Entrevista concedida por Philippe de Villiers a Boulevard
Voltaire[1], con motivo de la publicación de su última obra. Le Mystère
Clovis. Ed. Albain Michel, 2018. (425pp.)
Escrito en primera persona, El misterio Clodoveo, es un libro donde de Villiers da la palabra al rey merovingio y nos hace revivir su maravillosa conversión, además de revelar el paralelo inquietante entre el contexto histórico de la caída del imperio romano y la situación actual de Europa. Traducción: Marie de la Sagesse Sequeiros, S.J.M.
¿Por qué Clodoveo es un misterio?
Ante todo existe el misterio de la fecha. Según la Historia académica y canónica, el bautismo del rey habría tenido lugar en el año 496, luego de la victoria de Tolbiac, y después del diálogo desesperado de Clodoveo con el “Dios de Clotilde”, pues iba perdiendo la batalla. Sin embargo, gracias a una historiografía más reciente y a mis investigaciones personales, está claro que el bautismo tuvo lugar más tarde, en el año 508. Y este hecho para mí es mucho más hermoso, pues Clodoveo no se convierte después de una batalla, aunque fuese gloriosa, sino de rodillas frente a la tumba del obispo san Martín de Tours.
En efecto, el misterio de la fecha supone otro. ¿Cuál es el grado de sinceridad de Clodoveo? ¿Se trata de un bautismo estratégico o de una conversión sincera? Mi respuesta es simple y clara: son las dos. Pero no hay que olvidar la segunda dimensión, es decir, la verdadera dimensión de su bautismo personal. Recordemos que la misma mañana de la batalla de Tolbiac, Clodoveo reza al dios Wotan de las Walkyrias sobre una nube de azufre. Todavía es un pagano con una religión violenta.
¿Cómo se logra la transmisión profunda de lo romano, la romanitas, a este germano bárbaro? ¿Cómo se logra la transmisión entre el imperio muerto en 476 con el pequeño Rómulo Augusto -destituido por el escyro[2] Odoacro-, a este franco, bárbaro, rústico y violento que se convertirá en un conquistador conquistado por su conquista? Esto sí que es un milagro.
Otro misterio: A Clodoveo lo llamaban “el reyezuelo de Tournai”, su reino era muy pequeño y tenía enemigos terribles como Alarico, los Burgundios y los Alamanes. ¿Cómo logró en semejantes condiciones transformarse en el fundador de la monarquía franca, luego francesa? El sólo hecho que no haya desaparecido ya es un milagro, en el sentido militar del término…
Sí, es un milagro. Cuando en año 481 suben a Clodoveo sobre el gran escudo, sucediendo a su padre Childerico, la parte occidental del Imperio romano, la pars occidentalis, no existía más (sólo quedaba la pars orietalis con Constantinopla).
Pero de hecho, como la naturaleza tiene horror al vacío, “la lógica” -en el sentido de la Historia, de un hecho que parece ineluctable-, predice que la Gothia va a suceder a la Romania. Así lo dicen los obispos Remigio y Avito. Porque alrededor de Clodoveo, que es pagano, todos los otros son arrianos, los Burgundios, los Ostrogodos, los Visigodos y los Vándalos. Además, el rey de los visigodos es infinitamente más poderoso que el reyezuelo de Tournai. La “lógica” sería que Clodoveo se volviese arriano; por otra parte, era su tentación. En efecto es más fácil cuando uno cree en Wotan, un dios único, volverse arriano que convertirse al catolicismo niceno, pues para esto, es necesario creer en la Trinidad, mientras que en la religión arriana hay un solo dios y Cristo no es una persona divina. Todo concurre para instalar a este joven jefe tribal en la religión arriana…
Y es en ese momento que el genio de los mitrados -pontífices y obispos-, notoriamente san Remigio, prefiere apostar a un pagano que a los arrianos herejes. Aunque lo lógico hubiera sido que los obispos se apoyasen en los más poderosos. Pero no, finalmente eligen al más débil, el reyezuelo de Tournai, sin exigirle nada. Será más tarde que Remigio pedirá a Clodoveo desposar una princesa burgundia, ella misma católica y nicena, sobrina de Gundebaldo, rey arriano.
Usted ha escrito el libro en primera persona como ya lo había hecho con Charette y otros. ¿Por qué el empleo en primera persona? ¿Por qué escribir ahora sobre Clodoveo?
Escribo en primera persona porque es más vivo. Yo mismo sueño algún día con leer las memorias de Clodoveo en primera persona, su testamento. Esto pone a Clodoveo al alcance de las nuevas generaciones.
Quise escribir un libro sobre Clodoveo ahora, porque existe un paralelo entre el fin del imperio romano y la época que estamos viviendo. Primero, el derrocamiento del estado de derecho, cuando los poderosos imponen su ley; mientras que el derecho está hecho para proteger a los débiles, los niños y los ancianos. Esto me toca mucho. Encontramos también esta analogía entre el Homo Festivus de Philippe Muray y la Roma festiva de la Felicitas, hay puntos en común.
Como segundo punto, la contra-sociedad que se instala aquí (en Francia) con un peligro de división… No hemos aprendido la lección de los romanos. En la época de decadencia del imperio, la nobleza senatorial romana pasaba su tiempo en las termas, confiando plenamente sus tareas a otros y el cuidado de sus fronteras a los bárbaros. No escucharon la advertencia del obispo Synesio de Cyrene en 399 que le dijo al emperador: “Hay que estar loco para confiar su propia seguridad a gente que no fue educada con las mismas costumbres y bajo las mismas leyes”.
Entonces, entre la caída del imperio romano y la situación de Europa actual, hay una estrecho paralelo: el infanticidio, el aborto, la degradación de las costumbres y, sobre todo, el fin de Mos Majorum que sostenían las virtudes cívicas en Roma con la pietas y la fides, es decir, la piedad filial, la filiación, y el respeto a los ancianos.
Ya Polibio, el escritor e historiador griego, había dicho: “un país no muere porque es invadido, muere porque primero, se deja llevar por el mal que lo corroe”. Cuando usted tiene, como en nuestro país, un cambio de población y al mismo tiempo un cambio de civilización -basta con escuchar a nuestro ministro del Interior-, existe un estrecho paralelo con la idea de decadencia y ocaso… un país que no tiene más ganas de vivir y esteriliza la vida.
Justamente Gérard Collomb[3] declaró hace dos días: “vivimos uno al lado del otro, tengo miedo que un día estemos obligados a vivir enfrentados”. En su libro, se ve el paralelo con la actualidad. Usted habla especialmente de los Alamanes, los Burgundios, en resumen, estos inmigrantes que vienen con el “cuchillo fácil”. Y es difícil no hacer un paralelo. Da la impresión que nos falta un Clodoveo que surja del caos…
No soy yo el que hace el paralelo, es la Historia, pero hay una gran diferencia con la situación actual. En tiempos de la caída del Imperio, de Rómulo Augusto, el pequeño emperador títere, usted tenía el imperio romano que se hundía y los bárbaros que llegaban. ¿Qué sucede entonces? La romanitas, la civilización romana, va a conquistar a los bárbaros porque son pocos y porque, a pesar de todo, la fuerza de esta civilización se impone sobre ellos: los conquistadores se dejan conquistar por su conquista.
Detrás de lo que hoy llamamos refugiados hay una lógica que pretende ser humanitaria, en resumen, una dulce invasión. Hay dos soluciones: o ellos nos conquistan con sus leyes, su modo de vida, la comida halal, el velo y las mezquitas; o somos nosotros que tenemos la fuerza de conquistarlos, es decir, de asimilarlos diciéndoles: “en Roma se vive como los romanos”, en Francia, se vive como los franceses. Y los que no quieran vivir como los franceses, no pueden quedarse.
El Puy du Fou, además de publicar este libro sobre Clodoveo, va a estrenar un espectáculo dedicado a Clodoveo…
El Puy du Fou ya es un clásico francés. Todavía hay varios agujeros en el gruyère… pero no podíamos hacer la leyenda francesa sin Clodoveo, y sin explicar que su reino es fundador por dos razones: la primera, Clodoveo es quien logra una unión de varios territorios, venciendo a los Godos y a los arrianos e imponiendo las verdades del concilio de Nicea a todos los pueblos de la Galia. Es una elección dogmática. Es en este sentido que el bautismo de Clodoveo es también el bautismo de Francia.
La segunda razón asombrosa, es que Clodoveo en Tours recibe de los emisarios del Emperador de Constantinopla, Atanasio, las insignias imperiales: el título de cónsul, la corona y la clámide de emperador, transformándose en el continuador del imperio romano. Es Clodoveo, el germano y bárbaro, que lleva en sí mismo y transmite hasta nosotros, la Romanitas y la romanidad.
En efecto es todo el edificio jurídico, moral y espiritual que depende de Clodoveo, y yo añadiría también, todas las otras fundaciones de Europa. Detrás de Clodoveo, está Recaredo, el rey de España, que se hace bautizar; luego san Esteban, más tarde Vladimir… Y todas las veces ellos evocan a Clodoveo.
Traducción: Marie de la Sagesse Sequeiros, S.J.M.
[1] http://www.bvoltaire.fr/philippe-de-villiers-comme-lempire-romain-notre-pays-na-plus-envie-de-vivre/
[2] Escyro /eskyro: tribu germana de los hérulos cuyo jefe, Odoacro u Odovacar, destituyó en el año 476 al emperador de Occidente, Rómulo Augusto, y se convirtió en rey de Italia.
[3] Fue diputado y senador por el partido socialista, alcalde de Lyon hasta el 2018. Luego apoyó al partido Repúblique en marche de Emmanuel Macron y fue elegido Ministro del interior hasta su reciente renuncia el 3 de octubre del 2018.
¿Por qué Clodoveo es un misterio?
Ante todo existe el misterio de la fecha. Según la Historia académica y canónica, el bautismo del rey habría tenido lugar en el año 496, luego de la victoria de Tolbiac, y después del diálogo desesperado de Clodoveo con el “Dios de Clotilde”, pues iba perdiendo la batalla. Sin embargo, gracias a una historiografía más reciente y a mis investigaciones personales, está claro que el bautismo tuvo lugar más tarde, en el año 508. Y este hecho para mí es mucho más hermoso, pues Clodoveo no se convierte después de una batalla, aunque fuese gloriosa, sino de rodillas frente a la tumba del obispo san Martín de Tours.
En efecto, el misterio de la fecha supone otro. ¿Cuál es el grado de sinceridad de Clodoveo? ¿Se trata de un bautismo estratégico o de una conversión sincera? Mi respuesta es simple y clara: son las dos. Pero no hay que olvidar la segunda dimensión, es decir, la verdadera dimensión de su bautismo personal. Recordemos que la misma mañana de la batalla de Tolbiac, Clodoveo reza al dios Wotan de las Walkyrias sobre una nube de azufre. Todavía es un pagano con una religión violenta.
¿Cómo se logra la transmisión profunda de lo romano, la romanitas, a este germano bárbaro? ¿Cómo se logra la transmisión entre el imperio muerto en 476 con el pequeño Rómulo Augusto -destituido por el escyro[2] Odoacro-, a este franco, bárbaro, rústico y violento que se convertirá en un conquistador conquistado por su conquista? Esto sí que es un milagro.
