(AA) El informe presentado por Cáritas y el Observatorio de la Deuda Social Argentina advierte que el 34,9% de la población, unos 4,4 millones de personas del área metropolitana, vive bajo la línea de pobreza.
El índice duplica la medición del Indec, para la cual solo es pobre el 15,2% de los habitantes. El informe se denomina: "La situación social en la región metropolitana de Buenos Aires. Deudas sociales del Bicentenario 2010. Una etapa de esperanzas y oportunidades para superar la pobreza".
El informe de la Universidad Católica de Buenos Aires junto con Caritas “se originó en la necesidad de los Directores de las Caritas Diocesanas de la Región Buenos Aires de tener información detallada y real de los indicadores sociales más importantes de la población por ellas atendida.” Disponer de este conocimiento tiene como propósito fundamental ampliar el debate y lograr una mejor definición de los contenidos de la agenda de las políticas públicas.
El licenciado Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, indicó al presentar el informe que “No queremos entrar en una polémica sobre si hay más o menos pobres. Queremos asistirlos y promover que haya mejores condiciones de vida. Y que esta investigación sirva a las autoridades para que sustenten sus políticas y diseñen acuerdos de Estado, que permitan disminuir francamente la pobreza”.
Estos temas deben ser tratados como política de estado y no como un coto de caza, de quienes la ocultan para que no les echen la culpa y de quienes la resaltan para endilgársela al gobierno de turno. Una política de Estado apunta a solucionar a lo largo del tiempo y sin importar el gobierno los problemas reales de un país y hacerlo crecer.
Los resultados de esta encuesta deberían ser la referencia real de la agenda social del país. Pero la ideología nos hace ver una porción de la realidad y en forma distorsionada. Por más que neguemos esta situación diciendo que ha disminuido, que en el 2001 era peor, y los demás etcéteras, los pobres seguirán siendo pobres y pasaran hambre por más que se los niegue en una encuesta. La inflación golpeara los bolsillos de los más humildes por más que el Indec nos muestre otra cosa...
Es la realidad, y a ella se la enfrenta con los ojos bien abiertos o se la niega. Sabemos los argentinos lo que es vivir de la fantasía de las ideologías, pero no logramos erradicar la realidad de la miseria. Miseria que habla de un pueblo que no participa en las políticas sociales, que no fija agendas de trabajo, que no trabaja en planes estratégicos pero que si está acostumbrado a escuchar de derechas e izquierdas, de neoliberales y progresistas, de peronistas y antiperonistas...
La única verdad es la realidad, no la propaganda. La propaganda gana elecciones, domina el discurso, pero no quita el hambre, no pavimenta calles, no da empleos dignos, no genera viviendas. La propaganda distrae y en esa distracción se pierde la dignidad de miles de argentinos.
Esta encuesta revela la pobreza económica pero también revela la pobreza espiritual, el agobio, la desilusión y la desintegración de la patria como un destino común.
Las estadísticas
La muestra se realizo sobre unos 1722 hogares durante el cuarto trimestre del año 2010, en el Área Metropolitana de Buenos Aires que ocupa una superficie total de 2.590 kilómetros cuadrados y reúne 12,8 millones de habitantes, lo cual representa una concentración cercana al 32% de la población total del país; asimismo produce alrededor del 40% del PBI nacional.
El informe concluye como dato sobresaliente que “el 34,9% de la población, unos 4,4 millones de personas en el área metropolitana, vive bajo la línea de pobreza”. La cifra duplica a la divulgada por el estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que sitúa al 15,2 por ciento de la población de la capital argentina.
La diferencia se debe a que el organismo oficial define como pobre a aquellas familias que tienen ingresos mensuales inferiores 292 dólares, mientras que el informe de la Iglesia ubica esa cifra en 502 dólares.
Una villa del tamaño de Córdoba
El 10,8% de la población (1,2 millones de personas) reside en villas o asentamientos precarios. Esto significa que en el conurbano bonaerense hay una villa tan grande como la ciudad de Córdoba. Y la mitad de ellos no tienen cloacas y un cuarto de ellos vive rodeado de basurales.
Algunos datos registran una amplia brecha entre la ciudad de Buenos Aires y el conurbano: el 46,4% de la gente no tiene acceso a cloacas (59,3% en el Gran Buenos Aires y sólo el 2,7% en la Capital) y el 25,2% habita en lugares próximos a basurales (28,8% en la provincia y 13,1 en la ciudad autónoma).
Al menos uno de cada diez hogares de la región del Área Metropolitana de Buenos Aires habita en viviendas con tenencia irregular. Son los hogares con jefes de hogar sin secundario completo, con trabajos irregulares o eventuales y los que reciben asistencia del Estado, los que se ven afectados en mayor medida.
Además se registra que casi un 8% de los hogares y un 13% de la población que reside en el AMBA habitan en viviendas donde se registra la presencia de tres o más personas por cuarto, la presencia de calles de tierra (2% ciudad de Bs As y 28% conurbano), de calles inundables (18% y 33%), y la carencia de desagües pluviales (2% y 46%), de acceso a agua corriente (2% y 26%), de acceso a red de gas (9% y 32%) .
