Guerra del Pacífico.

Sobre este mismo lugar se desplazaron danzantes vestidos de rojo y disfrazados de diablos, tanto hombres como mujeres; danzaban emulando de forma engañosa un baile religioso tradicional del altiplano chileno-boliviano-peruano que honra a la Santísima Virgen María. Estos bailes religiosos, conocidos como diabladas, ponen de manifiesto la magnificencia de María, frente a la cual hasta los demonios se rinden en su presencia. No era lo que auguraba esta danza en la Plaza Baquedano de Santiago. Fue luego de esto que ocurrió el inicio de la profanación y quema de dos Iglesias cercanas.

En la primera de ellas se destruyeron signos religiosos relevantes para los cristianos católicos chilenos, como la imagen de Nuestra Señora del Carmen Reina y Patrona de Chile, cuya estatua sagrada terminó descabezada entre las llamas. Junto a la imagen de su madre la estatua del Sagrado Corazón de Jesús también fue violentada.  Fuego, gritos de burlas y de odio precedían a este ignominioso acto.
 
No suficiente con ello atacaron una segunda iglesia, dedicada nada menos que a la Asunción de María, simbolizada en una torre aguja que se yergue hacia el cielo como signo de María que se eleva a la presencia de Dios. Misma que fue incendiada y en su caída, la televisión abierta de Chile transmitió en directo los vivas y aplausos de una multitud eufórica que gesticulaba y bramaba por haber logrado tan maligna osadía. A estas alturas la catarsis del ritual retomaba bríos con gritos de: viva el diablo.
 
Por los antecedentes que aporta la historia del culto a Satanás en Chile, la evidencia de los hechos recientes y el conocimiento que comparto con mis hermanos exorcistas, en los mencionados ataques a las Iglesias en Chile del pasado 18 de octubre de 2020 hubo un ritual satánico. Liturgia en honor a Satanás que inició con danzas representando la algarabía de los demonios, culminando con la profanación de los templos y las imágenes de María Santísima.
 
Un ritual satánico requiere profanar los elementos sagrados de la Iglesia, generalmente la Eucaristía, los sacramentales o las imágenes religiosas; ya sea para destruirlas o bien para ser usadas en otros actos que simbolizan una ofensa a Dios. Quemar la iglesia de San Francisco de Borja es un acto que va más allá del anarquismo, más allá del ofender y atacar a la institución de carabineros. Satanás y sus seguidores se sirven de los incautos estimulando la euforia del odio, la violencia y la soberbia, como condimento de este ritual dedicado al demonio que pretende dejar una huella como mensaje: Muerte al Nazareno; pretensiosa frase que suele utilizar el demonio para dirigirse a Jesús.
 
Pero el ritual, esta catequesis satánica que fue posible ver en vivo por la televisión, requería ofender a María. Es muy significativo que hayan elegido quemar la Parroquia de la Asunción, pues el último dogma mariano declarado por la Iglesia es la Asunción de María al Cielo, triunfante y gloriosa ante Dios. Por cierto, es algo que le genera odio al demonio y por ello sus seguidores lo ritualizan derribando la torre aguja de esa Parroquia que se eleva hacia el cielo, representando a María, asunta en cuerpo y alma.

Hoy continúa la catequesis demoniaca con invitaciones a satanizar el 25 de octubre, con ofensas y obscenidades contra lo religioso, pseudo argumentando: La única Iglesia que ilumina, es la que arde.
 
¿Como neutralizar todo este culto? Amando a Dios sobre todas las cosas, optando por una vida centrada en Cristo, vencedor del mal, sostenida en una permanente vida sacramental y de oración. Sobre todo, con un gran amor a la Eucaristía, la que nos llevará a reconocer también a Cristo en el hermano y más aún, orando por nuestros enemigos. La oración frecuente de una iglesia herida y sufriente que se abandona en Cristo es el grito que podemos alzar hasta el cielo. No les quepa duda de que esta oración está llegando a Dios. Los ejércitos del cielo batallan con nosotros. Recuerden la Cruz, todo parecía vencido, oscurecía, todos se disiparon, quedaron llenos de pena, caminaban hacia Emaús y cada vez se oscurecía más; pero cuando Cristo se presenta y se ofrece en la fracción del pan, se les abren los ojos y se llenan de gozo porque pueden reconocer que nunca estuvieron solos.

En esta batalla con las armas de la fe, no nos olvidemos de María Santísima. Ella es la intercesora por excelencia y además es nuestra Madre. Nunca nos abandona y nos protege del poder de las tinieblas”.

 Actualizado 23 octubre 2020     Portaluz      

sábado, 24 de octubre de 2020

El nefasto e irrepetible acuerdo pesquero con la Unión Europea

por César Augusto Lerena 

Días pasados participé, como oyente, en el Seminario Anual del CARI y escuché azorado la disertación leída del Director del Comité sobre la Cuestión Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur del CARI Embajador (J) Santos Goñi quién, entre otras cosas, se refirió a que «dentro de las políticas que debiera llevar adelante la Argentina es la de reeditar el Acuerdo de Pesca de 1994 con la entonces Comunidad Económica Pesquera, que duró 5 años y, no fue renovado por intereses diversos, aunque, merece ser mirado nuevamente y tal vez incorporado a nuestras relaciones con la Unión Europea con relación a la pesca…», mensaje, en el que destacó la presencia entre el auditorio del Director del Comité de Asuntos Europeos del CARI, Embajador (J) Alberto Luis Davérède. Llama mucho la atención su opinión, propuesta y mención -con el mayor de los respetos- no solo por el evidente desconocimiento de Goñi de los efectos negativos “del Acuerdo sobre las Relaciones en Materia de Pesca Marítima con la Comunidad Económica Europea” (Ley 24.315, sancionada el 20 de abril de 1994, inicialado en Buenos Aires el 30 de noviembre de 1992), (en adelante Acuerdo CEE, sino porque -dijo- hacerlo en “consenso en el Comité”, lo cual, es más preocupante aún y, también por los antecedentes del mencionado Davérède, respecto a su intervención como Subsecretario de Política Exterior de la Cancillería y, en su carácter de Consejero Legal de la Cancillería y Jefe de Delegación de «La Conferencia de las Naciones Unidas sobre las Poblaciones de Peces cuyos territorios se encuentran dentro y fuera de las Zonas Económicas Exclusivas (poblaciones de peces transzonales) y las poblaciones de peces altamente migratorias», que culminarían en 1995 con el llamado Acuerdo de Nueva York (en adelante Acuerdo NY) en el que se promovería la creación de las lamentables OROP pues violan la Disposición Transitoria Primera de la Constitución y, permitirían avanzar a los Estados sobre los recursos de los Estados ribereños; y también -un hallazgo de los que investigamos- que la delegación que encabezaba Davérède, también era miembro Eduardo Pucci -entonces Asesor de la Secretaría de AGyP- hoy, uno de los principales promotores de OPRAS, una supuesta ONG conservacionista que promueve las OROP con Cámaras Extranjeras y Cámaras Nacionales integradas mayoritariamente con empresarios extranjeros. Una Estrategia británica y de otros países desarrollados que “no se cocina” en un día y es, implacablemente aplicada por mandatorios, que bajo supuestos argumentos conservacionistas arman estructuras internacionales de apoderamiento de espacios y recursos. Las OROP y las AMP (Área Marinas Protegidas) son un ejemplo, que podría abordar con amplitud (Lerena, César “El desacuerdo pesquero de Nueva York. El control del Estado ribereño de la pesca en la Alta Mar” (10/1/2019); “La cesión de la pesca argentina a los Estados desarrollados. El Acuerdo de Nueva York”, 12/10/2020) pero escapa a este escrito.

El Acuerdo CEE también dejó gravísimas implicancias económicas, biológicas, laborales, comerciales y relativas a la soberanía nacional respecto a Malvinas, cuya sociedad con intereses españoles es absolutamente manifiesta y, de inquebrantable mutua conveniencia. Pero, lo más llamativo, de la sugerencia de este destacado miembro del CARI, es que no hubiera merecido ni una sola observación del auditorio del Seminario ni del propio Secretario de Estado de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería el Lic. Daniel Filmus, quien manifestó «coincidir en general con todo lo aquí planteado en materia de políticas pesqueras…». No comparto tampoco sus dichos de que la pesca en la alta mar no es ilegal. Ya he fundado en anteriores artículos, en el sentido de que el hecho que según la CONVEMAR la pesca sea libre, no sea ilegal en la mayoría de los casos. Lo es en las condiciones actuales en que se realiza, al igual de la que se practica en el área de Malvinas. De la definición de Pesca INDNR es claro que ambas son ilegales.

Nadie parece entenderse; ni nadie entendió la importancia de la pesca en los Acuerdos de Madrid; tampoco cuando se firmó el Acuerdo CEE; alguien, se dio cuenta en el artículo 2º de la Ley 24.543 que ratificó la CONVEMAR y volvieron a regalarla en el Acuerdo NY. Y, hoy vuelve a estar en el centro de la escena: la pesca es central en la discusión final del Brexit y, ya en 2012 un funcionario de británico de menor jerarquía, el director ilegal de Pesca en Malvinas John Barton manifestó que «sin las licencias de pesca no hubiéramos sobrevivido en Malvinas» (Penguin News, 14 de marzo de 2012), es decir, consideró vital para el sostén británico en Malvinas desde el fin de la guerra de 1982.

Concluyo respecto algunos otros comentarios antes de entrar en el tema de fondo del Acuerdo CEE. La Argentina tiene mayor capacidad científica y técnica que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (en adelante el R.U.) en el Atlántico Sur; es más, dentro de las políticas erróneas de la Cancillería Argentina en 1990 está el Acuerdo sobre Cooperación en la Conservación de los Recursos Pesqueros de Investigación Pesquera Conjunta con el R.U., como consecuencia del cual el INIDEP y sus calificados científicos aportaron -con períodos de suspensión que sufrió este acuerdo- todos los recursos humanos y materiales del conocimiento biológico sobre las especies migratorias argentinas. Una información sustancial y sensible biológicamente, para el sostén principal en la economía de Malvinas y la consolidación del R.U. en las Islas. La motivación para que se suspendieran por primera vez en 2005 fue el otorgamiento de licencias británicas por 25 años, la mayoría de ellas, a empresas españolas. Lo que demuestra una vocación depredadora del R.U. -porque los Rendimientos Máximos Sostenibles deben establecerse anualmente- y, una clara sociedad española-británica.

Entrando de lleno en el Acuerdo CEE, debo decir, que fue nefasto respecto a la relación con Malvinas y, en sus efectos sobre nuestra soberanía en el Atlántico Sur y, absolutamente negativos en materia biológica, ambiental, económica, social y comercial en el mar y la Pesca.

La soberanía no solo es política, económica y territorial, también lo es alimentaria, ambiental, social y comercial y, prueba de ello, es que en las tratativas previas al Acuerdo de Madrid I cuando el Representante Especial para “la Normalización de las Relaciones Bilaterales con el R.U.”, el reconocido embajador Lucio García del Solar minimizó ante su interlocutor la cuestión pesquera, cometiendo uno de los más graves errores de la diplomacia argentina relativos a la pesca, ratificado -como dije- con las declaraciones del británico Barton.
Los efectos negativos del Acuerdo sobre Malvinas

Recordemos, en primer lugar, que el Acuerdo CEE se firmó en 1994 y que, el mismo año, el R.U. declaró una pretendida Zona Marítima (FOCZ) -en adelante una Zona Económica Exclusiva, que después se perfeccionaría con la presentación de la plataforma- de 200 millas alrededor de Malvinas y que, el Acuerdo CEE fue 100% con los españoles ya que tenían sus barcos parados en Europa, por éstos estaban siendo retirados de la U.E. y, NUNCA, pescaron en la FICZ británica (conocida vulgarmente como de protección) de Malvinas durante el Acuerdo CEE y ninguna de las especies fundamentales (Anexo II, K, 1: Merluza hubbsi y Calamar: Al norte del paralelo 47º S. Además de ello el gobierno nacional estableció una veda a la captura del calamar por parte de los buques argentinos para garantizar a los isleños la llegada a Malvinas de este vital recurso sostén de la economía en Malvinas, inclusive, se asignó a los buques de las sociedades mixtas españolas-argentinas la captura de una subpoblación de esta especie que no migra al Archipiélago. Al mismo tiempo que el R.U. estableció un área “GAP” al noroeste de las Islas, dentro de la ZEE Argentina por fuera de la ilegal alrededor de Malvinas, de unos 1.400 Km2, para proteger sus importantes capturas de calamar. Está claro, que NUNCA el Acuerdo CEE lesionó ningún interés del R.U. y por el contrario dio el pretexto necesario para consolidar sus inconsistentes pretensiones de considerarse Estado ribereño, ajustándose a la normativa de la CONVEMAR y a un acuerdo ruinoso como el de la CEE basado en supuestos aportes de transferencia tecnológica y de una flota congeladora. La Argentina tenía plena capacidad y, se instaló un modelo pesquero que hasta nuestros días beneficia a los intereses de España. En 1994 la Argentina tenía su actividad pesquera absolutamente desarrollada, destinada mayoritariamente a la exportación y con acceso a los mercados más exigentes del mundo (EEUU, UE, Japón y otros países asiáticos, Brasil, etc.), mercados que no tenía las carnes rojas (por ej. EEUU) y que hasta hace dos años, exportaba 300 millones de dólares por año más de que esas carnes y el pescado fue el primer alimento en la Argentina que exportó (y exporta) certificado con el sistema de autocontrol más importante del mundo: los planes HACCP. Nada podían en 1994 los pescadores españoles enseñar a los pescadores argentinos, ni abrirles los mercados que ya tenían abiertos; quienes además disponen de los recursos pesqueros: Los españoles son deficitarios e importan de Argentina 398 millones de dólares año (2019).

Se repitió el modelo de los Acuerdos Marcos con la URSS y Bulgaria, que tampoco sus buques pescaron en el área de Malvinas durante los Acuerdos Marco promovidos por Caputo. Otro fracaso de la diplomacia argentina, donde se pretendió ejercer soberanía a través de los acuerdos con la URSS en Malvinas.

