La Corte Suprema de los Estados Unidos se encontró dividida este martes 5 de diciembre en el caso de un panadero que se negó a hacer un pastel de bodas a una pareja homosexual debido a sus creencias religiosas.
El litigio enfrenta a la pareja homosexual Dave Mullins y Charlie Craig con el panadero Jack Phillips, quien se negó prepararles el pastel de boda en su negocio “Masterpiece Cakeshop” el 19 de julio del 2012.
“El derecho de todos los profesionales creativos a hablar y vivir de acuerdo con sus creencias está en juego”, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– la abogada principal de la organización provida y profamilia Alliance Defending Freedom, Kristen Wagoner, quien representó a Phillips ante el Tribunal Supremo.
Wagoner dijo que los jueces hicieron preguntas difíciles a ambas partes y explicó que tanto ella como el Procurador General de los Estados Unidos, Noel Francisco, argumentaron ante el tribunal que forzar a Phillips a “bosquejar, esculpir y pintar a mano un mensaje” sobre la unión de dos personas del mismo sexo es contrario a su fe y viola las protecciones de la Constitución sobre libertad de expresión.
“Ya sea que apoyes el matrimonio entre personas del mismo sexo o te opongas a éste, deberías tener el derecho de hablar libremente en la plaza pública y tener creencias”, dijo.
En el 2012, la Comisión de Derechos Civiles de Colorado, una agencia estatal que representa a Craig y Mullins durante el litigio, afirmó que al negarse a hacer la torta, Phillips había violado la ley antidiscriminatoria del estado.
Esto a pesar de que la pareja pudo obtener un pastel con forma de arcoiris en una panadería cercana a la de Phillips.
La demanda se decidió a favor de los demandantes en 2013 y un juez de Colorado ordenó a Phillips que recibiera “capacitación antidiscriminatoria” y que sirviera bodas entre personas del mismo sexo o dejara de ofrecer su servicio de bodas por completo.
Phillips perdió las apelaciones a nivel estatal y la Corte Suprema de Colorado se negó a tomar el caso. En junio de 2017, la Corte Suprema de los Estados Unidos acordó escucharlo.
El panadero se niega a hornear otro tipo de pasteles que promuevan ideas que están en desacuerdo con sus creencias, como los pasteles con mensajes o diseños ateos, racistas o que menosprecien la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales).
También se niega a crear pasteles personalizados para otros eventos como Halloween y despedidas de soltero.
“Aunque sirvo a todos los que entran en mi tienda, como muchos otros profesionales creativos, no creo diseños personalizados para eventos o mensajes que entren en conflicto con mi conciencia”, explicó Phillips en una conferencia de prensa el 5 de diciembre fuera de la Corte Suprema.
Desde que comenzó el litigio, Phillips aseguró haber perdido más del 40% de su negocio debido a que no puede trabajar para bodas. Como resultado, perdió casi la mitad de sus empleados y ahora se esfuerza por las “cuentas y mantener la tienda a flote”.
Además, el panadero informó haber recibido “amenazas de muerte” que dieron lugar a que la policía entre en escena.
“Es difícil creer que el gobierno me obligue a elegir entre mantener a mi familia y mis empleados y violar mi relación con Dios. Eso no es libertad. Eso no es tolerancia”, dijo Phillips.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), junto con la Comisión de Derechos Civiles de Colorado, argumentaron ante la Corte Suprema contra Phillips.
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos presentó un informe en el que expresó su apoyo a la libertad de expresión y la libertad de religión.
“Oramos para que la Corte continúe preservando la capacidad de las personas para vivir su fe en la vida diaria, independientemente de su ocupación. Los artistas en particular merecen tener la libertad de expresar ideas o de negarse a crear ciertos mensajes de acuerdo con sus creencias profundamente arraigadas”, dijeron los obispos en una declaración conjunta.
Por su parte, Eric Baxter, abogado principal del Fondo Becket para la Libertad Religiosa, que también presentó un informe a la Corte, señaló la importancia religiosa que las bodas han tenido durante siglos.
“La idea de que el gobierno pueda obligar a alguien a participar en eventos como bodas, bautizos, bar mitzvah, o incluso funerales que están llenos de significado cultural y religioso es muy preocupante”, dijo en un comunicado.
“Por supuesto, crear un pastel de bodas personalizado es parte integrante de la celebración de una boda. Jack Phillips no debería ser obligado a hacer eso más de lo que alguien debería ser obligado a cantar en una boda o servir como testigo de bodas o asistir a la boda con una sonrisa lo suficientemente grande en su rostro”, finalizó Baxter.
