Por: Darío H. Schueri
Estamos a pocas horas del inicio de lo que los especialistas definieron como las elecciones más impredecibles de la historia democrática reciente, que nos podría depositar en el estreno del excéntrico ballotage “a la Argentina”.
Mientras tanto, en la Provincia los radicales le pedirán la semana que viene al Gobernador electo Miguel Lifschitz que defina la grilla ministerial.
Presidente a secas o con ballotage
Los tres candidatos con más posibilidades de acceder a la presidencia de la Nación (Scioli, Massa y Macri) acallaron sus voces con en algunos casos audaces propuestas que intentan seducir a un electorado, que sospechamos se presentó arisco a responder las encuestas, sencillamente porque aún no definió su voto. He aquí la primera intriga: hay dos clases de electores: los que ya se definieron por un candidato. Y los que jamás lo votarían pero no tienen en claro por quien lo reemplazarán. La ecuación algebraica que surja del voto consolidado versus el “voto flotante” (diría la encuestadora Retamar) definirá si tendremos que volver a las urnas el 22 de Noviembre; o no.
Que pasará en Santa Fe
En la bota santafesina, más de 2,6 millones de santafesinos van a las urnas mañana para renovar las bancas de los tres senadores y de 10 diputados nacionales de los 22 que la representan en el Congreso nacional. Para ello, en el cuarto oscuro el electorado se encontrará con 6 listas de candidatos a senadores nacionales y 6 listas de candidatos a diputados nacionales; algunos distribuidos en las boletas largas de 5 cuerpos y otros en boleta corta de 3 cuerpos. Y siete candidatos a Presidente.
Los Senadores nacionales que terminan su mandato el venidero 10 de diciembre son: Carlos Alberto Reutemann (ingresó como PJ y va por la reelección con el PRO), Roxana Itatí Latorre (FPV-PJ) y Rubén Giustiniani (Partido Socialista)
También el próximo 10 de diciembre finaliza el mandato de los Diputados nacionales: Omar Segundo Barchetta (PS en el FPCyS), Marcos Cleri (FPV), Claudia Alejandra Giaccone (FPV), Oscar Ariel Martínez (Frente Renovador), Fabián Francisco Peralta (GEN en el FPCyS), Omar Ángel Perotti (FPV), Élida Elena Rasino (PS en el FPCyS), Antonio Sabino Riestra (Unión PARES en el FPCyS), Silvia Rosa Simoncini (FPV) y Juan Carlos Zabalza (PS).
Varios de ellos, tal el caso de Zabalza, Perotti, Martínez, Cleri, Reutemann, Giustiniani, Giaccone, Simoncini van nuevamente a las urnas para cargos nacionales, Parlasur, o ya fueron electos diputados provinciales.
La incertidumbre electoral nacional se trasladó con más fuerza a la Provincia de Santa Fe donde el FPCyS tuvo que armar una ingeniería proselitista propia, toda vez que sus candidatos a Senador nacional, Diputado Nacional y Parlasur no llevan en la boleta candidato a Presidente. De esta manera, no tuvieron más remedio que militar el original corte de boleta para que sean los propios electores quienes armen el combo.
Es así como tal excentricidad electoral del Frente gobernante santafesino quizás haya tergiversado los valores de las encuestas realizadas en la Provincia, que por otra parte de por sí ya arrojaron una particularidad que podría llegar a ser sorpresiva este domingo.
Tomando el axioma aristotélico de que “la única verdad es la realidad”, en este caso nos vamos a remitir a la realidad numérica reciente, que de ninguna manera puede interpretarse como predicción, toda vez que en la Provincia de Santa Fe este domingo es probable que asistan a las urnas más de 230 mil ciudadanos que no lo hicieron el pasado 9 de agosto.
Así las cosas, en las PASO del 9 de agosto, Omar Perotti (FPV) obtuvo 546.058 votos; Carlos Reutemann8 PRO) cosechó 439.925, Eduardo Romagnoli (UNA) sacó 293.245 y Hermes Binner (FPCyS) logró 209.133 sufragios. Es la base con la que cada uno de los aspirantes a una de las tres bancas de Senador nacional en juego, arrastrando a su vez la inmediata categoría de Diputados, abrirán las urnas a las ocho de la mañana. Diez horas más tarde se sabrá si los retuvieron, resignaron o incrementaron.
Lifschitz y el gabinete
Este domingo, 11 Provincias elegirán sus Gobernadores junto con las autoridades nacionales. Santa Fe desde el pasado 19 de junio ya tiene a Miguel Lifschitz como Gobernador, y tiene que lidiar con una extensa y desgastante transición de medio año, que en su faceta ministerial pareciera que en un par de semanas más estaría finiquitada.
En todo este tiempo, la ansiedad de los actores intervinientes no logró inmutar los ánimos del imperturbable Gobernador electo, quien supo hacer objeto de culto su bajo perfil y las respuestas evasivas a la hora de responder sobre su futuro cuerpo de colaboradores. Lo peor del caso, es que ni sus propios socios radicales pueden arrancarle certezas.
