por Miguel Pastorino
En la victoria de Bolsonaro, los evangélicos son un factor cada vez más contemplado por los analistas sociales y políticos.
Cuando los gobernantes se dedican a exaltar el mal, a propagar el error, a saquear los bienes morales que constituyen la principal riqueza de un pueblo, es natural que acaben organizándose como bandas de ladrones, mientras el pueblo chapotea en la sentina de los vicios. Juan Manuel de Prada