martes, 28 de enero de 2014

El fracaso de esos mocosos insolentes (I)




Por Juan Salinas Bohil.  

Estos muchachos que están en el gobierno con cargos importantes se encuentran borrachos de poder, soberbia y dinero. Se sabe, que el buen tomador no se marea con la ingesta.
Por el contrario, aquellos débiles de carácter y recién llegados a la aventura de la libación son los que suelen trastabillar con sólo escuchar el destape de la botella.
Han tenido, es evidente, una muy mala, malísima educación.
Cuentan, además de varios sueldos estatales, con un muy apoyo presidencial que se ha patentizado cada vez con mayor fuerza a tal punto que en los últimos tiempos la inquilina de la Casa Rosada, ante la ausencia de los aplaudidores de fuste que desde 2003 inundaron los salones de Balcarce 50 y el Quincho de la Quinta de Olivos cada vez que uno de los integrantes del matrimonio dominante hablaba, optó por tener una platea de niños-adolescentes que braman como barrabravas una simpática antigualla que expresa “Cristina, Cristina, Cristina corazón, aquí están los pibes (ellos) para la Liberación”. A tal personaje, tal guardia pretoriana.
Estos notables impertinentes recién llegados a las mieles del poder cuartomundista han sido sorprendidos en más de una oportunidad. Uno de ellos, Juan Cabandié, ex presidente del bloque del Frente Para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires y actual diputado nacional, amenazó a una agente de tránsito que le había efectuado una infracción de tránsito anunciándose como legislador (concejal); diciéndole que era una “guapa” (pendenciera); que él era más “guapo” que ella; y llamando por su teléfono celular a alguien indeterminado para que le aplicaran un “correctivo” porque era una “desubicadita”. También trató pésimamente al gendarme que acompañaba a la servidora pública y tildó de h… de p… a los integrantes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Otro impertinente encaramado como presidente de Aerolíneas Argentinas es Mariano Recalde quien en un acto de la “militancia” expresó sin muchos pelos en la lengua: 
“Me tocó estar enfrente de otro provocador asqueroso como es el diputado De Marchi de Mendoza, una persona realmente desagradable” y “La verdad es que rendir cuentas ante esa manga de zánganos (por los congresistas nacionales) no es satisfactorio”.
Sin embargo, el mayor ícono de la soberbia juvenil gubernamental es el actual ministro de Economía Axel Kicillof.
Las sorprendentes teorías que esboza acerca de la realidad económica son reforzadas con advertencias y amenazas representadas por su gestual corporal, uno de los comportamientos comunicativos humanos que han sido lo suficientemente estudiados.
Si por ejemplo, Fernando de la Rúa con su cartel publicitario que lo mostraba en la campaña electoral presidencial cruzado de brazos podría significar impotencia ante los hechos que vendrían, y los constantes parpadeos del juez Eugenio Zaffaroni significarían el deseo de mantener ocultas ciertos consideraciones a las que sólo él puede acceder (Albert.E. Scheflen, Paul Ekman), el amenazador dedo índice de su mano derecha que Kicillof ventea mientras mantiene la palma cerrada enfrentando al auditorio es uno de los gestos que más pueden irritar al interlocutor. De hecho lo hace.



Kicillof es un joven estalinista camarada ministro de Economía, reemplazante en el poder de un viejo fascista compañero secretario de Comercio. Hace mucho que es sabido que entre las dos ideologías que aún perduran con fuerza inusitada en Argentina existe una sincronización casi perfecta para los aprietes que llevan a cabo contra sus opositores, sólo separadas por una tenue línea de color: los marxistas son rojos y los fascistas, negros. En todo lo demás son compatibles ciento por ciento.

