Por Edgar Schmid y Vcom (R) (VGM) Horacio Ricciardelli.
Religión y Estrategia a Largo Plazo.
Teniendo en cuenta la existencia de una Iglesia de más de 2.000 años, de una evangelización que se inicia hace 500 años en América Latina, podemos decir que la Estrategia para construir Consenso Nacional a Largo Plazo, debe contar con la participación de la Iglesia, es particular en América Latina.
Es notable que grandes naciones de Europa comiencen a contar su historia desde la conversión de un jefe tribal al cristianismo y con esto la unidad de varias tribus en una nueva nación que reconoce al converso como rey: Clodoveo en Francia, Knut en Dinamarca, Estanislao en Polonia, Esteban en Hungría o Iván en Rusia.
Es el cristianismo el que posibilita el salto cultural de la tribu a la nación. Pero si toda gran civilización se forma en torno a una gran religión y sus valores, la cuestión es ¿cuáles van a ser los valores predominantes de una “civilización latinoamericana”?
Arnold Toynbee decía que la principal diferencia entre América del Norte y del Sur es que la primera fue colonizada con el Antiguo Testamento, donde la riqueza es una señal de ser un elegido, mientras que la segunda fue colonizada con el Nuevo Testamento donde la pobreza es una Virtud - bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos.
Para ver que clase de “civilización” se construyó en el “Norte protestante” baste leer a Samir Amin y su ensayo “La ideología estadounidense”[1] y – “por sus frutos los conoceréis” - podemos ver con claridad lo que es una sociedad fundada bajo los valores calvinistas sobre la riqueza y como esto se desparrama con un imperialismo voraz a través del planeta.
En el “Sur católico”, desde hace 200 años, todos los grandes caudillos – y rebeldes - son caudillos de pobres. No importa su “ideología”, Bolívar, Zapata, Pancho Villa, Fidel Castro, Sandino, Torrijos, Salvador Allende, Gaitán, Perón, Chávez, Artigas, Güemes, Caamaño Deno, el que se les ocurra, todos son caudillos de pobres. Nada de esto ocurre en el Norte.
Entonces podemos ver que en los últimos 200 años – no importa que Táctica a Corto Plazo o que Estrategia a Mediano Plazo haya empleado cada uno de estos caudillos del Sur, tampoco importa su ideología o religiosidad. Todos se han movido y actuado dentro de una Matriz Católica que fue la Estrategia a Largo Plazo que nos llegó en el Siglo XVI.
Asimismo en el “Norte protestante” se siguen moviendo dentro de la matriz puritana que llegó en el “Mayflower” en 1619. Lo que está en juego es más que una religión. Lo que está en juego es ¿Sobre que principios ético-morales se construye el Ser Nacional?
Si vamos a aceptar los valores del Norte – el lucro individual por encima de todo - entonces dejémonos de joder con socialismo, revolución cubana o bolivariana, y todas esas boludeces (decía Adelina de la UCeDé), Nos hacemos liberales, y lo hacemos a fondo.
Si vamos a mantener los valores del Sur – defensa de los Pobres – entonces no podemos ser como esa “izquierda” que se prende en cuanta bandera cultural anti-católica lanzan Fundación Ford, British Council, Fundación Rockefeller, Open Society de Soros, etc.
No podemos ser nacionales pro-pobres en política y pro-liberales en lo cultural. Es incoherente. Decía Theodore Roosevelt hace más de un siglo: "mientras los países hispano-americanos sean católicos, su absorción por los Estados Unidos será larga y difícil".
Y el Informe al Presidente Nixon de Nelson Rockefeller de 1968 donde se preocupa por la fuerza a favor del cambio en la Iglesia de América Latina, y recomienda financiar sectas protestantes desde EEUU al Sur para combatir al catolicismo.
Rodolfo Puiggrós y su torpe anticlericalismo como definía Hernández Arregui, en su libro sobre “La España que descubrió el Nuevo Mundo” arrastra todo el anticlericalismo del PC codovillista. Por empezar, termina su libro cuando Carlos V ingresa al Convento de Yuste, y no toma nada de lo que sucede dentro de la Iglesia a partir del Concilio de Trento, de los jesuitas, de los cambios dentro de la Iglesia que se trasladan a América.
A su vez, tampoco registran como estas dos órdenes evangelizadoras – franciscanos y jesuitas – van a trabajar para formar los pueblos nuevos mestizos, que hoy forman los actuales Estados de América Latina.
Nadie – menos Puiggrós – nos explica que era un “pueblo-hospital” organizado por los franciscanos, pero la gran sorpresa es cuando 400 años después nos enteramos que el Plan de Ayala de Emiliano Zapata, pedía exactamente ¡la misma organización de la tierra que habían tenido los “pueblos-hospitales” de los franciscanos!
Tampoco explica Puiggrós las diferencias en la Colonia entre barrocos a partir de Trento, y regalistas que llegan desde Francia y a partir del Tratado de Utrech (1713) – y con los Borbones. Y aquí un punto que, con el mayor respeto hacia Abelardo Ramos, que este no toma en cuenta: ¿cuales fueron las actitudes de barrocos y regalistas hacia las invasiones inglesas?
