Dawn Stefanowicz tiene una de esas historias que no le dejan indiferente a nadie. Vivió una infancia de estilo gay por un padre homosexual que la implicó en su vida desordenada y hedonista.
Hoy Dawn vive en Ontario (Canadá) con su marido y sus dos hijos, y es miembro del Testimonial Committee of the International Children’s Rights Institute. Su libro, Out From Under: The Impact of Homosexual Parenting ha tenido un gran impacto.
Religión en Libertad reproduce una carta de Dawn , gracias a la traducción de Aleteia, que ha escrito con motivo de la decisión del Tribunal Superior de los Estados Unidos de aprobar los llamados matrimonios homosexuales para todo el país:
Yo, hija de una pareja homosexual, os pido: Despertad.
«Soy una de seis hijos adultos de padres homosexuales que recientemente han presentado el amicus brief a la Suprema Corte Estadounidense pidiéndole que respete la autoridad de los ciudadanos de mantener la definición originaria del matrimonio: una unión entre un hombre y una mujer con la exclusión de todas las demás, de manera que los hijos puedan conocer a sus padres biológicos y ser criados por ellos.
»Vivo en Canadá, donde el matrimonio homosexual fue autorizado a nivel federal en 2005.
»Soy la hija de un padre gay que ha muerto de SIDA. He descrito mi experiencia en el libro Out From Under: The Impact of Homosexual Parenting. Más de 50 hijos adultos criados por padres LGBT se pusieron en contacto conmigo y compartieron mis preocupaciones sobre el matrimonio y la parentalidad homosexual. Muchos de ellos luchan con su propia sexualidad a causa de la influencia del ambiente familiar en que han crecido.
»Sentimos gran compasión –no animosidad– por las personas que luchan con la propia sexualidad y la identidad de género, pero cuando hablamos en público de nuestra historia enfrentamos a menudo ostracismo, silencio y amenazas.
»Quisiera advertir a los Estados Unidos que espere una grave erosión de la libertad de la Primera Enmienda si la Suprema Corte autoriza el matrimonio homosexual. Las consecuencias que se han verificado en Canadá pueden dar una lección.
»En Canadá, la libertad de expresión, de prensa, religiosa y de asociación ha sufrido fuertemente a causa de la presión gubernamental. El debate sobre el matrimonio homosexual que se está llevando a cabo en Estados Unidos no podría existir legalmente en Canadá hoy.
»A causa de las restricciones legales a la libertad de expresión, si se dice o se escribe algo considerado “homófobo” (incluyendo, por definición, cualquier cosa que ponga en discusión el matrimonio homosexual), se corre el riesgo de enfrentar consecuencias disciplinares o el despido o ser perseguido por el Gobierno.
»Muchos estadounidenses están comenzando a entender que algunos activistas de izquierda quieren introducir un control estatal sobre cada institución y libertad. En este esquema, la autonomía y la libertad de expresión personales no son otra cosa que quimeras, y los niños son mercantilizados.
»Los niños no son bienes que se pueden arrancar de modo justificable de los padres naturales. En las familias homosexuales, los niños negarán a menudo su dolor y fingirán que no sienten la falta de un padre biológico, sintiéndose presionados para expresarse positivamente a causa de la política que rodea a las familias LGBT.
»Cuando los niños pierden a un padre biológico a causa de la muerte, el divorcio, la adopción o la tecnología reproductiva artificial, experimentan un vacío doloroso. Es lo mismo para nosotros cuando nuestro padre o madre gay introduce en nuestra vida a su pareja del mismo sexo que no podrá nunca sustituir a nuestro padre o madre biológicos.
El estado como árbitro último de la parentalidad
»Se nos dice cada vez más que permitir a las parejas homosexuales el acceso al matrimonio no privará a nadie de ningún derecho. Es una mentira.
»Cuando el matrimonio homosexual fue legalizado en Canadá en 2005, fue inmediatamente redefinida la parentalidad, incluyendo una disposición para borrar la definición “padre natural” y sustituirla con el término neutro “padre legal” en la ley federal. Ahora todos los niños tienen sólo “padres legales”.
»Al borrar legalmente la parentalidad biológica de esta manera, el estado ignora el principal derecho de los niños: su deseo intrínseco e inmutable de conocer y ser criados por los propios padres biológicos.
