jueves, 25 de enero de 2018

Es una “fuente de angustias” escuchar que “yo dirigiría un Cisma”


    Ubi Petrus, ibi Ecclesia. “Donde está Pedro, está la Iglesia”.
Llama a los católicos a defender la fe, incluso al punto del martirio.

“La verdad del asunto es que el Matrimonio no es un ideal. Es una realidad”, dice el Cardenal Raymond Leo Burke. “Lo que me asusta mucho acerca de la situación actual de la Iglesia”, agrega, “es lo que yo llamaría, una politización de la vida de la Iglesia y de la doctrina de la Iglesia”. [Ver también: ‘La Iglesia traiciona al Evangelio si prefiere la política y no a Dios’: Card. W. Brandmüller]

Por ChurchMilitant.com. 24 de enero de 2018 – Uno de los autores de los Dubia, el Cardenal Raymond Burke, está reafirmando su fidelidad a la Cátedra de Pedro.

En una entrevista de podcast con el periodista católico Christopher Altieri la semana pasada, el ex jefe de la Corte Suprema del Vaticano se dirigió a la controversia en curso sobre Amoris Laetitia y su búsqueda para aclarar las ambigüedades de la exhortación apostólica.

Burke condenó los criterios para la implementación de Amoris Laetitia, permitiendo que los católicos divorciados y vueltos a casar reciban la Sagrada Comunión como algo “simplemente contrario a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado”.

Las interpretaciones heterodoxas son una ruptura con la enseñanza de la Iglesia, advirtió Burke, y causan desconcierto entre los fieles.

“La situación sigue siendo motivo de gran preocupación”, dijo, “porque hay una confusión, que está creciendo – digamos, casi exponencialmente en la Iglesia – con respecto a las verdades fundamentales, especialmente la verdad sobre el Sacramento del Matrimonio y la verdad acerca de la Sagrada Eucaristía y la digna recepción de la Sagrada Eucaristía”.

Cuando se le preguntó acerca de los orígenes de la agitación de hoy, Burke recordó la larga historia de guerras contra Dios y Sus preceptos. “La confusión tiene sus raíces en una oposición que data de hace mucho tiempo sobre las enseñanzas de Cristo sobre el matrimonio, [y] la enseñanza de la Iglesia sobre la santidad de la Sagrada Eucaristía”, respondió.

    Siempre ha habido un cierto elemento en la Iglesia que se ha rebelado contra la enseñanza de la Iglesia, y en los últimos tiempos lo vimos de manera muy evidente: por ejemplo, en todo el debate con respecto a la anticoncepción artificial que tuvo lugar en la década de los años 1960s; pero también ésta cuestión con respecto a las uniones matrimoniales irregulares, la cohabitación fuera del matrimonio; es todo un efecto, realmente, de la sociedad secular, en la cual ha habido en nuestro tiempo un implacable ataque a la santidad del matrimonio. Ahora lo vemos en una manifestación perfectamente horrible en esta llamada teoría de género. Por lo tanto, no debería sorprendernos que estos problemas hayan surgido nuevamente.

Las enseñanzas de la Iglesia se cuestionaron durante el Sínodo sobre la familia de 1980, recordó Burke.

Elogió al Papa San Juan Pablo II por responder “tan bien, exponiendo – como debería serlo una exhortación apostólica postsinodal – no una nueva enseñanza, sino exponiendo lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado para fortalecer la vida de la Iglesia y por lo tanto abordar las necesidades más grandes de la sociedad”.

Consciente de las tormentas actuales que azotan a la Iglesia, Burke lamentó la creciente “politización de la vida de la Iglesia y de la doctrina de la Iglesia”, que “los medios seculares hacen con facilidad pero… también asistida e instigada en la actualidad por ciertos líderes de la Iglesia y teólogos, y otros comentaristas”.

    “No se trata de estar a favor de la ‘revolución de Francisco’, como se la conoce popularmente”, observó el cardenal. “No se trata de ser ‘pro-Papa Francisco’ o ‘contra-‘ Papa Francisco“.

En cambio, ofreció: “Se trata de defender la fe católica, y eso significa defender la Oficina de Pedro a la que el Papa ha sucedido”.

“Y así”, reflexiona Burke, “defender lo que la Iglesia ha enseñado y practicado constantemente, no puede verse nunca como una especie de acción política contra el ‘otro’ movimiento político, como se le llama – la ‘Revolución’ en la Iglesia- y no puede ser visto nunca como contrario al oficio papal”.

“De hecho”, agregó, “el mayor servicio que cualquiera de nosotros podemos dar al Santo Padre es hablar la verdad de la fe …” Esto, hizo notar Burke, “esto le ayuda a ser lo que el Concilio Vaticano II acertadamente llama, el principio de la unidad de todos los obispos y de la Iglesia misma”.

Burke reiteró también que él no es de ninguna manera un defensor o líder del cisma, llamando a tales sugerencias “una fuente de angustia para mí”.

“Nunca seré parte de ningún cisma”, afirmó enfáticamente, “incluso si fuera castigado al interior de la Iglesia por lo que, en buena conciencia, estoy tratando de hacer, que es enseñar la fe católica y defenderla, ya que estoy obligado a hacerlo”.

    “Somos Católicos Romanos; sabemos lo que es la fe católica, y debemos adherirnos a ella y defenderla, incluso si significa, como lo ha sido para muchos de nuestros antepasados, el martirio.

“Nunca abandonaré la Iglesia Católica, porque es la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, quien estableció a Pedro como el Jefe del Colegio Apostólico, como el principio de la unidad [de] la Iglesia en todo el mundo”, dijo el cardenal.

“Una vez que ya no tenemos fe en la presencia permanente de Nuestro Señor en la Iglesia, también a través de la Oficio Petrino”, añadió, “dejamos de ser católicos, y entramos en ese mundo de divisiones interminables entre los cristianos”.

Admitió que los católicos comprometidos enfrentan un momento de prueba, pero enfatizó que deben soportar y mantener la fidelidad a la Iglesia:

    Simplemente exhortaría a mis compañeros católicos, incluso cuando estoy tratando de hacerlo yo mismo, a responder a la situación mediante la fidelidad a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado, y eso no es un misterio para nosotros: está contenido en el Catecismo de La Iglesia Católica, por ejemplo, y siendo fieles de esa manera también seguiremos siendo uno con Pedro; porque un Papa no enseña de manera diferente a otro Papa. Todos los papas son sucesores de San Pedro. Son guardianes y promotores de la Tradición Apostólica, y por lo tanto, si permanecemos fieles a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado, también seguiremos fieles a San Pedro: Ubi Petrus, ibi Ecclesia. [“Donde está Pedro, está la Iglesia”]

“Es una situación difícil”, reconoció, “pero en cierto sentido es bastante simple”.

“Somos católicos, sabemos lo que es la fe católica”, declaró el cardenal.

“Debemos adherirnos a ella y defenderla, incluso si esto significa – como lo ha significado para muchos de nuestros antepasados – martirio o una especie de ‘martirio blanco’ – de ridículo, de acusación de ser un enemigo de la Iglesia”.

“Al final”, dijo Burke, “todo lo que realmente importa es que nos mantengamos fieles a Cristo y a lo que Él nos está enseñando en la Iglesia”.

[Traducción de Filius Mariae. Dominus Est. Artículo original]

*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com


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