Los locos del viernes son profetas el lunes… y así parece haber sido con el gran Padre Leonardo Castellani, cuya vida hoy resulta aún poco conocida entre los hispano-hablantes.
Este genio de las letras del siglo XX, parece que, desde hace algunos años, está siendo descubierto por los extranjeros ante la sepultura silenciosa del establishment literario y eclesiástico de su propio país.
En apenas una semana, nos han llegado dos tesis: una, publicada en USA, de la cual nos hicimos eco aquí y, ahora, otra defendida en la Universidad de Navarra acerca, ni más ni menos que del fariseísmo aquello contra lo cual, según el «Cura Loco», vino a denunciar primeramente el Hijo del Dios hecho hombre.
Gracias a la generosidad de su autor, dejamos la tesis a vuestra disposición aquí y un resumen introductorio para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Castellani y los fariseos
Por Jorge Castro de Dios
Empezaré este breve artículo con una suposición: quien se acerca a estas líneas sabe, por lo menos, algo del padre Castellani. Esta suposición se basa en el hecho de que todo aquel que se acerca a la literatura especializada tiene, por mínima que sea, una noción sobre el tema a tratar.
El siguiente texto, un trabajo de fin de máster, es una obra de literatura especializada, que se centra en un aspecto fundamental del pensamiento del padre Castellani: el fariseísmo. Antes de explicar los pormenores de esta investigación, será oportuno aclarar un par de cosas. Si mi suposición inicial fue equivocada y el lector que se encuentra frente a estas líneas no sabe nada sobre Leonardo Castellani, será suficiente decir que fue el mejor escritor católico en español del siglo pasado y que, hoy en día, está completamente olvidado. Ambas afirmaciones parecen bastante discutibles y, por ello, será oportuno hacer un par de señalamientos.
Si afirmo que Castellani fue el mejor escritor católico en español del siglo pasado y lo pongo por encima de Unamuno, Marías, Meinvielle, Wast, Caturelli y Vasconcelos, es porque ninguno de ellos tuvo una obra tan amplia y rica; rica, porque se nutre de la tradición humanística occidental más sólida; vasta, porque trata todos los temas de interés para la modernidad, desde el psicoanálisis hasta el apocalipsis, pasando por la guerra civil española, el dilema comunismo-capitalismo y la angustia existencial. Ahora bien, si digo también que Castellani está completamente olvidado es porque, a pesar de ser un genio, o por esta misma razón, en la actualidad pocos son los que le conocen y menos aun los que lo leen.
Las razones de este olvido son abordadas, con brevedad, en el trabajo y, en lugar de repetirlas, me parece más oportuno recordar que ciertos olvidos son culpables y que los católicos, sobre todo, los católicos hispanos no nos podemos dar el lujo, la ingratitud, de desconocer a nuestro más grande escritor, cuyo testimonio sigue siendo relevante e iluminador para los problemas que atraviesan la iglesia y el mundo contemporáneos, problemas múltiples y complejos, entre los que está el fariseísmo.
En efecto, dos fueron los grandes temas, que trató Leonardo Castellani a lo largo de toda su obra, uno fue el apocalipsis y el otro el fariseísmo. Ambos tienen, en mi opinión, un rasgo en común y un elemento de diferencia. Lo común es que ambos son temas que el catolicismo moderno tiende a marginar y lo diferente el tratamiento que los mismos católicos les hemos dado. En realidad, mientras que el fariseísmo se nos presenta como un enorme malentendido del pasado, el apocalipsis aparece como un evento de un futuro hipotético, que nunca llegara.
Tanto uno como el otro se escapan del presente, pero desde polos opuestos; el primero por ser un mal recuerdo reducido a una pieza de museo de la época evangélica y el segundo por ser una promesa en la que ya nadie cree. Sin embargo, Castellani se salva de ambas interpretaciones erróneas al recordarnos que la palabra de Dios es un llamado perenne para el hombre y que si Cristo da tanta relevancia al fin de los tiempos, como se ve en sus parábolas, no puede ser que este no se vaya a cumplir. De igual modo, si lo fariseos fueron los que concertaron la muerte de Cristo a manos de Roma, no es posible que su papel en la historia de la salvación y su pecado, sean algo irrelevante para nosotros.
Ahora bien, los comentadores de Castellani, al menos Sáenz, Bojorge y Audouard, se han centrado en la relevancia y lucidez que tienen los escritos apocalípticos de este autor y en la síntesis y originalidad, que le permiten, al mismo tiempo, recopilar lo que otros han dicho y ser una voz independiente que aporta conocimiento nuevo. No obstante, estos mismos comentadores mencionan poco o nada la otra gran obsesión del padre Castellani, el fariseísmo, que resulta igual de relevante, recurrente y revelador para el cristiano, que sus estudios sobre el apocalipsis.
Por ello, el objetivo de esta investigación ha sido explorar el otro gran asunto de la obra de Leonardo Castellani, el fariseísmo y mostrar, de manera ordenada y sintética, las líneas generales de pensamiento que tuvo este escritor sobre lo que él llamó, “la corrupción de lo religioso”. Y es que Castellani supo ver que todo bien está sujeto al peligro de la corrupción y la fe, bien de bienes, no está exenta de ello. El fariseísmo fue el mal que secó a la sinagoga, el vicio que evitó que varios judíos reconocieran a Cristo como Mesías, la causa de toda persecución y martirio a los justos, y en palabras del propio autor “el mal más grande que existe sobre la tierra”.
Castellani no es un escritor fácil y, menos aún, un escritor piadoso. Toda su obra fue una búsqueda de la verdad o, en término más felices, un reencontrarse con ella, quien no quiera ver la verdad, por lo dolorosa o triste que puede ser, no podrá leer sus palabras y quien se esconda de ella por miedo, jamás la va encontrar. Ojalá este breve trabajo sirva para que todo aquel que quiere encontrar la verdad, la pueda ver, aunque sea, por un momento y que lo haga de mano de este maravilloso autor.
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