por Patrick B. Craine
SYDNEY, Australia, 28 de marzo de 2011 (Notifam) – A comienzos de este mes, el cardenal Burke, prefecto de la Signatura Apostólica del Vaticano, dijo que restablecer el “respeto por la integridad del acto conyugal” y corregir la mentalidad anticonceptiva que “teme a la procreación” es “fundamental” para la Nueva Evangelización y su esfuerzo para transformar la cultura occidental.
En un discurso pronunciado el 11 de marzo a la Asociación Australiana de Alumnos Católicos, el prelado ofreció reflexiones sobre la “crisis de la cultura cristiana en Occidente” y sobre el esfuerzo de edificar una cultura católica “en fidelidad a nuestra vocación de dar testimonio de Cristo y, en consecuencia, ser mártires de la fe”.
Dijo que el mundo de hoy enfrenta un “estado moral profundamente desordenado”, poniendo el énfasis en la actual “plaga del aborto procurado”. De la misma manera, condenó las “prácticas aberrantes de la generación artificial de vida humana y su destrucción”, el “asesinato misericordioso” de los ancianos y de los débiles, y la “agenda siempre promocionada” de los que buscan redefinir el matrimonio y la vida familiar para adecuarse a los partidarios del homosexualismo.
Lamentando el hecho que hoy los cristianos enfrentan persecuciones por oponerse a la “agenda siempre promocionada en contra de la vida y de la familia”, dijo que enfrentamos un “desafío similar a nuestra fe” tal como lo hizo en el siglo XVI el mártir santo Tomás Moro.
Hizo notar que “reconocemos en algunas naciones llamadas libres y en algunas de sus políticas y leyes una oposición a la adhesión a la ley moral natural del cristianismo”. Citó en particular el hecho que los farmacéuticos han sido obligados a preparar recetas para drogas abortifacientes, y que los sacerdotes han sido acusados de pronunciar un “discurso de odio”, al predicar sobre el mal intrínseco de las acciones homosexuales.
Dijo que “no sin razón, hay un temor cada vez mayor que la Iglesia será incapaz de mantener en algunas naciones sus obras educativas, de atención a la salud y de caridad, porque la legislación civil requiere que esas obras de la Iglesia cooperen con acciones que son siempre y en todo lugar esencialmente malas”.
El prelado puso de relieve la relación entre “vivir la verdad respecto a la sexualidad humana y la vida humana” y la “práctica de la justicia”. “El ataque a la vida inocente e indefensa de los no-nacidos, por ejemplo, tiene su origen en una visión errónea de la sexualidad humana, que intenta eliminar, a través de medios mecánicos o químicos, la naturaleza esencialmente procreativa del acto conyugal”, explicó en particular.
Invocando la liminar encíclica Humanae Vitae de Pablo VI, que reafirmó la condena de la Iglesia de la anticoncepción, el cardenal contestó a las afirmaciones que sostienen que el acto conyugal mantiene su integridad o su carácter unitivo y amoroso mientras la naturaleza procreativa de los actos es “violada radicalmente” mediante el uso de anticonceptivos.
Explicó que “efectivamente, no es unitivo, pues uno o ambos de los cónyuges niega una parte esencial de la donación de sí, la cual es la esencia de la unión conyugal”. “La llamada ‘mentalidad anticonceptiva’ es esencialmente contraria a la vida. Muchas formas de lo que se denomina anticoncepción son efectivamente abortifacientes, es decir, destruyen una vida que ya ha sido concebida, que ya ha comenzado”.
También resaltó la importancia primordial de respetar la vida humana en las actividades que desarrolla la Iglesia, destacando el hecho que el papa Benedicto XVI hizo “especial referencia” a la encíclica Humane Vitae en su encíclica Caritas in Veritate, sobre el desarrollo humano.
“Humanae vitae señala los fuertes vínculos entre la ética de la vida y la ética social”, escribió el Papa.
“En general, la libertad individual y la libertad de la sociedad se basan en la educación fundamental en la verdad sobre la sexualidad humana y el ejercicio de esa verdad en una vida pura y casta”, dijo el cardenal Burke.
Dijo que cuando enfrentamos resistencias al esfuerzo de reafirmar la ley moral, “debemos recordar que nosotros, vivientes en Cristo, somos un signo de contradicción para la forma de pensar del mundo”.
Explicó que “nuestras vidas son un reproche a la violación de la ley moral, no con la finalidad de reprochar, sino de servir a la salvación de nuestro mundo”. “Debemos recorder que nuestro testimonio, al igual que el testimonio de los mártires, producirá la transformación de nuestra sociedad, en definitiva redundará en la salvaguardia y estímulo de toda vida humana”.
Versión original en ingles en http://www.lifesitenews.com/news/fighting-contraceptive-mentality-is-essential-for-the-culture-of-life-cardi
Traducción por José Arturo Quarracino
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