Si ya el Acuerdo CEE fue negativo en 1994, hoy sería absolutamente peor, porque desde hace años está constituida una sociedad española británica para la pesca en el Atlántico Sur y, especialmente en Malvinas. Los primeros licenciatarios en el Archipiélago en 2019 y, desde hace años, son los buques de bandera española-británica (105 buques), taiwaneses (73), coreanos del sur (30) y otros (4) y las extracciones en el área de Malvinas se destinan en un 95% al Puerto de Vigo (España).

Los españoles (mayoritariamente gallegos) refieren a “su caladero” cuando hablan de Malvinas. Han constituido joint Ventures españolas-británicas y son los motores para la construcción de un puerto de 400 metros en Puerto Argentino desde donde esperan realizar sus operaciones; cuya licitación, ya ha sido adjudicada a una empresa inglesa y, en estos momentos, se está iniciando su replanteo y construcción. Este puerto en central en el desarrollo de Malvinas, ya que va a servir de apoyo a toda la operatoria pesquera de los buques en Malvinas, pero también en el GAP y la Alta Mar. Ya los británicos finalizaron otro Puerto en Georgias del Sur con capacidad para operar buques militares, oceanográficos y pesqueros, a pesar de que la pesca en esas aguas está sujeta al Sistema Multilateral de la Comisión de Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA/CCAMLR), y al propio tiempo, en incompatibilidad con la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur.

Conforme el Brexit sea duro -con aranceles para la importación en la U.E. de productos originados en Malvinas- las materias primas entrarán a la U.E. con Bandera Española para evitarlo. Si es blando -sin aranceles- continuarán como hasta hoy ingresando a Europa con bandera española o británica indistintamente. Si los españoles avanzan en el armado logístico y el proceso de industrialización de las materias primas en Malvinas será virtualmente irreversible la consolidación en Malvinas de las empresas españolas y, del R.U. En esta posición de crecimiento sostenido ya construyeron un puerto en Georgias del Sur y mediante la banalidad de la “cooperación argentina” de proveerles vuelos a Chile y San Pablo, podrán incluso, en especial en San Pablo (30 millones de consumidores AB1) colocar todos productos y tener una puerta al mundo; hacer cambio de tripulación; logística, etc. Los que promovieron el Pacto Foradori-Duncan -una exigencia británica de continuidad de los Acuerdos de Madrid- dejaron clara su vocación de “colaborar en el crecimiento y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas” (un texto claramente británico) y de colaborar -ambos países, pero, el R.U. como ocupante ilegal de Malvinas, como si se tratara de un Estado ribereño más- en las Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero (OROP), herramientas diseñadas por los Estados de Bandera para administrar el Ecosistema del Atlántico Sur, entre otros, que abriría las puertas al R.U. en una abierta violación a la cláusula transitoria primera de la Constitución Nacional. La misma letra el mismo objetivo.

A raíz del Brexit, donde la pesca nuevamente ocupa un lugar central de las negociaciones (para el 2050 las proteínas de la pesca ocuparán un 25% en el consumo, en medio de restricción a las áreas pesqueras por razones ambientalistas), el R.U. pretende recuperar para su explotación las aguas británicas donde hoy pescan 88 buques españoles de gran porte (los británicos son exportadores e importadores de la U.E. en forma equilibrada). Los franceses ya han acordado pagarles cuotas a los británicos. ¿Dónde se supone que irán a pescar esos buques españoles? A Distancia: al área de Malvinas y en la alta mar del Atlántico Sur. Nunca dejarían Malvinas donde tienen mayor seguridad jurídica y, además, la necesidad de acordar la pesca con licencias británicas en Malvinas y en el Atlántico Nordeste. Jamás cambiarían ello, por obtener permisos dentro de la ZEE Argentina indisputada, donde, además, no hay recursos excedentes y tendrían toda la oposición -sin quiebres como ocurrió en 1994- del sector empresario (nacional e incluso de las empresas españolas radicadas en Argentina), gremial y científico. Y, ahora, a todo ello, le agregamos la falta de flotas y aeronaves de control. Aun así, si alguien, si un director del Comité de Malvinas y otro de Asuntos Europeos del CARI refieren a que “el Acuerdo es un modelo que seguir” y, convencen a la Cancillería de ello, por supuesto (¡!) que los españoles tratarían de conseguir cuotas en la ZEE Argentina, ahora, claro, ello sería, no abandonando NUNCA su Asociación Estratégica en Malvinas. ¡Bonito negocio soberano, económico y biológico haríamos! Una prueba acabada de ello, son los recientes contratos privados de una ignota ONG conservacionista (¿?) OPRAS, conformada mayoritariamente por expresas pesqueras extranjeras radicadas en la Argentina que firmó un entendimiento con la Cámara española CEPESCA y otras, entre ellas una chilena (¿?) donde los españoles pretenden acordar con Argentina, manteniendo las licencias otorgadas por los británicos en Malvinas (contratos a disposición).

Por otra parte, el compromiso argentino con las Naciones Unidas se asienta en su Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020. La U.E. pretende transformar en Áreas Marinas Protegidas entre un 20% al 30% de sus aguas comunitarias: ¿Dónde se supone que van a ir a pescar los buques españoles? Pues bien, el 83% de los buques de arrastre lo harán fuera del área comunitaria y muchos de ellos pescarán subsidiados a distancia, en el área de Malvinas y en la Alta Mar. En este aspecto concluyo, que los españoles nunca dejarían Malvinas por más que Argentina les ofreciese acordar pescar en la ZEE Argentina indisputada e incluso, acordar la captura de los recursos migratorios argentinos en la alta mar, cuestión esta última, que la Argentina no tiene posibilidad alguna de lograr, sino otorga concesiones de captura en la ZEE Argentina indisputada, que como dije, es algo inviable: no hay especies excedentarias y, por el contrario, el ecosistema está desequilibrado y nunca el INIDEP ni el sector pesquero aceptarían superar la Captura Máxima Sostenible. Esta táctica (el Acuerdo CEE), hoy no puede formar parte de ninguna estrategia. Sería inadmisible respecto a nuestros intereses soberanos, biológicos, ambientales y sociales.
Las especies excedentarias en la ZEE Argentina, los buques españoles y la industria nacional

Cuando se firmó el Acuerdo CEE, la Argentina no había determinado la existencia de especies excedentarias (cuestión que exigía el Acuerdo, porque dividía las cuotas en excedentarias y no excedentarias), por lo tanto, al formar sociedades mixtas españolas-argentinas, debió incorporar los buques españoles y dar desguazar un buque nacional de similar capacidad de captura (Y así los exigía el Acuerdo CEE). En algunos casos ocurrió; en otros se agregó más esfuerzo al incorporar buques congeladores con mayor capacidad de pesca que los fresqueros reemplazados y, lo peor, también hubo reemplazos no efectivos y ambos buques siguieron pescando (Auditorías de la UBA y AGN).

El Acuerdo CEE produjo la mayor depredación de la historia pesquera que obligó a dictar en el Congreso de la Nación La Emergencia Nacional Pesquera que limitó las capturas de merluza (la principal especie exportadora argentina en esa época) y, con ello, el derrumbe industrial y la más importante caída laboral que dio lugar a que, por primera vez, el Estado Provincial debió subsidiar el pago de salarios a las empresas para sostener el empleo, en una actividad que nunca había recibido aportes de este tipo.

