lunes, 17 de marzo de 2014

7 temas de la semana: Cristina y Francisco, vuelve Clarín, cambios al Código y la droga en el colegio.

Será una semana agitada porque en vez de calmar las aguas, el kirchnerismo ultra pareciera hasta fuera de control para Cristina, y pretenden encubrir el ajuste que ha comenzado, en vez de colaborar para que resulte más breve y menos costoso en términos sociales.
Por lo tanto, hay gente fabricando cortinas de humo, o bien buscando cómo organizar una agenda paralela. Sin embargo, lo hacen en medio de un enorme deterioro K, con hechos de corrupción que aparecen casi a diario y el desgaste que le provocan desde Norberto Oyarbide al Código Penal y el auge del narcotráfico. El malestar social se potencia con la inflación que no cede y devora el bolsillo de los argentinos. Pero vayamos a algunos de los temas en danza, en los diarios del fin de semana:
1. Cristina en el Vaticano y París
 Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca:
 "(...) Es una audiencia, trabajosamente conseguida por la Casa Rosada (que incluyó una audiencia, más que eso, casi un ruego, del secretario de Culto, Guillermo Olivieri, con el cardenal Mario Poli, sucesor de Bergoglio en la Argentina), que bien podría definirse como una causa en defensa propia.
No es menor el dato ni está desagregado de la realidad que rodea el viaje al Vaticano, escala previa a su llegada a Paris, donde también irá con algún que otro importante encargo en la mano.
En este caso, el pedido al presidente Françoise Hollande para que interceda ante sus pares del Club de Paris, que el viernes envió el esperado y ansiado mensaje por parte de la Casa Rosada: están dispuestos a iniciar negociaciones por la deuda de diez mil millones de dólares que el país mantiene con ese club de gobernantes poderosos.
(...) La jefa del Estado no debería olvidar la advertencia que le dejó semanas atrás un consultor amigo: “la sociedad todavía no ha mostrado cuan enojada puede llegar a estar”.
¿Le pedirá Cristina a Francisco que interceda ante sus opositores y enemigos internos para que le permitan llegar sin graves sobresaltos al 10 de diciembre de 2015? En todo caso, ella seguramente va a refrescarle al notable jesuita su apelación no diaria pero casi semanal a todos los que lo llaman, o él llama, para pedirles que “cuiden a la presidenta”.
No es arriesgado sostener que tal vez a la mandataria el salvavidas de Bergoglio es lo único que le quede si quiere cumplir ese objetivo.
El descontento social ha trocado aquel fulgurante 54% de los votos de octubre de 2011 en el nivel más alto de impopularidad que su gestión registre desde 2007 a la fecha, con picos de rechazo cercanos al 60% según las principales encuestadoras. (...)"
2. Buenos Aires cruje
José Picón en El Día, de La Plata:
"(...) “Están buscando desgastarlo a Scioli”, menan en la Gobernación al referirse a la dureza del reclamo y las aspiraciones presidenciales del mandatario. Y cargan las tintas sobre el Frente Renovador de Sergio Massa. ¿Dónde encajaría Baradel en esa pelea?. “Su adjunto en la CTA de la Provincia fue candidato de Massa”, recuerdan desde el sciolismo. Quizás a sabiendas de que se venía ese embate, el massismo se había salido a curar en salud: “Tanto Scioli como Baradel son K”, dijeron estos días sus legisladores provinciales.
Scioli, pese a todo, se anotó una buena: el acuerdo salarial con los gremios estatales que despeja de grandes conflictos a la administración central. La jugada dejó a varios sectores disconformes, pero el plan urdido se terminó cumpliendo: el aumento salarial benefició a los sectores que menos cobran, justamente, representados por los gremios que dieron el OK y que tienen la mayoría de los afiliados como para cerrar la paritaria. 
Pero esa victoria parcial en la discusión por los sueldos dejó al descubierto que el aumento otorgado se parece bastante a un paliativo para la emergencia. No sólo porque apuntó a que quienes menos ganan se llevaran los porcentajes más altos (de hasta el 42%) como reconocimiento a los que no llegan a la canasta básica, sino por su propia modalidad.
Desde su asunción Scioli se había trazado como norte “sanear” los sueldos de los estatales con el blanqueo de sumas en negro y mejoras sobre los básicos que replicaran sobre las bonificaciones atadas a ese concepto. Esta vez no se inyectará un solo peso al básico y el aumento se pagará a través de dos sumas fijas. “En vez de darnos un churrasco con ensalada nos entregan un paquete de papas fritas y otro de chizitos para que nos llenemos la panza”, dicen que bramó en paritarias uno de los sindicalistas cuyos representados tendrán menos de un 20% de aumento”. (...)"
3. Grupo Clarín, tema de la semana
Jorge Fontevecchia en el bisemanario Perfil:
"(...) El tema no son los medios sino el humor de la gente que toma o no toma lo que dicen los medios. Los medios influyen en el humor de la gente, pero en el siglo XXI ningún medio, por más poderoso que sea, puede solo construir el humor social. El kirchnerismo se quedó en los '70, tiene una mirada arcaica de los medios, típica de lo que Umberto Eco llamaba “paleotelevisión”, cuando habiendo apenas dos o tres canales y un puñado de radios AM, la televisión aglutinaba a la sociedad, cumplía un papel unificador de la identidad, era la voz de la comunidad y el interpretante central del Estado-nación tanto en lo político como en lo cultural.
Esa visión setentista de los medios no tiene en cuenta la evolución sociocultural de la audiencia, producida por la continua aparición de nuevos vehículos (radios FM, canales de cable, internet con todas sus variantes y ahora redes sociales) que desarrollaron en los individuos más competencias interpretativas generadas por esas experiencias hipertextuales.
Claro que existen “operaciones de tematización” mediáticas, que consisten en destacar y colocar siempre en primer término lo negativo, abordando el mismo asunto repetidamente, focalizando o mitigando un tema, provocando así diferentes efectos de sentido. Pero esa misma repetición grosera de operaciones de tematización hace creciente la visibilidad de esas estrategias enunciativas y que la audiencia descubra el juego, diciéndose: “Sabemos que no quiere informarnos sino persuadirnos”.
Todas las técnicas del espectáculo están destinadas a repercutir sobre la construcción de sentido y abren la posibilidad de intervenir sobre las creencias. Ya no existe un ciudadano promedio modelado por los medios como era en los 70, vivimos en una configuración compleja de colectivos culturales que en términos de mercado se denominan “microsegmentaciones”. Los medios y la sociedad actual desafían el sentido de comunidad de la televisión abierta y la radio AM de los 70.
La semana que comienza se conocerá cómo se dividirán los accionistas del Grupo Clarín las seis empresas que precisan conformar para adaptarse a la Ley de Medios. Todo indica que Héctor Magnetto se quedará en la empresa productora de contenidos (diario Clarín, El Trece, TN, radio Mitre, entre otras) y no quedaría directamente a su nombre la mayor empresa de conectividad (Cablevisión, Fibertel), que es la que produce el dinero. Lo que algunos políticos interpretan como una apuesta del CEO de Clarín por lo que ellos llaman “fierros”, terminología derivada de la jerga militar que se podría traducir como herramientas que construyen poder.
Compartan o no la misma generación de Néstor y Cristina Kirchner, quienes piensen así probablemente tengan una perspectiva política de los medios que en algún momento no muy lejano comience a ser pasado. Y no puedan visualizar un mundo donde el sistema de representaciones que estructuran el imaginario se construya en una relación distinta entre emisores y receptores. Que, por el contrario, sigan imaginando relaciones sociales cristalizadas de ofertas-expectativas como correlato de estructuras técnico-culturales inmutables: “Si ya no son tres tapas de Clarín lo que no puede soportar ningún Gobierno, ahora será un año de TN y en el fondo es lo mismo”, dirán. (...)".
4. Si no ceden a Oyarbide, ¿por qué no Leyba?
Joaquín Morales Solá en el diario La Nación:
"(...) Liuzzi (N. de la R.: N°2 de Carlos Zannini en la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación) argumentó que un amigo, Guillermo Greppi, el dueño de la cueva financiera, lo llamó para denunciar que los policías que allanaban sus oficinas le pedían una coima de 300.000 dólares, que luego regatearon en 2.500.000 pesos. Liuzzi llamó a Oyarbide, le contó lo que escuchó y el juez puso de inmediato punto final al allanamiento.
