sábado, 9 de noviembre de 2019

¿Están locos?

por Rodolfo Patricio Florido 
 Lula viene a la asunción (siendo que puede volver a la cárcel si la Justicia del Brasil confirma la pena) y Rafael Correa (prófugo de la Justicia Ecuatoriana) también.
 
Están jugando con fuerzas cuyas fortalezas y estilo no comprenden o lo que es peor no les importa porque en su soberbia creen que es el mundo el que no comprende a Argentina.

Se mueven como si en este ajedrez, sin posibilidad de tablas, no existieran piezas que otros mueven. Creen que pueden hacer como los mexicanos, hablar mal de los norteamericanos y luego tener los mejores amigos y negocios en los EEUU. Claro que ese concepto sólo es válido donde hay una frontera en común. En el mundo real no hay ni equilibrio ni equidistancia. Sólo se trata de Poder. Es como la discusión con el Brasil, planteando una suerte de acercamiento con México, una irresponsabilidad sobre todo porque un Jefe de Estado, un Presidente de la Nación, no debe ni puede poner por sobre los intereses de la Nación sus sentimientos personales por más legítimos que estos pudiesen ser… y eso, sin uno se los cree. Más allá de los exabruptos de Bolsonaro, tampoco debería haber acusado al sistema judicial brasileño de ser un perseguidor político de Lula, ni dado una entrevista a un ex Presidente como Rafael Correa que está prófugo de la Justicia Ecuatoriana por corrupción y reside, prófugo, en Bélgica. Hay 45 millones de argentinos que sufrirán los efectos colaterales de una lucha desigual entre un país que tiene 400 mil millones de dólares de reservas y que solo la licitación de una cuenca petrolífera oceánica le dejará otros 25/30 mil millones sin mover un dedo. Esto se trata de Poder en estado puro y no de frases supuestamente éticas realizadas para inflamar una tribuna de acólitos.

Asusta esta suerte de ultra nacionalismo tardío que me hace recordar más a Galtieri que al Estadista que necesitamos. Obviamente, o eso quiero creer, nadie quiere estirar la tensión con el Brasil hasta esos límites o hacia límites orientados a generar cierto tipo de tensiones internas que pretendan justificar una suerte de modelo Democrático de matriz Republicana.

Y si no creen en esto pregúntenle a De Mendiguren, un empresario Peronista que es más empresario que Peronista, cuando de su empresa y su bolsillo se trata, que el 06 de este mes en el programa de Maximiliano Montenegro declaró… “hay muchas formas de poner plata en el bolsillo de la gente, como bajarles las tasas de interés bancario a los que compran sus alimentos con tarjetas de crédito”. Una suerte de… que sea el Estado y los Bancos los que pongan el dinero, porque para aumentos de sueldo y recomposición de salario perdido nosotros no lo vamos a poner. Algo así como… vas a comprar lo mismo pero pagar menos intereses. ¿A qué pobre o persona de clase media que el sueldo no le alcanza o le alcanza justo y patea los pagos en la desesperación del mes a mes, le importa la tasa de interés si su problema es darle de comer a su familia? Un cínico. El promedio de los convenios salariales del 2019 realizados y avalados por Macri y la CGT perdieron entre un 10 y un 15% de salarios, no se sabe si la cláusula gatillo, no se percutirá en la sien de los sindicatos y con una expectativa inflacionaria superior al 40% para el 2020, ¿quieren arreglar los números con un 30 o 35% de aumento en cómodas cuotas?

La situación del peronismo es muy delicada con una cantidad importante de ex funcionarios presos que exigen su libertad considerando que con su silencio ya pagaron el precio de sus ¿presuntos? ilícitos. Alberto Fernández la tiene complicada. Una parte de su bloque legislativo no es propio aunque presuma serlo. Entre el kirchnerismo puro y el duro, más de un 60% de sus legisladores no le responden directamente.

La situación de Juntos por el Cambio no es tampoco la mejor. Se enamoraron de la derrota cuando antes calcularon que iban a ganar, luego fueron brutalmente golpeados en las PASO y con la remontada les pareció más digno agarrarse de haber perdido por puntos y no por knock out. O sea, transitaron por todos los estados de ánimo y se entusiasmaron porque serán por primera vez primera minoría legislativa. Lo cierto es que perdieron y ahora deberá verse cuan maduros y responsables son. La primera prueba será el 5 de diciembre cuando el Presidente vaya a la reunión del Mercosur. Ojalá el Sr Presidente tenga la decencia y la dignidad de no asumir compromiso alguno que comprometa las decisiones del Presidente entrante. Un primer matrimonio no debe ser quien establezca el lugar de veraneo del segundo matrimonio.

Los periodistas militantes y los políticos más mediáticos del kirchnerismo y otros conversos de último momento se cansan de advertir en los medios sobre la necesidad de tirar buena onda y sobre la “responsabilidad del periodismo” de no señalar problemas para complicar el inicio del nuevo gobierno. Algunos se animan a decir cosas como… “¿qué pretenden? ¿Que Alberto y el Peronismo se ponga de rodillas frente Bolsonaro? O sea, una soberana estupidez o lo que es peor una canallada de incierto destino.

Nadie debería soñar con una Plaza de Mayo inflamada de pseudo patriotismo cuasi futbolero cuando siempre será el pueblo argentino el que pague los platos rotos de un cálculo mal realizado. ¿Una suerte de Plaza de Mayo dedicada a Alexander Haig, sólo que ahora sería de Alberto Fernández y/o Cristina más Lula, dedicada a Bolsonaro? ¿O alguien en su sano juicio cree que el mundo real va a optar por una Argentina quebrada casi sin reservas con 45 millones de habitantes, contra un Brasil de 216 millones de habitantes, con 400 mil millones de dólares en reservas, pujante y en crecimiento?

InformadorPúblico.com  9 11 19

No hay comentarios:

Publicar un comentario