Por Patricio Eleisegui
Necesita encarar un ambicioso plan de inversiones que, en gran medida, tendrá que ser financiado con capital propio.
Su CEO ya deslizó la idea de incrementar de modo gradual los valores vigentes hasta un 40%. La urgencia otorga lo que antes se negaba o frenaba.
La "reingeniería del repliegue"
Pese al tono optimista y a las declaraciones presuntuosas, la nacionalizada YPF sigue navegando por aguas turbulentas desde que el Estado nacional forzara la salida de la española Repsol. Sucede que, más allá de las buenas intenciones, las inversiones a gran escala no aparecen y las tratativas con otras compañías no pasan de las meras cartas de intención o de acuerdos para actividades exploratorias de escasa envergadura. Y la decisión de la firma de emitir deuda para solventar sus planes de desarrollo derivó en que la compra de bonos fuera absorbida en su mayor parte (casi 70%) por un actor por todos conocidos: la ANSES.
En efecto, el organismo que preside Diego Bossio compró $1.000 millones de los $1.500 millones emitidos por la compañía (los $500 millones restantes quedaron básicamente en manos de aseguradoras y de fondos comunes de inversión).
De todos modos, esta cifra no se acerca ni por asomo a los u$s 5.300 millones que YPF planea destinar hasta el 2017 para incrementar su producción en la búsqueda por devolverle a la Argentina la "chapa" de país autoabastecido que perdiera hace unos años. Dado que el acuerdo firmado recientemente con el gigante Chevron todavía mantiene la condición de "memorando de entendimiento", y que de las reuniones con la gasífera rusa Gazprom apenas se sabe que se avanzaría de modo conjunto en iniciativas de exploración, la mayor preocupación dentro de la compañía reside en cómo potenciar el rendimiento de la firma en un momento de sequía monetaria.
"El entorno político en Argentina es problemático. El país no demuestra voluntad de cumplir con sus contratos. El acuerdo con Chevron no garantiza una inversión sustentable".
Esas fueron las palabras de Bernard Weinstein, director asociado de Maguire Energy Institute, y Michael Economides, profesor de la universidad de Houston, en una conferencia para inversores y especialistas en energía. "Conseguir fondos extranjeros para la Argentina será una tarea difícil", marcó Weinstein, al tiempo que se preguntó "si es un buen negocio invertir en YPF, tras su abrupta estatización". "Hay evidencia creciente que la Argentina no respeta los derechos de propiedad y el curso de la ley.
Esas fueron las palabras de Bernard Weinstein, director asociado de Maguire Energy Institute, y Michael Economides, profesor de la universidad de Houston, en una conferencia para inversores y especialistas en energía. "Conseguir fondos extranjeros para la Argentina será una tarea difícil", marcó Weinstein, al tiempo que se preguntó "si es un buen negocio invertir en YPF, tras su abrupta estatización". "Hay evidencia creciente que la Argentina no respeta los derechos de propiedad y el curso de la ley.
El yacimiento de Vaca Muerta contiene el equivalente a 22.000 millones de barriles de petróleo (70% petróleo, 30% gas). Pero su desarrollo depende de que el país pueda atraer empresas especialistas en shale y que el Gobierno asegure la santidad de los contratos", sentenció. "Cuando miro el memorando de entendimiento, Chevron sólo está plantando una bandera. Como compañía, no tiene acceso al shale como su competidor Exxon en otros países. Quiere convertirse en un jugador importante en shale oil y shale gas. Pero en Chevron van a ser cuidadosos, demandarán garantías de Argentina y su gobierno", evaluó Weinstein. "Todavía no se ve una inversión sustancial", sentenció.
Todo esto se da en un contexto en el cual, tal como anticipara iProfesional.com, YPF enfrenta un serio problema de caja.
Cabe recordar que en sus estados contables reconoció que posee deudas por u$s 830 millones y que la expropiación a la españoles disparó cláusulas que adelantan los tiempos de exigencia de cancelación de estos compromisos. En este marco, el Gobierno busca atenuar los problemas financieros incrementando la carga impositiva a las estaciones de servicios y modificando el corte de biocombustibles, tal como aseguraron a este medio fuentes del sector.
Pero, vale decirlo, estos no son más que "parches", si se consideran los abultados requerimientos financieros de la petrolera. Es por ello que, día a día, se reaviva la necesidad de implementar medidas más contundentes.
Es en ese sentido que, según pudo averiguar iProfesional.com, la compañía prepara una fuerte suba en los precios de las naftas, que podría llevar a su combustible súper al rango de los $7, de los casi $6 actuales. El tenor de este incremento fue confirmado a este medio por representantes del sector que nuclea a las estaciones de servicio. Las fuentes consultadas hicieron referencia a un 15% de alza que aplicará la petrolera en el transcurso de los próximos meses. Luego, vendrán nuevos retoques, de manera escalonada, que significarán un incremento del 40% respecto del precio actual, con el objetivo de que en el primer tramo de 2013 el litro cueste cerca de $ 8,5.
Todo indica que los aumentos que en otras épocas se fueron negando o frenando -y que tantas peleas políticas generaron- ahora vendrán de manera más acelerada, lo que viene a demostrar, una vez más, lo efímero que resultan las políticas de controles de precios.
Incluso, desde que pasara a la órbita estatal, YPF ya avanzó en incrementos en las tarifas de sus combustibles. En julio, la firma aplicó un ajuste del 7%, que hizo que la súper pasara de $5,48 a casi $6. En tanto, la premium ya cuesta 6,5 pesos. "Galuccio anticipó que deberían aumentar hasta un 40% los precios de YPF, eso es lo que se sabe en el sector. Pero no puede imponer semejante suba de forma inmediata, porque tendría un costo político tremendo.