Inseguridad: una ciudad sitiada
De esta gran villa del tamaño de la ciudad cordobesa más de la mitad considera que vive sin protección policial, uno de cada tres personas mayores de 18 años (29,3%) fue víctima de un delito en el último año y el 68% tiene miedo a ser víctima de un hecho delictivo en su barrio, con similares proporciones en la Capital y en los municipios bonaerenses”. O sea que casi todos tienen miedo.
La salud
“El 16,13% de la gente vive en riesgo alimentario, una categoría que incluye a quienes padecieron situaciones de hambre en el último año. Uno de cada cuatro personas (24,7%) no tiene cobertura médica. Un 29% de los hogares del AMBA no cuentan con cobertura médica, un 20% no asiste al médico y un 19% hace recortes en medicamentos. Esta situación nuevamente es más desfavorable dentro del Conurbano donde un 35% de los hogares no cuenta con cobertura médica, un 24% no asiste al médico y un 23% debe realizar recortes en medicamentos. En la CABA estas cifras alcanzan al 14%, 10% y 9% respectivamente.
La educación
La aplicación de planes sociales aún no muestra impactos reales en algunos campos. Por ejemplo, el 9,3% de los adolescentes de 13 a 17 años no asiste a la escuela y el 25,6% no concurre o está atrasado en el trayecto escolar. En algunos casos, los números reflejan situaciones de extrema gravedad, que ponen en evidencia la ausencia del Estado. Por ejemplo, el 29% de los encuestados señaló que conocía ‘dónde se vende droga en el barrio’.
Satisfacción de necesidades de subsistencia
Según la encuesta el 35 % de los habitantes vive bajo la línea de la pobreza (15% si se toma el Indec). El panorama de marginalidad descrito se hace aún más marcado cuando se confirma que existe una considerable distancia en las tasas de pobreza entre los hogares con y sin niños, mientras que la capacidad de ahorro disminuye a la mitad en sentido inverso.
Esta situación pone de manifiesto la incapacidad de los hogares más vulnerables de contar con ingresos regulares y suficientes que les permitan organizar la vida cotidiana con cierto grado de previsibilidad, sin verse sometidos a los condicionantes sobre la subsistencia y el bienestar que genera la inseguridad económica.
Exclusión laboral, déficit escolar y trabajo infantil
En un 10 % de los hogares con niños al menos uno de esos niños trabaja o ejerce actividades laborales. En lo relativo al déficit de asistencia a la escuela por parte de hogares con niños de 13 a 17 años, en el AMBA es de un 30% del total, pero la diferencia entre Ciudad de Buenos Aires y Conurbano es significativa dado que en el Conurbano este déficit (32%) supera al de la ciudad Capital (23%).
Capital humano, integración social y seguridad
Las características socio demográficas de la población ponen en evidencia que las personas con menores ventajas sociales son quienes tienen problemas de salud en mayor medida: personas de estratos socioeconómicos bajos, habitantes de villas, asentamientos o barrios urbanos bajos, sin secundario completo o con inserciones laborales precarias, para el caso de los ocupados. Estas características dejan de manifiesto que la desigualdad social no es solo visible en indicadores económicos o laborales, ya que la misma se hace cuerpo en las personas, afectando sus posibilidades de desarrollo.
Un resultado de ello se observa en el hecho de que el miedo a ser víctima de un delito alcanza a todos los sectores por igual, poniendo de manifiesto que la inseguridad es un tema que atraviesa a toda la sociedad. Al 68% de la población de 18 años o más tanto del AMBA como del Conurbano y de la CABA. De igual manera el haber sido víctima de un delito alcanza a casi el 30% sin importar la jurisdicción.
Integración a través del trabajo y la seguridad social
En cuanto al trabajo precario (51% en el total del AMBA) es el Conurbano, nuevamente, la jurisdicción que se encuentra desfavorecida (54%) en comparación con la CABA (43%). Quizás, el principal escollo para ello sea todavía la imposibilidad de unir al conjunto de las voluntades políticas, económicas, sociales y culturales detrás de un horizonte estratégico de desarrollo que coloque a la superación de la pobreza, la igualdad de oportunidades y a la integración social como prioridades de la política de Estado.
Confianza en las instituciones y participación ciudadana: a los políticos nadie les cree
En el Conurbano Bonaerense es mayor la confianza en el Gobierno Nacional (35%) en comparación con la Ciudad de Buenos Aires (28%), la que a su vez presenta mayores niveles de confianza en el Congreso (16,9% en el Conurbano y 17,4% en la CABA) y en la Justicia (20% en el Conurbano y 26% en la CABA).
Por otro lado, son las ONG de asistencia o de promoción del desarrollo humano, entre ellas Caritas, las que presentan el mayor nivel de confianza por parte de la población. Esta última tiene un 60% de confianza en el total del AMBA, disminuyendo a un 50% en la ciudad Capital y alcanzando un 70% de confianza en el Conurbano
La confianza en los medios de comunicación por su parte, es algo más baja en la ciudad Capital (28%) y levemente superior en el Conurbano (35%).
Los niveles de confianza más bajos tienen como portadores a los partidos políticos (8% en el total del AMBA, 7% en el Conurbano y 10% en la CABA), sobre los cuales pesa un extendido descreimiento.
O sea que casi nadie cree en los políticos y esto es lo grave porque el que tiene que dar soluciones es al que menos confianza se tiene.
Miércoles, 23 de Noviembre de 2011 21:41
No hay comentarios:
Publicar un comentario