¿Fue barroca la actitud de Liniers al encabezar la resistencia a la primera invasión? ¿Cuales eran las actitudes de Artigas y Güemes respecto a propiedad de la tierra y el concepto barroco? Y de la “exteriorización” religiosa, ¿A que bando se adscribían Belgrano y San Martín?
El gran logro de Jorge Abelardo Ramos (junto a Alberto Methol Ferre) es haber superado los límites del anti-catolicismo cipayo[2] descubriendo no sólo el grado de evolución de la Iglesia latinoamericana sino cómo, a medida que avanza la evolución también avanzan sus elementos nacionales y populares. Ramos “descubre” la relación – como en Medio Oriente entre instituciones religiosas (de Consenso según Gramsci) y conciencia nacional a ser atacada por el imperialismo:
He dicho más de una vez que, en América Latina, el indigenismo indicativamente esgrimido por blancos puros de religión protestante esconde, allá en el fondo, la acción político-étnica del imperialismo. Este último se propone fragmentar más todavía la Nación-continente. De la misma manera, los amargos y hasta soeces ataques a la Iglesia que suelen verse en las tapas de las revistas porno-progresistas de Buenos Aires, no suponen un diálogo herético con Dios o el soliloquio de un metafísico, sino la manifestación vulgar de una política extranjera contra la Nación. Esto debe explicarse en el sentido de que la fe católica es profesada por la mayoría de los argentinos y latinoamericanos y es, de algún modo, como la coránica en Medio Oriente, un peculiar escudo de nuestra nacionalidad ante aquellos que quieren dominarnos o dividirnos.
En los pueblos marginados del “estilo de vida occidental” y que, como nosotros, padecen un “estilo de vida accidental”, la religión ejerce un doble papel: el teológico que le es propio y el de ideología nacional defensiva contra el dominador extranjero.
La campaña contra la fe católica, sus símbolos, sus hombres y sus instituciones es tanto secreta como pública. Secreta, en cuanto a la silenciosa poda de los subsidios tradicionalmente otorgados a las escuelas privadas dirigidas por sacerdotes católicos. Y pública, a través de todo género de lenguaraces que han tomado la radio o la televisión por asalto en nombre de la “participación democrática”. Esto debería traducirse en un franco enfrentamiento entre la “progresía” y la “feligresía”. Pero no es tal. La respuesta de los sectores nacionales y, en este caso, de la Iglesia, por dichos medios es medida por un gotero por estos “profesionales de la libertad”.
Por supuesto, después de determinado punto, muchos compañeros de la Izquierda Nacional, aquellos que durante 24 años vienen barriendo a este Ramos debajo de la alfombra, saldrán nuevamente con la Iglesia golpista de 1955. Acepto el argumento pero a condición que también critiquen al Ramos pro-católico de agosto de 1986.
Durante 24 años no han dicho nada, durante 24 años “han puesto cara de b…”. No aceptamos “tuertos” que critican la Iglesia y callan al Ramos pro-católico. O critican todo o se callan la boca en todo. Acá esa Izquierda ex Nacional ahora kirchnerista no puede seguir opinando sobre los choques de los K con la Iglesia si primero no demuestra que Abelardo Ramos estaba equivocado en agosto de 1986.
Actualmente el anticlericalismo del gobierno kirchnerista está siendo fomentado desde afuera (Fundación Ford y British Council entre otros) y le corresponde a los kirchneristas explicar por qué estas fundaciones bancan al CELS de Horacio Verbitsky.
Nuestra izquierda es como el pez que ve en gusanito en el anzuelo pero no el anzuelo dentro de él. Puede engancharse fácilmente en un debate sobre aborto, matrimonio gay, indigenismo, ecologismo, etc., (el pez) pero jamás nos podrá explicar porqué estas causas y ONGs son financiadas por Fundación Ford o British Council o Rockefeller Brothers Fund (el anzuelo dentro del pez). Tampoco no explica – y nos lo debe – que es lo que buscan estas Fundaciones y ONG como meta imperialista, con tamaño modelo cultural. La Izquierda Nacional mientras tanto, en lo cultural es un furgón de cola de estas fundaciones imperialistas.
Lo que se intenta destruir – del punto de vista gramsciano - es una construcción nacional – evangelización mediante, que ya lleva 500 años.
Tomemos por ejemplo a México. Cuando Cortés desembarcó, México no existía, ni como Estado, ni como imperio, ni como pueblo, ni nada. Lo único que había parecido era una tribu llamada los mexicas, con una cosmovisión nahuatl que no era ni la yaqui en el norte ni la maya en el sur, y era una se las santísimas tribus de ese territorio que muy poco, tenían en común. Si la masa nahuatl ayudó a Cortés a derrocar a los aztecas es porque lo vieron como un libertador de los abusos que estos imponían a las tribus de sus territorios. Nada habían hecho para convertir esta masa en una nación unida.
Si entramos en Youtobe, si vemos la entrada de Pancho Villa y Emiliano Zapata en la ciudad de México[3] vemos que la “bandera” que unificaba a los revolucionarios del norte al sur era el estandarte de la Virgen de Guadalupe, lo mismo que había sucedido con Hidalgo y Morelos un siglo antes. El papel de un culto religioso entonces y en la construcción nacional de México – la Guadalupe – no puede pensarse para “el año que viene” sino medirse en siglos (exactamente cinco).
Pero en este sentido – creación de nación – quienes deben servir de ejemplo son los rusos ortodoxos remontan el nacimiento de Rusia a la conversión del príncipe Iván de Kiev en 988.
El sentido de misión que tiene el pueblo ruso – como explicó Nikolai Berdaieff que estaba en el bolchevismo – nace cuando hace 500 años el monje Filofei de Pskov, le escribe a Alexis III (padre de Iván IV el Terrible) su famosa carta Tercera Roma.
Cuando asume Iván III el Terrible, la Tercera Roma es su programa de gobierno como lo muestra Sergei Einsestein en su película[4]:
“Dos Romas han caído. Moscú permanece. Cuarta Roma no habrá”
Luego de la revolución los monjes rusos vieron sus iglesias ocupadas o destruidas. Ellos mismos fueron infiltrados, presos en Siberia y ejecutados.
Si hubo dos cosas que nunca negociaron fue el dogma y el rito. Si vamos a una misa rusa de hoy veremos el mismo rito de la época de San Juan Damasceno (cuando los bizantinos) hace 1400 años. Por su comportamiento patriota durante la guerra – en defensa de la Santa Madre Rusia – Stalin cesó en sus persecuciones y permitió que Einsentein incorpore el juramento de Iván el Terrible en su película de 1943.
El período soviético sólo duró 75 años en los 1020 de historia rusa. Hasta el período de sometimiento a los mongoles duró mucho más.
Hoy la Iglesia Ortodoxa Rusa es la principal institución de Consenso en la Nueva Rusia que enfrenta al Nuevo Orden Mundial. Hasta en los cuarteles de la ex KGB en la calle Lubianka hay una capilla de Santa Sofía para que vayan a rezar los fieles creyentes (agentes de KGB).
Los capellanes militares han vuelto a los cuarteles rusos como en la época del Zar hace un siglo y es funcional a una Rusia que después de los grandes golpes se levanta frente a EEUU porque tiene una gran conciencia nacional.
La religión y el nacionalismo - José Ma. Rosa
Es en el terreno de relaciones con la Iglesia donde el kirchnerismo demuestra su falta estrategia nacional a largo plazo y conocimiento de la experiencia histórica. Leemos de José María Rosa – “Rivadavia y el imperialismo financiero” [5]:
La religión y el nacionalismo.
Volviendo a la Argentina de la primera mitad del siglo XIX, diré también a los izquierdistas y a muchos derechistas, que la defensa de la religión católica por las masas y los caudillos llevaba implícita una defensa de la nacionalidad. Se defendía el catolicismo porque era una manera de defender la propio cuando la nacionalidad no estaba todavía consolidada, porque los invasores eran protestantes en su mayoría, y en el grito "¡Religión o muerte!" de Facundo no había tanto una posición teológica sino una manera de combatir a los gringos herejes que venían a apoderarse de la patria.
Como tampoco en la política religiosa de Rivadavia contra el clero regular hubo un propósito escatológico sino político: el liberalismo buscaba restarle fuerzas a las órdenes religiosas, porque su unidad y su riqueza podían perturbar la obra de la intromisión imperialista.
Por eso la masonería -punta de lanza de la invasión foránea- combatía la religión por todos los medios; por eso también, los caudillos y el pueblo la defendían.
Sus motivos no eran confesionales, o no lo eran tanto como nacionalistas. Quiroga, el de “¡Religión o muerte!”, no era un practicante asiduo y es posible que sus continuas lecturas de la Biblia –su libro de cabecera- lo hubiesen arrastrado fuera de una ortodoxia católica. Pero eso no tiene importancia, como tampoco la tiene que Quiroga en su fuero interno prefiriese el unitarismo al federalismo como sistema político. Lo importante era que militase por nacionalismo en el partido federal, y comprendiese que la religión era un arma necesaria para luchar contra la penetración inglesa y que estaba encarnada en el pueblo, como también lo estaba el federalismo.
Tampoco Rosas era un asiduo practicante católico, y pocas veces fuera de las festividades oficiales concurría a misa y nunca tomaba los sacramentos. Pero veló por la religión y fomentó su culto porque la entendía en un sentido diametralmente opuesto al de Rivadavia.
Que, ese sí, era practicante asiduo, y hasta se daba disciplinazos en la Casa de Ejercicios, sin perjuicio de combatirla en el quehacer político. Rivadavia tenía un concepto íntimo de la religión, y Rosas lo tenía político. Por eso, también, la subordinó a su gobierno y a su obra: defendió el patronato contra las pretensiones de Roma, hizo jurar a los obispos defender la "Santa Causa de la federación", veló porque la Iglesia militante mantuviese una actitud nacionalista, y llegó a expulsar a los jesuitas, a quienes antes había llamado, cuando le pareció que su enseñanza ortodoxamente católica no era tan ortodoxamente federal.
