jueves, 1 de agosto de 2013

La imagen robada.

Por Jorge Milia
Una imagen vale mil palabras pero es grave que aquellos que utilizan, aquellos que usan las imágenes, no sepan cuáles son las palabras que una imagen representa.
Ahora, es aún peor que sabiéndolo traten de darle un falso mensaje. Esto no es de extrañar entre los cultores de la mentira.
La presidente siempre nos sorprende, siempre inaugura un nuevo escalón al subsuelo de la decadencia o el ridículo. En este caso lo hace llevando a su candidato de la mano, de la manera más lamentable.
Como una quinceañera que hace colar a un noviecito a una fiesta, Cristina Fernández hizo colar a Insaurralde a una reunión protocolar de jefes de estado. Al hacerlo traicionó la confianza de su anfitriona, Dilma Rousseff, la de sus pares y la del Papa Francisco. Insaurralde quedó como un imbécil, en el primigenio sentido de la palabra: alguien que necesita un bastón para apoyarse; Insaurralde se apoya en Cristina y ésta supone que con tan maravillosa foto vamos a creer que ella tiene el apoyo del Papa.
“Nunca se desanimen, no dejen que la esperanza se apague”, las palabras del Papa Francisco dichas a los jóvenes en la Jornadas Mundiales de la Juventud, puestas sobre la foto, las suponen como dichas para ellos. Con esa foto empapelaron ayer Buenos Aires.
Bueno sería que – en el improbable caso de recibirlos – Cristina Fernández las hiciera suyas y las dijera a los Qom, a los familiares de los muertos de Once, o a cualquier víctima de la inseguridad. Bueno sería, también, que las hubiese tenido en cuenta cuando le negó al Cardenal Jorge Mario Bergoglio S.J. catorce pedidos de audiencia.
Como si lo anterior fuera poco, luego de la aparición de estos bochornosos afiches, Insaurralde intentó despegarse: "No los he visto. No forma parte de la campaña del Frente para la Victoria". A mentir se aprende rápido y más con buenos maestros… Según parece, él o su hijo se curó de algo y quería ir a agradecer… ¿A quién? ¿A Francisco? ¿A Dios? ¿Quién lo curó? Posiblemente Dios, está en todas partes… pero nadie se puede sacar fotos con Él.
La foto no sólo ofende a los católicos, ofende a los argentinos, ofende a la honestidad y a la inteligencia. Quizá hubiera sido mejor que utilizaran fotoshop porque así podrían haber incluido a otros más, quizás a Milani y Carlotto  tomados de la mano.
Lo bueno de las imágenes es que también hablan por sí solas a quienes saben mirarlas y develan el carácter de quienes representan. De esa manera, esta lamentable estafa, sólo produce vergüenza ajena, pero al mismo tiempo nos alerta de quienes son los que pretenden capitalizar lo que no les pertenece.


 Para Diario Castellanos

No hay comentarios:

Publicar un comentario