miércoles, 20 de junio de 2018

¿Hacia la muerte de la cultura occidental y cristiana?


 Cngo. Prof. Ricardo B. Mazza *
 Ha sido tan grande el odio hacia la vida con las políticas antinatalistas de los grandes de este mundo, que como boomerang se les vuelven en su contra consecuencias

Como si fuéramos ignorantes nos hablan de salud reproductiva, instalando cada vez más el yerro de que la procreación es una enfermedad, entronizando el disfrute al máximo del placer, que sin amor va dejando tantos corazones vacíos y solitarios, carentes de apertura al verdadero amor y a la vida. Se apuran nuestros legisladores en anotarse en cada locura antivida que aparece.”La esterilización aprobada en nuestra provincia es un ejemplo de esto.

Me decía hoy un sacerdote español recientemente venido de España la "católica", que el gobierno de Zapatero continúa su política de arrinconar a la Iglesia Católica. Un paso más será quitar la enseñanza religiosa católica de las escuelas, promoviendo vigorosa y aún económicamente la enseñanza del islamismo. En realidad este hecho tan significativo promoverá la penetración paulatina del consiguiente fundamentalismo islámico, ya anunciado hace tiempo, superando al marxismo que agoniza en todas partes.

¿Se imaginan en el futuro una España islámica? ¿Será la ironía divina ante un pueblo que se burló de sus orígenes cristianos? Indudablemente esto traerá como consecuencia una sociedad nueva en la que el desenfreno occidental irá paulatinamente perdiendo su mentalidad egoísta. De la esclavitud hedonista y consumista se pasará al fundamentalismo más craso.
Mientras consumía un refresco en una plaza en la tórrida tarde parisina, un turista argentino vio pasar a una elegante francesita acompañada por un finísimo perrito, y después otras personas en situaciones parecidas, y por último una africana llevando de sus manos a una prole numerosa que correteaba feliz en la capital que les había dado refugio. El turista se preguntaba, ¿dónde están los niños franceses? No los busques se respondió, ya no abundan.

España no sabe qué hacer con las oleadas de inmigrantes.
Italia es recorrida por numerosas familias de africanos que bendicen ser aceptados, aunque de mala gana, por una sociedad envejecida.

Es que Europa ya está decrépita. Los ancianos abundan por doquier porque la pirámide poblacional se ha invertido.
Hay más ancianos que niños y jóvenes. Y como no pueden mantener a tantos viejos buscan la solución en la eutanasia.
Es la plena vigencia de lo que el papa Juan Pablo II denunciaba en la encíclica Evangelium Vitae (el Evangelio de la Vida), al hablar de" la cultura de la muerte", y del "eclipse de la vida".
Si proféticas fueron las palabras de Pablo VI en la encíclica Humanae Vitae, lo son también las de Juan Pablo II: La sociedad humana va camino a su destrucción.

Ha sido tan grande el odio hacia la vida con las políticas antinatalistas de los grandes de este mundo, que como boomerang se les vuelven en su contra las deletéreas consecuencias.

Europa sale a buscar familias numerosas a América, Rusia promete regalar propiedades a quienes procreen, otros prometen numerosos beneficios a quienes pueblen sus tierras. Pero quizás ya es tarde, no es fácil retroceder ante la cultura de la muerte.
El espíritu del mal llamado el homicida desde el principio, el dragón del Apocalipsis (Ap.12, 1-5) que quiere devorar al recién nacido de la Mujer, ha hecho sus estragos, con la complicidad de la misma humanidad.

En efecto, no hay que olvidar que el odio a todo nasciturus, tiene su origen en la inspiración de la llamada serpiente antigua, que en la anti natalidad quiere burlarse de la Encarnación del Hijo de Dios, único que dignifica al hombre al tomar su naturaleza creatural para mostrar al hombre el camino al Padre, es decir su divinización.