La lucha por la liberación se hace entre un pueblo nacionalista y una minoría extranjerizada. A veces ésta se apoya en factores de poder de mentalidad colonial, como lo fue en 1828 la oficialidad militar, que antepuso las conveniencias de su clase y de su partido a los intereses permanentes de la Nación; o una jerarquía eclesiástica excesivamente romanista, y por lo tanto suficientemente antinacional, como pasaría más tarde. A veces puede ocurrir que domine en el ejército o la Iglesia la mentalidad nacional. De cualquier manera el conflicto entre nacionalistas y extranjerizados no es un conflicto de clases poseedoras y desposeídas como lo presentan algunos, o mejor dicho no se agota en un conflicto por el apoderamiento de la riqueza y su defensa. Hay algo más. Es una guerra entre dos maneras de sentir a la "patria", y por eso será tan cruenta y moverá rencores tan implacables. La patria es un culto, y quienes no lo comparten son tenidos por herejes dignos de la hoguera. La guerra adquiere las características de una guerra religiosa.
Se odia lo que no se comprende y los extranjerizados odian la patria de los nacionalistas como éstos la de aquellos. Hay sus graduaciones: odian más los débiles, porque odiar es propio de impotentes; los fuertes no puede decirse que odian sino que ignoran. El extranjerizado que ignora al pueblo todavía está fuerte en su "patria" colonial; cuando empieza a odiarlo es que se sabe débil
Patria-y-religión o Nuevo Orden Mundial.
Como siempre nos vamos a encontrar con una izquierda que por un lado se dice “de avanzada” y por el otro lado – en lugar de anticipar el futuro – mira hacia atrás y se queda con conceptos totalmente anacrónicos.
No se trata de seguir con el socialismo que anticipaba Marx. No se dio y mucho menos en Inglaterra. Tampoco con el concepto de imperialismo que tenía Lenin. Organizaciones como Bilderberg[6] dejaron completamente obsoleto ese concepto que las guerras Inter.-imperialistas terminarían con el imperialismo. Hoy las grandes burguesías se agrupan en Bilderberg y/o Trilateral Comisión, incluso en China[7].
Y esta sinarquía avanza hacia el control del mercado mundial y la hegemonía cultural mundial porque no puede haber el uno sin el otro. Queda entonces preguntarnos:
¿Que clase de instituciones de consenso necesita el nuevo orden mundial? ¿Qué clase de religiones? ¿Qué clase de familias? ¿Qué clase de Estado-nación necesita? ¿Qué clase de militares? ¿Necesita acaso el Nuevo Orden Mundial a militares dispuestos a combatir por Malvinas y con el auxilio espiritual de su Fe religiosa? ¿O necesita más bien “fuerzas de Paz” como los argentinos que van a Yugoslavia, Chipre o Haití?
Lo que necesita el Nuevo Orden Mundial es destruir todo aquello que sea Comunitario y reemplazarlo por lo Societario. Y primero entonces detengámonos en Ferdinand de Tönnies y sus conceptos de Comunidad y Sociedad.
¿Estado o Nación? ¿Comunidad o Sociedad?
Ferdinand de Tönnies como sociólogo se preocupó de estudiar los lazos comunitarios que unen a las minorías étnicas, aspecto olvidado por los estudios de cohesión social de índole positivista y marxista. Su más importante contribución a la sociología fue su análisis y descripción de dos tipos básicos de organización social: la organización social natural (organicismo) de la que hablaba Aristóteles partiendo de la sociabilidad del hombre (comunidad); y la organización social artificial (mecanicismo) o contractual de la que habló Hobbes (sociedad) partiendo de la insociabilidad del hombre y de la necesidad de un acuerdo de paz. Planteamientos que forman el tema central de su vida científica y que son tratados en su libro "Comunidad y sociedad".
Tönnies llama comunidad al conjunto social orgánico y originario opuesto a la sociedad. Define la comunidad (Gemeinschaft) como el tipo de asociación en el cual predomina la voluntad natural. La sociedad (Gesellschaft) es, en cambio, aquel tipo de asociación formada y condicionada por la voluntad racional.
La comunidad posee una estructura cuya unidad no es el producto de una adición o suma de elementos, sino un conjunto que, al surgir espontáneamente, posee todos los caracteres de una totalidad orgánica, en tanto que la sociedad es el resultado del predominio de los elementos mecánicos, artificiales y racionales que sustituyen las unidades originarias de la familia, de la tribu y de la aldea por los conjuntos construidos mediante una reflexión consciente sobre los fines, como la gran ciudad o el Estado.
El nacionalismo se basa en el afecto que surge de lo comunitario. Las relaciones comunitarias son de ligamen afectivo personal, clánico, familiar, tribal, hasta nacional o nacionalista. También esta comunidad tiene un ligamen afectivo religioso - clánico, familiar, tribal – que lo caracterizan. El nacionalismo entonces no se basa en el interés sino en el afecto
La sociedad de los liberales surge de intereses materiales que sustituyen los afectos. Las relaciones asociativas son instrumentales, racionales, estratégicas, tácticas. En las primeras los hombres se tratan los unos a los otros como fines en sí, en las segundas como medios para conseguir ciertos fines. La familia es una comunidad mientras que una fábrica es una asociación.
La diferencia entre Comunidad y Sociedad es la misma que existe entre Amor y Egoísmo – valores básicos de cada uno. Y por supuesto el Nuevo Orden Mundial no necesita seres humanos que se le opongan en defensa de su Comunidad (familia o patria por ej.) sino seres que busquen y se adhieran en razón de su interés egoísta.
La nación es un concepto comunitario mientras que el Estado es un concepto social. Ello no significa que no sean dos tendencias que coexisten en conflicto permanente, entrecruzándose, mezclándose, entrelazándose y generando las realidades sociales. Así, un gobierno (estado, asociación) puede apelar a los sentimientos patrióticos (comunitarios) de sus ciudadanos, dándose la manipulación instrumental y racional de las masas movidas por sentimientos comunitarios. Tönnies plantea la relación entre las dos voluntades y las dos tendencias sociales de forma dialéctica y compleja.
El 2 de abril marcó una explosión de los valores comunitarios en medio de una dictadura regida por los valores societarios (Martínez de Hoz). Tuvimos así una comunidad de sacrificios comunes entre combatientes que no preguntaban al otro si eran oficialistas u opositores.
Entonces el reconocimiento para exiliados como el Dr. Oscar Bidegain demostrando espíritu sanmartiniano – como el coronel Martiniano Chilabert – se ofreció a venir para oficiar como instructor de tiro[8]. El Dr. Bidegain fue un nacional que se fue muy a la izquierda.
En la otra punta vimos a la Argentina liberal oponiéndose a los valores “comunitarios” malvineros y preguntándose cuanto le costaría a la sociedad esta “aventura irresponsable”. Vemos que “desmalvinización” es bombardeo constante a los valores comunitarios argentinos, incluso los religiosos.
Perón habló siempre de “comunidad organizada” y nunca de “sociedad organizada” y ahora comprendemos mejor el porqué. Vayamos entonces al Proyecto Neo-liberal de Construir el Nuevo Orden Mundial.
No tendría sentido hablar de ciudadanos o no-ciudadanos del Nuevo Orden Mundial. De lo que se trata es reemplazar a los que tengan valores comunitarios (religión, patria, familia) por consumidores de valores societarios, una sociedad basada en el hedonismo e individualismo, de individuos que mediante la Educación sean vulnerables a la Propaganda, la gran educadora a corto plazo.
El Comodín del Consenso: La Propaganda organizando el Caos
Debemos hacer un alto en Edward Barnays para ver un mundo manejado por la propaganda de las grandes corporaciones – “Consenso a Corto Plazo” que se institucionaliza con el paso del Tiempo - en realidad un totalitarismo tipo “1984”.
La propaganda que Gramsci llegó a conocer – cuando más – era la elaboración y difusión de consignas que se lanzaban cuando la revolución rusa y otras luchas de su época. Pero, en paralelo, había surgido Edward Louis Bernays, y en plena ciudadela del capitalismo – New York – concibiendo las relaciones públicas y las técnicas de propaganda comercial trasladadas a la manipulación política de masas – “vender la necesidad de ir a una guerra” en la misma forma en que se vende una marca de jabón – y al mismo tiempo que llena falencias a Mediano Plazo con Tácticas de Manipulación a Corto Plazo. Aunque los “gramscianos clásicos” no lo incluyen, Bernays es mucho más que un “intelectual orgánico”, es un “científico orgánico” de la fabricación de consenso.
Edward Louis Bernays (n. 22 noviembre 1891 – Viena, Austria – 9 marzo 1995 - Cambridge – Massachussets, EEUU). Publicista, periodista e inventor de la teoría de Relaciones Públicas. De nacionalidad austríaca, nació en el seno de una familia judía, fue sobrino de Sigmund Freud.
Bernays (sobrino de Sigmund Freud) fue el padre de las relaciones públicas, y entendió perfectamente la ciencia de manipulación de las masas. Trabajó para grandes corporaciones, varios presidentes de EEUU y hasta el mismo Rockefeller. Su conocimiento fue uno de los más valorados por los grandes poderosos del planeta. Incluso trabajando con el mismo Woodrow Wilson manipularon al público norteamericano para hacerle creer que debían ir a la Primera Guerra Mundial.
Llegó a EEUU de niño, En 1912, se graduó en agricultura en Cornell, pero su pasión eran las comunicaciones, donde se desempeñó en publicidad, periodismo y finalmente en relaciones públicas, llegando a ser considerado el “padre” de la profesión, al dar el primer gran paso definiéndola, resaltando la necesidad imperiosa de ejercerla, indicar sus funciones y campo de acción, en vista de la alta demanda existente en el área comunicacional de las organizaciones, y la creciente necesidad social por ser escuchados. Edward Bernays, fue pionero mundial de las Relaciones Públicas al ser él quien las bautiza y da nombre siendo el primero en publicar un libro sobre la materia en el año 1923 en Nueva York, titulado “Cristalizando la opinión pública”. Bernays fue asesor personal en materia de Relaciones Públicas de varios Presidentes de Estados Unidos, de la Casablanca y de las empresas nacionales e internacionales más importantes del mundo, según el libro “Public Relations, the Edward Bernays and The American Scene: a bibliography", de Keith A. Larson,
Nacionalizado norteamericano, con su obra más destacada, Propaganda, contribuyó con la manipulación de las masas a través del consumo y la idea de felicidad ficticia y de la fabricación del consentimiento. Política que sin lugar a dudas continúa siendo aplicada por gobiernos sutil y solapadamente opresores y/o demagogos y aquellos donde las grandes corporaciones necesitan del consentimiento de las masas para continuar erigiendo sus imperios y poder seguir manejando los títeres que juegan el papel de conductores de un país.
