Por Sebastián Dumont
Las esquirlas del Frente para la Victoria en Diputados siguen haciendo efecto luego del papelón por la no aprobación del presupuesto.
El rol de José Ottavis ha quedado maltrecho y ya perdió credibilidad como interlocutor ante el Gobierno provincial. Asoman dos grupos nuevos, que son encabezados por Walter Abarca y otro por el Chino Navarro. Aunque en los papeles el bloque se muestre unido, hay al menos tres sectores diferenciados. Al ex vicepresidente de la Cámara y diputado camporista lo llaman “mitómano” y creen que hasta pudo haber inventado el llamado de Cristina Kirchner para salir del enredo que él mismo había generado cuando le prometió a Vidal que le aprobarían el presupuesto. Todo el poder que acumuló La Cámpora durante el gobierno de CFK, ahora lo empezó a perder, al menos en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, por los movimientos zigzagueantes de José Ottavis. El “enano”, como lo llaman sus pares de militancia, al que le gusta vestirse con ropa de la marca de Jorge Rial y sobresalir con su atuendo, es calificado de “mitómano”. No sólo por su ex esposa, que lo viene denunciado por golpeador, sino por varios de los integrantes de su círculo político. “Lo que pasa es que José (Ottavis) arma sus propias historias y después se las termina creyendo”, dice un legislador que conoce los pasillos de la legislatura como pocos. Igual, es un vivo que ha sabido manejar bastante bien al amparo de la “orga” y es catalogado de “generoso” cuando le conviene armar política. Pero su cierta extravagancia que muestra al vestir también la tendría a la hora de armar fábulas. Dicen que suele asegurar tener línea directa con el Papa Francisco, algo que es poco comprobable. Pero puede llegar a tener cierta veracidad. Ese tipo de conducta lo llevó a reunirse con Vidal y Salvai y asegurarles que se aprobaría el presupuesto pero que él sería el interlocutor del Frente para la Victoria con el Gobierno provincial. Hasta allí todo bien. Más tarde viajó a Santa Cruz y cuando volvió estaba distinto, “huidizo”.
Así lo veían quienes tenían que seguir negociando el avance del presupuesto. Al parecer, en el sur lo habrían desautorizado sobre las gestiones que había hecho con Vidal. Por eso se fue empantanado todo hasta el día de la fallida sesión. Se cree que la excusa de Ottavis fue invocar a CFK como la que dio la orden de no darle presupuesto a Vidal y luego se desdijo, porque eso podría tipificarse como un delito para la ex presidente. En el medio, hubo escenas teatrales como un desmayo. Ahora, a pesar de querer dar vuelta la historia, el Gobierno provincial no lo quiere como interlocutor, porque no es confiable. Asoman otros dos grupos. Uno es el que encabeza el Chino Navarro, considerado el más serio por sus pares legisladores de otras fuerzas. Y el otro es el de Walter Abarca, un legislador de Saladillo que fue Secretario de Néstor Kirchner y que, como todo lo que estaba cerca del ex presidente, no gozaba de la simpatía de Cristina. Además, a todo el desaguisado se sumó el enojo de los intendentes propios, que no tienen presupuesto para poder gobernar sus municipios, ya que no les giran los fondos de la coparticipación.
Informador Público (01/01/2016)
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