sábado, 28 de febrero de 2015

El primer matrimonio gay de América se divorcia... pero denuncian que fue una farsa; no eran pareja.



El primer matrimonio gay de América se divorcia... pero denuncian que fue una farsa; no eran pareja.
Alex Freyre y José María Di Bello.
Con tres hijos adoptados y luego de cinco años terminó en divorcio el primer matrimonio gay de América Latina, una unión celebrada con amplia cobertura mediática en 2009 en Argentina. Sin embargo hoy se reveló el secreto que el lobby LGBT guardaba bajo llave: Alex Freyre y José María Di Bello no eran pareja y el matrimonio fue una farsa orquestada al detalle para forzar la aprobación de la ley de uniones homosexuales.
Un activista gay lo denuncia
El periodista y activista gay Bruno Bimbi reveló hoy que al momento del “matrimonio”, Freyre y Di Bello no eran pareja y fingieron serlo con la complicidad de numerosos representantes LGBT con el fin de sentar el precedente legal que necesitaban para impulsar la legalizacion de las uniones del mismo sexo prometida y alentada por la presidenta Cristina Fernández. 
Con la complicidad del lobby gay
Bimbi cuenta que el secreto lo conocían los activistas del lobby gay y que eso se acordó porque “necesitábamos dos hombres o dos mujeres que presentaran el próximo amparo en capital, en el fuero contencioso administrativo, y se prepararan para, si todo salía bien, ser los primeros en casarse".
“Al principio había sido por una causa justa pero acabó transformándose en el show mediático de una persona ambiciosa (Freyre), que se creyó el personaje y lo usó para sacar rédito. Ya no es más por una causa. Y ya superó todos los límites", escribió Bimbi en su blog.
El periodista reprodujo uno de los diálogos de esos días al interior del lobby homosexual:
“- José y yo estamos dispuestos a hacerlo -dijo Alex Freyre en una reunión, en la sede de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, que nos había prestado una oficina para que la Federación contara con una sede provisoria.
- ¿José y vos están en pareja? -preguntó María Rachid, presidenta de la Federación LGBT, sorprendida.
- Eso no importa -dijo Alex, muy seguro-. Esto es un compromiso militante y la Federación necesita que alguien lo haga. Nosotros no les tenemos miedo a las cámaras, tenemos experiencia en el manejo con los medios, somos activistas desde hace muchos años y nos sabemos el discurso de memoria. Después, si nos tenemos que casar, nos casaremos, que todo sea por la causa”.
El periodista contó que en su momento él le dijo a Freyre: “Si alguien se entera y, ponele, el diario La Nación publica que ustedes no son pareja, perdemos toda la credibilidad y todo el mundo se nos va a poner en contra”.
Freyre le respondió: “Eso no va a pasar. Y si pasa, nosotros lo vamos a negar a muerte. Además, aunque no seamos novios, nos queremos de verdad” y dijo haber sostenido numerosos encuentros sexuales con Di Bello. “Eso lo saben todos los que nos conocen’”.
La estrategia del lobby gay
Bimbi describió detalles de la estrategia que diseñaron para las parejas que decidieran ser los primeros en acceder al “matrimonio” gay: “debían ser personas muy preparadas para responder a cualquier pregunta con la velocidad de la televisión, con argumentos sólidos y sin miedo, y que, si tenían que debatir al aire en un programa con un cura o un diputado homofóbico, pudieran ganarle. No alcanzaba con tener ganas –y pocos las tenían–, además había que estar preparado para asumir esa responsabilidad y bancarse (soportar) lo que viniera”.
Para el periodista, Freyre y Di Bello tenían estas capacidades: “a nadie en la Federación (LGBT) le cabían dudas sobre la capacidad de ambos para asumir la responsabilidad que significaba presentar el amparo. Eran dos de nuestros mejores cuadros en el manejo con los medios (…) Podían ser la pareja ideal para hacerlo, si fuesen pareja. Era eso lo que nos hacía dudar”.
Di Bimbi cuenta que se decidió a contar todo esto porque Alex Freyre “se había creído el personaje. Cuando el telón cayó y el público se retiró de la sala, él siguió actuando, como si nada. No sólo no había querido contar la verdad –y nos había pedido no hacerlo– sino que, en vez de dar vuelta la página y seguir con su vida, agrandaba una mentira que ya no era más necesaria, porque la ley ya estaba aprobada”.
Freyre, prosigue Di Bimbi, “contaba en Twitter que estaba cenando con su marido, cuando todos sabíamos que tenía otra pareja. Daba entrevistas en televisión hablando de la intimidad de los recién casados y hacía chistes sobre la distribución de las tareas domésticas, aunque no vivían juntos. Iba a los actos políticos con José y saludaban como si fueran Perón y Evita”.
El presidente de la federación Argentina LGBT, Esteban Paulón, dijo al diario argentino La Nación que en el momento en que Alex y José María les pidieron presentar el amparo por matrimonio, desde la Federación acompañaron esa solicitud.
La expulsión de Freyre
"En ese sentido ellos expresaron voluntad de casarse y, sin impedimentos de por medio, avanzamos con el apoyo a su pedido. Una vez celebrado el matrimonio y aprobada la ley de identidad de género las actitudes personalistas de Alex, que intentó sacar provecho personal todo el tiempo sin pensar en lo colectivo, nos llevaron a expulsarlo por unanimidad de las organizaciones de la FALGBT en febrero 2011", relató.
Esto ocurrió tan sólo 6 meses después de aprobada la ley del “matrimonio” gay que había generado una serie de manifestaciones multitudinarias en Argentina, como la realizada ante el Congreso Nacional en julio de 2010 en la capital, cuando se reunieron más de 200 mil personas en defensa del matrimonio y la familia.


Actualizado 28 febrero 2015. ReL

Aciprensa
  


No hay comentarios:

Publicar un comentario