por Terrence McKeegan, J.D.
ESTRASBURGO, 25 de marzo (C-FAM) – El pasado viernes, un tribunal europeo ratificó el derecho de los italianos a exhibir crucifijos en sus escuelas públicas, lo cual señala una importante victoria para la libertad religiosa en Europa.
Con 15 votos a favor y 2 en contra, el fallo de la Gran Cámara del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, máximo tribunal europeo responsable de interpretar la Convención Europea de Derechos Humanos, invalidó una sentencia aprobada unánimemente en 2009 por una cámara de primera instancia.Sole Lautsi, atea, presentó inicialmente el caso en las cortes italianas, sin éxito. Luego se presentó ante el tribunal europeo, que en un comienzo respaldó sus argumentos en razón a que los símbolos religiosos violaban el derecho a la «libertad de pensamiento, de conciencia y de religión», y el derecho de los niños a una educación laica.
El fallo de 2009 dio lugar a una protesta sin precedentes por parte de estados y de políticos europeos. Diez países de Europa intervinieron en el caso, mientras que otros diez respaldaron públicamente la posición de Italia. Decenas de políticos europeos también se sumaron al proceso como terceros interesados.
«Invalidar la decisión de la Cámara representa el rechazo a una Europa “de talla única” y una reivindicación de su tradición pluralista… al reconocer los símbolos religiosos en el espacio público» dijo el profesor Joseph Weiler de la New York University School of Law. Weiler, judío ortodoxo, representó a ocho países que defendían la exhibición de crucifijos ante la corte.
La decisión final puede resumirse mediante la opinión concordante del juez Giovanni Bonello, quien escibió: «La Convención ha conferido a este Tribunal jurisdicción para exigir el cumplimiento de la libertad religiosa y de conciencia, pero no lo ha facultado para forzar a los Estados a que se secularicen o para compeler a los países a que se introduzcan en esquemas de neutralidad religiosa». «Corresponde a cada Estado individual elegir entre ser laico o no, y si separar, y en qué medida, a la Iglesia del gobierno».
«Este caso sienta un importantísimo precedente para la Corte al reconocer la neutralidad por sobre el concepto previamente aceptado de laicismo», dijo Grégor Puppinck, director del Centro Europeo para el Derecho y la Justicia, con sede en Estrasburgo, cuya intervención fue respaldada por 79 miembros de parlamentos europeos. «La secularización es exclusiva porque favorece un sistema de creencias laicistas y excluye cualquier otra creencia, particularmente las creencias religiosas, mientras que el principio de neutralidad es inclusivo porque permite tanto creencias religiosas como laicistas en el espacio público», añadió.
Los gobiernos de Armenia, Bulgaria, Chipre, la Federación Rusa, Grecia, Lituania, Malta, Mónaco, Rumania y la República de San Marino se unieron a Italia como interventores en el caso. Su postura fue apoyada públicamente por Albania, Austria, Croacia, Hungría, Moldavia, Noruega, Polonia, Serbia, Eslovaquia y Ucrania.
«Perder en este caso hubiera significado, en esencia, que sería ilegal, conforme a la Convención Europea de Derechos Humanos, tener símbolos religiosos en cualquier institución estatal de cualquier parte de Europa» afirmó Roger Kiska, Asesor Legal del Alliance Defense Fund, que representó a 33 miembros del Parlamento Europeo en este caso. «Eso hubiera sentado un peligroso ejemplo para el resto del mundo».
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
Publicado en http://www.c-fam.org/publications/id.1818/pub_detail.asp
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