Lamentablemente nuestra Patria ha entrado en esta variante antivida que hace estragos en Europa. No aprendemos de los errores ajenos como debiera ser si fuéramos sabios, sino que como necios continuamos y profundizamos la sinrazón.
Los personeros de la antivida tratan también en nuestra Patria, de arrinconar a la Iglesia Católica, única que aparece siempre defendiendo los valores humanos, porque defiende los valores inherentes de la Encarnación del Hijo de Dios, quien vino a enaltecer al hombre y a mostrarle su propia grandeza.
Pululan por doquier en nuestras provincias los que apresuradamente hablan de sexo seguro y no de educación en el amor, que adoran al dios Mamón -el dinero-, haciendo negocios con pingües ganancias en la repartija de condones con la falaz afirmación de atacar el sida, que sigue creciendo y destruyendo tantas vidas y envileciendo tantas ilusiones en desprevenidos consumidores.
Como si fuéramos ignorantes nos hablan de salud reproductiva, instalando cada vez más el yerro de que la procreación es una enfermedad, entronizando el disfrute al máximo del placer, que sin amor va dejando tantos corazones vacíos y solitarios, carentes de apertura al verdadero amor y a la vida.
Se apuran nuestros legisladores en anotarse en cada locura antivida que aparece.

L a esterilización aprobada en nuestra provincia es un ejemplo de esto.

Pretenden hacernos creer que se favorece a los menos pudientes encontrando soluciones a la "planificación familiar". Dicen: "los pobres no tienen acceso a soluciones que tienen los ricos". ¡Tanto amor al pobre sorprende!

¿Por qué no dicen que les dan a los medianamente pudientes de la clase media una solución gratuita a sus decisiones, pagadas con los impuestos de todos nosotros?

Como me decía hace pocos días un profesional que trabaja en el mundo marginal, los pobres responden a éstas políticas con la procreación de sus hijos, porque esa es su única riqueza.
Señores legisladores, ¡pónganse a crear fuentes de trabajo! Recuerden los sedicentes justicialistas aquello de que "gobernar es dar trabajo".

¡No se elimina la pobreza eliminando a los pobres! Eduquen al soberano, procuren trabajo, distribuyan equitativamente las riquezas que nos ha dado Dios tan abundantemente, ¡den trabajo, no dádivas procuradoras de votos para mantenerse en el poder!

¡Los pobres quieren participar de la abundancia de los epulones de nuestra época, no de las migajas de las mesas!
Las riquezas del mundo pertenecen a todos no a los que con mecanismos egoístas se apoderan de ellas.
Se dice muchas veces "no hay que ser hipócritas". Es verdad: ¡cuántos se escandalizan por el dedo cortado a un secuestrado, mientras esterilizan quitando la posibilidad de dar vida!
¡Sean honestos, condenen ambas mutilaciones, reconociendo que la segunda es más grave!

No sean hipócritas elevando el cartel de católicos los que lo portan promoviendo la anti dignidad de la persona, saquen sus máscaras y tengan el coraje de mostrarse en su apostasía. Por lo menos de esa manera dejan de confundir y engañar a la gente.
Es una hipocresía manifiesta participar de la mesa eucarística, que es la VIDA del mundo, y defender la esterilización como método antivida usando cargos en el ámbito hospitalario.
Es cierto que la tentación del dinero es muy fuerte, que los organismos internacionales imponen destinar parte de las ayudas recibidas a políticas antinatalistas, pero… ¡sean patriotas de una buena vez! ¡El pueblo espera que sean dignos de manejar la cosa pública!

