El terrorista de Manchester era inglés, de padres libios: Estado Islámico reivindica el crimen.
Salman Abedi, de 22 años, había vuelto hace poco de Libia, antes de causar el atentado.
Según han difundido las autoridades británicas, el terrorista suicida que hizo explotar una bomba en el Manchester Arena cuando estaba lleno de adolescentes y familias que acudían a un concierto de Ariana Grande es Salman Abedi, de 22 años, nacido en Manchester, de padres libios de firme fe musulmana.
Su acción terrorista causó la muerte a 22 personas e hirió a otras 59. Entre las víctimas mortales está una niña de ocho años, Saffie Rose Roussos, y una muchacha de 18, Georgina Callander. Entre los heridos hay al menos 12 chicos menores de 16 años de edad.
Este martes por la noche miles de personas se dieron cita frente al Ayuntamiento de Manchester para participar de una vigilia de oración y de silencio en honor de las víctimas
Según recogen las agencias, Salman Abedi fue estudiante de Economía en la Universidad de Salford, antes de abandonar sus estudios. Nacido en una familia musulmana devota de origen libio, él solía asistir a una mezquita, que no es la central, la Didsbury Mosque, donde su padre era muy conocido porque a veces cantaba en la invitación a la oración. También su hermano Ismael era conocido por su trabajo de voluntariado.
Se radicalizó en los últimos meses
Los testimonios de quienes frecuentan la mezquita hablan de él como de un chico muy mesurado y jovial, pero otros dice que en el último tiempo se había ensombrecido. Según el Financial Times, Salman resultaba conocido para la Seguridad pública, y en los últimos meses había tomado el rumbo del radicalismo islámico. Abedi había llegado de Libia pocos días atrás.
Según la policía, el joven utilizó una bomba artesanal mezclada con fragmentos de metal para incrementar los daños provocados, masacrando personas al finalizar el concierto y poniendo fin a su propia vida. Según las cámaras de seguridad del lugar, Abedi había colocado el artefacto en un maletín que él apoyó en el suelo, antes de la deflagración.
Para el analista de seguridad Kit Nicholl, “varias indicaciones sugieren que el ataque fue meticulosamente planificado y que probablemente ha implicado a más de una persona”.
La policía ha arrestado además a otro joven de 23 años en Chorlton, cerca de Manchester, que estaría presuntamente conectado con el ataque.
Estado Islámico lo reivindica
Estado Islámico ha reivindicado el atentado mediante un comunicado hecho público en su plataforma de propaganda Amaq, como ha sido la vía habitual en los ataques previos registrados en Bruselas, Berlín o El Cairo. El texto subraya que no era un atentado suicida, como sostiene la policía británica. Los yihadistas aseguran que el ataque ha dejado "un centenar de cristianos heridos y muertos" (aunque Ariana Grande hace música mundana y comercial, no cristiana, y en el estadio había gente joven de todo tipo). Llaman al terrorista "un soldado del califato".
"Los artefactos explosivos fueron detonados en el desvergonzado concierto, provocando la muerte de 30 cruzados y heridas a otros 70", dice el texto. Como en los comunicados tras los atentados contra el mercadillo navideño en Berlín el pasado diciembre y Niza en julio habla de que "lo que se avecina será aún más duro para los fieles de la cruz y sus aliados" y de que es un acto más de "los esfuerzos para aterrorizar a los incrédulos" y "una respuesta a las agresiones contra las tierras de los musulmanes".
ReL24 mayo 2017
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