El ingreso de buques congeladores que se instaló con el Acuerdo CEE produjo la reducción del empleo industrial en tierra, de tal forma, que hace ya casi 30 años que la Argentina le obsequia nuestra mano de obra a la Unión Europea y, esto se hace con materias primas de origen argentino que deben competir en inferioridad de condiciones en el mercado internacional con productos originarios de la ZEE Argentina y/o migratorios originarios de esta Zona capturados ilegalmente (INDNR) por los españoles.

Contrariamente a lo referido por Goñi, el Acuerdo no se denunció por “intereses determinados”. Se dejó sin efecto, después de varios intentos, cuando estos acuerdos cumplieron el tiempo temporario establecido; fueron muy beneficiosos para los españoles porque la CEE les pago a éstos el 100% de los créditos bancarios de sus barcos y les efectuó aportes económicos y, con éstos, se asociaron a empresarios argentinos en condiciones muy favorables (recibiendo aportes económicos); destrozaron los recursos pesqueros (recién se está recuperando la merluza y en 2020 según Pescare.com.ar «descargándose 181.380 toneladas, hubo una merma interanual del 21,2%») y, algunos, se quedaron con las empresas nacionales.

Quebraron las más importantes empresas nacionales de la época, como producto de una pésima política económica y acuerdos de este tipo. A raíz de las consecuencias que produjo el Acuerdo CEE y otras, el principal responsable político del sector pesquero reconoció el desacierto de su implementación.

Muy poco dejo este Acuerdo a la Argentina, algunos barcos, comenzó la desnacionalización del sector y ni siquiera permitió un acceso libre de aranceles a la U.E. a los productos argentinos con alto valor agregado. Exportamos commodities con escaso valor, regalando nuestra mano de obra.

Como en el siglo XIX cuando los españoles nos traían aceite de oliva español; aguardientes de Holanda; vinos de Francia y españoles de La Rioja; elementos de labranza; además de telas varias: angaripolas, bayetas y bayetillas, calzones, chaquetas bastas, faldas, camisas de trabajo; lienzos de lino, algodón, coletas, paños finos y ordinarios, sedas e hilados; marquetas de velas, sebos y ceras; municiones y cartuchos diversos; habanos cubanos y perfumes de lavanda traídos de Europa y, nosotros les entregábamos tasajos, charques, grasas y cueros vacunos; todos baratos producidos con los esclavos traídos desde África. Hoy son importamos buques fabricados en Vigo y nosotros enviamos pescados sin valor agregado.

Y nadie tome como algo personal los cuestionamientos institucionales que planteo para la República.

Reeditar el Acuerdo CEE (hoy UE) sería profundizar la internacionalización del Atlántico Sur, afianzar aún más la posición británica en los Archipiélagos australes y la Antártida y la entrega lisa y llana de la administración de los recursos vivos marinos. El suicidio colectivo de la actividad pesquera Argentina, sus empresas, sus trabajadores y sus ciudades portuarias del litoral marítimo.

Dr. César Augusto Lerena*

*Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, autor de 25 libros (entre ellos “Atlántico Sur, Malvinas y Reforma Federal Pesquera”, 2019).

InformadorPúblico.com   • 22/10/2020

viernes, 23 de octubre de 2020

Un área marina protegida en Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich Del Sur

por César A. Lerena 

Frente a la extracción de recursos pesqueros y la exploración y explotación petrolera en Malvinas por parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, el gobierno argentino debería Declarar Zona de Emergencia Pesquera y Ambiental al área correspondiente a los Archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los territorios marítimos hasta las doscientas (200) millas marinas medidas desde las líneas de base de las Islas citadas y en el total de la plataforma continental, el lecho y subsuelo del espacio marítimo argentino cuyos límites exteriores se corresponden a los establecidos por la ley 27.557 y, crear, un Área Marina Protegida sobre los referidos Archipiélagos.

En este escrito, junto a la fundamentación, se agrega un proyecto de Ley declarando Área Marina Protegida a Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, para poner de manifiesto ante los organismos internacionales y las ONGs especializadas, que mientras la Argentina tiene vocación de preservar sus recursos, el Reino Unido realiza pesca ilegal (INDNR) y depreda, al no cumplir con las reglas ambientales y de sostenibilidad impuestas en la Argentina en sus mares.

La Coordinadora del Programa Marino de Conservación Land Trust Martina Sasso en 2018 (Infobae) escribió sobre la necesidad de crear Áreas Marinas Protegidas promoviendo la creación del Parque Nacional “Los Yaganes” en Tierra del Fuego y la ampliación del Banco Namuncurá-Burdwood al este de la Isla de los Estados, a 200 kilómetros al sur de las Islas Malvinas.

Al respecto nos decía, que «La característica oceanográfica del Mar Argentino, entre ellas, su salinidad, temperatura, disponibilidad de nutrientes y asociación con el Talud, donde nuestra plataforma funciona como un río de mar que va fertilizando las aguas de plataforma y fuera de ella (fitoplancton, zooplancton) y, a partir de allí, toda la cadena trófica. Nuestra plataforma es una de las más extensas del mundo y, la corriente de las Malvinas funciona como su columna vertebral».

Por su parte, el Biólogo Claudio Campaña de Wildlife Conservation Society, miembro del Foro para la Conservación del Mar Patagónico nos indica: «proteger las áreas donde se encuentran estas formas de vida da el reaseguro de que allí se van a mantener los procesos más o menos bien. El mar ha sido explotado con cierta intensidad por 30 o 40 años y la actividad pesquera tiene la potencialidad de ser la principal amenaza, aunque ésta se va a extender a la explotación de hidrocarburos offshore (…) Existe una amenaza adicional muy poco observada, relacionada a los conflictos jurisdiccionales, los cuales no favorecen el manejo ecosistémico integrado. Y a ello se suma, el cambio climático».

El Banco Namuncurá-Burdwood I y II y Yaganes (Leyes 26.875 y 27.490) es una importante fuente -dice Sasso- que podría repoblar otras áreas: «esa es una de las ventajas de las Áreas Marinas Protegidas». Ello que pareciera de gran beneficio ecológico, tiene un problema: se protege los recursos en un área bajo control de Argentina, que sirve para repoblar -por las corrientes migratorias de las especies- el área de Malvinas, que está bajo posesión británica. Es decir, los argentinos -según Sasso- estaríamos -con la creación de estos espacios- «teniendo una reserva del 10% de nuestro mar», mientras que los británicos en la Zona Económica Exclusiva (en adelante ZEE) Argentina en Malvinas tendrían ocupados 438.000 km2, explotando en forma ilegal (INDNR) anualmente, unas 250.000 toneladas de recursos pesqueros sin control alguno; lo que resulta un verdadero despropósito medio ambiental y, de insostenibilidad y depredación de los recursos nacionales.

Pero, hay aún más. La citada Coordinadora del Programa Marino, nos dice que: «en línea con el compromiso argentino con las Naciones Unidas, que se asienta en su Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 ya podríamos fijarnos como meta, ampliar esa protección al 20/30%».

Debo precisar que estas limitaciones, previo a la determinación de las Reservas, las tomaba el INIDEP, es decir que la pesca comercial sufría vedas y otras medidas destinadas a dar sostenibilidad al recurso, por lo tanto, en los espacios marítimos bajo control argentino no había depredación; sin embargo, donde sí lo hay es en el área de Malvinas, donde pese a tratarse de un territorio argentino, las autoridades nacionales no pueden controlar las capturas, los descartes, las artes de captura, etc.

La Argentina establece reservas marinas en el área bajo su control y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (en adelante el Reino Unido) sigue teniendo como primer recurso económico la pesca a través de licencias a buques extranjeros que pescan en el área de Malvinas.

Con 3.146.345 Km2 de territorio marítimo en la ZEE Argentina una reserva del 30% supondría 943.903,5 Km2, es decir que con los 1.639.900 Km2 ocupados por el Reino Unido, solo quedarían 562.541,5 Km2 para la explotación pesquera argentina, sin contar las vedas a la pesca que establece el INIDEP. Es decir, la conservación no estaría al servicio de la sostenibilidad del recurso, sino que impediría su explotación, donde solo quedarían como beneficiarios los buques extranjeros que realizan pesca ilegal (INDNR) con o sin licencia británica en el área de Malvinas o en la Alta Mar.

A esto hay que agregar que el Reino Unido estableció en 2012 el llamado “Santuario Ecológico”, un área de protección alrededor de Georgias del Sur y Sándwich del Sur equivalente a 1.070.000 Km2 y, de un tamaño cuatro veces más grande que la superficie total continental del Reino Unido. Ese espacio se controla con patrullas navales que se financian con los permisos de pesca, pese a ser signataria -igual que la Argentina- de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA).

Estos espacios sin control, más los territorios marítimos donde se realiza pesca ilegal (INDNR) sí, son un tema para resolver, ya que tanto en el área de Malvinas de unos 438.000 Km2 y el área de la Alta Mar de unos 600.000 Km2 se tratan junto al resto de la ZEE Argentina de un único ecosistema -como indica la CONVEMAR- que debe manejarse en conjunto. En los espacios fuera del control argentino se extraen recursos del orden del millón de toneladas anuales de peces y calamares migratorios o asociados que afectan la cadena trófica de las especies y, por cierto, a las extracciones que realizan las empresas nacionales en la ZEE Argentina. No hay forma segura de establecer el Rendimiento Máximo Sostenible Anual con semejante descontrol en el Atlántico Sur.

A todo ello se agrega la exploración y explotación petrolera en la ZEE Argentina del área de Malvinas por parte del Reino Unido, cuya falta de control y de los correspondientes estudios de impacto ambiental por parte de Argentina hacen que el gobierno nacional deba tomar un criterio precautorio con el objeto, no solo de preservar el ambiente marino, sino también los recursos pesqueros del área y del ecosistema en su conjunto.

En este escenario correspondería declarar Zona de Emergencia Pesquera y Ambiental el área correspondiente a los Archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los territorios marítimos hasta las doscientas (200) millas marinas medidas desde las líneas de base de las Islas citadas y en el total de la plataforma continental, el lecho y subsuelo del espacio marítimo argentino cuyos límites exteriores se corresponden a los indicados en la ley 27.557, hasta que las Autoridades competentes de Argentina puedan controlar en forma permanente el medio marino y los Rendimientos Máximos Sostenibles de la explotación pesquera que se realiza en el área en cuestión.

Entendiendo, por otra parte, que, si la Argentina en la vocación de asegurar la sostenibilidad de las especies ha declarado ya dos Áreas Marítimas Protegidas (Namuncurá y Yaganes) con una superficie aproximada a los 100 mil Km2, a pesar de que por Ley 24.922 y a través del INIDEP pueden establecerse reservas, vedas, etc., con más razón, debería instaurar un Área Marina Protegida hasta que la situación de ocupación y falta de control cese, en un territorio que ocupado en forma prepotente por el Reino Unido, la Argentina no puede ejercer control alguno, más aún, cuando en forma unilateral el Reino Unido -como dije- ha establecido una Reserva Ecológica alrededor de Georgias del Sur y Sándwich del Sur.

Por todo ello sugiero el dictado de la siguiente LEY:

PROYECTO DE LEY DE ESTABLECIMIENTO DE AREA MARINA PROTEGIDA EN MALVINAS

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.

sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 1° Declárase Zona de Emergencia Pesquera y Ambiental el área correspondiente a los Archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los territorios marítimos hasta las doscientas (200) millas marinas medidas desde las líneas de base de las Islas citadas y en el total de la plataforma continental y las aguas suprayacentes al lecho y subsuelo del espacio marítimo argentino cuyos límites exteriores se corresponden al límite exterior indicados en la ley 27.557.

ARTÍCULO 2º Créase el Área Marina Protegida sobre los Archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur constituida por las categorías de manejo de Reserva Nacional Marina Estricta, sobre los territorios marítimos hasta las doscientas (200) millas marinas medidas desde las líneas de base de las Islas citadas y el total de la plataforma continental y las aguas suprayacentes al lecho y subsuelo del espacio marítimo argentino cuyos límites exteriores se corresponden al límite exterior establecidos por la ley 27.557. A partir de la promulgación de la presente presente ley, el espacio marino argentino detallado en el presente artículo quedará sometido al régimen de la ley 27.037, sus normas reglamentarias y/o modificatorias.

ARTÍCULO 3º El Área de Reserva Nacional Marina Estricta indicado en el artículo 2º tendrá como objetivo es conservar a largo plazo la biodiversidad marina y los procesos ecológicos reduciendo al máximo cualquier impacto antrópico y estar reservadas como áreas de referencia indispensables para la investigación científica y el monitoreo, así como para las actividades de control y vigilancia. Su uso para estos fines deberá ser estrictamente controlado y limitado a la Argentina y estarán prohibidos: a) Los ejercicios militares de superficie y submarinos, que generen o impactos sobre las especies y los ecosistemas y el desecho de residuos de tal actividad; b) Los deportes náuticos de superficie y submarinos; c) La caza y la pesca en cualquiera de sus modalidades; d) Cualquier tipo de prospección, exploración y actividad extractiva en el lecho y subsuelo marino; e) La visita pública recreativa y educacional; f) La introducción, transplante y propagación de elementos químicos y productos biológicos de cualquier tipo, incluso el sembrado o repoblamiento con especies nativas.

ARTÍCULO 4º Exceptuase a la presente de la limitación prevista en el artículo 1º inciso a) de la Ley 27.037.

ARTÍCULO 5º Exceptuase a esta área de las previsiones del artículo 13 de la Ley 27.037 y, mientras que las Autoridades competentes de Argentina no puedan controlar en forma independiente, autónoma y permanente a través del INIDEP el medio marino; la plataforma continental; la exploración o explotación de hidrocarburos y, los Rendimientos Máximos Sostenibles de la explotación pesquera que se realicen en la referida en el área o sobre sus recursos migratorios, se mantendrán en plena vigencia los artículos 1º y 2º precedentes.

