domingo, 11 de octubre de 2015

Lepanto, “La más alta ocasión que vieron los siglos”.


Es la batalla que salvó a Europa y en ella España jugó una papel fundamental. El 7 de octubre de 1571 la Santa Alianza vencía a la flota turca en el golfo de Lepanto. Cervantes, que participó en la batalla, la calificó como “la más alta ocasión que vieron los siglos”.

El Imperio Otomano era la gran amenaza de la cristiandad europea. Controlaba los Balcanes, asediaba Viena, dominaba el Mediterráneo Oriental y su expansionismo era una amenaza para los reinos europeos. Ante esta amenaza Pío V, Felipe II y la República de Venecia constituyeron la Santa Alianza. No está Francia, si quieren saber por qué y de sus traiciones lean a Jean Dumont “Lepanto, la historia oculta” (Ed. Encuentro).
Las flotas se encontraron en el golfo de Lepanto. La flota cristiana constaba de 230 barcos, 50.000 marineros y 30.000 soldados. Los turcos eran más de 300 naves y 40.000 soldados. Don Juan de Austria comandaba la flota cristiana.
Don Juan dio la señal de batalla enarbolando la bandera enviada por el Papa con la imagen de Cristo crucificado y de la Virgen y se santiguó. Los generales cristianos animaron a sus soldados y dieron la señal para rezar. Los soldados cayeron de rodillas ante el crucifijo y continuaron en esa postura de oración ferviente hasta que las flotas se aproximaron. Los turcos se lanzaron sobre los cristianos con gran rapidez, pues el viento les era muy favorable, especialmente siendo superiores en número y en el ancho de su línea. Pero el viento que era muy fuerte, se calmó justo al comenzar la batalla. Pronto el viento comenzó en la otra dirección, ahora favorable a los cristianos. El humo y el fuego de la artillería se iba sobre el enemigo, casi cegándolos y al fin agotándolo
Durante la batalla las dos naves almirantes se alinearon y Don Juan ordenó el asalto y, espada en mano, inició el abordaje. El asalto terminó con la cabeza de Alí Bajá clavada en una pica y la bandera aliada ondeando en el mástil de la sultana. Sin su nave almirante los turcos fueron cediendo en la batalla hasta su derrota.
Lepanto, es una más, aunque quizás de las más grandes, de las muchas ocasiones que España intervino en favor de la Cristiandad y de Europa. Allí se venció de forma definitiva al turco y se consolidó la Cristiandad en Europa.
San Pío V promotor de la Santa Alianza y consciente de que los hombres solos no pueden nada pidió a la Cristiandad que ayunara y rezará el Rosario ante tan importe batalla. En gratitud perpetua a Dios por la victoria, el Papa San Pio V instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias, después conocida como la fiesta del Rosario, para el primer domingo de Octubre. A la letanía de Nuestra Señora añadió “Auxilio de los cristianos”. En 1573, el Papa Gregorio XIII le cambió el nombre a la fiesta, por el de Nuestra Señora del Rosario. El Papa Clemente XI extendió la fiesta del Santo Rosario a toda la Iglesia de Occidente, en 1716 (El mismo Papa canonizó al Papa Pío V en 1712). El Papa Benedicto XIII la introdujo en el Breviario Romano y San Pío X la fijó en el 7 de Octubre y afirmó: “Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo”.
Lo que mañana pasen por Barcelona a celebrar el 12 de octubre pueden pasar por la catedral y visitar el Cristo de Lepanto.


Blog: Mi querida España (11 Octubre de 2015)

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