El pasado 31 de enero el popular periodista radiofónico Carlos Herrera, habló en Jaén de la fe en España, los valores de Occidente y la devoción en la Semana Santa andaluza, relacionándolo con la advocación de la Virgen de la Paz y la necesidad de paz en el mundo, en un acto organizado por la Hermandad de la Coronación de Espinas (una asociación que cumple 400 años).
Herrera, como periodista, quiso explicar la situación cultural actual, entre el Islam y el laicismo. "Cuando se acabó la guerra fría -porque fracasó el comunismo, que solo ha sido capaz de crear dos cosas: una, miseria; la otra, terror- desde entonces la izquierda en Occidente está buscando nuevos proletarios, porque ha perdido a los proletarios, y empieza a creer que el Islam es una forma de protesta social, y empieza a albergarlo en su seno como una especie de reivindicación. Reinventa el relativismo, crea el complejo de culpa. Y algún día Occidente sucumbirá al desmontaje milimétrico de sus valores. ¿Y cuales son esos valores de Occidente? La defensa de los derechos humanos, la libertad individual, la separación entre Iglesia y Estado, la igualdad ante la ley... Y lo sustituye ante una norma política que surge de las revelaciones del Corán".
Laicismo excluyente
Puso varios ejemplos de laicismo en España que van contra estos valores de Occidente y la cultura de los españoles.
"En un colegio de Alcalá de Guadaira los niños se visten de pastorcito en la función de Navidad que hacen todos los años. Pero un padre, preso de histeria, se niega, y amenaza con denunciar al colegio, de tal manera que no puede existir ningún signo religioso que recuerde que es Navidad. Permite espumillones y algunas guirnalditas, pero un arbol de Navidad no puede tener bolas colgadas porque dice que son bolas del Árbol del Bien y del Mal, del Génesis, y que eso ya es religioso. Y los niños no pueden ir de angelitos, como mucho pueden ir de palestinos de época. Y las canciones no pueden hacer referencia a si San José lavaba y la Virgen se peinaba. Tienen que decir: "qué bonito es el solsticio de invierno que tanto nos consuela a las almas caritativas".
Carlos Herrera explicó que, por el contrario, padres musulmanes en el colegio de sus hijos dicen a los niños "vosotros vestid de pastorcitos, celebrad la Navidad también, que no pasa nada".
Contó también la experiencia de adaptación de su hijo en una zona sin parroquia católica.
"Mi hijo estuvo 3 años estudiando en un colegio del norte de Escocia donde hacía un frío del carajo y se comía muy malamente. Mi hijo me dijo: papá, aquí no hay ninguna capilla católica donde poder ir a misa. Yo le dije: pues no te preocupes, vete a la capilla protestante, no te enseñarán nada malo. ¿Qué te van a enseñar unos cristianos, que seguramente proclamarán la palabra de Dios? No estará la liturgia, pero fuera de la liturgia hay muchas cosas que nos unen a todos los cristianos. Y a mi hijo aquel sincretismo le funcionó".
El periodista denunció que: "A nosotros el laicismo nos está penetrando de tal manera en la sociedad española que parece que si no eres laico eres tonto".
Distinguió entre laicidad y laicismo. "Laicidad es reconocer que si bien la religión y el Estado son cosas diferentes, el Estado no es indiferente al hecho religioso, y menos al hecho religioso mayoritario sentido internamente por la inmensa mayoría de la población. La laicidad permite que el ejercicio religioso sea un derecho fundamental que el Estado, además no debe mirar con desconfianza. Mientras que, por el contrario, el laicismo es la exclusión de lo religioso de todos los ámbitos de la sociedad".
La Semana Santa: diferencia entre Andalucía y Castilla
Después el popular locutor radiofónico habló de la devoción del pueblo andaluz en la Semana Santa, de las emociones ante las imágenes y el recuerdo de los seres queridos fallecidos que también las vivieron. Y planteó una teoría: "¿En qué nos diferenciamos los andaluces de otras Semanas Santas maravillosas, como la castellana?"
"En que nosotros sabemos -corríjame el director espiritual si me equivoco- que Él resucita el domingo. Yo creo que en Castilla no saben de eso. Y se llevan un disgusto terrible. A mí me gusta mucho la Semana Santa castellana, es maravillosa, por ejemplo, las capas pardas en Zamora. Salamanca, Valladolid, el Encuentro en León... Pero se llevan un disgusto terrible, ¡están el Jueves Santo seriamente preocupados!Yo les digo: eh, que el domingo sale otra vez, ¡que resucita! Nosotros sabemos que resucita, desde ese concepto meridional de la vida más leve, lleno de sabores, hervores, amores... somos capaces de cantar y vivir con júbilo la muerte del Hijo de Dios".
"Al fin y al cabo Dios y su Madre quieren que seamos felices, quieren que expresemos esa felicidad, con amor, con risa, con emoción", añadió el periodista y cofrade sevillano.
Al final de su intervención leyó algunos textos que había dedicado a la Semana Santa, incluyendo un llamado a llevar a Cristo a todas partes, todos los días y a los más necesitados.
"Solo sacamos a Cristo una semana a la calle, olvidando el resto del tiempo que Cristo está esperando con lágrimas en el rostro que lo llevemos, sacarlo a la calle, a las tabernas". Añadió: "hay que llevarlo donde sea más insospechado", "a los barrios fronterizos"; "hay que tomar el mensaje de Cristo, de la justicia y la libertad y llevarlo a quienes no han conocido ni una cosa ni otra".
Actualizado 3 febrero 2015
ReL
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