Ni Liuzzi cumplió con su deber de funcionario público (no denunció penalmente un delito que conocía) ni Oyarbide se preocupó demasiado por la causa original ni por la denuncia de coimas que recibió. Todo quedó en un amable intercambio de favores entre importantes funcionarios del Gobierno y un juez federal.
(...) Liuzzi no existiría sin Zannini. Es la mano derecha del influyente secretario, el único funcionario de su más estricta confianza. Liuzzi llegó a frenar en sus oficinas expedientes que promovía el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuando éste era el principal colaborador de Néstor Kirchner. Nadie hacía eso en el universo kirchnerista si no sabía que contaba con una mano protectora. Liuzzi la tenía. Era la de Zannini.
(...) La primera pregunta que resalta consiste en saber si realmente existió el pedido de coimas. Los funcionarios judiciales conceden, casi unánimemente, que los policías pidieron sobornos. La segunda pregunta es si esa coima era sólo para los policías o si también incluía al juzgado de Oyarbide. El diputado Oscar Aguad denunció que en ese juzgado "existe una asociación ilícita". Jueces y fiscales federales no llegan a tanto en sus sospechas, pero aceptan que en las oficinas de Oyarbide hay manejos oscuros e inexplicables de sensibles causas judiciales.
Creen que el secretario letrado del juez, Carlos Leyva, es el operador de mayor confianza personal de Oyarbide para esa clase de manipulaciones. Son demasiado conocidos, además, los viejos lazos que vinculan a Oyarbide con la Policía Federal. La coima era, además, demasiado grande para policías que no tenían poder final sobre el expediente. Ese poder lo tenía Oyarbide. Cualquier sospecha le cabe al juez, acostumbrado a una ostentación casi obscena de riqueza que no puede explicar ni justificar. "Oyarbide gasta en diez días el sueldo de 30 jueces federales", aseguró otro juez.
Otra pregunta pendiente refiere a si Cristina Kirchner se enteró del potencial escándalo provocado entre Oyarbide y Liuzzi sólo cuando se publicó en los diarios. Los hechos sucedieron en diciembre pasado, pero no tomaron estado público hasta hace pocos días, cuando la Cámara Federal envió las anomalías comprobadas al Consejo de la Magistratura. Sin duda, Zannini estuvo enterado desde el primer momento de lo que había sucedido, incluida la reveladora confesión de Oyarbide sobre Liuzzi, escrita con su puño y letra. A Zannini se le podrían escapar potenciales conflictos económicos, pero no los riesgos que esconden los expedientes judiciales. Ésa es su especialidad intelectual. Para eso fue llevado al cargo que tiene. (...)"
5.  Desconcierto de los jacobinos K
Hugo E. Grimaldi para la agencia Diarios y Noticias:
"(...) Perdidos hace rato los fundamentos económicos que sustentaron la recuperación en tiempos de Néstor Kirchner y fulminados por la inflación los sostenes sociales que se derivaron hacia las clases más postergadas, proceso que fabrica más pobres todos los días, tras las medidas económicas de enero que sustentaron el viraje final hacia la ortodoxia, el último gran sapo que se han tragado los más acérrimos defensores del modelo es el abandono de la pomposa “matriz productiva”, a la que se ha reemplazado por la tan odiada “matriz financiera”. Es que, con su accionar, el Gobierno acaba de entregar su brújula más emblemática y le vuelve a dar aire a la patria financiera que, ahora, bajo la nueva receta que le impuso su propia impericia en el manejo de variables, recrea un clásico: la carrera dólar-tasas.
¿Qué rendirá más, un depósito en pesos que gana 25% anual o quedarse en dólares? es la nueva-vieja pregunta que se hacen quienes tienen divisas en el colchón, mientras que, sin pensar en ninguna inversión productiva, hacen cuentas de precios de salida, tasas de equilibrio o compra de coberturas.