El aporte de Edward Bernays es inestimable para los dueños de ese control. La manipulación del inconciente de las masas se ha logrado gracias a los estudios que Bernays, eufemísticamente, llamó Relaciones Públicas. Estos estudios fueron realizados con la ayuda de su tío, el psicoanalista Sigmund Freud.
Los deseos más recónditos del ser humano podían ser satisfechos si la propaganda los manipulaba e incitaba. Así el consumo masivo podía dispararse a alturas insospechadas. Y Bernays lo logró. El blanco de esta manipulación sería el Yo. Lo que en otras palabras se describe como la parte individualista, egoísta que existe en todo ser humano y que viene aflorando en cada generación que recibe estas enseñanzas desde la cuna, facilitando así su aprehensión ante la acción constante de los agentes manipuladores. En buena medida a él se le deben las políticas que desde hace décadas viene aplicando Estados Unidos en materia de guerras al intentar fabricar el consentimiento y lograr el apoyo de las masas en cada uno de sus asaltos genocidas, enmascarándolos de campañas humanitarias o de restauración o fortalecimiento de las democracias en el mundo, cuando en realidad solo sirven a los intereses de las mismas corporaciones que empujan y azuzan para conseguir sus cometidos ulteriores que siempre están íntimamente ligados a intereses económicos, como ser ventas de armas que son utilizadas en las contiendas bélicas que ellos mismos azuzaron o la consecución de beneficios económicos, como ser el petróleo.
Como ejemplo cabal tenemos a Bush junior, quien inició su campaña para invadir Irak erigiendo la bandera de la democracia y defendiendo la integridad cristiana de occidente contra los ‘enemigos de turbantes’ que fueron convertidos en verdaderos demonios que ‘atentan’ contra la moral democrática. Pronto se sabría la verdad: el petróleo era su meta. Pero una buena parte de este lado del mundo había dado su consentimiento a la invasión.
Las teorías de Bernays aplicadas desde hace décadas por el sistema capitalista, empezando por Estados Unidos y siguiendo por el resto del mundo, son un engranaje fundamental de la maquinaria que representa. Las técnicas de Control de masas y la fabricación del consentimiento encontraron en el inconsciente humano la solución para perpetuarse: el individualismo. Elemento inherente al ser humano por su calidad de ser racional pero principalmente individual, paradójicamente un ser pensante por cuenta propia pero fácilmente manipulable.
Gracias a su misántropo aporte (porque una persona que crea este tipo de herramientas no puede sentir amor por nada más que por el dinero), su amado billete corre debajo del puente del sistema, al que apuntala con mayor facilidad de asimilación por parte de los seres humanos apelando, a través de la manipulación psicológica, al individualismo que le es tan propio y hasta ciertamente conciente una vez que se manifiesta.
Bernays, además se destaca por ser pionero en las investigaciones situacionales al momento de llevar a cabo una acción estratégica, buscando aumentar la competitividad empresarial. Esto se debe al conocimiento e interés por estudiar la fuerza de la opinión pública y sus consecuencias.
Es por esto, que en el año 1923 publica el primer libro sobre la profesión, llamado “Crystallizing public opinion”, donde habla sobre la fuerza que tiene la opinión pública, y cómo ésta puede influir tanto en el éxito, como en el fracaso de ciertas instituciones. Además resalta que es ésta, quien juzga el actuar de las organizaciones. Esta es la primera vez en la historia que se utiliza el término “asesor de relaciones públicas”.
Los aportes realizados por Edward Bernays a la profesión, radican en el entendimiento y la persuasión de la opinión pública, además de aclarar que la imagen pública no se gestiona directamente, sino que es resultado de las acciones y estrategias realizadas por una organización y de su directa relación con en el entorno en el cual se encuentra inserta.
Los aportes de Bernays a las Relaciones Públicas fueron:
Sentó las bases de las Relaciones Públicas como una profesión basada en un cuerpo teórico que él mismo definió y estableció, unido a conocimiento científicos que implementó, es decir, la convirtió en ciencia. Posteriormente otros autores lo han recogido así. Fue pionero, no solo en la práctica sino en la teoría y ciencia de las Relaciones Públicas, y trabajó con gran esfuerzo y dedicación para conseguir que se respetasen e implantasen sus principios, métodos y éticas profesionales, a través de sus conferencias, libros, artículos y otros.
Integró la práctica de las Relaciones Públicas a la empresa moderna y a las organizaciones. Con las teorías, métodos y la aplicación de las ciencias sociales, antropológicas, económicas, políticas, informativas, y de los estudios de la conducta del individuo y sociedad ante ciertos impactos, beneficiándose siempre a la empresa y a sus públicos.
Fue uno de los primeros en reconocer la contribución que las mujeres podían hacer a las Relaciones Públicas y en unos momentos en los que se gestaban los primeros movimientos feministas y no todos se atrevían a potenciar a la mujer, es más, existían detractores acérrimos a estas ideas.
Su amplia contribución bibliográfica con sus más de veinte libros en materia de Relaciones Públicas y sus sesenta y ocho contribuciones a otros tantos libros, según referencias del profesor Keith A. Larson en el libro "Public Relations, the Edward L. Bernays and the American Scene a Bibliography".
Con la creación de esta profesión cientos de Universidades en todo el mundo se dispusieron a difundir sus aportes, incluso países como la Federación Rusa y China, lo que refuerza la investigación de que las Relaciones Públicas no son solo sinónimo de países capitalistas.
Actualmente la profesión de Relaciones Públicas, se pueden considerar una gran industria, ya que mueve miles de millones de euros en todo el mundo y genera millones de puestos de trabajo.
Dada la intermediación de la profesión de Relaciones Públicas internacionales que creara Bernays, se ha firmado la paz en numerosos conflictos bélicos entre países como por ejemplo: La Conferencia de paz en París, a la que le siguió la firma del Tratado de Paz de la I Guerra Mundial, en la que intervino el propio Bernays.
El actual Presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, en el año 2008, estudió los aportes de Bernays, entre otros, la coincidencia del interés público con el privado, así como la influencia de los líderes para que arrastraran a la masa. Consiguiendo el resultado de ganar las elecciones.
Para información por video se lo puede encontrar en Youtobe:
"El Siglo del Yo 1: Máquinas de Felicidad" (1 de 6)
1º parte: http://www.youtube.com/watch?v=Soe5hgmjvdc
2º parte: http://www.youtube.com/watch?v=J7W67ZJJnUc
3º parte: http://www.youtube.com/watch?v=OHaNl3kwOyA
4º parte: http://www.youtube.com/watch?v=I-2WJ6L2H20
5º parte: http://www.youtube.com/watch?v=SJycpBNbH-g
6º parte: http://www.youtube.com/watch?v=F2hUDN0cpEo
El siglo del yo 2: La fabricación del consentimiento
1º parte: http://www.youtube.com/watch?v=j5oI-2uK2XI
2º parte: http://www.youtube.com/watch?v=C01qaUOTRjs
3º parte: http://www.youtube.com/watch?v=J62AakL6OSY
4º parte: http://www.youtube.com/watch?v=lMohXjrlrj8
5º parte: http://www.youtube.com/watch?v=jdcA9Ydj5tU
6º parte: http://www.youtube.com/watch?v=vD36CAAKPFw
El siglo del Yo 3: ‘Hay un policía en nuestras cabezas que debe ser destruido’
1º parte: http://www.youtube.com/watch?v=VqoWoGFqr7g
2º parte: http://www.youtube.com/watch?v=kWUfCtSg9uw
3º parte: http://www.youtube.com/watch?v=bY5u9wE-7hQ
4º parte: http://www.youtube.com/watch?v=4ZRXK7k_Qzc
5º parte: http://www.youtube.com/watch?v=yT-cGcQTE3c
6º parte: http://www.youtube.com/watch?v=0wH3AKmPhpU
Y ahora al libro del propio Bernays:
La manipulación consciente e inteligente de los hábitos organizados y opiniones de las masas es un elemento importante en sociedad democrática. Aquéllos que manipulan este mecanismo inadvertido de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder gobernante de nuestro país. Nosotros somos gobernados, nuestras mentes amoldadas, nuestros sabores formados, nuestras ideas sugeridas, mayormente por hombres de los cuales nosotros nunca hemos oído.
Éste es un resultado lógico de la manera en la que nuestra sociedad democrática está organizada. Inmensos números de seres humanos deben cooperar de esta manera si ellos van a vivir juntos como una sociedad funcionando lisa. Nuestros gobernadores invisibles son, en muchos casos, no-conscientes de la identidad de sus miembros socios en el gabinete interno.
Ellos nos gobiernan por sus calidades de liderazgo natural, su capacidad de proporcionar las ideas necesitadas y por su posición importante en la estructura social. Cualquier actitud que uno escoge tomar hacia esta condición, sigue siendo un hecho que en casi cada acto de nuestras vidas diarias, si en la esfera de política o negocios, en nuestra conducta social o nuestro pensamiento ético, que nosotros somos dominados por un número relativamente pequeño de personas, un fragmento fútil de nuestros ciento veinte millones que entiende los procesos mentales y los modelos sociales de las masas.
Son ellos quienes tiran los cordones que controlan a la mente pública que son arnés de las viejas fuerzas sociales e idea nuevas maneras para unir y guiar el mundo. Normalmente no se comprende cómo de necesarios son éstos gobernadores al funcionar ordenado nuestra vida de grupo.
En teoría, cada ciudadano puede votar por quien a él le agrada. Nuestra Constitución encara los partidos políticos como parte del mecanismo de gobierno, y sus forjadores parecen no haberse imaginado ellos la existencia en nuestra política nacional de algo como la máquina política moderna.
Pero los votantes americanos pronto encuentran que sin la organización y dirección sus votos individuales, lanzados, quizás, por docenas o centenares de candidatos, producirían nada más que confusión.