ARTÍCULO 6º Conforme lo establecido en los artículos 10 y 11 de la Ley 27.037 la Autoridad de Aplicación creará un Comité Asesor debidamente representativo que incluya a organismos gubernamentales, científicos, universidades y expertos en asuntos marinos, pesqueros y veteranos de guerra de Malvinas para revisar y evaluar cualquier aspecto de las políticas de conservación o administración sobre el área marina protegida creada.

ARTÍCULO 7º Las Áreas marítimas y las correspondientes plataformas continentales de las Georgias del Sur y Sándwich del Sur que correspondan al Sistema Multilateral de la Comisión de Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA/CCAMLR) quedarán exceptuadas en forma automática del Área Marina Protegida prevista en esta Ley, cuando el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte cancele su pretensión de establecer la ZEE alrededor de esos archipiélagos y el denominado Santuario Ecológico establecido a su alrededor por este Reino en forma unilateral.

ARTÍCULO 8º Las erogaciones que demanda el cumplimiento de la presente Ley se afectarán al presupuesto previsto para la aplicación de la Ley 27.037.

ARTÍCULO 9º Invitase a la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur a adherir a la presente Ley.

ARTICULO 10º Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Cuando me dicen que el Reino Unido tiene todo bajo control en Malvinas, les recuerdo que «un montón de piedras no es una casa» (Henri Poincaré)

Dr. César Augusto Lerena*

*Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, autor de 25 libros (entre ellos “Atlántico Sur, Malvinas y Reforma Federal Pesquera”, 2019).

InformadorPúblico.com  20/10/2020

martes, 20 de octubre de 2020

Un salvavidas peronista que no alcanza

 

por Carlos Tórtora 

Alberto Fernández se acerca a su primer año de gobierno con todos los indicadores en baja: a la caída alarmante de reservas y la disparada del dólar blue se le suma la paralización de la economía. Por otra parte, los números de la pandemia -un millón de infectados y cerca de 30.000 muertos-, hacen que el fracaso de la política sanitaria quede expuesto en toda su magnitud. A todo esto, las operaciones políticas para empezar un recambio de gabinete están a la orden del día. En la semana que pasó se habló de Sergio Massa a la jefatura de gabinete, de Martín Redrado al Banco Central y de Roberto Lavagna a Economía. Tres cambios que no pasarían el filtro de Cristina Kirchner. Con poco oxígeno, el presidente acudió a la receta de la peronización para mostrar una cuota de poder político extra. El acto del 17 en la CGT y su próxima asunción como presidente del PJ son formalidades que se reflejan en una cuestión simbólica. La verdadera peronización sería un gabinete con fuerte representación de la dirigencia partidaria y esto es impensable en tanto el kirchnerismo sea el principal eje del gobierno. La ausencia de CFK en el acto de la CGT no deja lugar a dudas: el kirchnerismo recela de cualquier gesto que implique un avance del peronismo sobre el gobierno. En sus ocho años de gobierno, la hoy vicepresidenta se ocupó de mantener en el freezer al PJ y toda su dirigencia, fórmula que hoy aplica con la misma convicción. La peronización de AF con la CGT y el PJ parece entonces destinada a un simple marketing sin mucho destino.
La obsesión judicial

La realidad es que el gobierno está a la defensiva mientras se pregunta qué pasaría si le toca encarar el año electoral con esta realidad económica. Normalmente, cuando asume en la Argentina un nuevo gobierno, la oposición suele achicarse y la elección de medio término resulta una tarea fácil para el oficialismo. Esta realidad marca una excepción importante. Juntos por el Cambio se encontró con una fuerte oposición social al gobierno, que volvió a probarse el 12-O, y la clase media se alejó de la Casa Rosada en la misma medida y proporcionalmente a lo que el presidente se mimetizó con su vicepresidenta.

En el campo cristinista reina la preocupación, porque el debilitamiento de AF arrastra tras de sí a CFK tanto como ella lo tracciona con sus actos a él.

La vicepresidenta no parece tener a mano ninguna idea para darle consistencia a una política económica que languidece. Y como resultado de las presiones K, la política exterior empezó a andar a los tumbos luego de que la Argentina apoyó con toda lógica el informe sobre violaciones de derechos humanos en Venezuela despachado por la Alta Comisionada de la ONU Michelle Bachelet. Para compensar este paso y congraciarse de nuevo con el régimen de Maduro, la cancillería se negó a condenar la dictadura caribeña rechazando la imposición de cualquier tipo de sanciones. Estas groseras contradicciones de la política exterior reflejarían las marchas y contramarchas de un gobierno confundido.

Si la política exterior le da malas señales a la economía, la política interior le da peores. Una serie de ocupaciones de tierras por parte de grupos mapuches en la zona de Bariloche, sumados a la toma de Guernica y del campo Las Margaritas en Entre Ríos, son señales que espantan a los inversores extranjeros tanto o más que la propia política económica.

Lejos de estas cuestiones, la vicepresidenta estaría obsesionada con un tema. Si la crisis económica se prolonga y el gobierno llega a perder las elecciones del año que viene, la Justicia podría agilizar y hasta multiplicar las causas que se le siguen a ella por corrupción. De ahí la necesidad de cerrar los expedientes en marcha con la mayor celeridad posible.

Esta semana es probable que los jueces de la Corte Suprema hayan llegado a una fórmula consensuada para que haya un fallo unánime en el per saltum que trata los traslados de los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli. El fallo sería favorable a los traslados pero con algunas aclaraciones para mostrar una solución que satisfaga a todos.

CFK habría así obtenido un magro resultado por segunda vez en pocos meses, ya que la ley de reforma judicial que crea nuevos juzgados federales para licuar el poder de Comodoro Py permanece empantanada en Diputados, aunque con media sanción del Senado. También aguijoneado por el interés de Cristina en el tema, el gobierno volvió a la carga para negociar con la oposición los dos tercios de votos necesarios en el Senado para la designación de Daniel Rafecas como Procurador General.

• 20/10/2020 • InformadorPúblico


lunes, 19 de octubre de 2020

¿Qué significa ser originario en América?

  Por Karina Mariani

El 12 de octubre de 1492 culminaba la proeza de 77 días de navegación a océano abierto por la cual Cristobal Colon descubría un continente. Si hubo incursiones anteriores, si hubo búsquedas alternativas al paso cercenado por la conquista otomana, si otras expediciones fueron exitosas, si Colón o los Reyes Católicos sabían o se enteraron después de la dimensión de ese hallazgo, si el objetivo fue varias veces superado o si los excedió, todo es harina de otro costal. El 12 de octubre de 1492 Colón descubrió América y con esta sencilla oración abrimos la caja de Pandora de las controversias que 528 años después repiquetean en el marisma ideológico del siglo XXI una de las cuales tiene particular vigencia: el indigenismo.

¿Cómo llegó la narrativa indigenista a los niveles de protagonismo actual? Una mezcla de interpretaciones maniqueas de los hechos históricos, una resemantización tergiversada de demandas, un anacronismo ideológico y mucha, mucha fantasía literaria han logrado que una de las formas más claras de supremacismo moderno se transforme en un ideal abrazado por el progresismo. El indigenismo determina a las personas definiéndolas por su raza, su línea sanguínea y su etnia. Difícil encontrar una visión de la humanidad más macabra y racista. El valor del individuo no es tal sino en función de la etnia a la cual pertenece, debiéndose como persona a lo que podríamos denominar (seamos creativos) dialéctica étnica plasmada en la lucha entre colonizadores/usurpadores y dominados/originarios. Esta relación sería inmanente: 5 siglos igual (terrible sentencia)

El supremacismo indigenista cobra fuerza vital gracias a la necesidad de la izquierda de reinventarse en la gerenciación de luchas a las que jamás había prestado atención pero que, en la actualidad, le son muy útiles como el feminismo, el veganismo y otros ismos minuciosamente desvirtuados. El indigenismo, para estos fines, vino a pedir de boca.
El epítome del mal

Para empezar suavecito, el indigenismo considera el descubrimiento de América como el epítome del mal. Un relato infantil basado en un paraíso de paz y cordialidad sólo interrumpido por el arribo de los españoles que con saña sobreactuada asesinaron a millones de indígenas por gusto, generando una pobreza y sometimiento que no se ha podido revertir en 5 siglos.

Esta reescritura de la historia tiene, para empezar, un claro componente racista ya que niega la fusión del nativo y el europeo, que fueron la cuna de la sociedad criolla de la que somos, los americanos, orgullosos frutos y fomenta el desprecio al mestizaje. Pero a la vez es una visión profundamente xenófoba en la medida que exalta el pasado precolombino y denigra sistemáticamente la historia, cultura y civilización producida precisamente durante esos 5 siglos en los que nos forjamos como sociedad.

No es cierto que llevamos 5 siglos igual, y si vamos a ser honestos, el continente lleva ya más de dos siglos de independencia, digamos todo. Imbuidos del animismo más básico, desmembramos la estatua de Colón, para ver si con eso nos librabamos del pie opresor de la colonia como si en estos 500 años no hubiera pasado nada! Olvidamos que muchos países salidos del dominio colonial son prósperos, mientras nosotros, que llevamos dos siglos siendo los dueños de nuestro destino, somos incapaces de eliminar la corrupción, desarrollarnos y dejar de generar pobreza gobierno tras gobierno ¿Cómo hacer para mantener el relato de la opresión con este dato concluyente? Vamos por partes:

No existe manifestación política o cultural que no cante loas al mundo precolombino. Prolífico en neologismos, el ideario progresista ha dado en llamar “pueblos originarios” a los autóctonos y a sus manifestaciones cívicas, volviendo la palabra “indios” un insulto, a sus oídos, de corte gravísimo. Lo que el relato indigenista se niega a admitir es que los indios son tan protagonistas de la Conquista como los propios españoles.

Colón nada hubiera logrado sin el apoyo de los taínos. Cortés hubiera sido insignificante frente a los mexicas sin la ayuda de los tlaxcaltecas y Pizarro jamás habría conquistado una piedra sin los tallanes, los huancas y los chachapoyas. Y los pueblos indígenas que se aliaron a los conquistadores no eran idiotas encantados por espejitos de colores (tal como reza el relato paternalista) sino que se unieron a los españoles porque eran salvajemente esclavizados y asesinados por los caribes, los aztecas y los incas. Se trató de supervivencia, tan humano instinto.
Darwinismo puro

Los grandes imperios precolombinos eran salvajes conquistadores y su caída fue el producto de una selección cualitativa de las comunidades dominadas sumada a la superioridad tecnológica y cultural de los vencedores. El modo de vida precolombino tenía construcciones, conocimientos astronómicos y matemáticos importantes, ciudades con administraciones complejas, pero el desarrollo humanístico no superaba la ley del más fuerte, y el derecho absoluto del vencedor sobre el vencido.

Su expansión era merced a guerras de dominio, el sometimiento de los más débiles, impuestos agobiantes y deportaciones. Las comunidades amerindias se sostenían en base a conflictos donde unos pueblos aniquilaban a otros, la esclavitud era una institución aceptada y las mujeres y los niños eran objeto de intercambio y sacrificio. La abrumadora documentación arqueológica que respalda estas afirmaciones debería dejar de lado toda duda. La Conquista fue un proceso complejo, heterogéneo y acorde a los parámetros históricos (que hoy nos resultan escandalosos y está bien que así sea) en los que el poder se dirimía en base a esos parámetros y el sometimiento resultante no puede reducirse a víctimas y victimarios sino a ganadores y perdedores. Los imperios precolombinos avanzaban sobre territorios y pueblos al igual que lo hizo el imperio español. La diferencia no es conceptual sino tecnológica. El choque cultural fue abismal.

Pero hace unas décadas, (contemporáneamente al aniversario de los 500 años del Descubrimiento y a la creación de usinas de pensamiento socialistas que hicieron del indigenismo su bandera, como el Foro de San Pablo) cobró nuevos bríos el reclamo, ahora de corte revolucionario, de las minorías indígenas autopercibidas víctimas de la constitución de los Estados Nacionales americanos.

En Argentina había abono, más vale. La misión misma del organismo creado en 1985, llamado Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) era “promocionar comunidades indígenas”. Sobre llovido, mojado, la (siempre desastrosa) reforma de la Constitución Argentina de 1994 incorporó “derechos” y tratados que eran una bomba de tiempo. Reconoció preexistencias inefables, y abrió la puerta a kioscos administrativos e inmuebles cuyo límite es el cielo.

El kirchnerismo, conforme su suscripción ideológica, levantó este pañuelo. A partir del año 2006 leyes relativas a la propiedad y distribución de la tierra abrieron una escalada de reclamos. Los organismos internacionales en paralelo a las usinas de pensamiento ya nombradas iban en consonancia con dichos movimientos y así las cosas, nuestra conflictiva actualidad indigenista no debería sorprendernos. El Convenio 169 de la OIT de 2007 que da andamiaje jurídico a reclamos que ponen en peligro la integridad de los Estados también contribuyó a esta argamasa. Los ingredientes estaban ahí, sólo había que batirlos.
El conflicto mapuche

Hacia el año 2017 ya es innegable el conflicto mapuche en el sur argentino. El accionar de estas comunidades es siempre violento, a algunas de sus violencias nos acostumbramos: ocupación de tierras, cortes de rutas, imposición de peajes. Pero los secuestros, robo de ganado, asesinatos, torturas y enfrentamientos armados no tardan en aparecer. Chile sufre esta violencia en paralelo, con organizaciones que reivindicaban la lucha armada en ambos países y de dónde surge una peligrosa deriva: la pretendida Nación Mapuche que reclama un pedazo a la Argentina y otro a Chile para construirse. Estas organizaciones serán violentas pero no pavotas, lo que pretenden es quedarse con pozos petrolíferos, zonas turísticas excelsas y bosques de alto rendimiento.

El supremacismo mapuche no difiere, en su filosofía, de otros movimientos similares. La dialéctica indigenista es integrista, proverbialmente unicultural y anticapitalista. No todo indigenismo es segregacionista, pero desde ya no responde a los parámetros occidentales de la democracia liberal. Se despegan del mundo moderno, demandando privilegios pero negando mayoritariamente los beneficios de la modernidad  a sus hijos, cosa que coloca a las nuevas generaciones a tiro de un retroceso cultural que antagoniza con avances científicos y tecnológicos que pudieran interferir en sus visiones “ancestrales”.

