Por: Darío H. Schueri
A tan solo dos semanas de las elecciones generales en la Provincia de Santa Fe, la tensión política en los búnker de campaña de frentistas y peronistas aumenta de manera proporcional al nivel de intriga que genera la iridiscente figura del candidato del Pro Miguel Torres del Sel, quien desconcierta a los politólogos y encuestadores y- porque no – a la propia “sociedad sufragante” que quiere saber “quien va a ganar”, como si de ellos no fuera la decisión.
Del Sel pone a la política – y los políticos- en el banquillo y la interpela. Rompe con las reglas preestablecidas y desconcierta – menos para su gente que tiene en claro por qué va ganar de manera contundente – a encuestadores, analistas de opinión y cuanto pensador vocacional pulule por ahí. “Hay una descomposición de las instituciones y del sistema de valores en general”, razona el veterano diputado radical Víctor Hugo Dadomo; quien agrega que “hasta el escándalo de la FIFA repercute en la credibilidad de la sociedad”.
Casi que podríamos decir que, por poco, hoy el único que está a salvo de la vindicta popular es el Papa Francisco; aunque la institución que representa esté bajo aguda observación.
Del Sel arroja a la hoguera los manuales de los cientistas políticos aferrándose solamente y con éxito hasta ahora, a los postulados básicos del cómo ganar una elección del “gurú” de Macri, el consultor Jaime Durán Barba, según lo destratan sus críticos; ¿llorar en televisión forma parte del catecismo electoral de Durán Barba?. Del Sel hizo el descargo apelando al mobbing descendente: “fue una sensación de bronca por todos los ataques de todos los días, no puedo decir ni hacer porque estoy condenado. Y también (lloré) por todo lo que hacen con la gente, amenazándola de que Del Sel le va a bajar el sueldo –y agregó– los chicos de la EPE me vienen a decir que no me votan porque voy a privatizar la empresa”, sostuvo.
Según el Ministro de Gobierno Rubén Galassi “detrás de una consigna atractiva elaborada por algún publicista de Buenos Aires puede esconderse la mayor burla y traición a los intereses que pretende representar esa frase".
El Gobernador Bonfatti también ahondó en las contradicciones del candidato del Pro: “estamos en un momento donde se faranduliza la política y se descree de ella. Pero, paradójicamente, aquellos que no son de la política vienen a la política reivindicando la anti política”.
Del Sel tiene la particularidad de asombrarse de las miserias de la política cual Principito recién llegado a la Tierra, cuando ya viene incursionando en la temática desde el 2011 y con el máster de un par de años como Diputado nacional (que quizás terminó de asquearlo). Naturalmente la sociedad tiende a identificarse con quien se baja del Tótem y toma mates con ellos y sus tribulaciones.
El problema es que lograr una alta adhesión popular en la creencia de que el candidato una vez gobernante cambiará los paradigmas negativos, pone en plazo fijo al futuro gobierno y acorta su luna de miel con la sociedad. De todos modos, Del Sel se cuida de hacer promesas explícitas bajo el modo infinitivo “ojalá lo podamos hacer”.
Volviendo al punto central: ¿por qué Del Sel llegaría a ganar las elecciones criticando el orden político establecido (“la vieja política”) y al frente de un Partido que nunca gobernó en la Provincia? (Reutemann en 1991 jugó dentro del experimentado PJ; y el socialismo en el 2007 hacía más de una década que gobernaba la principal ciudad de la Provincia, asociado al radicalismo que administraba pueblos y ciudades).
Las respuestas viran desde las políticamente más elaboradas hasta la más pueril: “porque la gente se pudrió de los políticos y quiere un cambio”. Entonces para el imaginario de sus votantes, Del Sel vendría a ser la “cosa nueva” que cambiaría aquel vetusto “orden establecido” del cual hablábamos. Por momentos pareciera que él mismo cae en la cuenta que el fenómeno sociológico creado en torno de su figura lo agobia, y se exculpa: “si estoy acá es porque la gente me puso en este lugar, sino estaría cómodamente en mi casa, o en mi campo, o actuando”.
El encuestador rosarino Andrés Mautone realizó un sondeo luego de las Paso que arrojó un resultado inquietante: de cada 10 rosarinos, 6 creían que Del Sel no estaba preparado para ser gobernador. A su vez, sólo 16 de cada 100 entendía que el ex Midachi tiene la formación suficiente para ir a la Casa Gris.