Otro misterio: A Clodoveo lo llamaban “el reyezuelo de Tournai”, su reino era muy pequeño y tenía enemigos terribles como Alarico, los Burgundios y los Alamanes. ¿Cómo logró en semejantes condiciones transformarse en el fundador de la monarquía franca, luego francesa? El sólo hecho que no haya desaparecido ya es un milagro, en el sentido militar del término…
Sí, es un milagro. Cuando en año 481 suben a Clodoveo sobre el gran escudo, sucediendo a su padre Childerico, la parte occidental del Imperio romano, la pars occidentalis, no existía más (sólo quedaba la pars orietalis con Constantinopla).
Pero de hecho, como la naturaleza tiene horror al vacío, “la lógica” -en el sentido de la Historia, de un hecho que parece ineluctable-, predice que la Gothia va a suceder a la Romania. Así lo dicen los obispos Remigio y Avito. Porque alrededor de Clodoveo, que es pagano, todos los otros son arrianos, los Burgundios, los Ostrogodos, los Visigodos y los Vándalos. Además, el rey de los visigodos es infinitamente más poderoso que el reyezuelo de Tournai. La “lógica” sería que Clodoveo se volviese arriano; por otra parte, era su tentación. En efecto es más fácil cuando uno cree en Wotan, un dios único, volverse arriano que convertirse al catolicismo niceno, pues para esto, es necesario creer en la Trinidad, mientras que en la religión arriana hay un solo dios y Cristo no es una persona divina. Todo concurre para instalar a este joven jefe tribal en la religión arriana…
Y es en ese momento que el genio de los mitrados -pontífices y obispos-, notoriamente san Remigio, prefiere apostar a un pagano que a los arrianos herejes. Aunque lo lógico hubiera sido que los obispos se apoyasen en los más poderosos. Pero no, finalmente eligen al más débil, el reyezuelo de Tournai, sin exigirle nada. Será más tarde que Remigio pedirá a Clodoveo desposar una princesa burgundia, ella misma católica y nicena, sobrina de Gundebaldo, rey arriano.
Usted ha escrito el libro en primera persona como ya lo había hecho con Charette y otros. ¿Por qué el empleo en primera persona? ¿Por qué escribir ahora sobre Clodoveo?
Escribo en primera persona porque es más vivo. Yo mismo sueño algún día con leer las memorias de Clodoveo en primera persona, su testamento. Esto pone a Clodoveo al alcance de las nuevas generaciones.
Quise escribir un libro sobre Clodoveo ahora, porque existe un paralelo entre el fin del imperio romano y la época que estamos viviendo. Primero, el derrocamiento del estado de derecho, cuando los poderosos imponen su ley; mientras que el derecho está hecho para proteger a los débiles, los niños y los ancianos. Esto me toca mucho. Encontramos también esta analogía entre el Homo Festivus de Philippe Muray y la Roma festiva de la Felicitas, hay puntos en común.
Como segundo punto, la contra-sociedad que se instala aquí (en Francia) con un peligro de división… No hemos aprendido la lección de los romanos. En la época de decadencia del imperio, la nobleza senatorial romana pasaba su tiempo en las termas, confiando plenamente sus tareas a otros y el cuidado de sus fronteras a los bárbaros. No escucharon la advertencia del obispo Synesio de Cyrene en 399 que le dijo al emperador: “Hay que estar loco para confiar su propia seguridad a gente que no fue educada con las mismas costumbres y bajo las mismas leyes”.
Entonces, entre la caída del imperio romano y la situación de Europa actual, hay una estrecho paralelo: el infanticidio, el aborto, la degradación de las costumbres y, sobre todo, el fin de Mos Majorum que sostenían las virtudes cívicas en Roma con la pietas y la fides, es decir, la piedad filial, la filiación, y el respeto a los ancianos.