La cuestión mapuche es la manifestación más escandalosa de esta filosofía y ciertamente la más acorde a la herencia del terrorismo marxista de la que hoy toman prestadas metodologías, dirigencia política y formas de financiación. Por eso es que no viene al caso discutir si los mapuches estaban o no antes de la constitución de la Nación Argentina. Tampoco viene a cuento de las demandas indigenistas, distinguir qué tribu masacró a otra, cuál anexionó a quién ni si los separatistas violentos de la nación mapuche vienen de Chile o del espacio exterior. Es más, resulta soberbiamente peligroso determinar la originariedad de unas u otras comunidades sin abrir de este modo las puertas a nuevos reclamos segregacionistas y dele pegarnos tiros en los pies. La cuestión acá es dejar de legitimar el indigenismo como víctima de nadie porque eso nos convierte a los no indígenas (vaya uno a saber cómo se determina eso) en victimarios y esa es la falacia a desmontar.

El debate acerca del derecho a bienes y servicios basado en la ascendencia indígena implica postulados identitarios, pero además establece un multiculturalismo falaz que rechaza nuestra historia, y por consiguiente nuestra cultura. Desprecia la huella que, en los criollos, tiene el clásico grecorromano, la moral judeo-cristiana, el desarrollo científico y el individualismo liberal que forja nuestra Carta Magna. Ni que hablar del desarrollo de las artes que este adanismo cultural barre de cuajo. La historia universal de la que somos apenas jóvenes protagonistas de los últimos 5 siglos evolucionó gracias a la mezcolanza. Por suerte las culturas no son impermeables. Lo que se inició el 12 de octubre de 1492 fue una conquista más en la historia de la humanidad que dio por resultado una sociedad que no es amerindia y tampoco es española. Somos americanos. Y si, así como el Imperio Romano forjó Europa e impuso su lengua y sus instituciones, Europa forjó América en base de su religión, lengua y su ley; pero eso también evolucionó.
Argentinos y punto

Hace ya 2 siglos que los que nacen en Argentina son argentinos, punto. Como argentinos todos tienen iguales derechos y desde hace 5 siglos nos venimos mezclando, afortunadamente, tanto con españoles como con tehuelches, ranqueles, puelches, pampas, y tantos otros, sumados a  italianos, suizos, alemanes, ingleses, galeses, irlandeses, escoceses, franceses, judíos y árabes que nos legaron su cultura, idioma, comida, filosofía y varios etcéteras.

Lo que estamos viviendo es un mecanismo que ya conocemos y es increíble que sigamos cayendo: bucean en alguna asimetría, no importa que tenga siglos de antigüedad. Identifican un colectivo como víctima y le otorgan un halo de santidad, ya está, nadie se puede meter con ese grupo. Después se largan a gerenciar la lucha contra la hegemonía. Queda reducir el conflicto a un esquema binario, hoy le toca al conflicto indigenista, entonces será colonizador vs. indígena. El malo es Occidente y su sistema, ¿y a quién le importan los datos? Lo importante es ser el dueño del más débil, de esa víctima de la sociedad, construida por años porque no existiría el reclamo indigenista sin el aval o el dejar hacer estatal y esto tampoco hubiera sido posible si la clase dirigente no hubiera sembrado ese camino.

No hay justificación para que el Estado financie organismos que se confabulan contra sus propias bases, que conspiran contra la igualdad ante la ley, que otorgan pertenencias étnicas arbitrarias basadas en la autopercepción y que abogan por estatutos jurídicos diferenciados según la raza o privilegios de sangre. Avanza, crece y se afianza en Argentina la cuestión indígena, que es una vil mascarada por la cual funcionarios oficialistas han perpetrado o bien apoyado, acciones del soberanismo indigenista que se va tornando habitual y lo que es peor, se va naturalizando.

También el 12 de octubre pero de 1880 asumía su primera presidencia Julio Argentino Roca, luego de haber sido uno de los protagonistas de la campaña que terminó con los malones indios que asolaban constantemente a las poblaciones, que tomaban cautivos para matarlos o esclavizarlos y que secuestraban, violaban o vendían mujeres. Se iniciaba la época más próspera de nuestro país, que situó a Argentina entre los mejores países para vivir. Por eso vinieron a poblar Argentina oleadas de inmigrantes que construyeron la auténtica multiculturalidad de la que somos producto. Desde entonces esa es la diversidad que vale, y donde la segregación étnica no debería tener lugar.

Diario La Prensa (Bs. As)  11.10.2020

sábado, 17 de octubre de 2020

Publican libro sobre lucha ciudadana contra el adoctrinamiento totalitario

La asociación civil española Profesionales por la Ética lleva más de 25 años trabajando por los derechos y la dignidad de la persona desde una concepción cristiana. Con motivo de su trabajo han publicado el libro “Profesionales por la ética. 25 años comprometidos con el Bien Común”.


Esta publicación repasa desde 1992 hasta 2017 las batallas libradas por una minoría idealista pero activa que se inspiró en el magisterio y el testimonio de san Juan Pablo II, ya que la asociación nace tras la IV Jornada Mundial de la Juventud en Czestochowa (Polonia) para combatir la corrupción, el totalitarismo, la cultura de la muerte y la ideología de género.

Según explican en un comunicado, “la resistencia llevada a cabo por los miembros de Profesionales por la Ética pone de manifiesto como nuestro país se ha deslizado en lo intelectual hacia el relativismo y en lo político hacia el totalitarismo disfrazado de falsa tolerancia”.

Y destacan que es fruto de un “plan de reingeniería social perfectamente diseñado y ejecutado no sólo por los políticos sino también por la práctica totalidad de los medios y gracias a la pasividad o incluso la complicidad de una sociedad civil adormecida o acomodada”.

Durante estos 25 años de desarrollo de la actividad de Profesionales por la Ética destacan la batalla que han dado junto con los padres frente a la asignatura Educación para la Ciudadanía, contra la imposición del aborto en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo que tuvo lugar en El Cairo en el año 1994, o la gestación del PIN Parental, la batalla contra las leyes LGTBI, el adoctrinamiento sexual o la eutanasia.

El libro refleja “la desigual batalla de un grupo de hombres y mujeres que no dudan en plantar cara a las injerencias estatales en el ámbito civil, familiar y personal” y “la lectura de este texto, profusamente documentado, aviva la esperanza de que iniciativas como Profesionales por la Ética reviertan el constante acoso que sufre la sociedad civil por parte de un Estado de vocación totalitaria que pretende imponer su ideología al conjunto de la población”.

Un libro que recoge, sobre todo, la historia de personas apasionadas y libres que no se resignan a aceptar que el político de turno les imponga su ideología ni en las leyes ni en la educación ni en la cultura ni en las costumbres.  

Profesionales por la Ética nació en el año 1992, en la última década del gobierno del socialista Felipe González, según explican “eran tiempos de altas tasas de desempleo, corrupción política y económica y reingeniería social de primera generación, con el aborto y el control estatal de la educación como puntas de lanza de un cambio ideológico y sociológico que, en las décadas siguientes, consolidarían los gobiernos del Partido Popular y aceleraría el socialista José Luis Rodríguez Zapatero”.


Redacción ACI Prensa  16  10  20