Todo comenzó con una “comisión bilateral” de tres delegados socialistas y otros tantos por la sociedad radical para negociar la composición del gabinete. Pero a poco de andar, algunos radicales cayeron en la cuenta que el esquema solo era afín a una estrategia dilatoria de quien sospechan que buscó ganar tiempo para conversar por su cuenta con quienes quería fuesen sus colaboradores radicales.
Fue así como los soterrados enconos radicales (resabios también de la interna electoral) comenzaron a salir a la superficie a medida que en el micro mundo de la política comenzaba filtrarse el sinóptico ministerial para cada sector radical, y quienes supuestamente completarían los cuadros.
El neurálgico Ministerio de Seguridad – y su probable titular- fue el primer detonante que disparó la bala de la discordia entre los herederos de Alem e Irigoyen. Luego fue la confirmación de que otro Ministerio estratégico para Miguel Lifschitz: producción, quedaría bajo su órbita cuando un sector radical ya entallaba el traje del conductor. Ahora ese influyente sector –que tenía un hombre de su sector al frente de Producción- pide algo “a la altura de las circunstancias”, desatando la iracundia de sus correligionarios que se sienten, ya no solo desplazados, sino rayanos en la categoría de “ninguneados” dentro del Frente; y por el propio Lifschitz.
Cuando comenzaron las “bilaterales”, el emisario de Lifschitz le hizo saber al radicalismo que para empezar a conversar, el Partido conservaría los ministerios que ostentan hasta el 10 de diciembre: Producción, Obras Públicas y Trabajo. Uno para sector radical, con el compromiso de ampliarlo a dos por línea interna (NEO, M.A.R. Universidad). Con el pedido de Lifschitz de Producción, el espacio que conducía esa cartera queda en inferioridad de condiciones ante sus pares (que le retrucan haciéndole notar que tienen el Vicegobernador) y por ello piden otro Ministerio del mismo rango político para comenzar a discutir el segundo casillero ministerial.
Un plenario que tendrá lugar la semana entrante en el Partido encauzará esas discusiones, para después trasladarle a Miguel Lifschitz el pliego de nombres y áreas interesados en cubrir.
Mientras ello ocurre, se rumorea que otro de los grupos radicales que jugó con el socialismo desde la primera hora, intenta persuadir a la persona que quiere Lifschitz para conducir una de las carteras supuestamente asignadas al radicalismo, también prioritaria para el esquema táctico del futuro Gobernador en la titánica lucha contra la inseguridad. Ellos aseguran que no les ofrecieron ese Ministerio.
Las otras dos patas del fino entramado gubernamental (junto con Justicia y Seguridad) para enfrentar de manera integral uno de los principales motivos de ira ciudadana, la componen Educación y Desarrollo Social. Tal como están las cosas en el etéreo mundo de los rumores, el radicalismo tendría bajo su responsabilidad tres de los cuatro ministerios que compondrían el eje de la lucha contra la inseguridad, que tanto desvela al futuro Gobernador.
Para completar el esquema, de manera paralela, la futura Cámara de Diputados tendrá que hacer su parte, sancionando de manera definitiva las iniciativas de los senadores radicales Enrico, Marcucci y el diputado peronista Mascioli sobre prisiones preventivas, excarcelaciones, recursos de apelación, ordenes de detención, entre otros apartados judiciales que, sumado a una mayor eficiencia del nuevo sistema procesal penal (hoy visto por la ciudadanía – y la corporación abogadil- como facilitador del garantismo) podrían bajar el estresante nivel de zozobra sobre su seguridad y la de sus bienes que asuela a la sociedad.
Mientras tanto, la actual Cámara Baja de la Provincia deberá convertir en Ley la opinada media sanción de los senadores que autoriza el endeudamiento por dos mil millones de pesos al Poder Ejecutivo, en una votación cuanto menos rara por parte del peronismo senatorial que, con excepción del rafaelino Alcides Calvo que responde al candidato Omar Perotti, votó a favor pero con severos reproches hacia la conducta fiscal del Poder Ejecutivo.
Con el ojo en la Producción.
Miguel Lifschitz dijo que “redireccionará” el gasto para darle una mayor impronta a tres áreas cruciales de su gestión: seguridad, infraestructura y producción.
Precisamente, dentro del marco de los festejos de los 131 años de la Sociedad Rural de Santa Fe, Lifschitz mantuvo un revelador diálogo con el presidente de Carsfé Gustavo Vionnet, en presencia del actual Secretario de Agricultura Luis Contigiani. Vionnet le adelantó que la entidad le hará llegar en breve un vademécum de propuestas para cada sector de la producción, lo cual no solo fue bien visto por el Gobernador electo, sino que coincidió con los ejes señalados por Vionnet (fortalecer los equipos técnicos y contar con un área de estadística e información para tomar decisiones) y le señaló al actual funcionario del Ministerio las coordenadas para un futuro trabajo.
El futuro Primer Mandatario provincial ya definió la línea bisectriz por donde pasará su gobierno, junto con los hombres – y mujeres – que necesita para llevarla adelante. En los primeros días de Noviembre los dará a conocer. Comenzará la etapa de despedida de la actual gestión (¿y del ciclo Binner-Bonfatti?).
Desde Santa Fe
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