Esta forma de hacer "política" es vieja, ya les ganó de manos a todos aquel Faraón que impuso la "salud" reproductiva en Egipto. ¿Recuerdan? Lean Ex 1,1-22.
En efecto, el Faraón preocupado por el crecimiento del pueblo de Israel comenzó a imponer graves cargas a sus "esclavos", -la deuda externa de hoy-. Como a pesar de ello el pueblo seguía multiplicándose, vio claramente el faraón que serían ellos los dominados, e impuso la muerte de todos los varones que nacían. Solución que resultó un total fiasco (Ex.1, 17) porque Dios se burla de los planes de los poderosos como canta el Magnificat.
Juan Pablo II habla de ello en la encíclica Evangelium Vitae: "Es sobre todo en las vicisitudes del Éxodo, fundamento de la experiencia de fe del Antiguo Testamento, donde Israel descubre el valor de la vida a los ojos de Dios. Cuando parece ya abocado al exterminio, porque la amenaza de muerte se extiende a todos sus recién nacidos varones, el Señor se le revela como salvador, capaz de asegurar un futuro a quien está sin esperanza. Nace así en Israel una clara conciencia: su vida no está a merced de un faraón que puede usarla con arbitrio despótico; al contrario, es objeto de un tierno y fuerte amor por parte de Dios. La experiencia del Éxodo es original y ejemplar. Israel aprende de ella que, cada vez que es amenazado en su existencia, sólo tiene que acudir a Dios con confianza renovada para encontrar en él asistencia eficaz" (Enc. E.V. nº 31). ¡Aprendamos también nosotros y acudamos a Dios en estos momentos tan difíciles!

En la actualidad, los países ricos y poderosos cual modernos faraones, instrumentaron la misma política: la anti natalidad de los países pobres como forma de dominación nueva, para que diezmadas las poblaciones americanas fácilmente fueran despojadas de sus recursos naturales, en nuestro caso tantas bondades de nuestra tierra, y en especial una riqueza tan necesaria para las generaciones futuras: el agua dulce, por ejemplo.

No casualmente se van apoderando de grandes extensiones del sur argentino bajo la mirada cómplice y complaciente de nuestros gobernantes.

La historia nos enseña que cuando un imperio, Roma por ejemplo, quería fijar su supremacía en las tierras conquistadas, lo primero que hacía era poblar esos lugares con sus conciudadanos, como forma de poder.

Esta estrategia la conocen los imperios del presente, de allí que buscan despoblar primero para reinar después, con la complicidad de los que gobiernan.

Otorgan grandes ayudas económicas si se destinan parte de esas sumas a proyectos antinatalistas, ayudados por las industrias y laboratorios que alimentan esta política, al son de la música arrobadora de algunos "deformadores" de opinión que machacan permanentemente en esta línea argumental seducidos por el brillo deslumbrante del vil metálico, vendiéndose al mejor postor.

No es de extrañar por lo tanto esta conjura contra la vida en nuestra Patria.

Es tan burda la maniobra que salta a la vista. ¿Cómo es posible, por ejemplo que una legislatura provincial -en este caso, la santafesina- quiera cambiar el Código Penal que trata a la esterilización como lesión gravísima?

Sólo en una mente sumergida en la ignorancia puede primar tal disparate. Quizá no sea maldad, pero parece que el desprecio por la verdad prima sobre la verdad que está a simple vista.
Señores que se dicen políticos: ¡hagan verdadera política familiar!

¡Pueblen el país, defiendan la vida y la institución familiar, procuren que los niños puedan comer en sus casas y no en los comedores escolares, den trabajo que dignifique a los padres de familia, está en juego nuestro ser como Nación!
Si no saben cómo hacerlo, o lo que es peor no quieren, hagan un gesto de grandeza dejando el lugar a otros que con su capacidad y honestidad procuren realizar un proyecto de Argentina grande como nos merecemos.
La Patria no les demandará nada, no se preocupen, reina la impunidad, pero Dios nos pedirá cuenta a todos, más tarde o más temprano.

*Escribe el Cngo Ricardo B. Mazza. Prof. Titular de Teología Moral en la UCSF y en el Instituto Arquidiocesano de Ciencias Sagradas (IACS), Miembro del Cabildo Metropolitano, Director del Centro de Estudios Santo Tomás Moro de Santa Fe de la Vera Cruz. 28 de agosto de 2004.

Por su actualidad volvemos a publicar este artículo del año 2004, publicado también en Catholic.net.Fuente: nuevoencuentro.

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