Mautone explicó que “la gente que acepta que Del Sel no está capacitado para gobernar pero igual lo apoya recuerda mucho la experiencia de Reutemann, planteando que el candidato del PRO puede conformar un buen equipo de trabajo que lo asesore. Es gente que dice; «la verdad que no está capacitado, pero confiamos en que sus errores puedan suplirse con un grupo de colaborares que ejerzan el día a día de la gestión». Es muy común en los mayores de 50 años el citar el caso de Reutemann para justificarse e intentar darle coherencia a su voto”, señaló el encuestador y analista.
¿Cómo enfrentarlo entonces?. Pareciera que aún los expertos del peronismo y el FPCyS no dieron con el talón de Aquiles del candidato del Pro. Por lo pronto aluden al “manual de marketing” de Durán Barba que Del Sel estaría siguiendo al pie de la letra, y que ellos, políticos al fin, no están dispuesto a seguir. Tampoco podrían: esa guía – de existir en este caso concreto- solo funciona con candidatos que generan expectativas “a la carta” precisamente por el componente enigmático de lo que sería su gobierno.
Qué dicen las encuestas (que nadie muestra)
En las filas del socialismo aseguran que están “palo y palo”, con una base de 500 mil votos cada uno (el FPCyS y el Pro) y que el 14 de junio unas 150 a 200 mil personas decidirán si quieren la continuidad del gobierno del FPCyS ó el cambio hacia el Pro.
Radicales y el peronismo apelan al “voto militado”, esto es, además del sector gremial, el “casa por casa” por parte de cada uno de los cientos de presidentes comunales, intendentes, concejales y los actuales senadores y candidatos a serlo; mientras – en el caso del FPCyS- esperan que el socialismo recupere los votos perdidos en Rosario: “Si Del Sel no se escapa demasiado en Santa Fe capital, y el socialismo recupera en parte los niveles de adhesión históricos de Rosario no podemos perder las elecciones”, se entusiasman los radicales.
La ninguneada del radical Jorge Boasso, candidato a Vicegobernador de Del Sel, expidiendo el certificado de defunción al FPCyS para tratar de seducir el electorado radical, enardeció a los exitosos senadores radicales que se juramentaron hacerlo ganar a Miguel Lifschitz en cada uno de sus Departamentos para escarmentar a su correligionario, de quien el diputado sureño Maximiliano Pullaro dijo que era un “marginal” del radicalismo.
Perotti insiste con enunciar encuestas que le dan un “triple empate”, para no ser expulsado de la órbita planetaria de la polarización Lifschitz- Del Sel hacia el agujero negro del voto útil negativo. El candidato rafaelino no comparte la idea del voto “anti política” de Miguel del Sel: “casi el 70 % votará la política el 14 de junio”, justifica.
Los votos peronistas de Omar Perotti son gemas preciosas buscadas por el socialismo y el Pro para terminar de consolidar la plataforma de lanzamiento hacia el decisivo voto independiente que consagrará al nuevo Gobernador.
De allí que el candidato rafaelino convocó a presidentes comunales, concejales e intendentes en esta capital y junto a la carismática y ascendente cuadro político Carina Rabolini, esposa del Gobernador Scioli, les pidió militar el voto “junto a cada amigo, cada vecino, cada compañero”. Rabolini encendió los espíritus militantes y provincialistas revelando que tiene “especial interés en ésta mi Provincia” y que “con Daniel queremos que Omar (Perotti) gobierne mi Provincia”.
El Pro arremete con encuestas que lo ubican no menos de siete puntos arriba de su inmediato competidor: el FPCyS, que aporrea cálculos matemáticos mientras espera que la figura de Miguel Lifschitz se emparente definitivamente con lo que consideran una eficiente gestión de Antonio Bonfatti. Sostienen que en las Paso la simbiosis Lifschitz- Bonfatti no se había consolidado lo suficiente ante la avasallante figura de Miguel del Sel.
Carlos Reutemann se paró en el Norte provincial junto a Del Sel y Macri, devolviéndole al socialismo los mismos favores que, según rememora con profundo rencor, le propinaron en el 2009 emparentándolo con Néstor Kirchner. La semana pasada ya transcribimos la denuncia de Reutemann del pacto Socialista-kirchnerista.
Mientras tanto, la política nacional entró en una efervescencia inusitada cuyas derivaciones nacionales no tardarán en llegar a las costas santafesinas.
– Desde Santa Fe (31/5/15)
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