domingo, 30 de julio de 2017

La guerra de la Vendée. Una cruzada en la revolución (I)


por María Arratíbel.
Le Vendéen, de Julien Le Blant (1851-1936)
“La guerra de la Vendée es uno de los capítulos más controvertidos de la Revolución Francesa. Un episodio que pone en cuestión la sinceridad de su ideología revolucionaria, resumida en el gran lema de Libertad, igualdad, fraternidad.
Los revolucionarios sometieron a esta región francesa a una política de tierra quemada, poniendo en marcha un verdadero genocidio. Ejecutado, además, con el mayor ensañamiento, sobre unos compatriotas por el simple hecho de no aceptar su visión del mundo.”
De este modo resume su contenido la contraportada del libro “La guerra de la Vendée. Una cruzada en la revolución”, escrito por el historiador Alberto Bárcena Pérez, profesor desde 2001 de la Universidad CEU San Pablo.
El profesor Bárcena se ha basado en la tesis doctoral de Reynald Secher La Vendée-Vengé. Le génocide franco-français, Ed. PUF, 1986, Perrin, 2006 como principal fuente para elaborar su texto. Merece la pena saber las “curiosas” consecuencias que tuvo primero el intento y, finalmente, la publicación de la tesis de Secher para comprender que, como dice Bárcena, “la Vendée ha sido una piedra en el zapato de las cinco repúblicas y otros regímenes que se han ido sucediendo en Francia a partir de 1792.
En 1985 (…) Reynald Secher, defendía su tesis doctoral: un trabajo destinado a chocar con importantes resistencias desde antes de su publicación. El autor reconocería años más tarde que estaba avisado: uno de los miembros de su tribunal, el profesor Pierre Chaunu, en su informe, ya profetizaba entonces que la carrera de Secher en la enseñanza superior encontraría serias trabas por parte de verdaderos “orfebres en la materia”. Pero, de todos modos, su tesis se publicó con gran éxito, un año más tarde.
Aquel doctorando de 1985 hablaría, veinte años después, en el prólogo a la edición de 2006, de su asombrosa experiencia cuando, en vísperas de la primera, empezó a darse cuenta de la trascendencia de su investigación: de cómo se trató entonces de comprar su silencio por diferentes medios: “dinero, honores, puesto en la Universidad…”.  Su libro, innegablemente, no aparecería en un buen momento –si es que pudiera haber alguno- sino en el peor: se preparaba la conmemoración del segundo centenario de la Revolución (…). Por eso, como relata el propio Secher, se le trató de convencer apelando a una “pseudo-razón de Estado”.
Acabaría comprendiendo que se trataba de ahogar un doble escándalo: el originado en primer lugar por el genocidio cometido, pero también el “memoricidio” (término por él acuñado), que lo acompañó. Secher denunciaba que los genocidas, como Robespierre o Carnot, hubiesen dado su nombre a “colegios, liceos y calles”; incluso que figurasen algunos de ellos en el Arco del Triunfo, como Amey y Turreau, responsables de las mayores atrocidades cometidas en la Vendée, mientras que sus víctimas han pasado a la historia como traidores a la patria o “bandidos”, término que utilizaron los oficiales republicanos que los masacraron. (A. Bárcena, “La guerra de la Vendée”, prólogo, p.12-13)
Asistimos a un capítulo de la historia de obligada revisión y estudio para cualquier católico mínimamente formado, y que nos puede ayudar a descubrir esa “otra cara” de la Revolución Francesa (o su verdadero rostro). Me atrevo a añadir que, quienes tenemos hijos en edad escolar -cuya formación oscila entre el adoctrinamiento público y la fofez intelectual acomplejada del catolicismo liberal que impera en la mayoría de los colegios concertados católicos- tenemos también la obligación grave de formarnos en estas materias para darles el criterio que de ningún modo recibirán en sus centros educativos.
Por otra parte, la historia siempre nos da claves para comprender la contemporaneidad.
En la parte final del manifiesto que el departamento del Loira-Inferior publicaba para avivar en los “habitantes del campo” –los rebeldes vandeanos- el amor a la República, y dado que los antirrevolucionarios no querían que fuera tocada su religión, se apela a una “libertad de conciencia” que en realidad camuflaba el totalitarismo ideológico revolucionario: “¡Venid a nosotros, nosotros os instruiremos; podéis darnos vuestra conciencia; nosotros no os engañaremos nunca!”
No ocultaban las autoridades revolucionarias del Loira-Inferior que buscaban adueñarse de las conciencias del pueblo, a la vez que le ofrecían instruirlo. Mostraban el señuelo gnóstico para controlar al hombre, arrebatándole su propia religión para imponerle otra distinta, a la manera de la profesada por los gobernantes. (A. Bárcena, “La guerra de la Vendée”, Cap.4, p.83)
Bárcena ve en estos hechos una “clara influencia masónica, aunque muchos masones fueran víctimas de la Revolución; un proceso histórico que encubre, además de las guerras civiles, una serie de luchas internas entre los clubs, y dentro de ellos, que costó la vida a muchos de sus jefes”. Hablar hoy de masonería, incluso en ambientes católicos, suele provocar como poco muecas irónicas en el auditorio, que automáticamente cierra la persiana de su entendimiento, creyendo que se encuentra frente a un ejemplar de católico chiflado amante de las “conspiranoias". Sin embargo, son muchos los analistas e historiadores serios –el profesor Bárcena entre ellos- que apuntan a la masonería como uno de los grandes promotores de la persecución ideológica que sufre hoy el cristianismo.