»Las madres y padres aportan dones únicos y complementarios a los hijos. Contrariamente a la lógica del matrimonio homosexual, el género de los padres importa para el sano desarrollo de los hijos.
»Sabemos, por ejemplo, que la mayor parte de los hombres que están la cárcel no han tenido al padre en la familia. Los padres, por su naturaleza, aseguran la identidad, inculcan dirección, dan disciplina, límites, y constituyen un ejemplo para los hijos, pero no pueden engendrar a los hijos en su vientre o amamantarlos.
»Las madres crían a sus hijos de manera única y ofrecen beneficios que no pueden ser sustituidos por los padres.
»No se necesita un científico para entender que hombres y mujeres son anatómicamente, biológicamente, fisiológicamente, psicológicamente, hormonalmente y neurológicamente distintos entre ellos.
»Sus diferencias ofrecen a los hijos beneficios que no pueden ser duplicados por los padres “legales” del mismo sexo que ponen en acción el papel de géneros diversos o buscan sustituir el modelo masculino y femenino que falta en la casa.
»El matrimonio homosexual no sólo priva a los niños de su derecho a la parentalidad natural, sino que también da al estado el poder de no tener en cuenta la autoridad de los padres biológicos, lo que significa que los derechos parentales son usurpados por el gobierno.
»En Canadá, los padres se pueden esperar la interferencia del estado respecto a los valores morales, parentalidad y educación, y no sólo en la escuela.
»El estado tiene acceso a tu casa para supervisarte como padre, para juzgar tu suficiencia. Y si al estado no le gusta lo que enseñas a tus hijos, buscará llevárselos de tu casa.
»Los profesores no pueden hacer comentarios en las redes sociales, escribir cartas a los editores, participar en debates públicos o votar según su conciencia. Pueden ser objeto de medidas disciplinares o perder cualquier posibilidad de tener una cátedra. Se les puede requerir, por capricho burocrático, que participen en lecciones de reeducación o de formación a la sensibilidad, o pueden ser despedidos por pensamientos “políticamente incorrectos”.
»Cuando en Canadá fue introducido el matrimonio homosexual, el lenguaje neutral a nivel de género se autorizó a nivel legal.
»Es discriminatorio asumir que un ser humano es hombre o mujer, o heterosexual y, por lo tanto, para ser inclusivos, se utiliza un lenguaje que no especifica el género en los medios, en el gobierno, en los lugares de trabajo y sobretodo en la escuela, para evitar parecer ignorantes, homófobos o discriminadores.
»En muchas escuelas se usa un curriculum especial para enseñar a los estudiantes cómo usar un lenguaje neutro a nivel de género.
»Es desconocido para muchos padres que en las escuelas canadienses se está eliminando el uso de términos que implican el género para describir al marido y a la mujer, al padre y a la madre, el día de la madre y el día del padre y los términos “él” y “ella”.
»En Canadá los planificadores de bodas, los propietarios de hostales, floristas, fotógrafos y pasteleros han visto su libertad erosionada, los derechos de conciencia ignorados y la libertad religiosa pisoteada, pero no es algo que respecta sólo la industria del matrimonio.
»Cualquiera que posea una actividad puede verse limitado, según su conciencia, a informar sobre las prácticas o decisiones de su actividad si estas decisiones no están en concordancia con las de los tribunales, con la orientación sexual del gobierno y con las leyes basadas en la no discriminación en base a la identidad de género.
»Al final de todo, eso significa que el estado fundamentalmente decide si y cómo los ciudadanos pueden expresarse a sí mismos.
»La libertad de reunirse y de hablar libremente de matrimonio entre un hombre y una mujer, familia y sexualidad está ahora restringida.
»La mayor parte de las comunidades de fe se han vuelto políticamente correctas para evitar multas o pérdidas de estatus caritativo.
»Los medios canadienses sufren restricciones, y si transmiten cualquier cosa considerada discriminadora las licencias de transmisión pueden ser revocadas.
»Los estadounidenses deben prepararse para el mismo tipo de vigilancia de la sociedad si la Suprema Corte establece desterrar el matrimonio como institución entre un hombre y una mujer. Lo que significa que independientemente de lo que se crea, el Gobierno será libre de reglamentar tus discursos, escritos, asociaciones y establecer si puedes expresarte o no según tu conciencia».
ReL (4 julio 2015)
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