El gobierno invisible en la forma de partidos políticos rudimentarios, se levantó casi en una noche. Desde entonces nosotros hemos estado de acuerdo, por causa de la simplicidad y viabilidad que las máquinas de partido que deben estrechar el campo de opción a dos candidatos, o a lo sumo tres o cuatro. En teoría, cada ciudadano toma una determinación sobre las cuestiones públicas y materias de conducta privada. En la práctica, si todos los hombres tuvieran que estudiar por ellos los datos abstrusos económicos, políticos, y éticos involucrados en cada cuestión, ellos encontrarían imposible llegar a una conclusión sobre algo.
Nosotros hemos estado de acuerdo voluntariamente en permitir que un gobierno invisible mueva los datos y altas-decisiones de problemas así nuestro campo de opción se estrecha a las proporciones prácticas.
De ahí que nuestros líderes y medios de comunicación usan esto para alcanzar al público, nosotros aceptamos la evidencia y la demarcación de los problemas que llevan cuestiones públicas; de algún maestro ético, sea él ministro, ensayista favorito, o meramente prevaleciendo opinión, nosotros aceptamos un código regularizado de conducta social a la que nosotros nos conformamos en la mayoría del tiempo.
En teoría, todos compramos los artículos más buenos y más baratos ofrecidos en el mercado. En la práctica, si cada uno pasara preciando, y probando químicamente antes de comprar, las docenas de jabones o tejidos o marcas de pan que están a la venta, la vida económica se bloquearía desesperadamente. Para evitar tal confusión, la sociedad consiente tener su opción limitada a las ideas y objetos traídos a su atención a través de la propaganda de todas clases.
Allí esta por consiguiente un inmenso y continuo esfuerzo que marcha a capturar a nuestras mentes en el interés de alguna política o artículo o idea. Podría ser mejor tener, en lugar de la propaganda y suplica especial, comités de hombres sabios que escogerían a nuestros gobernantes, dictan nuestra conducta, privada y pública, y eligen los tipos más buenos de ropa para que nosotros llevemos y los tipos más buenos de comida para nosotros comamos.
Pero nosotros hemos escogido el método opuesto de competencia abierta. Nosotros debemos encontrar una manera de hacer funcionar la libre competencia con razonable suavidad. Para lograr esto, la sociedad ha consentido permitir organizar la libre competencia por liderazgo y propaganda.
Algunos de los fenómenos de este proceso son criticados - la manipulación de noticias, la inflación de la personalidad, y el inflar general que se lleva a los políticos y productos comerciales e ideas sociales a la conciencia de las masas. Los instrumentos por los que la opinión pública está organizada y enfocada pueden mal emplearse.
Pero tal organización y enfoque son necesarios a la vida ordenada. Cuando la civilización se ha vuelto más compleja, y como ha sido demostrado que se incremente la necesidad por el gobierno invisible, han sido inventado y se han desarrollado los medios técnicos por lo cual la opinión puede regimentarse.
Con la prensa impresa y el periódico, el ferrocarril, el teléfono, telégrafo, radio y aviones, rápidamente pueden extenderse las ideas y al instante - de nuevo sobre toda América. HG Wells sintió las inmensas potencialidades de estas invenciones cuando él escribe en los New York Times:
"Los medios modernos de comunicación poder permitidos por impresión, teléfono, inalámbrico y así, de poner rápidamente a través de una directiva estratégico o tecnología - las concepciones de un gran número de centros cooperando, para conseguir respuestas rápidas y discusiones eficaces – han abierto un nuevo mundo de procesos políticos.
Ahora pueden serles dadas a ideas y frases una efectividad mayor que la efectividad de cualquier personalidad y mucho más fuerte que cualquier interés particular. El plan común puede documentarse y sostenerse contra la perversión y traición. Puede elaborarse y puede desarrollarse firme y ampliamente sin equivocación personal, local o particular."
Lo qué Mr. Wells dice de procesos políticos y comerciales y sociales es igualmente verdad y todas las manifestaciones de actividad en masa. Las agrupaciones y afiliaciones de la sociedad de hoy no están más sujetas a las limitaciones "locales y particulares".
Cuando fue adoptada la constitución, la unidad de organización era la comunidad de la aldea que producía la mayor parte de sus propios artículos necesarios y generaba su grupo de ideas y opiniones por contacto y discusión personal directamente entre sus ciudadanos. Pero hoy, porque las ideas pueden ser transmitidas instantáneamente a cualquier distancia y a cualquier número de las personas, esta integración geográfica ha sido complementada por muchos otros tipos de agrupación, así puedan asociarse personas que tienen las mismas ideas y intereses y regimentadas por acción común aunque ellos vivan apartadas a miles de millas.
Hasta aquí - parte - del escrito de Edward Barneys. Esto va más allá de vender jabón o gaseosa: también nos “venden” presidentes y las políticos que vienen con ellos. Y cuando la campaña electoral tiene éxito, nos dicen que eso es “democracia” porque un presidente-producto “penetró mejor en el Mercado”, es decir conquistó más votantes-consumidores que los otros rivales.
Se trata de hacer creer que cuando decimos “mis ideas” en realidad podemos estar repitiendo ideas ajenas que un grupo selecto de muy pocos publicistas nos ha metido en el cerebro y además nos convenció que son “nuestras” ideas.
Quizás discutir política sobre estas bases
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