Por iProfesional.-
El gobernador electo, Juan Manzur, suspendió intempestivamente su viaje a Buenos Aires en el que tenía previsto reunirse con la Presidenta.
En tanto, Aníbal Fernández arrogó las denuncias de fraude a una teoría conspirativa de la oposición. Cano reconoció la derrota pero pidió que se abran las urnas. Las denuncias de fraude y la consiguiente protesta multitudinaria que terminó en una feroz represión policial empañaron las elecciones en Tucumán y dejó al kirchnerismo sin la posibilidad de exhibir la foto de la victoria. El gobernador electo, Juan Manzur, suspendió intempestivamente el viaje a Buenos Aires que tenía en agenda para reunirse con la presidenta Cristina Kirchner. En estos momentos, funcionarios de la Rosada intentan por todos los medios "despegar" al oficialismo de la convulsionada jornada electoral que sacudió a la provincia. Uno de los encargados de "separar la paja del trigo" fue Aníbal Fernández que aclaró que la Junta Electoral tucumana, a cargo del control de los comicios "estaba compuesta por gente que no es del oficialismo".
Casi replicando las misma palabras, el gobernador de Tucumán, José Alperovich, trató de distanciarse de los escándalos en los comicios y de las desafortunadas frases del titular de la Junta Electoral provincial, que esta mañana minimizó las denuncias de fraude, dijo que el escrutinio fue "transparente" y que la quema de urna "es una insignificancia". "La Junta Electoral no depende del Gobierno", aclaró primero el mandatario provincial en una conferencia de prensa donde estaba escoltado por Juan Manzur, el candidato kirchnerista que se arrogó la victoria en los comicios del domingo.
Alperovich se mostró a favor de que "se abran todas las urnas y se cuente voto por voto", como pide la oposición. "Quiero llevar la tranquilidad de que lo que quiere el gobernador es transparencia total. El que ganó, ganó y el que perdió, perdió. Voy a defender la voluntad popular, lo que los ciudadano votaron", enfatizó. Por su parte, Aníbal Fernández también cuestionó al sistema provincial que "tienen doscientas mil colectoras" lo que consideró que confunde al elector y demora el escrutinio. "Es un despropósito que este tipo de situaciones abran tanto el juego, porque dispersa el voto y hace una suerte de ley de lemas que genera una confusión mucho más grande en el pueblo que tiene que votar. No es saludable seguramente", sostuvo.
Denuncias de la oposición
El radicalismo, el PRO y el massismo denuncian desde el domingo el "robo de boletas", la quema de urnas y pusieron bajo sospecha el lento recuento de votos acusando al oficialismo de hacer "fraude" para quedarse con la Gobernación. "No hubo comicios directamente", dijo Mauricio Macri este martes en una fuerte declaración. El jefe de gobierno porteño no reconoció la victoria del kirchnerista Juan Manzur y denunció que durante el escrutinio se utilizaron "certificados truchos" para cargar datos distintos a los reales que habían contabilizado las autoridades en las distintas mesas de votación. "Una urna quemada en el siglo XXI es inaceptable", enfatizó. "Lo que hay que hacer ahora es ir al escrutinio definitivo y ver qué es lo que pasó. No tengo dudas de que (José) Cano y Cambiemos van a reconocer el resultado si es a favor de Manzur. Pero no podemos avalar lo que pasó el domingo. No fue una elección regular", señaló en diálogo con radio La Red. Sin embargo, el candidato del Acuerdo para el Bicentenario, José Cano, ratificó este martes sus denuncias por irregularidades en los comicios del domingo, aunque admitió que "es probable" que el postulante kirchnerista efectivamente haya ganado la elección. "Es probable, y forma parte de las reglas de la democracia. Aún con estos resultados, que estamos seguros de que vamos a recuperar muchos votos, nosotros hicimos una elección histórica, le dimos a los tucumanos una alternativa política distinta a la que representa el Gobierno en 12 años", señaló. El dirigente radical aseguró que aún no reconoce el triunfo del oficialismo (por 14 puntos) y que pedirán que, durante el escrutinio definitivo, se abran las urnas cuyos certificados presentan irregularidades.
