Cuando los gobernantes se dedican a exaltar el mal, a propagar el error, a saquear los bienes morales que constituyen la principal riqueza de un pueblo, es natural que acaben organizándose como bandas de ladrones, mientras el pueblo chapotea en la sentina de los vicios. Juan Manuel de Prada
sábado, 1 de junio de 2013
El Monumento a Colón enfrenta a la Nación, Ciudad y la colectividad italiana
El Gobierno nacional ordenó el traslado, pero intentan frenarlo en defensa del patrimonio de la ciudad. Galería de imágenes.
Por Darío Silva D'Andrea (*) | 31/05/2013 | 16:09
El Gobierno nacional dispuso el traslado, y abrió otro frente de batalla con la Ciudad.
El Monumento a Cristóbal Colón, ubicado en la plaza homónima frente a la fachada oriental de la Casa Rosada, es el centro de una fuerte polémica que involucra a la Presidencia, a la colectividad italiana en Argentina y a varias ONGs que promocionan la conservación del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires.
El Gobierno nacional decidió en marzo el traslado del monumento a la ciudad de Mar del Plata, para reemplazarlo por el de Juana Azurduy, guerrera de la Independencia nacida en Sucre (Bolivia), lo que indignó a la comunidad italiana en Argentina, que considera la mudanza "un atropello" a su historia. La estatua de Azurduy será financiada con un millón de dólares donados por el gobierno de Evo Morales.
Creada por el escultor italiano Arnaldo Zocchi, el monumento a Cristóbal Colón, que pesa 623 toneladas, fue construido con fondos que aportaron el gobierno italiano y la colectividad italiana residente en Argentina, con motivo del centenario de la Revolución de mayo de 1810, para agradecer la hospitalidad de los argentinos hacia los inmigrantes de ese país.
La piedra fundamental se colocó el 24 de marzo de 1910, en presencia del presidente Figueroa Alcorta, pero el monumento llegó desde Italia muchos años más tarde, en junio de 1921, cuando se inauguró la obra, con la presencia del presidente Hipólito Yrigoyen y numerosos italianos que hicieron aportes financieros para su construcción.
"Posee un significado especial para nosotros, ya que los italianos que llegaban aquí lo veían desde el puerto", explicó Valentina Vita, miembro del Comité de Italianos en el Exterior en Buenos Aires a la agencia Télam. “No entendemos que por decisión del Gobierno actual, sin consultarnos a nosotros, decidan trasladar un monumento que lleva en el mismo sitio desde 1910”, agregó.
Rechazo a la mudanza. La comunidad italiana teme que de llevarse a cabo el traslado, la imagen del navegante sufra importantes daños en su nueva ubicación. "El temor que tenemos es que se destruya, porque no se puede trasladar 400 km algo que está desde hace 100 años acá", señaló Darío Signorini, miembro del Comité Italiano en el Exterior (Comites), en declaración al diario La Nación.
Pero también se manifiesta por motivos más cercanos al sentimiento. “Colón no es la Thatcher, no es un invasor, es el descubridor de América”, se manifestó Tullio Zembo, exdiputado ítalo-argentino y director del diario L’Italiano. Reseñado por Clarín, Zembo afirmó sentir "como una ofensa" y "como agua helada" la noticia del traslado del monumento. "Primero cerraron la plaza y ahora hacen esto", se quejó.
"Somos una de las colectividades más grandes del país, pero no nos tienen en cuenta ni nos consultaron. Si quieren sacar el monumento por un motivo de seguridad o una razón entendible, está bien, pero en todo caso que lo muden a otra plaza porteña, porque fue un regalo a la Ciudad, no a Mar del Plata”, aseguró.
Por su parte, la "Solidarieta Italiana Emigrati nel Mondo" redactó un comunicado en el que presentaba su reclamo hacia la Presidencia, afirmando que el monumento "es un símbolo del agradecimiento de todos los emigrantes italianos a la patria Argentina que nos recibió abriéndonos los brazos brindándonos un nuevo futuro".
Pese a los reclamos, el Gobierno nacional afirma que está plenamente autorizado a su traslado. Una ley aprobada por la Legislatura porteña en 2008 lo autoriza a disponer, conservar y mantener el espacio ubicado atrás de la Casa Rosada. Según la Ley Nacional 24.588, que garantiza los intereses del Estado nacional en la Ciudad, la Nación "conserva todo el poder no atribuido por la Constitución Nacional al gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires, y es titular de todos aquellos bienes, derechos, poderes y atribuciones necesarios para el ejercicio de sus funciones". Sin embargo, según Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad, la Presidencia necesita la aprobación de la Legislatura porteña para trasladar la obra.
(*) Especial Perfil.com.
Perfil.com (1/6/13)
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