Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Advertidos de la diáspora que se acentuará después del 27 de octubre, los once senadores peronistas anunciarán antes del 27 de octubre la conformación de una aglutinante línea interna (al mejor estilo Liga de Intendentes de Mazzón) para contener a los sectores no kirchneristas que miran con cariño a Miguel Del Sel.
El socialismo y el radicalismo se afilan las uñas para ventilar externa e internamente las candidaturas del 27 de octubre que desembocarán en las supremacías del 2015.
En abril último advertíamos que el peronismo “no kirchnerista” fermentaba en estado de alerta presintiendo que el “kirchner-cristinismo” se había convertido en una peligrosa desviación conceptual que amenazaba al peronismo, pero sugeríamos que sería el propio movimiento a través de sus dirigentes de base y gobernadores los encargados de “ponerle límites” al gobierno, antes de que la desgarbada oposición se atiborre.
Y llegó sorpresivamente el inspirado tigrense Sergio Massa que desplazó al auto-excluido Daniel Scioli del papel delimitante de los ímpetus oficialistas erigiéndose como seria amenaza de las expectativas opositoras, llámese los exógenos FAP, UCR o Pro ó los intestinos De Narváez, De la Sota, el mismísimo Scioli y quien tuviere aspiraciones allende el kirchnerismo.
Las PASO de Agosto vinieron a poner las cosas en su justo término, y le mostró al oficialismo nacional que algo no anda bien en el país para que la performance del FPV cayera precipitadamente como lo hizo, aún en los cordones más humildes del GBA y aquellas provincias adonde la Presidente prácticamente había arrasado dos años antes.
Fue así como el semáforo político en el peronismo paso de amarillo a rojo, sin esperar al definitorio 27 de octubre. Massa tuvo que comprar baterías de refuerzo para su teléfono celular y el camino a Tigre se transformó en ruta de obligada peregrinación para los peronistas temerosos de quedar encallados en aguas infestadas de tiburones.
En Santa Fe, el primero en darse cuenta fue el obeidista Roberto Meli, presidente del Concejo Municipal de Casilda que inmediatamente inauguró el Frente Renovador en su pueblo. Cuando el antídoto comenzó a surtir efecto, con olfato privilegiado fue Oscar “Cachi” Martínez quien no sólo corrió a vacunarse con el massismo, sino que llegó al extremo de vicepresidir el bloque de diputados nacionales del Frente Renovador; y rápidamente mandó a rehacer los afiches de su malogrado candidato a concejal santafesino en las Paso Fernando Fleitas, por gigantografías que lo muestran al ex nadador a la par de un Sergio Massa sonriente y arriesgadamente redentor.
Otro nadador local, Diego Degano quien tuvo quedar explicaciones hace un tiempo por qué se había reunido con Massa el año pasado, ahora también tapialó con afiches mostrándose con la esperanza blanca bonaerense. Degano y Fleitas “por afuera” del peronismo compiten por la octava banca de concejal en esta capital, suponiendo que el oficialismo FPCyS y el FPV se alcen con las siete restantes.
Senadores adelantados
Astutamente, y para contener los “garrochazos” (diría Asís) de “los Cachi Martinez” por venir, los once senadores provinciales peronistas, auténticos señores feudales de sus territorios, están terminando de redactar el acta fundacional de una contenedora línea interna dentro del descontrolado peronismo santafesino que seguramente anunciarán antes del 27 de octubre, y que diluirá la actual división existente en el bloque entre “kirchneristas” y “no kirchneristas”, éstos últimos enrolados en la ahora difusa Juan Domingo del ajedrecista Scioli que, al igual que Massa y tantos otros interesados en los sillones de Rivadavia y del Brigadier López en Santa Fe, – sean peronistas o no, caso Pro- deberán sentarse a conversar con quienes tienen los votos y la generosa billetera en los Departamentos cuando decidan asentarse en la segunda Provincia argentina.
El Frente al frente.
Con aire triunfalista y esmerada escenografía (aportada por el meticuloso socialismo) el FPCyS presentó en sociedad rumbo al 27 de octubre a sus sonrientes candidatos en todas las categorías provinciales y nacionales que arribaron a esta capital para mostrarse junto a los puntales Hermes Binner y Mario Barletta que sonrieron abrazados para la fotografía en el set prolijamente armado con banner del Frente con los candidatos básicamente radicales de toda la Provincia, que tendrán la responsabilidad de sostener, y porque no ampliar, el liderazgo territorial que el FPCyS hoy despliega.
Compartió el decibelímetro de los aplausos junto a Binner y Barletta el Gobernador Bonfatti, que según la porteña consultora M&F ostenta el 60% de imagen (45% según el santafesino Horacio Robustelli).
A diferencia del peronismo que se debate en sus intrigas intestinas y mira para afuera (Del Sel) a la hora de entusiasmarse con un candidato a Gobernador para el 2015, el FPCyS muestra una oferta electoral más que interesante para cualquiera de las categorías provinciales y nacionales a renovar en el 2015.
Desde Binner para la Nación y el binomio Lifschitz Barletta para Gobernador, el abanico de candidatos para encabezar las 4 listas fundamentales (Gobernador, diputados provinciales, nacionales y senadores nacionales) muestra nada menos que al Gobernador Bonfatti, pasando por el voluntarioso senador Giustiniani y hasta al aplomado Ministro de Economía Angel Sciara que de la mano de los senadores radicales, comenzado por Felipe Michlig de San Cristóbal, comenzó a pasear por los Departamentos. El Premier Rubén Galassi lo hace por las suyas desde el primer día de gestión. Bonfatti ya precalienta el banco.
El campo quiere otro Congreso
El campo santafesino confederado celebró los 75 años de Carsfé con un congreso en la Rural de esta capital en cuyo acto de inicio el presidente de la entidad madre CRA el rafaelino Rubén Ferrero (cuyo senador departamental Alcides Calvo no fue invitado a la inauguración, y sí otros tres radicales) exhortó a votar el 27 de octubre “teniendo memoria” ya que, al decir de Ferrero, muchos de los problemas que tiene el sector pueden ser resueltos por el Congreso nacional, pero no este Congreso manejado por el kirchnerismo.
El economista invitado Carlos Melconián cerró el cónclave agropecuario con gráficos preocupantes (los mismos que mostró una semana antes en el Consejo de Ciencias Económicas su colega Tomás Bulat) pero sin dramatizar – igual que Bulat – el trillado “fin de ciclo”.
Melconián prefirió hablar de la “transición” hacia el cambio de gobierno en el 2015 que comenzará el 28 de octubre, que a su criterio debería ser ordenada y con un imprescindible giro en la política económica.
Los asistentes se retiraron, vaya uno a saber por qué, un tanto inquietos.
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