Va a ir ajustando de modo gradual", aseguró a iProfesional.com Rosario Sica, presidenta de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra).
Efecto dominó
Según Sica, el tema a discutir no es solamente el cambio que prevé la firma para sus surtidores sino, en todo caso, el efecto dominó que esta modificación tendrá. "El inconveniente es que la decisión YPF repercutirá en el resto de las petroleras porque, a precio igualado, muchos particulares optarán por cargar en Shell o en Esso por un tema de octanaje. Las obligará a importar más combustible, es decir, a gastar más. Entonces también aplicarán aumentos", dijo. "YPF es la única que tiene producción local. El resto importa directamente", agregó. Raúl Castellano, vicepresidente de Cecha -la confederación que nuclea a los expendedores-, confirmó el escalonamiento de aumentos previsto para los meses venideros. "Aunque suene paradójico YPF busca vender menos y recaudar más. Lo primero, para achicar la importación y, en paralelo, trasladar la carga del abastecimiento a la competencia. Lo segundo, para alivianar sus problemas de caja", comentó a iProfesional.com. "Al equiparar sus valores con los de la competencia, YPF buscará reducir los faltantes y las largas colas en sus surtidores y, a la vez, acercar los precios a los de países como Brasil y Chile", añadió.
Subas en el gas
A la par de los aumentos que se esperan en los puntos de venta, la petrolera también comenzó a aplicar ajustes en las estaciones de GNC. Así, desde que el 9 de agosto la Presidenta señalara que se incrementaría un 300% el valor en boca de pozo, como forma de estimular la actividad, los estacioneros comenzaron a remarcar las pizarras. Según precisaron desde la Asociación de Estaciones Independientes (AESI), el metro cúbico de GNC se ajustó al alza un 22%. Hoy cotiza en Buenos Aires a un promedio de $2,2 cuando hace un mes no llegaba a $1,8. "Estamos esperando a que se habiliten más aumentos. De acuerdo con lo que pudimos saber, la meta es llevar la tarifa con el tiempo a 2,80 pesos", anticipó a iProfesional.com Manuel García, titular de AESI.
De ocurrir, aunque el alza se dé mediante retoques parciales, el incremento sería de casi un 30% respecto a la cifra actual. Y sería una prueba más de cómo ahora se buscan acelerar los tiempos, luego de que los valores estuvieran "taponados". "El Gobierno sabe muy bien que si no hay retoques antes de fin de año habrá más cierres de estaciones de este tipo. La suba de costos obliga a elevar las tarifas. Y nosotros buscamos que no se complique aún más la situación de 950 estaciones de GNC, producto de la baja rentabilidad", agregó. Cabe recordar que la suba de este combustible fue la primera decisión de la comisión de Planificación y Coordinación estratégica del plan nacional de inversiones hidrocarburíferas, que delineará el futuro de este rubro en la Argentina.
Estrategia de repliegue
Los especialistas consultados indicaron a este medio que la decisión de elevar los precios no sólo esta vinculada con la necesidad de brindar una mayor rentabilidad sino, además, se condice con la idea kirchnerista de quitarle peso a YPF como principal abastecedora de combustibles. "Al emparejar los precios, el público se repartirá más entre las otras marcas. Entonces, la capacidad de reaprovisionamiento no se verá tan resentida", explicó Sica, de Fecra. "Además de que una mayor cotización te hace recaudar más, le transfiere buena parte de su responsabilidad de expendio a la competencia. Es decir, ganá más y tiene que importar menos. Esta ecuación cierra muy bien para YPF", agregó.
Parte de la idea de la petrolera de hacer reingeniería comercial comienza a observarse.
De acuerdo con la información brindada por la Secretaría de Energía, con los últimos aumentos "adelgazó" el market share de naftas y gasoil en sus estaciones de servicio 1,4% respecto del año anterior. En simultáneo, Shell incrementó su participación un 1%, mientras que Esso, Oil y Petrobras mantuvieron sus porciones habituales. Leve retirada
Los datos oficiales arrojan que los productos de alta gama de YPF fueron los que más mercado perdieron en estos últimos dos meses. Por ejemplo, en Euro Diesel concentraba en ese período de 2011 el 60%, mientras que este año ese índice cayó al 45%. En dicho segmento, Shell ya alcanza el 31 por ciento de los despachos al público. Algo similar sucede con la nafta premium: pasó en un año del 64% al 60% de participación en el total de ventas. "YPF vendía más que el resto, hasta quedarse sin producto, pero a precios muy baratos. Los incrementos que aplicará le permitirán hacer más caja aunque se venda menos.
Pero eso no significa que el producto sea igual en calidad que el de otras empresas", dijo Sica. La referente del sector destacó que "mientras continúe comprando petróleo a Venezuela -con el gran porcentaje de azufre que tiene- la calidad de YPF seguirá por debajo de marcas como Shell". "El problema lo tendrá el usuario si alguna otra empresa se va del país, tal como ya hizo Petrobras cuando vendió parte de su red a Cristóbal López. Y, dado el modo en el que se maneja el Gobierno, nunca falta la marca que evalúa esta posibilidad", concluyó. Sobre este tema, todas las miradas apuntan a la situación de Shell y a la "buena relación" con el grupo chileno Luksic, que ya se hizo de su red de 300 estaciones en el vecino país de Chile.
Fuente: Por Patricio Eleisegui/iProfesional
Publicó: Noticias Verdaderas en la Época. (Posted: 28 Sep 2012 10:17 AM PDT)
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