El permiso concedido por el papa Francisco a todos los sacerdotes para absolver el pecado del aborto durante el Año Jubilar de la Misericordia comporta, según la mirada de los canonistas, un nuevo llamado a los hombres para ser partícipes del amor de Dios, que celebra el arrepentimiento de cada pecador, aunque no implica que la Iglesia cambie su doctrina respecto a la gravedad de este pecado, que conlleva la excomunión automática a quien lo comete.
En su carta destinada a especificar las condiciones para recibir la indulgencia plenaria –es decir, la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados-, Francisco especifica que todos los sacerdotes podrán absolver durante el Año Jubilar -que comenzará el 8 de diciembre y se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016- a quienes se arrepientan verdaderamente de haber cometido, consentido o promovido un aborto.
El papa Francisco recuerda a los ministros que “el perdón de Dios no se puede negar a quien se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al sacramento de la confesión para obtener la reconciliación con el Padre”.
Consultados por AICA, distintos especialistas observaron que una persona involucrada en un aborto, considerado una falta de gravedad, incurre también en un delito, que conlleva la “excomunión automática” o latae sententiae si es consciente y conoce la gravedad del pecado. Esta situación continúa vigente.
El presbítero Alejandro Russo, profesor de Derecho Canónico de la UCA y rector de la catedral de Buenos Aires, detalló que es facultad del obispo diocesano o del ordinario del lugar absolver el pecado del aborto y, por consiguiente, levantar la excomunión sobre el pecador arrepentido. No obstante, el obispo puede delegar esta tarea en todos o en algunos de sus sacerdotes.
En la arquidiócesis de Buenos Aires, como en otras jurisdicciones eclesiásticas del país, los obispos han optado desde hace tiempo por conceder el permiso a todos sus sacerdotes de absolver tal pecado. En el territorio arquidiocesano, esta prerrogativa está vigente desde el gobierno pastoral del cardenal Antonio Quarracino, siendo su vicario general monseñor Jorge Bergoglio, hoy el papa Francisco.
En aquellas diócesis donde el permiso no ha sido extendido a la totalidad del clero, los especialistas consultados coinciden en señalar que la mayoría de los párrocos tienen este permiso, y quien no lo tuviera sabrá de todos modos cómo acompañar en su camino de reconciliación al pecador arrepentido que quiere volver al seno de la Iglesia.
El presbítero Andrés Tello Cornejo, profesor de Teología de la UCA y secretario ejecutivo del Equipo Episcopal para la Vida, observó que la praxis pastoral no es igual en todas las diócesis del mundo. En caso de no poder absolver al pecador, el sacerdote confesor debe derivar al penitente al obispo o a otro sacerdote con la potestad de encargo.
"Esto es engorroso para las personas, porque vienen con su dolor, a veces de muchos años, y uno se enfrenta con la situación de tener que derivarlo y que vaya a otro lugar", observó el padre Tello, quien también es capellán de un hospital porteño.
Un gesto más de la misericordia de Dios
El obispo auxiliar de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud, monseñor Alberto Bochatey OSA, consideró que esta iniciativa "es un gesto más de la misericordia de Dios a través del Santo Padre", que ha querido indicar algunos caminos especiales para recibir la indulgencia durante el Año Santo.
"El aborto es un crimen gravísimo, porque se trata de matar a una persona inocente, y la condena sigue siendo la misma. Aquí lo que se habla es de quien se arrepiente y recurre al sacramento de la reconciliación. El Papa nos indica que debemos ser lo más amplios y generosos en el ejercicio de la caridad y de la misericordia con estas personas", explicó el prelado, especialista en bioética.
Para monseñor Gustavo Zurbriggen, el papa Francisco, al dar este permiso a todos los sacerdotes del mundo durante el Año de la Misericordia, quiere invitar a todos los que realizaron o cooperaron con un aborto al arrepentimiento y la conversión, porque "Dios es rico en misericordia y perdón".+
Miercoles 2 Sep 2015
Buenos Aires (AICA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario