Peter Okpaleke, ex obispo de Ahiara (Nigeria)
El prelado llevaba seis años sin poder entrar en la diócesis, pese a la intervención papal.
por Jesús Bastante
por Jesús Bastante
Sacerdotes y laicos de la diócesis no permitieron a Okpaleke tomar posesión de su cargo por el simple motivo de no pertenecer a la etnia mayoritaria, los Mbaise, sino a la Ibo.
Nunca se sintió querido. Desde que fuera designado por Benedicto XVI, en 2012, monseñor Okpaleke ha pasado seis años fuera de la diócesis de Ahiara, en Nigeria. ¿La razón? Los fieles y buena parte del clero no lo aceptaban. Y no por una cuestión religiosa, sino simple y llanamente por razones étnicas. Y ni siquiera la intervención directa del Papa logró poner fin al conflicto. Ahora, Okpaleke renuncia, "por amor a la Iglesia".
Tras una semana, Francisco la ha aceptado, nombrando un administrador apostólico e interviniendo la diócesis. El conflicto ha sido, y es, grave, pues sacerdotes y laicos de la diócesis no permitieron a Okpaleke tomar posesión de su cargo por el simple motivo de no pertenecer a la etnia mayoritaria, los Mbaise, sino a la Ibo. Un caso evidente de racismo.
En junio pasado, Francisco quiso cortar en seco esta situación, exigiendo a los diocesanos "total obediencia al Papa", bajo pena de sanciones canónicas. De hecho, se dio el plazo de un mes para que"cada sacerdote o eclesiástico incardinado en la diócesis católica de Ahiara, tanto residente o que trabaje en otro lugar, incluso en el extranjero" le escribiera una carta "pidiendo perdón" o serían suspendidos a divinis.
Nada surtió efecto: el Papa sí logró que la práctica totalidad del clero de la diócesis -200 cartas- manifestaran obediencia y fidelidad al nuevo obispo. "Sin embargo, algunos -subraya en una nota la Congregación para la Evangelización de los Pueblos- hicieron constar su dificultad psicológica en colaborar con el obispo, después de estos años de conflicto". De hecho, en las últimas semanas, los legítimos representantes de la diócesis no tuvieron acceso a las llaves para entrar al Obispado o la catedral. La situación se volvió insostenible.
Finalmente, y en aras de la comunión, Okpaleke presentó su renuncia, explicando que "desde el anuncio de mi designación, hubo reacciones violentas y resistencias de parte de un grupo de sacerdotes diocesanos de Ahiara, de laicos y de otros".
Por ello, añadió Okpaleke, "asumí el convencimiento a conciencia que seguir como obispo de Ahiara ya no beneficia a la Iglesia". Y concluyó: "Invito a todos los sacerdotes disidentes a reexaminar las motivaciones iniciales de convertirse en curas en la Iglesia católica. Son urgentes los arrepentimientos y las reconciliaciones".
Tras la renuncia de Okpaleke, Francisco decidió "no proceder con sanciones canónicas" contra los curas díscolos, "considerando el arrepentimiento" de los sacerdotes de la diócesis. Sí instó a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos escribir a cada cura para que "no vuelvan a repetir en el futuro estas acciones de irracional oposición hacia un prelado».
En la carta de renuncia del obispo que fue publicada por la agencia FIDES, órgano de información de las Pontificias Obras Misioneras, Okpaleke explica que a pesar de la intervención del Papa Francisco nada había cambiado en su situación y por tanto decidió la renuncia porque "esta situación no era buena para la Iglesia".
Del mismo modo, el Papa decidió intervenir la diócesis, enviando un administrador apostólico -la figura canónica es 'sede vacante et ad nutum Santcae Sedis (con decisión inmediata y sin alegar motivos)' a monseñor Ugorji, actual obispo de Umuahia, quien será encargado de restablecer el orden perdido en la diócesis.
De hecho, la nota vaticana reclama al clero que realice gestos de perdón y de reconciliación con el obispo dimisionario. "El Santo Padre no prevé por ahora designar un nuevo obispo de Ahiara, pero se reserva continuar y tener él mismo una especial solicitud hacia esa diócesis, llamando a colaborar a un nuevo administrador apostólico", refirió la nota.
Comunicado de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos sobre la diócesis de AhiaraEl Santo Padre, acogiendo la petición de S.E. Mons. Peter Ebere Okpaleke, lo ha retirado del cargo de Obispo de Ahiara, al tiempo que le agradece su amor a la Iglesia.
El Papa Francisco, en los meses de junio y julio de 2017, según él mismo había solicitado, ha recibido 200 cartas individuales de sacerdotes de la Diócesis de Ahiara, en las que le han mostrado obediencia y fidelidad.
Sin embargo, algunos han señalado su dificultad psicológica para colaborar con el obispo después de estos años de conflicto. Teniendo en consideración el arrepentimiento, el Santo Padre no ha querido proceder con sanciones canónicas, y ha encargado a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos que respondiese a cada una de ellos; la Congregación ha instado a cada uno de los sacerdote a reflexionar sobre el grave daño infligido a la Iglesia de Cristo y ha expresado su esperanza de que nunca se repitan en el futuro tales acciones tan irrazonables de oposición hacia un obispo legítimamente designado por el Santo Padre; también ha pedido que el clero realice gestos de perdón y reconciliación hacia el Prelado.
El Santo Padre está agradecido con todos aquellos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles, que han demostrado cercanía a S.E. Mons. Okpaleke y le han apoyado con la oración. También está agradecido a los Hermanos Obispos de la Conferencia Episcopal de Nigeria por el apoyo brindado a su hermano, a quien envía una Bendición Apostólica especial. Después también da las gracias a Su Eminencia el Cardenal John Onaiyekan por su servicio prestado como Administrador Apostólico; además de a S.E. Monseñor Ignatius Kaigama, Presidente de la Conferencia Episcopal, y al Arzobispo Metropolitano de Owerri, S.E. Mons. Anthony Obinna, por todo los esfuerzos realizados en esta dolorosa cuestión.
El Santo Padre no tiene la intención de nombrar un nuevo obispo en Ahiara por el momento, pero se reserva el derecho de seguir teniendo una preocupación especial hacia esa diócesis él mismo, llamando a colaborar un nuevo Administrador Apostólico Sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis en la persona de S.E. Monseñor Lucius Iwejuru Ugorji, Obispo de Umuahia, a quien otorga todas las facultades reservadas al Ordinario.
El Santo Padre, que acompaña con su oración esta nueva etapa de la vida de la Iglesia de Ahiara, espera que con el nuevo Administrador Apostólico se reanude la vida de la Iglesia y nunca más se vuelvan a producir acciones que hieran el Cuerpo de Cristo
Nunca se sintió querido. Desde que fuera designado por Benedicto XVI, en 2012, monseñor Okpaleke ha pasado seis años fuera de la diócesis de Ahiara, en Nigeria. ¿La razón? Los fieles y buena parte del clero no lo aceptaban. Y no por una cuestión religiosa, sino simple y llanamente por razones étnicas. Y ni siquiera la intervención directa del Papa logró poner fin al conflicto. Ahora, Okpaleke renuncia, "por amor a la Iglesia".
Tras una semana, Francisco la ha aceptado, nombrando un administrador apostólico e interviniendo la diócesis. El conflicto ha sido, y es, grave, pues sacerdotes y laicos de la diócesis no permitieron a Okpaleke tomar posesión de su cargo por el simple motivo de no pertenecer a la etnia mayoritaria, los Mbaise, sino a la Ibo. Un caso evidente de racismo.
En junio pasado, Francisco quiso cortar en seco esta situación, exigiendo a los diocesanos "total obediencia al Papa", bajo pena de sanciones canónicas. De hecho, se dio el plazo de un mes para que"cada sacerdote o eclesiástico incardinado en la diócesis católica de Ahiara, tanto residente o que trabaje en otro lugar, incluso en el extranjero" le escribiera una carta "pidiendo perdón" o serían suspendidos a divinis.
Nada surtió efecto: el Papa sí logró que la práctica totalidad del clero de la diócesis -200 cartas- manifestaran obediencia y fidelidad al nuevo obispo. "Sin embargo, algunos -subraya en una nota la Congregación para la Evangelización de los Pueblos- hicieron constar su dificultad psicológica en colaborar con el obispo, después de estos años de conflicto". De hecho, en las últimas semanas, los legítimos representantes de la diócesis no tuvieron acceso a las llaves para entrar al Obispado o la catedral. La situación se volvió insostenible.
Finalmente, y en aras de la comunión, Okpaleke presentó su renuncia, explicando que "desde el anuncio de mi designación, hubo reacciones violentas y resistencias de parte de un grupo de sacerdotes diocesanos de Ahiara, de laicos y de otros".
Por ello, añadió Okpaleke, "asumí el convencimiento a conciencia que seguir como obispo de Ahiara ya no beneficia a la Iglesia". Y concluyó: "Invito a todos los sacerdotes disidentes a reexaminar las motivaciones iniciales de convertirse en curas en la Iglesia católica. Son urgentes los arrepentimientos y las reconciliaciones".
Tras la renuncia de Okpaleke, Francisco decidió "no proceder con sanciones canónicas" contra los curas díscolos, "considerando el arrepentimiento" de los sacerdotes de la diócesis. Sí instó a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos escribir a cada cura para que "no vuelvan a repetir en el futuro estas acciones de irracional oposición hacia un prelado».
En la carta de renuncia del obispo que fue publicada por la agencia FIDES, órgano de información de las Pontificias Obras Misioneras, Okpaleke explica que a pesar de la intervención del Papa Francisco nada había cambiado en su situación y por tanto decidió la renuncia porque "esta situación no era buena para la Iglesia".
Del mismo modo, el Papa decidió intervenir la diócesis, enviando un administrador apostólico -la figura canónica es 'sede vacante et ad nutum Santcae Sedis (con decisión inmediata y sin alegar motivos)' a monseñor Ugorji, actual obispo de Umuahia, quien será encargado de restablecer el orden perdido en la diócesis.
De hecho, la nota vaticana reclama al clero que realice gestos de perdón y de reconciliación con el obispo dimisionario. "El Santo Padre no prevé por ahora designar un nuevo obispo de Ahiara, pero se reserva continuar y tener él mismo una especial solicitud hacia esa diócesis, llamando a colaborar a un nuevo administrador apostólico", refirió la nota.
Comunicado de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos sobre la diócesis de AhiaraEl Santo Padre, acogiendo la petición de S.E. Mons. Peter Ebere Okpaleke, lo ha retirado del cargo de Obispo de Ahiara, al tiempo que le agradece su amor a la Iglesia.
El Papa Francisco, en los meses de junio y julio de 2017, según él mismo había solicitado, ha recibido 200 cartas individuales de sacerdotes de la Diócesis de Ahiara, en las que le han mostrado obediencia y fidelidad.
Sin embargo, algunos han señalado su dificultad psicológica para colaborar con el obispo después de estos años de conflicto. Teniendo en consideración el arrepentimiento, el Santo Padre no ha querido proceder con sanciones canónicas, y ha encargado a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos que respondiese a cada una de ellos; la Congregación ha instado a cada uno de los sacerdote a reflexionar sobre el grave daño infligido a la Iglesia de Cristo y ha expresado su esperanza de que nunca se repitan en el futuro tales acciones tan irrazonables de oposición hacia un obispo legítimamente designado por el Santo Padre; también ha pedido que el clero realice gestos de perdón y reconciliación hacia el Prelado.
El Santo Padre está agradecido con todos aquellos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles, que han demostrado cercanía a S.E. Mons. Okpaleke y le han apoyado con la oración. También está agradecido a los Hermanos Obispos de la Conferencia Episcopal de Nigeria por el apoyo brindado a su hermano, a quien envía una Bendición Apostólica especial. Después también da las gracias a Su Eminencia el Cardenal John Onaiyekan por su servicio prestado como Administrador Apostólico; además de a S.E. Monseñor Ignatius Kaigama, Presidente de la Conferencia Episcopal, y al Arzobispo Metropolitano de Owerri, S.E. Mons. Anthony Obinna, por todo los esfuerzos realizados en esta dolorosa cuestión.
El Santo Padre no tiene la intención de nombrar un nuevo obispo en Ahiara por el momento, pero se reserva el derecho de seguir teniendo una preocupación especial hacia esa diócesis él mismo, llamando a colaborar un nuevo Administrador Apostólico Sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis en la persona de S.E. Monseñor Lucius Iwejuru Ugorji, Obispo de Umuahia, a quien otorga todas las facultades reservadas al Ordinario.
El Santo Padre, que acompaña con su oración esta nueva etapa de la vida de la Iglesia de Ahiara, espera que con el nuevo Administrador Apostólico se reanude la vida de la Iglesia y nunca más se vuelvan a producir acciones que hieran el Cuerpo de Cristo
Religión Digital (19/2/18)
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