por Guillermo Cherashny/El Informador.
Dos noticias le amargaron a CFK la semana.
La primera fue una inversión fallida que la presidente anunció en julio pasado, al afirmar que Apple radicaría varias plantas industriales en el país. Pero poco después ocurrieron dos cosas: se implantó el cepo cambiario y habrían aparecido pedidos de comisión indebidas.
Finalmente, la empresa taiwanesa Foxconn, una de las mayores fabricantes de los productos Apple en el mundo, prefirió desembarcar en Brasil, tras una inversión de 500 millones de dólares. La compañía construirá cinco fábricas en ese país para producir componentes para tabletas electrónicas y smartphones (teléfonos inteligentes), anunciaron este jueves fuentes oficiales brasileñas.
La segunda decepción fue el derrumbe de la expectativa del proyecto para que la Fórmula Uno vuelva a la Argentina, más concretamente con un gran premio a correrse en un circuito callejero en Mar del Plata, tal como anunció meses atrás la presidente.
En un discurso realizado en la Casa Rosada, ella había confirmado que, luego de quince años de ausencia, “La F1 vuelve a la Argentina y se correrá en Mar del Plata”.
Claro está que el empeño oficial para que fuera elegida Mar del Plata se explicaba políticamente por la necesidad de evitar la Capital Federal, ya que entonces Mauricio Macri se hubiera convertido en el anfitrión.
Pero al anunciarse el calendario provisional de Fórmula Uno para el 2013, que dio a conocer el viernes pasado la Federación Internacional de Automovilismo, la Argentina no forma parte del mismo.
Desde Singapur, Bernie Ecclestone, presidente de la Formula One Management, le respondió al gobierno argentino afirmando que la Fórmula Uno volverá a Argentina “cuando trate con gente seria”.
Sin ningún control
En ocasión del optimista anuncio de la presidente, señalamos en este medio que allegados al gobierno le habían pedido a Ecclestone que sobrefacturara en 3 millones de dólares el presupuesto para la organización del gran premio. Esto habría motivado que el inglés abandonara el país antes de tiempo, luego de negarse a pagar la citada comisión indebida. Estos dos episodios se suman al inagotable caso Ciccone y a episodios pintorescos como el anillo -ahora alquilado- de Norberto Oyarbide, que justifican plenamente nuestro descenso al puesto 127 en el Índice de Libertad Económica.
El clima actual ya supera una alta tolerancia a la corrupción para fomentarla descaradamente. Es probable que hoy la terminal de la corrupción K ya no pase por la presidente, que está muy dulce con su fortuna. Pero la realidad es que ella, tal vez para no verse arrastrada por eventuales investigaciones, defiende a sus funcionarios implicados. Éstos, en algunos casos, ya se acusan entre sí, como por ejemplo Guillermo Moreno, que no se priva de señalar en reuniones que Julio de Vido maneja una cadena millonaria de “cometas” en la importación de fuel oil, gas oil y GNL importado.
Esto coincide con los cargos que Axel Kicillof le hizo también a De Vido por autorizar en forma cuestionable el retiro de dividendos de Repsol-YPF.
Pero la presidente no castiga ni siquiera pidiendo renuncias. Deja a todos en el gabinete y hace oídos sordos a todos los negociados, incluyendo los de Mariano Recalde en Aerolíneas Argentinas.
En el caso de la corrupción tentada en la Fórmula Uno, fuentes confiables vinculan a Cristóbal López con las frustradas negociaciones con Ecclestone. Fanático de esta categoría, el zar del juego que viaja seguido a ver los grandes premios en el exterior, habría sido el que le pidió a Ecclestone que sobrefacturara, con el objetivo de recuperar algo más de 10 millones de dólares que el cristinismo le habría hecho gastar para acercar jugadores a Racing y San Lorenzo.
Publicó: Noticias Verdaderas en la Época (25/9/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario