jueves, 19 de diciembre de 2013

Cuidado con lo que hacen. El miedo no es buen consejero… militarizar tampoco.

por  Rodolfo Patricio Florido


“No va a haber saqueos, la provincia está muy ordenada, el primero que salga a saquear le van a dar una paliza, hay escuadrones para darle una paliza al que salga a saquear”.


Las palabras pertenecen al empresario cárnico oficialista Alberto Samid y fueron expresadas anteayer por Radio América. ¿De que escuadrones habla? Obviamente no está hablando de las Fuerzas de Seguridad porque no es así como debe señalarse a la legítima acción de prevención y acción si hubiese saqueos. Esto es una auténtica locura. Sobretodo cuando cada vez hay más ciudadanos armados o comprando armas, estimulados por la creencia de que la autodefensa es una suerte de permiso para asesinar a cualquiera y que, armados, pueden competir contra delincuentes duchos en el uso de las armas.


Como lo sería también cualquier disposición de elementos militares. Las FFAA nada tienen que hacer Constitucionalmente, excepto que se fuercen situaciones inexistentes. Algo se ha publicado en las últimas 48 horas sobre la suspensión de las licencias, las vacaciones en el Ejército Argentino y, ahora, un estado de alistamiento. Otras informaciones que; por graves y por sentido común evitare mencionar, advierten de la existencia de algunas mentes peligrosas que imaginan que la continuidad de sus propios futuros, hoy en serias dudas, puede darse a través de un proceso de militarización de la calle, aprovechando el temor social por las vidas amenazadas y sus bienes, solo que con discurso de tono progresista y / o bolivariano, de tal manera de hacer más digerible la decisión y revestirla de supuesta respuesta institucional para satisfacer la demandas sociales de seguridad.



Cuidado. La ausencia de una oposición con criterios similares o uniformes sobre los riesgos que se pueden transitar, está tentando a mentes afiebradas que no logran imaginar una argentina sin ellos. La pseudo democracia militarizada bolivariana no es rechazada por algunos sectores del núcleo duro oficialista. Y, otros, temen advertir sobre estos riesgos o imaginan que nunca sucederá. Ojalá tengan razón. Pero… cuidado, no vaya a ser cosa que su racionalidad esté auspiciada por sus miedos y falta de coraje.



Hace un tiempo atrás se atravesó una situación similar y fue el sentido común de un radicalismo que ya había atravesado las experiencias de fallidas asonadas carapintadas y del General Julio Hang, que se opuso terminante y públicamente a que el Ejercito se desplegara frentes a los desordenes que terminaran con la Presidencia de Fernando de la Rúa, a pesar de que la legislación vigente y el Estado de Sitio daba el marco legal para una decisión ejecutiva en ese sentido.



Por aquel entonces, en un estudio publicado en la Web del CELS, bajo el título… “Las fuerzas armadas y su espacio en la vida democrática” Marcelo Saín, ahora diputado por Nuevo Encuentro y Valeria Barbuto, actualmente Directora de la ONG “Memoria Abierta”, decían y contaban, con un sentido común que, esperemos hoy no se haya perdido, lo siguiente: al referirse al marco legal que podía dar cabida a la intervención militar en los desordenes internos y que había que corregir, señalaban que en ese marco (hoy subsiste) se autorizaba… “la intervención por unidades de combate de las Fuerzas Armadas en acciones de carácter policial cuando, a consideración del Presidente de la Nación y previa declaración del estado de sitio, se produce algún hecho que supone excepcionalmente el rebasamiento del sistema de seguridad interior policial. No obstante, el empleo subsidiario de las Fuerzas Armadas en tales situaciones excepcionales debería ajustarse a que la conducción de las fuerzas intervinientes quede a cargo del presidente de la Nación; a la designación de un comandante operacional de las Fuerzas Armadas, al que deberían subordinarse todas las demás fuerzas de seguridad y policiales; a que se limite “exclusivamente en el ámbito territorial definido para dicho comando”.



Y sigue: “En enero del 2002, ya con Eduardo Duhalde electo como presidente de la Nación por la Asamblea Legislativa reunida el 1ro. de enero, se escucharon distintos rumores acerca de una eventual participación militar en un golpe de Estado de corte cívico-castrense.



Permanentemente, las Fuerzas Armadas desmintieron estas versiones. No obstante, hacia fines de febrero, tomó estado público una serie de reuniones que, tanto el general Brinzoni como el almirante Joaquín Stella, titulares del Ejército y de la Armada respectivamente, mantuvieron por esos días con importantes empresarios en las que abordaron los pormenores de la “situación política y social” argentina. Estos contactos no fueron objeto de ningún tipo de respuesta por parte del ministro de Defensa Horacio Jaunarena ni del Congreso de la Nación. Lo llamativo del caso es que quien respondió a tales hechos con claridad fue un jefe militar en actividad, es decir, el titular del III Cuerpo de Ejército, el General Julio Hang, quien no solamente negó la posibilidad de un golpe de Estado sino que también se opuso a la utilización política de las Fuerzas Armadas por parte de ciertos sectores empresariales o a su uso como instancia de represión social. Dijo el General Julio Hang por aquel entonces…: Las Fuerzas Armadas son una institución de la Constitución. Por su poder de fuego, por su poder militar, son el último recurso de la defensa nacional; no tienen ninguna capacidad de respuesta proporcional a un problema de índole social. Los rumores [de golpe] perturban el análisis de la situación y la conducción a los que están encargados del gobierno. Realmente, estamos en función solidaria y generosa; queremos que ese sea el rol de las Fuerzas Armadas en momentos de dificultad y no que nos usen como cucos ni como juguetes. [...] Usan a las Fuerzas Armadas como una amenaza, con una fuerte carga negativa y que no tiene nada que ver con la conducta que las



Fuerzas Armadas han tenido en los últimos años, con el apego de las instituciones a la ley que nosotros hemos demostrado [...]. Todos los que especulan con estos rumores, antes iban a golpear las puertas de los cuarteles, hoy podrían ir a golpear las puertas de los psiquiatras para buscar una ayuda a sus problemas mentales.”



Aquel trabajo de Saín y Barbuto deberían releerlo algunos trasnochados que creen que se puede despertar y dormir un león a voluntad sin los efectos secundarios de volver a percibir el poder que de él emana.



diciembre 19, 2013

Informador Público


No hay comentarios:

Publicar un comentario