Ya Polibio, el escritor e historiador griego, había dicho: “un país no muere porque es invadido, muere porque primero, se deja llevar por el mal que lo corroe”. Cuando usted tiene, como en nuestro país, un cambio de población y al mismo tiempo un cambio de civilización -basta con escuchar a nuestro ministro del Interior-, existe un estrecho paralelo con la idea de decadencia y ocaso… un país que no tiene más ganas de vivir y esteriliza la vida.
Justamente Gérard Collomb[3] declaró hace dos días: “vivimos uno al lado del otro, tengo miedo que un día estemos obligados a vivir enfrentados”. En su libro, se ve el paralelo con la actualidad. Usted habla especialmente de los Alamanes, los Burgundios, en resumen, estos inmigrantes que vienen con el “cuchillo fácil”. Y es difícil no hacer un paralelo. Da la impresión que nos falta un Clodoveo que surja del caos…
No soy yo el que hace el paralelo, es la Historia, pero hay una gran diferencia con la situación actual. En tiempos de la caída del Imperio, de Rómulo Augusto, el pequeño emperador títere, usted tenía el imperio romano que se hundía y los bárbaros que llegaban. ¿Qué sucede entonces? La romanitas, la civilización romana, va a conquistar a los bárbaros porque son pocos y porque, a pesar de todo, la fuerza de esta civilización se impone sobre ellos: los conquistadores se dejan conquistar por su conquista.
Detrás de lo que hoy llamamos refugiados hay una lógica que pretende ser humanitaria, en resumen, una dulce invasión. Hay dos soluciones: o ellos nos conquistan con sus leyes, su modo de vida, la comida halal, el velo y las mezquitas; o somos nosotros que tenemos la fuerza de conquistarlos, es decir, de asimilarlos diciéndoles: “en Roma se vive como los romanos”, en Francia, se vive como los franceses. Y los que no quieran vivir como los franceses, no pueden quedarse.
El Puy du Fou, además de publicar este libro sobre Clodoveo, va a estrenar un espectáculo dedicado a Clodoveo…
El Puy du Fou ya es un clásico francés. Todavía hay varios agujeros en el gruyère… pero no podíamos hacer la leyenda francesa sin Clodoveo, y sin explicar que su reino es fundador por dos razones: la primera, Clodoveo es quien logra una unión de varios territorios, venciendo a los Godos y a los arrianos e imponiendo las verdades del concilio de Nicea a todos los pueblos de la Galia. Es una elección dogmática. Es en este sentido que el bautismo de Clodoveo es también el bautismo de Francia.
La segunda razón asombrosa, es que Clodoveo en Tours recibe de los emisarios del Emperador de Constantinopla, Atanasio, las insignias imperiales: el título de cónsul, la corona y la clámide de emperador, transformándose en el continuador del imperio romano. Es Clodoveo, el germano y bárbaro, que lleva en sí mismo y transmite hasta nosotros, la Romanitas y la romanidad.
En efecto es todo el edificio jurídico, moral y espiritual que depende de Clodoveo, y yo añadiría también, todas las otras fundaciones de Europa. Detrás de Clodoveo, está Recaredo, el rey de España, que se hace bautizar; luego san Esteban, más tarde Vladimir… Y todas las veces ellos evocan a Clodoveo.
Traducción: Marie de la Sagesse Sequeiros, S.J.M.
[1] http://www.bvoltaire.fr/philippe-de-villiers-comme-lempire-romain-notre-pays-na-plus-envie-de-vivre/
[2] Escyro /eskyro: tribu germana de los hérulos cuyo jefe, Odoacro u Odovacar, destituyó en el año 476 al emperador de Occidente, Rómulo Augusto, y se convirtió en rey de Italia.
[3] Fue diputado y senador por el partido socialista, alcalde de Lyon hasta el 2018. Luego apoyó al partido Repúblique en marche de Emmanuel Macron y fue elegido Ministro del interior hasta su reciente renuncia el 3 de octubre del 2018.
diciembre 29, 2018 Que No Te La Cuenten
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