Teoría conspirativa
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández acusó a la oposición de aplicar "un sistema preparado afuera de nuestro país para deslegitimar las elecciones de los argentinos". "Lo venían diciendo durante toda la semana, van a hacer fraude, van a hacer fraude, y como pierden lo denuncian sin pruebas. Entonces esto queda como la profecía autocumplida", indicó. Sobre la quema de 42 urnas durante los comicios, afirmó que "se detuvieron a los responsables" y que entre ellos hay "cuatro personas ligadas a la oposición". Para Fernández, "esto excede al perverso y execrable de (Jaime) Durán Barba, viene de otro lugar, de una de las tantas agencias que les gusta participar de forma subrepticia con sus alcahuetes (Elisa) Carrió, Laura alonso, seguramente hasta cobrando". "Tratan de deslegitimar las elecciones, se comienza una semana antes batiendo el parche, después se va a elecciones, la gente se expresa normalmente y denuncian" irregularidades, puntualizó el funcionario. El candidato presidencial, Daniel Scioli, fue otro de los que abonó la teoría conspirativa de la oposición. "Vieron venir el resultado y abrieron en paraguas", dijo el gobernador bonaerense y agregó que "primero fueron contra el voto de los jóvenes, después quisieron suspender las elecciones y ahora ponen un manto de duda" sobre los comicios.
Impacto nacional
Tucumán, provincia cabecera del NOA, representa un 3,5% del electorado nacional con poco más de 1,1 millón de votantes y es el sexto distrito electoral en importancia, después de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, la ciudad de Buenos Aires y Mendoza. Tanto Scioli como Macri viajaron a Tucumán a respaldar a sus candidatos, teniendo en cuenta que se trató de la primera elección luego de las PASO nacionales y una de las dos que habrá junto a Chaco antes de la primera vuelta del 25 de octubre. Si se confirma el resultado, el exministro de Salud de Cristina Kirchner y actual vicegobernador tucumano sucedería a Alperovich, que está en el poder desde octubre de 2003, es candidato a senador nacional del Frente para la Victoria y no podía ser reelegido para un cuarto mandato consecutivo, de acuerdo con la Constitución provincial. El diputado Cano no lograba de esta manera romper el maleficio de la UCR, que gobernó por última vez Tucumán hace 53 años, entre 1958 y 1962, con Celestino Gelsi al frente del Poder Ejecutivo. El escrutinio lento fue correspondiente con la lerda y dificultosa votación debido a la cantidad de fiscales -entre 15 y hasta 27 por mesa-, relacionada con los más de 25.000 candidatos para los 345 cargos electivos en disputa, en una jornada empañada por la violencia. En la comuna de San Pablo, ubicada al oeste de la provincia, se produjo un enfrentamiento a balazos entre dos facciones del peronismo, durante el cual resultó herido un gendarme, que sufrió una pedrada en la cabeza. A ese episodio se le sumó la quema de urnas en la comuna Sargento Moya, ubicada en el sur de la provincia, donde las autoridades suspendieron la votación y se deberán realizar unos comicios complementarios, con fecha a determinar. En la escuela Profesor Alfredo Cosson, ubicada en la zona sudoeste de la capital tucumana, un fiscal general del APB hizo vaciar la urna número 959 que antes de la apertura de la votación ya contenía votos del Frente para la Victoria. Pese a que el peronismo retiene la Gobernación provincial, se produjeron cambios de signo político en algunos municipios como Yerba Buena, Bella Vista y Concepción, donde ganó el radicalismo. En la capital, en cambio, también ganó el oficialismo: resultó electo intendente el peronista Germán Alfaro, secretario de Gobierno del actual jefe comunal, Domingo Amaya, quien este año rompió con el alperovichismo y se anotó como compañero de fórmula de Cano.
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