por Carlos E. Viana
“Todo grupo necesita de valores que lo cohesionen, hasta los de delincuentes”, Aristóteles.
La derrota virtual de octubre ha producido una desbandada de dirigentes cristinistas. Las rebeliones de Randazzo, Urtubey, de otros gobernadores del régimen y algunos barones del Gran Buenos Aires, han generado una lucha interna del FpV en plena campaña electoral. Ante esto, la Presidenta ha reaccionado sin flexibilidad y apostando por su desgastada personalidad política. Scioli, prisionero, ha renunciado a su posibilidad de demostrar ante el electorado independencia ante la semi dictadora. Más dirigentes peronistas de lo que se ha hecho público tratan de relacionarse con Macri. Parafraseándolo a Scioli: “con el poder no se jode”.
Descartamos que este enfrentamiento anárquico sea una estrategia electoral, porque a los votantes les molestan mucho las diferencias internas. Especialmente en medio de la inseguridad, la inflación, la corrupción, el narcotráfico, la traición a la Patria y un mega asesinato político. En consecuencia, el costo electoral está siendo fatal para el FpV. Se les ha caído la victoria ante la sombra de la derrota.
La presidenta ha perdido autoridad dentro del FpV y ha sonado el “sálvese quien pueda”. Es un proceso político lógico, de pérdida de consenso, pero más grave de pérdida de legitimidad, ante las reiteradas violaciones de la Constitución.
Están saliendo a la luz las consecuencias del “zaffaronazo”, que ha traído la anarquía delictiva; la corrupción, que ha provocado muertes, y que un modelito argumentado sobre la base de que se puede gastar más de lo que se produce, no es de derecha o izquierda, es ilógico.
Rebelión en la granja
Pero por sobre el “zaffaronazo”, la ilógica económica, los inconstitucionales poderes extraordinarios, los presos políticos y el espionaje masivo, se ha proyectado la sombra fatídica de la derrota y el cambio del poder. Dijo Aristóteles que hasta una banda de delincuentes necesita de algunos valores en común para sostenerse como grupo. El principal valor, el del reparto de favores y riquezas, está cuestionado y lamentablemente esto es mucho más grave para el grupo gobernante que los desaguisados inmorales que hemos apuntado. La oligarquía gobernante se ha quebrado y muchos de sus miembros buscan poder y dádivas futuras del poder emergente.
La presidente no ha ayudado con sus ataques a Scioli para parar la desbandada de sus tropas. Ella, que debería haber dado el ejemplo de coherencia, no ha podido con su anarquía psicológica y ha embestido contra su propio candidato. Esto ha despertado los temores de los gobernadores feudales del régimen. Esta incoherencia política puede costarles y les costará a algunos de ellos muy caro.
El verticalismo y el efecto Nisman
En estos últimos doce años, el verticalismo político se ha mezclado con la anarquía social. El gobierno ha recurrido al miedo para mantener el orden en sus propias filas. El asesinato de Nisman sembró terror en la filas del congreso. Los legisladores se sienten vulnerables a los suicidios y saben que ni Fein, ni Gils Carbó, ni la mayoría de los jueces los protegerán, de ahí que voten disciplinadamente las órdenes arbitrarias de la presidente.
Sin embargo, no pasa lo mismo con los gobernadores del régimen. Ellos, rodeados de sus propias policías y volando en sus Lear Jets, se sienten seguros del riesgo de ser suicidados.
Como señores feudales, ven que los ATN y subsidios por decreto finalizarán en menos de dos meses y que lo más probable es que Macri deba decidir sobre estos. He aquí otra vez la sabiduría scioliana: “con la plata no se jode”.
ISIS y La Cámpora
Ante el riesgo inminente de perder el poder político, la presidenta recurre al miedo. Miedo en la campaña, pero también amenazas de disturbios contra el próximo presidente, si éste fuera Macri. Cuenta para ello con La Cámpora, Milagro Sala y otros grupillos violentos. Pero Milagro Sala no tendrá, después del 10 de diciembre, la financiación del Estado y las estructuras burocráticas de inteligencia obedecerán al nuevo Presidente.
La presidente cuenta con La Cámpora, pero este grupo no es ISIS. En ISIS sus miembros tienen una mística religiosa para arriesgarse y asesinar; La Cámpora tiene la mística de lo ñoquis y ya muchos estarán buscando contactos con el grupo político que se viene.
Los abusos desgatan más de la cuenta
Con el escenario político sobreiluminado, todos los liderazgos se desgastan, no soportan la verdad que los medios transmiten al pueblo sobre ellos. Esto ocurre en todo el mundo, pero en la Argentina se ha agravado, porque ha renunciado al ministerio de economía el Dr. Soja. La traición de la soja, con la caída de sus precios internacionales, ha sido peor para el régimen que la inmoralidad de sus actos. Triste conclusión para quienes amamos a Argentina, ¡qué dura es la verdad!
Esta renuncia del Dr. Soja trae para el régimen una consecuencia nefasta: hay menos para repartir entre los miembros de la oligarquía gobernante. A esto se ha agregado el terror a la pérdida del poder político y la extinción de todo reparto. Ante la grave situación, soldado que huye sirve para él mismo y para otro gobierno; no vaya a ser que tengan que trabajar. Para ellos el trabajo ni es digno ni es un derecho, es una explotación servil que el pueblo trabajador les quiere imponer. Ésa es su mirada revolucionaria de la justicia social.
De la independencia económica ni hablar. Después que el FpV eligió a un juez de Nueva York para que defina sobre la deuda argentina y la soberanía política se decide en Teherán.
Con este cuadro de derrota política, la deserción en el oficialismo se agrava a medida que pasa el tiempo y por fin se está terminando el tiempo para el gobierno del mal.
Informador Público • 08/11/2015 •
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