El chico este que se ha ocupado como nunca del precio del tomate a instancias de un supermercadista que dice que dijo “que podría haber problemas en el precio del tomate por condiciones climáticas”, estuvo dispuesto a permitir la importación del producto para cuidar los precios acordados a los que ahora llama “cuidados”, como si la mona fuese capaz de cambiarse tan fácilmente el vestido. Fue evidente que no existe nada más importante para el mundo económico argentino que la preocupación presidencial y la de su principal ministro por el precio del tomate a instancias de un señor que da la impresión de poseer más información que los servicios de inteligencia.
Si el máximos administrador (y teorizador) de la ciencia económica argenta de un país compuesto por 40 millones de almas nativas y algunos más de indocumentados gasta sus energías en semejantes simplezas, las que además son publicitadas y desmenuzadas por el periodismo como si fuesen verdades reveladas, una de dos, o Argentina no tiene acuciantes problemas estructurales por resolver o esos 40 millones de cerebros se encuentran lo suficientemente deteriorados como para comprender la gravedad de la situación. La del precio del tomate, queremos creer.
En este hazmerreír de la economía oficial que por desgracia azota a todos se firmó un nuevo acuerdo de precios al que se denominó “Precios cuidados” que, según reza la publicidad estatal es un “Compromiso asumido por el Gobierno Nacional, los supermercados, los distribuidores y sus principales proveedores para una administración de precios flexibles durante todo 2014. Los precios de referencia de los productos de la canasta se basan en el análisis de las cadenas de valor, con el objetivo de asegurar condiciones de competitividad en la economía, cuidar el bolsillo de los argentinos, y que cada consumidor ejerza su derecho de elegir informado”. Diríamos como se afirma en política que “si lo tenés que explicar, perdiste”. Y para el común de los mortales el texto resulta indescifrable.
Pero para ver que todas las áreas del kirchnerismo se encuentran íntimamente ligadas en su quimérico análisis de la realidad, veamos ahora los primeros renglones de un artículo escrito por el “intelectual” estrella del gobierno Ricardo Forster en el ultra oficialista Pagina 12 a propósito del ascenso del general Milani: “Es ésta una discusión –la que ha surgido a partir del nombramiento de César Milani como jefe del Ejército– que toca la médula de la política, que pone en evidencia las tensiones continuas entre la trama de valores y las demandas implacables e impiadosas de una realidad carente de sutilezas a la hora de exigir pronunciamientos y, sobre todo, acciones afirmativas que, en algunos casos, chocan de frente con la estructura ética de un pensamiento crítico que se mueve entre los territorios del compromiso político, la dura lucha por el poder y el debate de ideas liberado del día a día de las exigencias que emanan de una actualidad compleja, complicada y difícil para un proyecto gubernamental de por sí atravesado por sus propias demandas y debilidades. En el reino de las ideas no existen límites argumentativos ni se rechazan las tensiones, contradicciones y/o ambigüedades que no suelen encontrar un lugar legítimo en el espacio de la política, un espacio que exige aserción y contundencia. Lo difícil es entremezclar fortaleza y fragilidad”.
Lo confesamos. No sabemos qué quiso decir. Y mucho tememos que nunca lo sabremos. Así explican la realidad estos muchachos. La realidad de ellos.
Pero volvamos al acuerdo de precios. Lo cierto es que el “compromiso” entre todos los sectores que según la Presidente “han ganado mucho en los últimos diez años”, comenzó a regir este 6 de enero como regalo de Reyes aunque en realidad debió ponerse en práctica unos días antes, el 28 de diciembre pasado, día de los Santos Inocentes debido a que durante las semanas anteriores, en medio de interminables cortes de luz que castigaban a los habitantes de las ciudades más pobladas del pais, se publicitó la medida sin que se conocieran los precios de los productos que finalmente salieron a la venta con importantes aumentos. La instrumentación de la medida fue equivalente a que un gobierno le avisara a otro con dos semanas de anticipación que se preparara porque lo iba a invadir. O el invasor es muy torpe o ambos bandos estaban de acuerdo.
(Continuará)


Correo de Buenos Aires.com.ar (26/01/14)

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