Reproducimos aquí el artículo de un padre de familia, seguidor del sitio.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Libertad y Tiranía. Hace muy poco el sitio de noticias Actuall publicó un artículo sobre la actitud de Trump al desobedecer todo mandato del sistema cultural dominante, lo políticamente correcto. Señalando los vicios del electo presidente de EEUU, hace una analogía con Constantino, el emperador pagano que se convirtió al Cristianismo y comenzaría luego la base política de lo que fue nuestra civilización occidental. El artículo es muy interesante porque en el fondo, señala un tema clave: nuestra libertad para expresarnos hoy.
La tiranía más perversa puede no ser la persecución física y que termine en el encarcelamiento de aquellos que creen en algo diferente. La tiranía puede llegar a ser más peligrosa cuando, sin aparente represión o violencia física, se calumnia, se prohíbe y se persigue a través de todos los medios de la cultura, a aquellos que pretenden un cierto orden natural de las cosas. La tiranía más profunda y cruel se da no cuando es ejercida ya por el tirano mismo, sino cuando es practicada por los semejantes de uno y éstos creen estar haciendo el bien.
Eso, mis amigos, es la tiranía perfecta. No hace falta una policía secreta, una KGB o la Gestapo.
No. Ahora la tiranía se nutre y se sirve de tu prójimo. Son tus amigos, tus propios compañeros los que te censuran inmediatamente o se escandalizan cuando a ti se te ocurre decir alguna “barbaridad” que esté en contra del sistema cultural imperante. Que esté en contra de la Matriz. Que no sea lo políticamente correcto.
Tópicos culturales. Si a uno se le ocurre expresar en una reunión que no comparte la convivencia entre novios y que el deseo como padre es que sus hijos se comprometan y se casen por Iglesia, ya puedes escuchar a las madres de ahora “ah, pero no los puedes obligar”; “es lo que se usa ahora” o, directamente, “eso porque eres un ultraconservador“. Eso en el lenguaje de la Matriz significa: Eres un anticuado fascista.
Si se te ocurre decir que la ropa que usan hoy día las niñas es inapropiada para su edad, porque la actual vestimenta tienen mucha connotación sexual, replican “es la moda, todas las mamás le compran ese tipo de ropa”. O peor aún, insinúas que prefieres que tus hijos lleguen castos al matrimonio, te tachan de “represor” o “eso que dices es desubicado, es imposible de lograr”. O sencillamente se ríen diciendo, ” estás medio loco”
Ni se te ocurra mencionarles que prefieres que lo más importante para tus hijos es que formen una familia numerosa. Eres un Troglodita.
“Eso era antes. Las prioridades han cambiado”. Ahora hay que conseguir el mejor trabajo, el mejor título, el mejor cargo y por supuesto, el mejor salario. “Ajá. ¿Y después qué?” “Pues otro mejor trabajo, más reconocimiento social y un salario más grande aún. La familia ahora es una opción personal que depende de cada uno y los padres no pueden influirlos, ni presionarlos con esos “estándares tradicionales” de antes. Ellos deben tener total libertad para “elegir”.
Uds. creerán que estoy loco, pero eso pasa ahora y se ven las consecuencias aquí en Buenos Aires. Es cada vez más común ver a mujeres de 35/42 años con su súper carrera, su doctorado o su cargo de CEO-gerente, pero más solas que Néstor Kirchner en el día del amigo. Lo peor es que la cultura de lo políticamente correcto no puede contra la naturaleza, y las mismas chicas “superadas” sienten, a los 37 años, algo inexorable: el tic-tac de su reloj biológico. Luego, buscan intensamente a un hombre que les dé un hijo, para completar, al fin, el maldito mandato natural, impuesto por esta sociedad machista. ¡Horror! tantos años de superar hombres en el trabajo, para terminar igual que nuestra abuela que no tenía título universitario: criando niños.
Es que el éxito laboral o profesional no garantiza de ningún modo la felicidad de proyectar tu legado en la tierra como sí lo hacen los propios hijos.