Para los sectores más ultras dentro del kirchnerismo, sobre todo los que están más hacia la izquierda, lo más terrible de bancar es que no fue ni José Alfredo Martínez de Hoz, ni Domingo Cavallo, por citar dos íconos del arbitraje, el responsable de tamaña blasfemia, sino el neokeynesiano y marxista Axel Kicillof, con el aval presidencial, desde ya.
Esta realidad de timba inversora obliga al Gobierno a un fino equilibrio. Del otro lado, está el costado crediticio para las empresas que, con un control de precios que también inhibe la producción, buscaría ser contrarrestado con una política de ingresos que compense a los empresarios, aunque la mayor parte de ellos hayan ya levantado el pie del acelerador para este año. Y como de productividad no se habla, el correlato bien podría ser pérdida de puestos de trabajo y expectativas negativas para el consumo, otra base emblemática del modelo. (...)"
6. Cristina piensa en concesiones con el Código Penal (?)
Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:
"(...) La única respuesta tangible de la Presidenta frente al desafío narco fue cubrir la vacante existente desde marzo del 2013 en la Secretaría de Lucha contra la Drogadicción y el Narcotráfico. Encumbró al cura Juan Carlos Molina, comprometido en el combate de las adicciones. El gesto hacia la Iglesia fue sólo aparente: Molina es un hombre de reconocida militancia K, cercano a la ministra Alicia Kirchner. Por ese motivo el jefe de la Pastoral Social, Jorge Lozano, y el Obispado de Río Gallegos aclararon enseguida que su asunción en el cargo era a título personal.
El desmarque tendría otras razones y otra historia. Molina fue un religioso influyente también en Santa Cruz. Se lo sindica en el universo eclesial como permeable para evitar atropellos K que, en su época, habrían desagradado al entonces cardenal Bergoglio. El principal, quizá: la renuncia forzada en el 2012 del obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín. También el traslado de Caleta Olivia a Puerto Deseado del salesiano Enrique Lapadula. Y los embates sin suerte contra el párroco de Las Heras, Luis Bicego. Lapadula y Bicego adhirieron a muchas de las protestas sociales que sacudieron Santa Cruz. Ambos denunciaron, además, que Caleta Olivia y Las Heras serían puertas de ingreso para la droga en la provincia. Pero la sabiduría del Papa soslaya los rencores: Molina terminó siendo recibido en el Vaticano.
A su retorno de Roma y de París la Presidenta quizás adopte alguna decisión más consistente vinculada a la inseguridad y el narcotráfico. No retrocederá, pese a las señas en contrario, con el anteproyecto del Código Penal. Pero podría permitir algunas modificaciones que la ayuden a desactivar la bomba política que, con astucia, articuló Sergio Massa.
Scioli no piensa, en ese aspecto, distinto al líder del Frente Renovador. Sólo que está imposibilitado de desarrollar tal pensamiento. Pero subrayó, al menos, que su administración jamás bajó ninguna pena en Buenos Aires.
Scioli lidia, amén de la inseguridad y el narcotráfico, con el prolongado conflicto docente.
Cerró la paritaria con los gremios estatales para aislar a los maestros. Y amaga con modificar una legislación para tipificar a la educación como un servicio esencial.
Es decir, impedido o limitado de posibles huelgas.
La jugada desagrada al gremialismo y podría echar combustible al fuego del pleito. (...)."
7. La droga está en los colegios: que los padres lo tengan en cuenta
Mariana Otero en el diario La Voz del Interior, de Córdoba:
"El incremento exponencial de sustancias adictivas por parte de jóvenes de 15 a 19 años, según un estudio del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba.
Ese relevamiento muestra que el 29 por ciento de los adolescentes escolarizados puede conseguir droga, especialmente cocaína y marihuana, en los colegios o en sus inmediaciones.
De todas maneras, es mayor la cantidad de consumidores de droga entre los no escolarizados.
Además, los chicos entrevistados por los autores de la investigación señalan, incluso, que es más fácil conseguir sustancias adictivas en las escuelas y sus inmediaciones que en los boliches. (...)".


16/03/2014| 11:51 




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