El premio Nobel de la Paz alentó las Primaveras Árabes que terminaron en estallidos violentos y se alió con los “rebeldes moderados” para derrocar a Al Assad. Ahora esos grupos han mutado en organizaciones terroristas similares al Estado Islámico, pero eso no parece importarle demasiado a Obama en su intento por imponerse a Rusia.
por Arturo García