Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe.
(“Rabbi” o “Maestro” en lengua hebrea fue el primer nombre con que los Apóstoles llamaban a Jesús)
Sergio Massa debutó en televisión este martes a la medianoche luego del lanzamiento de su campaña a Presidente de la Nación para el 2015 con escala previa de dos años en el Congreso como Diputado nacional.
Fue en el programa “Animales Sueltos” de su amigo Alejandro Fantino por América, el Canal del Grupo Vila Manzano que se ocupa de promocionar en su grilla a los “arrepentidos” de los informes de Jorge Lanata en Periodismo para Todos de Canal 13 del Grupo Clarín.
Un dato no menor si se tiene en cuenta que el Intendente de Tigre hasta su lanzamiento fue la esperanza blanca de los Diarios Clarín y Nación para asestarle el tiro de gracia al Kirchner-cristinismo gobernante. De todos modos, ante la inevitable pregunta de Fantino sobre la Ley de Medios y sus conflictos con el Grupo Clarín, Massa siguió el libreto monacal: “está en la justicia” y “respeto a Clarín, como respeto a todos”. Pero los cierto es que no eligió algún programa político del Grupo y su Canal de entrevistas Todo Noticias para hacer su primera incursión proselitista.
Marcó la cancha astutamente: no quiere que lo tilden como “el candidato de Clarín”. Ya habrá tiempo para ir, por ahora manda a su economista de cabecera Ricardo Delgado.
Sergio Massa sobreactuó el libreto de amor y paz que le armó su equipo de campaña que trabajó para el Presidente Barack Obama en función de aparecer como un conciliador ante tanta inquietud reinante en la atmósfera social argentina. Y básicamente que no diga nada (le hubiera salido mas barato hablar con el “Lole” Reutemann para que lo asesore en ese aspecto) utilizando una fraseología elíptica que insinuaba definiciones tajantes.
Es un dato de la realidad que los ciudadanos quieren de los políticos menos confrontación y durezas verbales y mas aplicación a la resolución de sus dificultades y tribulaciones cotidianos.
A nadie escapa que personajes como Diana Conti, Carlos Kunkel, Guillermo Moreno o el mismo Luis D´Elia crispan los ánimos de quienes los leen o escuchan, pero utilizar excesivamente la espiritualidad pacifista política para sobrevolar definiciones mas tajantes sobre cuestiones concretas ofrece un perfil demasiado Light, mas allá de los estudiados gestos adustos y de atildado aplomo.
Haberse pronunciado en su discurso inaugural de campaña en contra de la reforma de la Constitución (y consecuentemente de la “re-re” presidencial), de la inflación y la independencia de la justicia forma parte del Manual Capeluz de todo aspirante al voto independiente que define las elecciones y que se supone en estas elecciones -a diferencia del 2011- será opositor a Cristina Fernández. Es verdad: Massa quiere ganarle a la Presidente y a Scioli juntos para perfilarse como el único heredero natural a un lugar en el que estuvo a escasos metros como funcionario Jefe de Gabinete: el Sillón de Rivadavia.
Si esto ocurriese el 11 agosto y el 27 de octubre, la cola para entrar a Tigre desde Panamericana llegará hasta Acceso Norte de Capital Federal y San Pedro yendo desde Rosario.
No importa que la gente perciba que Sergio Massa exagere la “sciolización” y que sus modismos y poses sean de un “yuppie” (Young Urban Professional Person) noventista con aire progresista y pacifista que bien administra un Municipio próspero de clase media acomodada como Tigre (no es lo mismo controlar La Matanza, Quilmes, San Miguel, Jose C Paz, etc.); él – y sus asesores – saben perfectamente que el electorado independiente y peronista “no K” está buscando el verdugo político de los actuales gobernantes nacionales y que a su vez le dé un soberano susto (ya lo hizo De Narváez en el 2009) al Gobernador Scioli por “tibio”.
Scioli hizo lo que tenía que hacer: nada; en torno de la actitud del Gobernador bonaerense de no incluir a su gente en ninguna lista y apoyar – aun sabiendas de caer derrotados precisamente ante Massa – a los candidatos de la Presidente Cristina Fernández. Scioli está protegido por un aura críptica que lo mantiene indemne políticamente. Hasta ahora.
Si el equipo presidencial termina severamente derrotado por Massa, habrán caído los hombres de la Presidente no los de Scioli, que seguirá gobernando la segunda Provincia del país sin la sombra de la “re-re” cristinista que el voluntarioso intendente de Tigre providencialmente le habrá quitado de encima.
Después en el 2015 se verá.
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