En la Misa de Navidad dijo que si bien existen cosas para cambiar en la actualidad, el desafío es poner a Dios en el centro del corazón y actuar en consecuencia.
Ante centenares de fieles que colmaban la Catedral Basílica durante la Misa de Gallo celebrada el viernes pasado, en ocasión de la Nochebuena, el obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti convocó a los santiagueños a “vivir con auténtico espíritu cristiano esta Navidad” y que el propósito de la festividad sea “recibir a Dios”.
En la homilía pronunciada durante el oficio religioso, Polti anheló: “Que esta Navidad sea de verdad un encuentro con Jesús, San José y la Virgen, de manera que nos integremos en la Sagrada Familia para vivir ese clima de amor y cariño”.
El prelado hizo hincapié en cómo debe vivir un verdadero católico: “Todos tenemos que vivir por Dios, para Dios y para los demás. Todo el mundo tiene que estar sirviendo al prójimo, porque lo que hacemos por Dios, Dios nos paga el ciento por uno más”.
En su mensaje pastoral, anunció que “Jesús apareció en la Tierra con la forma de un niño, hubiera podido aparecer mayor en la Tierra, pero ha querido estar y vivir con nosotros 33 años de su vida, la mayor parte de ella, 30 años, en una vida oculta, sólo para mostrarnos cómo hay que llegar al cielo”.
Citando al papa Benedicto XVI, dijo: “Se podrían enumerar muchos problemas que existen en la actualidad y que es preciso resolver, pero todos ello sólo se pueden resolver si se pone a Dios en el centro, si Dios resulta de nuevo visible en el mundo”.
Añadió: “Ya se ve que la solución, por lo menos la que creemos nosotros, los católicos, principalmente, está en que ustedes y yo pongamos a Dios en el centro de nuestra alma, en nuestro corazón; por eso Dios se ha hecho un niño, porque quién no quiere a un niño, quién no se acerca con confianza a un niño, todo eso lo hace Dios para que ustedes y yo nos acerquemos con confianza”.
En este punto, pidió: “Ojalá que lo intentemos hacer y que pongamos a Dios en el centro de nuestra vida, estamos en ello, que veamos los acontecimientos que nos van sucediendo con los ojos de la fe, porque si los vemos solamente con ojos humanos va a ser difícil que tengamos muchas alegrías, como Dios ha querido traer a la Tierra”.
Por otra parte, hizo notar que “Dios nos quiere tanto que no vacila en entregar a su Hijo para que esté en la Tierra y también para que luego sea clavado en la cruz, antes de resucitar y ascender a los cielos; es éste el Jesús que viene a la Tierra y que nos quiere tanto”.
Observó, asimismo, que una biografía en las Sagradas Escrituras dice que Jesús “pasó haciendo el bien”, y acotó: “Si ustedes y yo lo conocemos, lo tratamos y tratamos de vivir lo que Él ha venido a traernos a la Tierra, también nos será fácil pasar por este mundo haciendo el bien, tratando de hacer el bien”.
Trayendo a colación otras palabras del Papa, Polti manifestó en la homilía que “lo que cambia al mundo no es la revolución violenta ni las grandes promesas, sino la silenciosa luz de la verdad, de la bondad de Dios que es el signo de su presencia y nos da la certeza de que somos amados hasta el fondo”.
Reproduciendo las palabras del papa Benedicto XVI, enfatizó: “No somos un producto de la casualidad, sino de una voluntad de amor, estamos en la Tierra porque Dios lo ha querido, porque Dios nos ama a cada uno y ha querido que cuando pasemos este tiempo en la Tierra, vivamos con Él en el cielo, esto es lo que nos llena de confianza para pasar con serenidad tantas dificultades que hay en la vida”.
Al respecto, destacó: “El mismo Jesús ha dicho que ‘el que quiera seguirnos, que tome su cruz y me siga’, es decir que siempre vamos a tener dificultades”.
“Fiesta alegre”
En otro tramo de la homilía, monseñor Polti recalcó: “La Navidad es siempre una fiesta alegre y nos alegra ante el nacimiento de un niño, y sobre todo de un niño que es Dios. Todos los años renovamos esta alegría, esta esperanza; entonces, si nos damos cuenta que en la medida que tengamos esta esperanza del cielo, vamos a vivir viendo los sucesos de la tierra con esta luz sobrenatural que nos da la fe”.
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