Otra cuestión de rabiosa actualidad, que se percibe claramente una vez terminada la represión revolucionaria en Francia, es el paso al “adoctrinamiento de las nuevas generaciones.” Secher publica en su tesis fragmentos -citados a su vez por Bárcena- de un documento de la época consular, que habla de la enseñanza como “remedio de todos los males”:
Se debía generalizar, controlándola, la enseñanza para terminar con “la ignorancia que degrada a los hombres, los embrutece, los somete vergonzosamente al doble yugo de la superstición y del despotismo (…) cegando a los habitantes de los campos sobre sus verdaderos intereses, les vuelve indiferentes a una revolución que les ha liberado de la más dura servidumbre y que, según todos los informes, les es tan favorable que solo ella (la ignorancia) en fin les ha hecho tomar las armas para el restablecimiento de la tiranía, ha alumbrado la más horrible de las guerras”. (A. Bárcena, “La guerra de la Vendée”, Cap.8, p.233)
La enseñanza es un caramelo apetecido por todas las ideologías totalitarias para adoctrinar en su cosmovisión a las nuevas generaciones. Sin ir más lejos, en España, el pasado junio el Congreso aprobaba por un voto de diferencia la iniciativa de ERC para pedir al Gobierno que presente una nueva ley que regule la libertad ideológica, religiosa y de culto antes de fin de año. ERC habla, entre otros asuntos, de un “sistema educativo laico”. En realidad, habida cuenta del laicismo anticristiano de que hacen gala, con mayor o menor descaro, la gran mayoría de los partidos del arco parlamentario –por no decir todos ellos- sabemos que esa laicidad no es otra cosa que un adoctrinamiento anticristiano, que pasa por encima de la libertad de conciencia y del derecho de los padres a educar espiritual y moralmente a sus hijos, y del que tenemos ya un ejemplo palpable en la imposición de la enseñanza de la ideología de género en los centros educativos españoles.
Sobre la visión que de la guerra de la Vendée se difunde en la actual República Francesa encontramos un ejemplo en el Petit Robert de los nombres propios –diccionario de referencia de la lengua francesa-:
“Vendée: Insurrección contra-revolucionaria suscitada por el levantamiento de 300.000 hombres y más profundamente por las dificultades económicas, sostenida y dirigida por nobles y numerosos sacerdotes refractarios. A las masacres de los republicanos a manos de los vandeanos sucedió la organización y desarrollo del Terror.”
Conforme a esta definición se debería suponer que la Vendée fue una revuelta liderada por nobles y clérigos por motivos principalmente económicos y cuyos soldados, con sus masacres, habrían provocado la respuesta del tremendo periodo de la revolución francesa conocido como Terror…nada más contrario a la realidad.
Me dirán que me estoy desviando del tema que da título al post que hoy publico, que parecía que les iba a contar algo sobre la guerra de la Vendée y me enredo con otras cuestiones. Tendrán que disculparme pero antes de describirles -siguiendo el texto de Bárcena- la cuestión histórica me parece importante insistir en que este libro sobre la guerra de la Vendée tiene una lectura absolutamente actual, ya que se trata  –en palabras del autor- de “un proceso histórico no concluido, porque sigue abierto.” No se trata de un pasado apolillado, sino de la exposición de unos hechos que todavía hoy tienen consecuencias.
En el vídeo que comparto con ustedes al final de este post, en el que el propio Bárcena hace la presentación de su obra, el profesor y doctor afirma que este libro le ha permitido por ejemplo traer el tema de la vendée al XIX español donde por supuesto se da una situación muy parecida…esas medidas liberales hijas de la revolución francesa que se aplican en España siguiendo la misma pauta que es ir primero a por la iglesia, lo que da lugar una resistencia, la más organizada, que provocó tres guerras civiles: las carlistas.
De la lectura de la obra de Bárcena se evidencia también el hecho de que las persecuciones anticristianas han tenido un terrible denominador común en el nivel de atrocidad del que los genocidas han hecho gala, se diría que es el mismísmo demonio quien arroja su ira contra Cristo; así, desde el comunismo “a la rusa” o “a la coreana” a la persecución a los armenios por parte del Imperio Otomano –que, como se hiciera en la Vendée, llenaban barcos de víctimas a las que ahogaban en masa-, pasando por el genocidio perpetrado por los soldados azules de la Revolución Francesa, asistimos a un escenario de horror en el que el hombre se convierte en torturador y devorador de sus congéneres por puro odio a su fe, “por el simple hecho de no aceptar su visión del mundo”, como denuncia la contraportada del libro del profesor Bárcena.
Les dejo por hoy con la presentación que del libro “La guerra de la Vendée. Una cruzada en la revolución” hace su autor. Próximamente trataré de resumir los hitos más importantes de este genocidio perpetrado por esa revolución que prometiera la libertad, la igualdad y la fraternidad.


https://youtu.be/a4tGENC7seA

InfoCatólica. Blog: Cristianos perseguidos (17/7/17)

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