Nuestro Occidente hoy. La cultura de lo políticamente correcto se impone de varias formas: La desvirtuación del lenguaje, la transformación de los significados, la confusión y mezcla de conceptos y hechos fundamentales para el hombre, hasta el punto de hacerle sentirle que lo que él supo como verdadero durante siglos ahora es incierto. Temas fundamentales para la familia como la autoridad de los padres, el derecho a la vida y la condición natural del sexo masculino o femenino, son cuestionados hasta hacerle creer a la gente que no puede o no debe hacer lo que su conciencia le dicta, y terminan obrando según se los dicte la TV o lo que vieron por Internet. El ejemplo de la ideología de género es el más shockeante: cómo se logra imponer una creencia en contra de lo que evidencia la realidad y la biología. En la inmensa mayoría de los embarazos y nacimientos se determina categóricamente el sexo de la criatura: hombre o mujer. No hay lugar a dudas para los padres ni para los médicos. Es un hecho y listo. Ocurre todos los días, lo fue durante los miles de años de vida de la humanidad. Cuando le preguntamos a una embarazada qué está esperando, ella responde “una nena”, “un varoncito”. Jamás escuchamos a una madre que diga “estoy esperando a un transexual” o “estoy embarazada de un homosexual”.
Sin embargo, observen cómo ese hecho inexorable de la naturaleza es ignorado años más tarde, cuándo, por ej., algún compañero de trabajo, le surge la duda si se nace o se hace homosexual.
Lo que siempre fue, ya no lo es más. Ahora significa otra cosa.
La mujer contra el hombre. La Matriz debe disolver la unión natural entre varón y mujer. La primera forma que tiene es oponer, violentar a la mujer contra el hombre. Y llevar esa confrontación hasta el extremo. La marcha de los “derechos de la mujer” en EEUU fue masivamente difundida por todos los medios. Las proclamas feministas fueron publicitadas, cada militante era una “heroína”. Ellas que “eligen una compañera del mismo sexo desafiando el opresor mandato natural”. Ellas que “tienen derechos propios sobre su cuerpo antes que la vida del bebé que llevan adentro, desafiando a los ultra-tradicionalistas, al sistema patriarcal-religioso”. Ellas que, cuando ejercen su derecho a ser madres, lo quieren y pueden hacerlo sin necesidad de varón alguno –negándole categóricamente a la criatura su derecho a un papá-, pues para eso está la inseminación artificial o el alquiler de vientres. Ellas contra el maldito hombre represor, el maldito padre omnipresente en la cultura occidental, el maldito Pater familias. Ellas contra el maldito Dios cuyo sistema cultural elevó a la Familia –hombre, mujer e hijos- como la célula base y primordial de toda sociedad. Destruid a la familia. ¿Por qué ese odio contra la familia entonces?
Porque el mundo de hoy está meticulosamente diseñado para el éxito material y para el placer, pero no para el sacrificio que exige criar a un menor. Porque indefectiblemente eso nos llevará a cuestionarnos qué valores les inculcaremos a nuestros hijos y debemos pensar en algo medianamente sano y puro para la criatura. Y eso es peligroso para la Matriz. Porque la tarea de brindarles algo puro a los chicos, nos hace vislumbrar la trascendencia.
Esa pureza que debemos traspasarle al chico -y que, mientras, nos hará de filtro o parámetro contra los vicios y agresiones del mundo adulto- es justamente lo que la Matriz de lo políticamente correcto quiere combatir, diluir, destruir.
¿Por qué motivo Uds. creen que nunca -en toda la historia de la humanidad- se ha visto como ahora, tan combatida la sola idea de Familia -hombre, mujer e hijos? Porque representa el último espacio de libertad absoluta para crecimiento y realización del hombre. Porque la Familia es el ámbito por excelencia donde se promueve las capacidades de cada uno con sana supervisión, el desarrollo del criterio y el discernir primarios que luego serán profundizados con los estudios clásicos o las verdaderas experiencias y enseñanzas de la vida.
Sólo de la diversidad verdadera -fruto de la unión de dos entidades espirituales tan diferentes como complementarias; el hombre y la mujer- nace la libertad verdadera.
por Julio César Alfonso
Que no te la cuenten (15/2/17)
Nota: mañana publicaremos el artículo de referencia.
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