jueves, 16 de enero de 2020

Matrimonios destrozados y vidas rotas, las consecuencias de la pornografía, «epidemia del siglo XXI»

 Una de las consecuencias de la adicción de la pornografía es la destrucción de la familia, comenzando por el matrimonio.
 Los expertos valoran el impacto de una adicción que afecta a menores, jóvenes y adultos.
 
La era de internet ha traído consigo la globalización pero también nuevas epidemias. Entre ellas destaca la adicción a las pantallas entre niños y adultos, y la explosión de la adicción a la pornografía, que ahora está tan sólo a un golpe de click a través del teléfono móvil o el ordenador.

La pornografía se está cobrando numerosas víctimas, y muchas de ellas menores de edad. Vidas destrozadas, familias rotas, y graves problemas físicos y psicológicos está dejando tras de sí la que se está considerando como la oscura epidemia del siglo XXI.

El doctor Kleponis, psicólogo y psicoterapeuta con más de veinte años de experiencia en este campo, y autor de "Pornografía. Comprender y afrontar el problema" (Libros Libres), explica que “debido a que ver pornografía es algo tan común entre la gente, muchos son adictos sin darse cuenta”.

Dale una Vuelta, asociación conformada por profesionales para alertar de este problema y ayudar a adictos a la pornografía, confirma la existencia de un aumento considerable de esta adicción. Su fundador, Jorge Gutiérrez, habla en un extenso reportaje en la revista Mundo Cristiano del perfil de adicto que se están encontrando en las consultas.

El ejemplo de Enrique

Suelen ser personas entre 20 y 40 años que “sufren y no pueden salir de esa espiral. Se dan cuenta tarde del problema que padecen desde hace años, problema que les impide llevar una vida normal, saludable, y que gritan basta”.

Uno de estas personas que han sido ayudadas por Dale una Vuelta ha sido Enrique (nombre ficticio), un joven que descubrió la pornografía en su adolescencia y que posteriormente se casó. “Con toda la tecnología a mi alcance, comencé a descubrir el mundo de la pornografía como no lo había visto antes: multitud de páginas distintas con muchísimos vídeos, cada cual más extraño, extremo y excitante. Ahí comenzó un proceso descendente en mi vida, desde los 23 hasta los 26 mi adicción fue una espiral cada vez más oscura. Poco a poco, este mundo de la pornografía fue cambiando mi mente, mis aspiraciones, mis impulsos, mi forma de ver la vida. Lo cambió todo”, cuenta.

Gracias a la ayuda de su mujer, a la que había ocultado este hábito, de un centro de rehabilitación y de Dale una Vuelta consiguió salir de esta adicción que había afectado gravemente a toda su vida. Y su caso es uno entre millones de personas que sufren las consecuencias de consumir pornografía.

Un consumo que ya empieza a los 11 años

Según informes de Dale una Vuelta, la edad media para iniciarse en el consumo de pornografía online comienza a los 11 años, aunque hay otros que lo adelantan a los 9. El 81% de menores entre 13 y 18 años afirman haber visto pornografía como conducta normal. Entre adultos, el 96% de los hombres afirman haber sido expuestos o haber consumido pornografía.

Jorge Gutiérrez incide en que los estudios “evidencian que un alto porcentaje de personas adictas tienen una personalidad ansiosa, impulsiva u obsesiva. La adicción actúa como regulador emocional, y en estas personas, por su modo de ser, es una salida más fácil hacia todo lo que suponga gratificación, huida, evasión o relajación”.

Por otro lado, científicos del Instituto Max Planck de Alemania publicaron en 2014 el informe Si ves mucho porno, tienes un sistema de recompensas más pequeño. En él se estudiaba a 64 hombres de entre 21 y 45 años y los resultados mostraron una relación entre el número de horas a la semana que estos individuos pasaron viendo pornografía y el tamaño de la materia gris de su cerebro.

¿Qué significa esto? Simone Kühn, uno de los autores, indica que “quiere decir que los sujetos con alto consumo de pornografía requieren más y más incentivos para lograr el mismo nivel de recompensa, reduciendo así las áreas cerebrales relacionadas con el aprendizaje”.

Vidas destrozadas y familias rotas

Pero los expertos también alertan de las consecuencias sociales de la pornografía, especialmente en el ámbito familiar. Cuando la pornografía entra en escena y afecta a una persona “se manifiesta incomunicación, desconfianza, dudas, aislamiento y muchas veces unas relaciones sexuales donde se ve que ‘algo no funciona’, que algo ha cambiado. En bastantes casos el consumo de pornografía va debilitando el matrimonio y es causa directa o indirecta de separación”. De hecho, en Estados Unidos en el 56% de los divorcios la pornografía es ya una de las causas que se alegan para poner fin al matrimonio.

De este modo, Gutiérrez indica que para ayudar a las personas con adicción a la pornografía aconseja “la paciencia, la necesidad de perdonarse y de mirar al futuro con un proyecto de vida ilusionante. La recuperación es un proceso, y por tanto se requiere, como en cualquier adicción, un buen acompañamiento y una decisión firme de preferir otro estilo de vida”.

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En España varias asociaciones están colaborando para concienciar a la sociedad y a los políticos de todos los partidos de la necesidad de poner límites a la pornografía, especialmente E-Cristians, el Foro de la Familia y Cristianos en Democracia; todas las personas que quieran colaborar en este esfuerzo pueden contactar con ellas.

Para contactar con E-Cristians (sede central en Barcelona)

C/ Casanova nº175, bajos, 08036; Barcelona
Teléfono: +34 932 060 883; aquí contacto web

Para contactar con el Foro de la Familia (sede central en Madrid)

C/ Marqués de Ahumada 14, 1º. 28028. Madrid
Teléfono: +34 915 105 140; aquí contacto web

Para contactar con Cristianos en Democracia (sede central en Sevilla)
Av. San Francisco Javier; 41018 Sevilla
Teléfono: 675 51 64 59; aquí contacto web

 J.L. / ReL  15 enero 2020

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