La Corte Suprema probablemente emitirá su decisión a fines de la primavera o principios del verano de 2018.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente por CNA.
“El derecho de todos los profesionales creativos a hablar y vivir de acuerdo con sus creencias está en juego”, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– la abogada principal de la organización provida y profamilia Alliance Defending Freedom, Kristen Wagoner, quien representó a Phillips ante el Tribunal Supremo.
Wagoner dijo que los jueces hicieron preguntas difíciles a ambas partes y explicó que tanto ella como el Procurador General de los Estados Unidos, Noel Francisco, argumentaron ante el tribunal que forzar a Phillips a “bosquejar, esculpir y pintar a mano un mensaje” sobre la unión de dos personas del mismo sexo es contrario a su fe y viola las protecciones de la Constitución sobre libertad de expresión.
“Ya sea que apoyes el matrimonio entre personas del mismo sexo o te opongas a éste, deberías tener el derecho de hablar libremente en la plaza pública y tener creencias”, dijo.
En el 2012, la Comisión de Derechos Civiles de Colorado, una agencia estatal que representa a Craig y Mullins durante el litigio, afirmó que al negarse a hacer la torta, Phillips había violado la ley antidiscriminatoria del estado.
Esto a pesar de que la pareja pudo obtener un pastel con forma de arcoiris en una panadería cercana a la de Phillips.
La demanda se decidió a favor de los demandantes en 2013 y un juez de Colorado ordenó a Phillips que recibiera “capacitación antidiscriminatoria” y que sirviera bodas entre personas del mismo sexo o dejara de ofrecer su servicio de bodas por completo.
Phillips perdió las apelaciones a nivel estatal y la Corte Suprema de Colorado se negó a tomar el caso. En junio de 2017, la Corte Suprema de los Estados Unidos acordó escucharlo.
El panadero se niega a hornear otro tipo de pasteles que promuevan ideas que están en desacuerdo con sus creencias, como los pasteles con mensajes o diseños ateos, racistas o que menosprecien la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales).
También se niega a crear pasteles personalizados para otros eventos como Halloween y despedidas de soltero.
“Aunque sirvo a todos los que entran en mi tienda, como muchos otros profesionales creativos, no creo diseños personalizados para eventos o mensajes que entren en conflicto con mi conciencia”, explicó Phillips en una conferencia de prensa el 5 de diciembre fuera de la Corte Suprema.
Desde que comenzó el litigio, Phillips aseguró haber perdido más del 40% de su negocio debido a que no puede trabajar para bodas. Como resultado, perdió casi la mitad de sus empleados y ahora se esfuerza por las “cuentas y mantener la tienda a flote”.
Además, el panadero informó haber recibido “amenazas de muerte” que dieron lugar a que la policía entre en escena.
“Es difícil creer que el gobierno me obligue a elegir entre mantener a mi familia y mis empleados y violar mi relación con Dios. Eso no es libertad. Eso no es tolerancia”, dijo Phillips.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), junto con la Comisión de Derechos Civiles de Colorado, argumentaron ante la Corte Suprema contra Phillips.
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos presentó un informe en el que expresó su apoyo a la libertad de expresión y la libertad de religión.
“Oramos para que la Corte continúe preservando la capacidad de las personas para vivir su fe en la vida diaria, independientemente de su ocupación. Los artistas en particular merecen tener la libertad de expresar ideas o de negarse a crear ciertos mensajes de acuerdo con sus creencias profundamente arraigadas”, dijeron los obispos en una declaración conjunta.
Por su parte, Eric Baxter, abogado principal del Fondo Becket para la Libertad Religiosa, que también presentó un informe a la Corte, señaló la importancia religiosa que las bodas han tenido durante siglos.
“La idea de que el gobierno pueda obligar a alguien a participar en eventos como bodas, bautizos, bar mitzvah, o incluso funerales que están llenos de significado cultural y religioso es muy preocupante”, dijo en un comunicado.
“Por supuesto, crear un pastel de bodas personalizado es parte integrante de la celebración de una boda. Jack Phillips no debería ser obligado a hacer eso más de lo que alguien debería ser obligado a cantar en una boda o servir como testigo de bodas o asistir a la boda con una sonrisa lo suficientemente grande en su rostro”, finalizó Baxter.
La Corte Suprema probablemente emitirá su decisión a fines de la primavera o principios del verano de 2018.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente por CNA.
WASHINGTON D.C., 10 Dic. 17 / 07:02 pm (ACI).-
No hay comentarios:
Publicar un comentario