El gobierno nacional intervino la AFSCA y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información. El stalinista Sabbatella se atrincheró y fue denunciado en la Justicia. En tanto, el diario Hoy ratificó otra demanda penal contra el funcionario K por las irregularidades en la asignación de licencias
El gobierno nacional decidió apretar el acelerador para ponerle fin a la gestión de uno de los personajes más polémicos de universo K como es Martín Sabbatella que, tal como lo denunció el diario Hoy en la Justicia penal, manipuló al extremo la entrega de licencias audiovisuales para favorecer a empresarios y grupos políticos alineados con el kirchnerismo.
Ayer, el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, brindó una conferencia de prensa donde anunció la intervención por 180 días de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que hasta ayer encabezada Sabbatella, y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), que se encontraba a cargo del camporista Norberto Berner. La intervención estará cargo del ex legislador porteño Agustín Garzón, un abogado de 39 años con un máster en Derecho Administrativo de la Universidad Austral, y del ingeniero Mario Enrique Frigerio, hijo del histórico dirigente desarrollista Rogelio Frigerio (1914-2006) y ex secretario de Industria del gobierno porteño.
Lejos de aceptar el mensaje que dieron las urnas en el balotaje, cuando la mayoría de los argentinos eligieron un cambio de gobierno y ponerle punto final al kirchnerismo, Sabbatella decidió atrincherarse. Eso no es todo: tras los comicios siguió repartiendo licencias discrecionalmente, favoreciendo a grupos empresarios ligados al kirchnerismo y relegando a aquellos oferentes -en los concursos- que fueron críticos al relato K durante la mal llamada década ganada. Recordemos que los grupos mediáticos más favorecidos por Sabbatella fueron los liderados por Sergio Szpolski, un vaciador de empresas investigado por lavado de dinero que emitió miles de cheques sin fondos a través de testaferros, y Cristóbal López, conocido como el zar kirchnerista de las tragamonedas.
En ese marco, horas después de anunciarse la medida de desplazar a Sabbatella, Garzón presentó una denuncia penal contra el ex titular del AFSCA por abuso de poder. Y por mantenerse en el cargo pese a haber sido removido. La denuncia cayó en el Juzgado 10 de Comodoro Py, a cargo de Julián Ercolini, quien enviará la causa a sorteo. Cabe remarcar que, el pasado 18 de diciembre, la directora del diario Hoy, Myriam Renée Chávez de Balcedo, ratificó en los tribunales federales de La Plata una denuncia penal contra Sabbatella que había sido presentada a comienzos de diciembre, luego de la realización de controvertidos concursos –repleto de irregularidades- relacionadas con la asignación de licencias de TV digital y de TV de Alta Definición en La Plata.
Aguad sostuvo que Sabbatella y Berner "no responden a la nueva estructura orgánica de ministerios" lo que "ha llevado a un caos". También acusó al ex titular de la AFSCA de "militante político" que "llenó de militantes" rentados al organismo y aclaró que "por ahora no se toca la Ley de Medios" sancionada durante el gobierno anterior. Indicó que con el decreto de la intervención "lo único que hemos hecho es remover las autoridades".
La decisión del gobierno fue respaldada por el bloque de diputados del frente Unidos por una Nueva Argentina (UNA), que responde a Sergio Massa y José Manuel de la Sota, al considerar que "es legítima la intervención”. Y sólo exigieron que la reforma de la ley de Medios no se realice por medio un DNU sino con la correspondiente participación del Congreso, "respetando la división de poderes". En un comunicado, la bancada de UNA criticó con dureza a Sabbatella y al kirchnerismo por haber actuado en algunos casos "con discrecionalidad". Todo indica que se abre una nueva etapa en lo que se refiere a la configuración del mapa de medios en la Argentina.
En foco //
La trampa del formalismo berreta
Llama la atención que algunos formadores de opinión hayan salido a cuestionar la decisión del gobierno de sacar a Sabbatella e intervenir la AFSCA, haciendo hincapié en meras cuestiones formales e institucionales que, supuestamente, no se habrían respetado.
La realidad es que, ante la grave situación que se registra en la Argentina, se requieren acciones rápidas y decididas para intentar solucionar el desmadre que ha provocado el kirchnerismo en los últimos 12 años en casi todas las áreas, incluido los medios de comunicación.
Es más, los argumentos acerca de la inconveniencia de utilizar un decreto para desplazar a Sabbatella no resisten ningún análisis a partir del momento en que ese mismo funcionario fue nombrado de igual forma por la entonces presidenta Cristina Kirchner.
Asimismo, Sabbatella se ha caracterizado, durante su gestión al frente de la AFSCA, de haber actuado al margen de la ley. Aplicó descuentos compulsivos a sus empleados para financiar a su partido político Nuevo Encuentro y manipuló, de forma salvaje, los concursos para acceder a las licencias de forma tal de solo favorecer a los grupos empresarios ligados al kirchnerismo, marginando a todos aquellos oferentes con opinión crítica a lo que ha sido el gobierno K.
Fiel a su origen político vinculado al Partido Comunista, Sabbatella se comportó como un stalinista al servicio del kirchnerismo y contribuyó así a crear el efecto opuesto al que supuestamente se buscaba con la Ley de Medios. Es decir, en los últimos años, se produjo una fenomenal concentración mediática de radios y canales de TV que, gracias a los millonarios aportes de la publicidad oficial que salieron de nuestros impuestos, funcionaron como órganos de propaganda para intentar esconder la realidad.
Ante esta situación, llegó la hora de que los responsables de semejante descalabro empiecen a pagar por las consecuencias de sus actos y se sienten en el banquillo de los acusados.
24/12/2015 - 07:00hs Hoy en la Noticia.
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