por Pablo Cesio
Desclasifican archivos de la unidad de inteligencia que detectó el espionaje nazi.
“Los jóvenes y niños merecen saber qué hizo un puñado de detectives para frenar el nazismo que irradiaba sus tentáculos casi en todo el continente. Ellos cambiaron el rumbo de los acontecimientos, eso los ubica no sólo en la historia de Chile sino del mundo”.
Así se expresó el director general de la Policía de las Investigaciones (PDI), Héctor Espinosa, durante la ceremonia de transferencia de documentos hasta ahora clasificados de la extinta unidad de inteligencia denominada “Departamento 50” al Archivo Nacional de Chile.
Gracias a esta iniciativa la ciudadanía chilena y el resto del continente pueden tener acceso de manera digital a documentos mecanografiados y a un amplio álbum de fotografías en blanco y negro sobre el espionaje de los nazis en Chile (en línea hay disponibles 10 cuadernos con la documentación, declaraciones, confirmación de bienes y pruebas, además de testimonios).
En ese sentido, el propio Espinosa subrayó el trabajo de la PDI, que tuvo la capacidad en el siglo pasado de crear una unidad de inteligencia civil capaz de “descifrar el plan del nazismo para Chile y América”, reproduce un informe de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile.
Los nazis en Chile
Según reproduce el propio Archivo Nacional, fue a principios de la década del 40 que se detectó en el Cono Sur asentamientos nazis tanto en Argentina como en Chile.
El Estrecho de Magallanes (un paso marítimo en el extremo sur del continente) representaba un punto es estratégico en cuanto a la comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico.
Debido a esto, en el año 40, dos hechos motivaron la posterior creación del “Departamento 50”, nombre informal de la “Sección Confidencial Internacional”. Uno, la confirmación de entrenamiento paramilitar dirigido a jóvenes descendientes de familias nazis en la localidad de Puerto Varas. El otro, la captación de trasmisiones de la Armada interceptadas por grupos nazis, prosigue el informe.
La situación generó un rápido despliegue con el fin de desarticular las redes nazis en el país sudamericano. Además, contó con un trabajo de coordinación con agentes del Special Intelligence Service (SIS), una unidad que el FBI norteamericano creada para seguir las huellas de los nazis en América Latina.
Entre los logros más elocuentes de esta unidad de inteligencia se destaca la desarticulación de una estación radial alemana en la localidad de Quilupé, que a través de mensajes cifrados se informaba a Alemania sobre el itinerario de buques mercantes aliados. Gracias a esto fue posible la detención de unas 20 personas.
El otro de los hitos tuvo que ver con el “desentierro de cuatro aparatos de alta tecnología, además de dinero en efectivo, un libro de claves para enviar mensajes a Alemania y unos planos para bombardear yacimientos mineros en el norte de Chile”.
El emblemático “Departamento 50” obtuvo reconocimiento internacional tras la Segunda Guerra Mundial y posteriormente fue cerrado.
Aquel trabajo hoy sale a la luz y deja de manifiesto un laborioso proceso de investigación que terminó impidiendo un avance preocupante en Chile y América Latina.
Con información de Archivo Nacional y Policía de Investigaciones de Chile
Aleteia Chile | Jun 28, 2017
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