La CGT ya salió al cruce de la decisión. "¿Este aumento del 100% para diputados y senadores será referencia para el resto de las paritarias?", preguntó Julio Piumato. La Politica Online. (13/2/2012)
El Congreso logró esquivar la "sintonía fina" que impulsa la presidenta Cristina Kirchner para recortar algunos gastos excesivos del Estado. En medio del asombro y la euforia de los propios diputados y senadores, sus recibos de sueldo llegaron este mes con un aumento de 100%, lo que implica un promedio de ingresos de bolsillo que va de 30.000 a 35.000 pesos.
El alza salarial se concretó luego de aprobarse el aumento del presupuesto del Congreso (45% respecto del año pasado) y gracias a una resolución conjunta que firmaron, a fines de diciembre, los flamantes presidentes del Senado, Amado Boudou, y de Diputados, Julián Domínguez. Lo hicieron en respuesta al creciente descontento de la mayoría de los legisladores, que puertas adentro denunciaban desde hacía tiempo un fuerte atraso en sus dietas.
Hasta fines del año pasado, los senadores y diputados nacionales cobraban un ingreso neto mensual de 15.000 a 17.000 pesos, a lo que sumaban el paquete de pasajes aéreos y terrestres para movilizarse a la Capital, además de otros beneficios, como el de desarraigo. La cifra es similar a las que cobran sus pares de algunas Legislaturas provinciales, aunque éstos no afrontan los pagos de alquiler y gastos que demanda la estadía en la Capital, como sucede con los diputados y senadores nacionales.
Boudou y Domínguez les dieron la razón a sus colegas legisladores. "Las dietas estaban increíblemente deprimidas. No es posible que un diputado o un senador de la Nación gane menos que un secretario del Poder Ejecutivo. O, peor aún, que un empleado jerárquico del Congreso", fue el comentario, azorado, del ex ministro Domínguez no bien se hizo cargo de los menesteres de la Cámara baja, en diciembre último
Convencidos de que se debía instrumentar una actualización de las dietas con un criterio más equitativo y proporcional, Boudou y Domínguez dispusieron en su resolución conjunta que el ingreso de un legislador debía ser un 20% superior al del máximo cargo de dirección de los empleados del Congreso; así, se garantizó que ningún legislador cobrara menos que un empleado parlamentario.
En la misma resolución se dispuso una reducción del 21% en el beneficio "por desarraigo" -monto incluido en la dieta que reciben los legisladores del interior-, pero se mantuvo intacto el cobro de pasajes (20 tramos aéreos y otros 20 terrestres por legislador) para movilizarse desde y hacia la Capital
Con estos pasajes, muchos diputados y senadores suman a su ingreso un plus salarial "en negro", ya que pueden canjear los pasajes que no utilicen por dinero en efectivo, a razón de $ 552 por tramo.
"Es de sentido común; las dietas actuales que cobran los diputados tienen que actualizarse, al menos al nivel de un subsecretario de Estado, que cobra unos $ 30.000 mensuales. Hoy un ministro cobra $ 45.000", justificó Domínguez, que fue ministro de Agricultura hasta el 10 de diciembre, en las rondas que mantuvo con sus ahora colegas al debutar en la conducción de la Cámara baja, en reemplazo del jujeño Eduardo Fellner.
Un tema tabú
La cuestión de las dietas ha sido desde siempre un tema tabú en el Congreso por la mala imagen que las encuestas de opinión les endilgan a los legisladores y la inoportunidad con que muchas veces se aprueban aumentos, en medio de severos ajustes en la economía.
Sabedores de que cualquier alza en sus ingresos era motivo de polémica pública, terminaron acordándolos en el mayor bajo perfil y los porcentajes se ataban, invariables, a lo que dispusiera la paritaria legislativa para el resto de los empleados.
La decisión de Boudou y Domínguez de duplicar las dietas a partir de este año rompió todos los moldes, no sólo por la magnitud del aumento sino porque, además, se corrió el velo del tabú.
"Lo que hizo Domínguez fue sincerar una situación que, por pudor, nadie se atreve a hacer pública por la polémica que este tema genera en la gente", explican fuentes cercanas al oficialismo.
A fines del mes pasado, durante un brindis de fin de año, el presidente de la Cámara baja anticipó a sus colegas opositores su plan de aumento salarial para este año. Sin embargo, nadie lo imaginó posible hasta que lo verificaron estos días en sus cuentas bancarias.
Según pudo saber LA NACION de diputados, senadores y fuentes legislativas consultadas, el promedio del sueldo de bolsillo oscila entre los $ 30.000 y los $ 35.000; en la Cámara de Diputados se instrumentó, además, y por única vez, una asignación "para funcionamientos de bloque" a razón de $ 5000 por diputado.
Los opositores aplaudieron a rabiar los flamantes beneficios percibidos.
"Resultaba ridículo que un empleado administrativo de la cámara cobrara más que un representante del pueblo. Actualizar las dietas era un tema de respeto institucional", enfatizó el jefe de bloque de Pro, Federico Pinedo.
Los jefes de bloque de la UCR en ambas cámaras, Ricardo Gil Lavedra (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado), también coincidieron con el aumento firmado por los presidentes Boudou y Domínguez.
"La actualización de las dietas era de estricta justicia. El atraso era extraordinario y la diferencia con los sueldos en el Poder Ejecutivo era superlativa", sostuvo Gil Lavedra, al ser consultado por La Nacion.
"Hablar de las dietas legislativas es complicado porque no cae bien en la opinión pública. Pero la verdad es que en el Congreso estaban atrasadas, y para los diputados del interior ya se hacía muy difícil afrontar los gastos que demanda vivir en la Capital", justificó, en tanto, el diputado socialista Juan Carlos Zabalza, del Frente Amplio Progresista.
Reacción en la CGT
El titular del sindicato de empleados judiciales, Julio Piumato, se preguntó irónicamente si el incremento del 100 por ciento en las dietas para diputados y senadores será "referencia" para el incremento salarial que deben reclamar los trabajadores en las discusiones con el sector patronal.
"¿Aumento para diputados y senadores...referencia para las paritarias? A Paso de Vencedores, por la Justicia Social Plena", escribió Piumato, un aliado del secretario de la CGT, Hugo Moyano, a través de su cuenta de la red social Twitter.
Es que la Casa Rosada y la CGT liderada por Moyano viene manteniendo una pulseada por el porcentaje de aumento salarial para las paritarias de este año. Mientras que desde el kirchnerismo ven con buenos ojos un techo de 18%, los sindicatos reclaman el doble.
El diputado de Proyecto Sur Fernando "Pino" Solanas también consideró como "una barbaridad" que las autoridades del Congreso nacional haya otorgado esa suba en las dietas de los legisladores de ambas cámaras. "Es una barbaridad. He llegado el viernes de afuera y me he enterado de esto. Está a contramano de la situación del país", sostuvo.
En declaraciones a radio Continental, Solanas indicó: "Que uno pueda contemplar como todos los sectores de la vida nacional, el aumento en relación a la inflación, es una cosa. Hagamos la media de lo que reclama el país, pero no el cien por ciento".
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